viernes, 22 de septiembre de 2017

Los Illuminati y el Council on Foreign Relations. 2

Los Illuminati y el Council on Foreign Relations


Por Myron Fagan
Traducido del inglés por Roberto Hope

Segunda Parte


Ahora regresaré al secuestro de nuestro sistema monetario por Jacob Schiff y a las traicioneras acciones que siguieron. También revelará el control ejercido por Schiff/Rothschild no sólo sobre Karl Marx, sino también sobre Lenin, Trotsky y Stalin, quienes crearon la revolución en Rusia y establecieron el Partido Comunista.
Fue en 1908 cuando Schiff decidió que había llegado el momento para apoderarse de nuestro sistema monetario. Sus principales lugartenientes en esa captura fueron el Coronel Edward Mandell House, cuya carrera había sido enteramente la de ejecutivo en jefe y mandadero de Schiff, como lo demostraré, Bernard Baruch y Herbert Lehman. En el otoño de ese año, se reunieron en un cónclave secreto en el Jekyll Island Hunt Club, propiedad de J.P. Morgan, en la Isla Jekyll del Estado de Georgia. Entre los presentes estaban J.P. Morgan, John B. Rockefeller, el Coronel House, el Senador Nelson Aldrich, Schiff, Stillman y Vanderlip del New York National City Bank, W. y J. Seligman, Eugene Myer, Bernard Baruch, Herbert Lehman, Paul Warburg, o sea, todos los banqueros internacionales de los Estados Unidos. Todos ellos miembros de la gran conspiración de los Iluminati.
Una semana después salieron con lo que llamaron el Sistema de la Reserva Federal. El Senador Aldrich era el títere que habría de presentar la iniciativa de ley y empujarla por el Congreso. Pero aplazaron ese paso por una razón principal; tenían que plantar primero a su hombre y obediente mandadero en la Casa Blanca para que firmara y promulgara el proyecto de la Reserva Federal para que adquiriera vigencia de ley. Sabían que aun cuando el Senado aprobara el proyecto de manera unánime, el recientemente electo Presidente Taft rápidamente lo vetaría. Entonces, esperaron.
En 1912, su hombre, Woodrow Wilson, fue electo presidente. Inmediatamente después de que Wilson asumiera el poder, el Senador Aldrich apresuró el proyecto por las dos cámaras del Congreso, Wilson pronto lo promulgó y la iniciativa se convirtió en Ley. Ese canallesco acto de traición fue realizado el 23 de diciembre de 1913, dos días antes de la Navidad, cuando todos los miembros del Congreso estaban fuera de Washington, salvo por algunos representantes seleccionados con cuidado y tres senadores igualmente seleccionados. ¿Qué tan canallesca fue esa acción?. Les diré: Nuestros padres fundadores sabían perfectamente bien cuánto poder tiene el dinero. Sabían que quienquiera que tuviera ese poder tenía el destino de nuestro país en sus manos. Por lo tanto, cuidadosamente protegieron ese poder cuando en la Constitución establecieron que sólo el Congreso, los representantes elegidos por el pueblo, habría de esgrimir ese poder. El lenguaje constitucional acerca de este punto es breve, conciso y específico, y está contenido en el Artículo I, Sección 8, Párrafo 5, que señala los deberes y poderes del Congreso; lo cito: “de acuñar moneda, regular su valor, y el de la moneda extranjera, y establecer las normas de pesos y medidas.”
Pero en ese trágico e inolvidable día de infamia, el 23 de diciembre de 1913, los hombres que habíamos enviado a Washington para salvaguardar nuestros intereses, los Representantes, los Senadores y Woodrow Wilson entregaron los destinos de nuestra nación en manos de dos extranjeros venidos de Europa Central, Jacob Schiff y Paul Warburg. Warburg era un inmigrante muy reciente que había venido aquí por órdenes de Rothschild con el expreso propósito de diseñar ese maligno proyecto de Ley de la Reserva Federal.
La gran mayoría del pueblo norteamericano cree que el Sistema de la Reserva Federal es una agencia propiedad del Gobierno. Eso es perfectamente falso. Todas las acciones de los bancos de la reserva federal son propiedad de los bancos miembro y las cabezas de esos bancos son todos miembros de la jerarquía de la gran conspiración que ahora es conocida como el CFR.
Los detalles de ese acto de traición, en el que participaron muchos que se dicen americanos son demasiado extensos para este reportaje, pero todos esos detalles pueden encontrarse en un libro intitulado “The Federal Reserve Conspiracy” escrito por Eustace Mullins. En ese libro, Mullins narra la horripilante historia y la sustenta con documentos incuestionables. Además de ser una historia verdaderamente pasmosa y fascinante de la gran traición, todo estadounidense debería leerla como asunto de inteligencia vital para cuando todo el pueblo americano finalmente despierte y destruya toda la conspiración, y con la ayuda de Dios ese despertar seguramente habrá de llegar.
Ahora bien, si ustedes piensan que esos extranjeros y sus confabulados, americanos por accidente de nacimiento, se quedarían contentos sólo con controlar nuestro sistema monetario, están por recibir otra muy triste sacudida. El sistema de la Reserva Federal daba a los conspirados un control completo sobre nuestro sistema monetario, pero de ninguna manera tocaba las ganancias del pueblo, porque nuestra Constitución positivamente prohibía lo que hoy conocemos como el impuesto retenido del 20%. Pero el plan de los Iluminati para la esclavización del mundo bajo un gobierno único planteaba la confiscación de toda propiedad privada y el control sobre los poderes de ganancias de los individuos. Esto, y Karl Marx enfatizó esa característica en su plan, tendría que lograrse por medio de un impuesto sobre la renta graduado progresivamente. Como dije, ese gravamen no podía imponerse sobre el pueblo americano. Está prohibido expresa y sucintamente por nuestra Constitución. Entonces sólo una enmienda de la Constitución podía darle al gobierno federal esos poderes confiscatorios.
Pues bien, eso tampoco constituyó un problema insuperable para nuestros maquiavélicos conspiradores. Los mismos dirigentes electos en ambas cámaras del Congreso y el mismo Señor Woodrow Wilson que firmó la promulgación de la infame Ley de la Reserva Federal, modificaron la Constitución con la Decimosexta Enmienda para hacer del impuesto sobre la renta ley vigente en el país. Ambas son ilegales bajo nuestra Constitución. En pocas palabras los mismos traidores firmaron ambas traiciones, la Ley de la Reserva Federal y la Décimosexta Enmienda. Sin embargo, parece que nadie jamás se dio cuenta de que la Décimosexta Enmienda fue establecida para robar, y ciertamente quiero decir robar, las ganancias de la gente por medio del impuesto sobre la renta.
Los conspiradores no hicieron completo uso de la disposición hasta la Segunda Guerra Mundial cuando ese gran humanista, Franklin Roosevelt, aplicó la retención del 20% a todos los que ganaban salarios bajos y hasta el 90% a los ingresos más altos. Oh, claro, fielmente prometió que sólo sería mientras durara la guerra, pero qué significaba una promesa para ese charlatán que en 1940, cuando contendía por su tercer cuatrienio seguía proclamando “Les digo nuevamente, otra y otra y otra vez, que yo jamás enviaré a muchachos americanos a pelear en tierras extranjeras.” Recuerden, estaba proclamando esa intención al mismo tiempo que estaba ya preparando el lanzarnos a la Segunda Guerra Mundial a través de inducir a los japoneses a que cometieran ese ataque sorpresivo sobre Pearl Harbor para proporcionarle una excusa.
Y antes de que se me olvide, permítanme recordarles que otro charlatán llamado Woodrow Wilson usó exactamente la misma divisa de campaña en 1916. Su divisa fue “Re-elijan al hombre que mantendrá a sus hijos lejos de la guerra”, exactamente la misma fórmula, exactamente las mismas promesas. Pero, esperen, como solía decir Al Jolson “todavía no ha oído nada.” Esa trampa del impuesto sobre la renta de la Decimosexta Enmienda tenía la intención de confiscar y robar las ganancias de la gente común, como usted y como yo. No tenía la intención de siquiera tocar los enormes ingresos de la banda de los Iluminati, los Rockefeller, los Carnegie, los Lehman, y todos los demás confabulados.
Así, junto con esa Decimosexta Enmienda, crearon lo que llamaron las “fundaciones libres de impuestos” que habrían de permitir a los confabulados transformar su inmensa riqueza en las así llamadas “fundaciones” y evitar el pago de virtualmente todo impuesto sobre la renta. La excusa de ello era que lo que ganaran esas “fundaciones libres de impuestos” serían dedicadas a una filantropía humanitaria. De manera que ahora tenemos a las varias fundaciones Rockefeller, el Carnegie Endowment Fund, la Fundación Ford, la Fundación Mellon, y cientos de similares fundaciones libres de impuestos.
Y qué clase de filantropía apoyan estas fundaciones? Bien, ellas financian todos los grupos de derechos civiles (y movimientos de conservación de la naturaleza) que están creando caos y sublevación por todo el país. Ellas financian a los Martin Luther King, la Fundación Ford financia al 'Centro para el Estudio de las Instituciones Democráticas' de Santa Bárbara, California, comúnmente llamado el Moscú de Occidente y que está dirigido por el niño prodigio Hutchens, Walter Ruther, Erwin Cahnam y otros de su calaña,
En pocas palabras, las “fundaciones libres de impuestos” financian a aquéllos que están haciendo la tarea de la gran conspiración de los Iluminati. Y ¿en qué se usan los miles de millones de dólares que ellos confiscan cada año de las ganancias de la gente común, ustedes y yo. Bien; para una cosa, la artimaña de la “ayuda al extranjero” que dio millones al comunista Tito además de la donación de cientos de aviones de propulsión a chorro, muchos de los cuales fueron luego turnados a Castro, además del costo de adiestrar pilotos comunistas para que mejor puedan derribar nuestros propios aviones. Billones a la India. Billones a Sukarno, Billones a otros enemigos de los Estados Unidos. Eso es lo que la pérfida Decimosexta Enmienda le ha hecho a nuestra nación, a nuestro pueblo estadounidense, a ustedes y a mi, a sus hijos y alos hijos de sus hijos.
Nuestro gobierno federal controlado por los Iluminati puede otorgar el estatus de exenta de impuestos a todas las fundaciones pro-comunistas o pro-gobierno mundial único, como el “Fondo para la República”. Pero si usted o alguna organización patriótica es demasiado abiertamente pro-americano, lo pueden aterrorizar e intimidar por hallar una coma mal puesta en su declaración del impuesto sobre la renta y amenazarle con sanciones, multas y hasta la cárcel. Los historiadores del futuro se preguntarán cómo es que el pueblo americano pudo haber sido tan ingenuo y tan tonto como para haber permitido tan audaces e impúdicos actos de traición como la Ley de la Reserva Federal y la Décimosexta Enmienda. Pues bien, ni eran ingenuos ni eran unos tontos. La respuesta es que confiaron en hombres que ellos habían electo para salvaguardar a nuestro país y a nuestro pueblo, y simplemente no tenían la más vaga idea de lo que iría a pasar hasta que ya resultó un hecho consumado. (cierto, salvo que se olvida de mencionar que la gente puso su confianza en los hombres en vez de creer en la Palabra de Cristo)
Son los medios de comunicación controlados por los Iluminati los que han hecho ingenua a nuestra gente y la mantiene atontada e ignorante de la traición que se ha estado cometiendo. Ahora la gran pregunta es ¿cuándo despertará el pueblo y hará con nuestros traidores de hoy lo que George Washington y los fundadores de nuestra nación le habrían hecho a Benedict Arnold? En realidad, Benedict Arnold era un traidorzuelo comparado con los traidores de nuestros días en Washington, DC. Ahora retrocedamos a los acontecimientos que siguieron a la violación de nuestra Constitución por la promulgación de la Ley de la Reserva Federal y la Décimosexta enmienda. ¿Estaba Wilson enteramente bajo su control?
Los cerebros de esta gran conspiración pusieron en marcha sus siguientes y lo que esperaban que fueran finales pasos para lograr su gobierno único mundial. El primero de esos pasos habría de ser la Primera Guerra Mundial. ¿Por qué una guerra? Sencillo, porque la única excusa para un gobierno único es supuestamente asegurar la paz. Lo único que puede hacer a la gente clamar por la paz es la guerra. La guerra trae caos, destrucción, agotamiento, tanto para el ganador como para el perdedor. Les trae ruina económica a los dos. Y lo más importante, destruye la flor de la juventud viril de ambos. Para los tristes y descorazonados mayores (las madres y los padres) que son dejados sin nada más que la memoria de sus hijos queridos, la paz se vuelve valiosa a cualquier precio, y esa es la emoción de la que los conspiradores dependen para el éxito de su plan satánico. (La respuesta a esto es sencilla: no servir en “sus” fuerzas armadas ni hacerse carne de cañón para la auto-nombrada elite. Si ustedes, por su ignorancia, lo hacen o permiten a sus hijos hacerlo, se merecerán lo que les pase a ustedes y a sus hijos)
A lo largo del siglo XIX, de 1814 a 1914, el mundo, en conjunto, estuvo en paz. Esas guerras como la Franco-Prusiana, nuestra propia Guerra Civil, la guerra Ruso-Japonesa, fueron lo que podría llamarse 'disturbios locales' que no afectaron al resto del mundo. Todas las grandes naciones eran prósperas y la gente era fuertemente nacionalista y fieramente orgullosa de su soberanía. Era totalmente inconcebible que el pueblo francés y el alemán quisieran vivir bajo un gobierno único mundial, o los turcos con los rusos o los chinos con los japoneses. Aún más inconcebible era que un Kaiser Guillermo o un Emperador Francisco José o un Zar Nicolás o cualquier monarca fuera voluntaria y dócilmente a ceder su trono en favor de un gobierno único mundial. Pero, tengan presente que los pueblos de todas las naciones constituyen el poder real y que la guerra es lo único que puede hacer a los pueblos desear y clamar la paz, abriendo el camino para un gobierno único mundial. Pero tendría que ser una temible guerra horriblemente devastadora. No bastaría con una guerra local entre sólo dos naciones, tendría que ser una guerra mundial. Ninguna nación importante debe quedar intacta por los horrores y la devastación de esa guerra. El clamor de paz debe hacerse universal.
Se perdieron más vidas en la Primera Guerra Mundial, la llamada guerra que habría de acabar con todas las guerras (¿y por qué se acuñó precisamente esa frase?) que en ninguna otra guerra anterior en la historia. Lo que hasta ahora había parecido una estrategia militar enteramente ilógica ya hace perfecto sentido si lo que se quería era que murieran tantos de tus propios hombres como fuera posible. Una de esas estrategias fue que a los soldados ingleses se les ordenó que avanzaran lentamente hacia las ametralladoras alemanas y no que se lanzaran a la carga contra ellas o se pusieran a cubierto, resultando en una horrible carnicería. Si desobedecían se les paraba frente a un pelotón de fusilamiento formado por sus propios camaradas, por lo tanto de cualquier manera era seguro que habrían de morir.
Tomando esto como ejemplo, debe quedarles claro a ustedes que los Iluminati no tienen absolutamente miramiento alguno de matar a millones de gente que consideran 'comedores inútiles' y consecuentemente no tendrán miramientos para matar a miles de millones pronto.
En realidad, ese fue el formato establecido por los Iluminati y Nathan Rothschild a la vuelta del siglo XIX. Primero manipularon a toda Europa a participar en las Guerras Napoleónicas, luego en el Congreso de Viena ellos y Rothschild en Particular planearon transformarse en una 'Liga de las Naciones' que habría de ser la sede de su gobierno único mundial, exactamente como las actuales Naciones Unidas fueron establecidas para ser la sede del venidero —Dios no lo permita — gobierno único mundial, Sea como sea, ese fue el formato que la Casa Rothschild y Jacob Schiff decidieron emplear para lograr su objetivo en 1914. Por supuesto, sabían que el mismo formato había fallado en 1814, pero teorizaron que eso había sido porque el Zar de Rusia había torpedeado su plan. Bien, los conspiradores de 1914 tendrían que eliminar esa mosca en la sopa de 1814. Se asegurarían de que después de la guerra mundial que estaban conspirando por desatar no hubiera un Zar de Rusia que les echara alicates al engranaje.
Explicaré cómo lograron este primer paso para echar a andar una guerra mundial. La Historia dice que la Primera Guerra Mundial fue precipitada por un incidente trivial, el tipo de incidente que tanto Weishaupt como Pike habían incorporado en sus itinerarios. Ese incidente fue el asesinato de un Archiduque Austriaco organizado por los cerebros Iluminati. De ahí siguió la guerra. Involucró a Alemania, Austria, Hungría y sus aliados, los llamados 'Poderes del Eje', contra Francia, Inglaterra y Rusia, llamados 'los Aliados'. Sólo que los Estados Unidos no participaron durante los primeros dos años.
Para 1917, los conspiradores habían logrado su objetivo primario, toda Europa estaba en un estado de postración. Todos los poderes estaban fatigados por la guerra y clamando paz, y el resultado estaba ya preparado; habría de venir tan pronto como los Estados Unidos fuera lanzado del lado de los Aliados y eso estaba listo para ocurrir inmediatamente después de que Wilson fuera re-electo. Luego de eso, sólo podía haber un resultado: completa victoria para los Aliados. Para confirmar plenamente my aseveración de que mucho antes de 1917, la conspiración, encabezada en América por Jacob Schiff, tenía todo arreglado para lanzar a los Estados Unidos a la guerra, citaré la prueba:
Cuando Wilson estaba en campaña para su re-elección en 1916, su principal consigna era “re-elijan al hombre que mantendrá a sus hijos fuera de la guerra.” Pero durante la misma campaña, el Partido Republicano públicamente argumentó que Wilson desde tiempo atrás se había comprometido a lanzarnos a la guerra. Decían que si fuera derrotado en la campaña, llevaría eso a cabo durante sus pocos meses restantes de gobierno; pero si fuera re-electo, lo post-pondría hasta después de iniciar su nuevo período. Pero en ese entonces, el pueblo americano veía a Wilson como un hombre bueno. Bueno, Wilson fue re-electo y conforme al programa de los conspiradores nos lanzó a la guerra en 1917. Utilizó de excusa el hundimiento del Lusitania hundimiento que había sido previamente arreglado. Roosevelt, también un buen hombre a los ojos del pueblo americano, usó la misma táctica en 1941 cuando utilizó el pre-arreglado ataque a Pearl Harbor como su excusa para lanzarnos a la segunda guerra mundial.
Exactamente como los conspiradores lo habían planeado, la victoria de los aliados eliminó a todos los monarcas de las naciones vencidas y dejó sin dirigentes a sus pueblos, confundidos, ofuscados y perfectamente acondicionados para aceptar el gobierno único mundial que la gran conspiración pretendía que siguiera. Pero todavía habría que vencer un obstáculo, el mismo obstáculo que había frustrado a los Iluminati y a Rothschild en ese Congreso de Viena luego de las Guerras Napoleónicas. Esta vez, Rusia estaba en el lado ganador como lo había estado en 1814, y por consecuencia, el Zar quedaría fuertemente afianzado en su trono. Aquí es pertinente observar que Rusia había sido el único país en el que los Iluminati no habían logrado penetración alguna ni los Rothschild habían podido infiltrar sus intereses bancarios, así pues, sería más difícil que nunca el lidiar con un Zar ganador. Aun si pudiera ser inducido a entrar en la llamada Liga de las Naciones, era una conclusión preestablecida que nunca, pero nunca, aceptaría un gobierno único mundial.
De modo que antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, los conspiradores tenían un plan en preparación, para llevar a efecto el juramento de Nathan Rothschild de destruir al Zar y también asesinar todos los posibles reales herederos del trono, y eso tendría que hacerse antes de que terminara la guerra. Los Bolcheviques rusos habrían de ser sus instrumentos en este complot particular. Desde la vuelta del siglo, los jefes de los Bolcheviques eran Nicolai Lenin, Leon Trotsky y posteriormente Joseph Stalin. Por supuesto, esos no eran sus verdaderos apellidos. Antes del estallido, su refugio había sido Suiza. El cuartel general de Trotsky estaba en el Lower East Side de Nueva York, en gran medida el habitat de los refugiados judíos rusos. Tanto Lenin como Trotsky eran similarmente bigotudos y desaliñados, en esos días, esa era la marca del Bolchevismo. Ambos vivían bien, sin embargo ninguno tenía una ocupación regular. Ninguno de ellos tenía una forma visible de sustento, sin embargo, siempre tenían mucho dinero. Todos estos misterios fueron resueltos en 1917. Desde el principio de la guerra se estaban llevando a cabo movimientos extraños y misteriosos en Nueva York. Noche tras noche, Trotsky entraba y salía sigilosamente de la mansión-palacio de Jacob Schiff, y en lo profundo de la noche se reunían gavillas de criminales en el Lower East Side. Todos ellos eran refugiados rusos y todos ellos estaban siendo sometidos a algún tipo de proceso de adiestramiento que estaba cubierto de misterio. Nadie hablaba, aunque sí se filtró el comentario de que Schiff estaba financiando las actividades de Trotsky.
De pronto, Trotsky se esfumó e igualmente pasó con 300 de sus criminales adiestrados. De hecho estaban en alta mar en un barco fletado por Schiff dirigido a una reunión con Lenin y su banda en Suiza. Y también en ese mismo barco iban veinte millones de dólares en oro. Los veinte millones habían sido proveídos para financiar la toma del gobierno ruso por los bolcheviques En anticipación a la llegada de Trotsky, Lenin había organizado una fiesta en su escondite en Suiza. Gente de los más altos cargos en el mundo habrían de ser invitados a esa fiesta. Entre ellos estaba el misterioso Coronel Edward Mandell-House, mentor y compinche de Woodrow Wilson y, lo que era más importante, mensajero especial y confidencial de Schiff. Otro de los invitados esperados era Warburg, del clan bancario Warburg de Alemania, quien estaba financiando al Kaiser y a quien el Kaiser había premiado haciéndolo jefe de la Policía Secreta de Alemania. Además, estaban ahí los Rothschild de Londres y de París, también estaban Kaganovich, Lithenoth y Stalin (quien entonces era la cabeza de una banda de ladrones de trenes y bancos. También se le conocía como el Jesse James de los Urales)
Y aquí debo recordarles que Inglaterra y Francia estaban entonces en guerra con Alemania por ya largo tiempo y que en Febrero de 1917, Wilson ya había roto toda relación diplomática con Alemania. Por lo tanto, Warburg, el Coronel House, los Rothschild y todos los demás eran enemigos entre sí, pero, por supuesto, Suiza era un país neutral en el que los enemigos podían reunirse y ser amigos, especialmente si tenían algún plan en común. Esa fiesta de Lenin casi se viene abajo por un accidente imprevisto. El barco fletado por Schiff fue interceptado y puesto en custodia por un barco de guerra inglés. Pero Schiff rápidamente envió órdenes a Wilson para que ordenara a los ingleses a dejar ir el barco intacto con los criminales de Trotsky y el oro. Wilson obedeció. Les advirtió a los británicos que si se rehusaban a liberar el barco, los Estados Unidos no entrarían a la guerra en abril como lo había prometido fielmente un año antes. Trotsky llegó a Suiza y la fiesta de Lenin se llevó a cabo como estaba planeada. Pero todavía se enfrentaban con lo que de ordinario habría sido un obstáculo infranqueable, de lograr que la banda de terroristas de Lenin y Trotsky cruzara las fronteras hasta llegar a Rusia.
Bien, ahí fue donde el vino a la mano el Hermano Warburg, jefe de lo policía secreta de Alemania. Cargó a esos bandidos en vagones de carga sellados e hizo todos los arreglos necesarios para su ingreso secreto a Rusia. El resto es historia. La revolución tuvo lugar en Rusia y todos los miembros de la familia real de los Romanov fue asesinada.
Ahora, mi principal objetivo es dejar establecido sin la menor sombra de duda, que el llamado comunismo es una parte integral de la gran conspiración de los Iluminati para la esclavización del mundo entero. Que el así llamado comunismo es simplemente su arma y una palabra espantajo para aterrorizar a los pueblos del mundo entero, y que la conquista de Rusia y la creación del comunismo fue en gran parte organizada por Schiff y otros banqueros internacionales en nuestra propia ciudad de Nueva York. ¿Historia fantástica? Sí. Algunos pudieran rehusarse a creerla. Bien, para beneficio de los que, como Santo Tomás, duden, lo probaré recordándoles que hace apenas uno cuantos años, Charlie Knickerbocker, columnista de la cadena de periódicos Hearst, publicó una entrevista con John Schiff, nieto de Jacob, en la cual el joven Schiff confirmó toda la historia y citó la cifra de veinte millones de dólares en oro, que el viejo Jacob había contribuido.
Por si alguien sigue teniendo la más remota duda de que toda la amenaza del comunismo haya sido creada por los cerebros de la gran conspiración aquí en nuestra propia ciudad de Nueva York, citaré el siguiente hecho histórico. Todos los documentos históricos demuestran que cuando Lenin y Trotsky armaron la captura de Rusia operaban como dirigentes del Partido Bolchevique. Ahora bien, Bolchevismo es una palabra puramente rusa. Los cerebros se dieron cuenta que el Bolchevismo nunca podría ser difundido como ideología fuera de Rusia, de modo que en abril de 1918, Jacob Schiff despachó al Coronel House a Moscú con órdenes para Lenin, Trotsky y Stalin, de cambiar el nombre de su movimiento al de Partido Comunista y que adoptaran el Manifiesto de Karl Marx como la Constitución del Partido Comunista. Lenin, Trotsky y Stalin obedecieron y en ese año, 1918, fue cuando el Partido Comunista y la amenaza del comunismo vieron la luz. Todo esto está confirmado en el Webster's Collegiate Dictionary, quinta edición.
En pocas palabras, el comunismo fue creado por los capitalistas. Así, hasta el 11 de noviembre de 1918, todo el plan maligno de los conspiradores salió a la perfección. Todas las grandes naciones, incluidos los Estados Unidos, estaban fatigados de la guerra devastados y llorando a sus muertos. El gran deseo universal era la paz. Así, cuando Wilson propuso el establecimiento de una Liga de las Naciones para asegurar la paz, todas las grandes naciones, sin un Zar de Rusia que se interpusieran en su camino, se subieron al tren sin siquiera leer la letra chiquita en esa póliza de seguro. Eso es, todas menos una, los Estados Unidos, la misma que Schiff y sus confabulados menos pensaban que fuera a protestar, y ese fue su error fatal en el primer plan. Vean ustedes, cuando Schiff plantó a Woodrow Wilson en la Casa Blanca, los conspiradores supusieron que con eso tenían a loe Estados Unidos en la bolsa. Wilson había sido perfectamente presentado como un gran humanitario. Supuestamente había quedado establecido como un Hombre-Dios entre el pueblo americano,
Había todas las razones para que los conspiradores hubieran pensado que Wilson habría podido fácilmente engatusar al Congreso a que sin reparos aceptaran la Liga de las Naciones, de la misma manera como el Congreso de 1945 compró el proyecto de las Naciones Unidas sin haberlo visto. Pero hubo un hombre en el Senado en 1918 que se dio cuenta de lo que había detrás de ese plan, de la misma manera como lo vio el Zar de Rusia en 1814. Era un hombre de gran estatura política, casi tan grande como Theodore Roosevelt e igual de astuto. Era muy respetado y todos los miembros de ambas cámaras del Congreso y el pueblo americano confiaban en él. El nombre de ese gran patriota americano era Henry Cabot Lodge, no el falsario de nuestros días que se hacía llamar Henry Cabot Lodge Jr. hasta que fue descubierto. Lodge desenmascaró a Wilson por completo y logró mantener a los Estados Unidos fuera de la Liga de las Naciones.-

Poco después, los Iluminati crearon la Décimoséptima Enmienda a la constitución, para eliminar la designación de los senadores por las legislaturas de los distintos estados de la Unión. Antes de eso, los iluminati ya controlaban la prensa, pero con esta enmienda, ahora controlan también la elección de los senadores. Los Iluminati y el CFR tenían poco o ningún poder sobre las legislaturas de los estados individuales o sobre su designación de senadores. Aun cuando la Décimoséptima Enmienda supuestamente modifica el método para poner miembros del Senado de los Estados Unidos, esa enmienda nunca fue ratificada de conformidad con el último enunciado del Artículo V de la Constitución de los Estados Unidos. Dos estados, New Jersey y Utah, votaron en contra de la enmienda y otros nueve estados ni siquiera votaron. En tanto que los estados de New Jersey y Utah expresamente se rehusaron a ceder su sufragio en el Senado, y los otros nueve estados nunca dieron su consentimiento expreso, la propuesta de la Decimoséptima enmienda no obtuvo el voto unánime requerido para su adopción. Más aún, la resolución que creó la propuesta no pasó el Senado con un voto unánime y debido a que los senadores eran designados por sus respectivos estados, esos votos negativos o abstenciones se hicieron a nombre de su respectivo estado.
Es de gran interés saber la verdadera razón del fracaso de la Liga de las Naciones de Wilson. Como ya lo mencioné antes, Schiff fue enviado a los Estados Unidos para llevar a cabo cuatro encomiendas específicas:
La primera y más importante era adquirir control sobre el sistema monetario de los Estados Unidos.
La segunda era encontrar hombres destacados que por un precio estuvieran dispuestos a servir de instrumentos para la gran conspiración y promoverlos a altos cargos en nuestro gobierno federal, nuestro Congreso, la Suprema Corte de los Estados Unidos y todas las agencias federales.
La tercera era destruir la unidad del pueblo americano creando conflictos con los grupos minoritarios en toda la nación, particularmente entre los blancos y los negros.
La cuarta era crear un movimiento para destruir la religión en los Estados Unidos, siendo el cristianismo el principal objetivo.
Adicionalmente, se le recordó con insistencia de la admonición imperativa en el plan de los Iluminati, de adquirir control completo de todos los medios de comunicación masiva para usarlos para indoctrinar a la gente a que crea y acepte todas las maquinaciones de la gran conspiración. Se le apercibió a Schiff que sólo controlando la prensa, que en ese entonces era nuestro único medio de comunicación masiva, le permitiría destruir la unidad del pueblo americano.
Ahora bien, Schiff y sus confabulados sí establecieron la NAACP en 1909 y la Liga Anti—difamación del B'nai B'rith en 1913, ambas de las cuales deberían crear las necesarias discordias, pero en sus primeros años la ADL operaba con mucha timidez, quizás por temor a una reacción tipo pogrom por parte de gente azuzada y molesta; y la NAACP estaba prácticamente dormida porque sus dirigentes blancos no se habían dado cuenta de que tenían que desarrollar dirigentes negros pendencieros, como por ejemplo Martin Luther King, para azuzar a la masa de negros que hasta entonces había estado enteramente satisfecha y complacida.
Adicionalmente, Schff estaba ocupado formando e infiltrando a los lacayos que habrían de servir en altos puestos en nuestro gobierno de Washington, así como en la tarea de obtener el control de nuestro sistema monetario y en la creación de la Décimo Sexta Enmienda. También estaba muy atareado con la organización del complot para la toma de Rusia. En pocas palabras, estaba demasiado ocupado con todas esas tareas que descuidó completamente la tarea suprema de adquirir control completo sobre los medios de comunicación masiva. Ese descuido fue la causa directa del fracaso de Wilson de seducir a los Estados Unidos para que entraran a la Liga de las Naciones, pues cuando Wilson decidió apelar al pueblo, para contrarrestar la oposición del senado, controlado por Lodge, no obstante su falaz reputación de gran humanitario, se encontró enfrentado por un pueblo sólidamente unido y una prensa leal cuya única ideología era el 'americanismo' y el modo de vivir americano. En ese entonces, gracias a la ineptitud e inefectividad de la ADL y de la NAACP, no existían grupos minoritarios organizados, no había problema de negros, ni problemas de así llamado antisemitismo que inclinara el pensamiento de la gente. No había izquierdas y no había derechas ni prejuicios para ser explotados taimadamente.
Así, la convocatoria de Wilson para la Liga de las Naciones cayó en oídos sordos. Ese fue el final de Woodrow Wilson, el gran humanitario de los confabulados. Rápidamente abandonó su cruzada y regresó a Washington, donde pronto después murió hecho un imbécil como consecuencia de la sífilis y ese fue el final de la Liga de las Naciones como conducto para un gobierno mundial único.
Por supuesto,esa debacle fue una decepción terrible para los cerebros de la conspiración Iluminati, pero no se desalentaron.Como lo he enfatizado anteriormente, este enemigo nunca se rinde, simplemente decidieron reorganizarse y comenzar otra vez desde cero, Para entonces, ya Schiff estaba muy viejo, se había vuelto lento y lo sabía. Sabía que la conspiración necesitaba un dirigencia más joven y activa. Entonces por instrucción suya, el Coronel House y Bernard Baruch organizaron y establecieron lo que llamaron el Council on Foreign Relations, el nuevo nombre bajo el cual los Iluminati seguirían operando en los Estados Unidos.
La jerarquía, los funcionarios y los dirigentes del CFR está compuesta principalmente de descendientes de los Iluminati originales, muchos de los cuales habían abandonado su antiguo apellido y tomado nuevos nombres americanizados. Como ejemplo, tenemos a Dillon, quien fue secretario del tesoro de los Estados Unidos, cuyo nombre original había sido Laposky. Otro ejemplo es William Paley, cabezas de la cadena de televisión CBS, cuyo verdadero apellido era Palinsky. Los miembros del CFR son aproximadamente mil e incluyen las cabezas de virtualmente todos los grandes imperios industriales de los Estados Unidos, como Roger Blough, presidente de US Steel Corporation, John Rockefeller, rey de la industria del petróleo, Henry Ford II, etc. Y por supuesto, todos los banqueros internacionales. También las cabezas de las fundaciones libres de impuestos son funcionarios y/o miembros activos de CFR. En pocas palabras, todos los hombres que han proporcionado el dinero y la influencia para seleccionar a los presidentes elegidos por el CFR, a los congresistas y a los senadores, y quienes deciden los nombramientos de nuestros diversos secretarios de estado, del secretario del tesoro y de toda agencia federal importante son miembros del CFR, y por cierto, son miembros muy obedientes.
Ahora, sólo para que quede firme lo dicho, mencionaré los nombres de los presidentes de los Estados Unidos que fueron miembros del CFR: Franklin Roosevelt, Herbert Hoover, Dwight Eisenhower, Jack Kennedy, Richard Nixon y George Bush. Otros que fueron considerados para la presidencia fueron Thomas E. Dewey, Adlai Stevenson y, vicepresidente de una subsidiaria del CFR, Barry Goldwater. Entre los miembros importantes del gabinete de las diversas administraciones tenemos a John Foster Dulles, Allen Dulles, Cordell Hull, John J. MacLeod, Henry Morgenthau, Clarence Dillon, Dean Rusk, Robert Mc Namara, y sólo para enfatizar el color rojo del CFR, tenemos a miembros tales como Alger Hiss, Ralph Bunche, Leo Pasvolsky, Harry Dexter White (verdadero apellido Weiss), Owen Lattimore, Philip Jaffe, etc.etc. Simultáneamente estaban inundando todas las agencias federales de la Casa Blanca para abajo, con miles de homosexuales y otros personajes sombríos y maleables. ¿Recuerdan, por ejemplo a los grandes amigos de Johnson, Jenkins y Bobby Baker?
Ahora bien, había muchas tareas que la nueva CFR tenía que llevar a cabo. Necesitaban de mucha ayuda. Entonces su primera tarea fue establecer varias subsidiarias, Aquí no puedo nombrar a todas las subsidiarias, pero algunas de ellas son las siguientes: la Foreign Policy Association (FPA), el World Affairs Council (WAC), el Business Advisory Council (BAC), Americans for Democratic Action, (ADA), encabezada virtualmente por Walter Ruther), y otros. Barry Goldwater fue y sin duda sigue siendo vice-presidente de un de las subsidiarias del CFR. Adicionalmente, el CFR estableció comités especiales en cada estado de la unión a los cuales les asignaron diversas operaciones en el estado.
Simultáneamente los Rothschild establecieron grupos de control semejantes al CFR en Inglaterra, Francia, Alemania, y otras naciones para controlar las condiciones mundiales y cooperar con el CFR para producir otra guerra mundial. Pero la primera y principal tarea del CFR era la de obtener el control completo de nuestros medios de comunicación masiva. El control de la prensa fue asignado a Rockefeller. Henry Luce, quien murió recientemente, fue financiado para fundar un número de revistas nacionales, entre ellas Time, Life, Fortune y otras. Los Rockefeller también directa o indirectamente financiaron a la revista Look y una cadena de periódicos de los hermanos Coles. También financiaron a un tal Sam Newhouse para que comprara y fundara una cadena de periódicos en todo el país. Y Eugene Myer, ya fallecido, uno de los fundadores del CFR compró el Washington Post, Newsweek, el Weekly Magazine y otras publicaciones. Al mismo tiempo, el CFR comenzó a desarrollar y nutrir una nueva camada de abyectos periodistas y editorialistas tales como Walter Lippman, Drew Parson, los hermanos Alsop, Herbert Mathews, Erwin Canham y otros de su calaña, que se decían liberales y que proclamaban que el americanismo es aislacionismo, que aislacionismo es belicismo, que el anti-comunismo es anti-semitismo y racismo.
Todo eso llevó tiempo, por supuesto, pero ahora nuestros semanarios, publicados por organizaciones patrióticas están controlados por testaferros del CFR y así finalmente consiguieron desunirnos en una nación de facciones que riñen, discuten, se hostigan y se odian entre sí. Si ustedes todavía se preguntan acerca de estas noticias sesgadas y auténticas mentiras que leen ustedes en su periódico, tienen ahora la respuesta
A los Lehman, Goldman-Sachs, Kuhn-Loeb y Warburg, el CFR les asignó la obtención del control de la industria cinematográfica de Hollywood, de las cadenas de radio y de televisión, y créanmelo, lo lograron. Si ustedes se preguntan acerca de la extraña propaganda transmitida por los Ed Morrows y otros de su ralea, ahora tienen la respuesta. Si se preguntan acerca de las parejas de razas mixtas que aparecen en las películas, de la inmoralidad, la sexualidad y la pornografía que se exhiben en las salas de cine y en las pantallas de televisión, que están desmoralizando a nuestras juventudes, ahora ya tienen ustedes la respuesta.
Ahora, para refrescarles la memoria, retrocedamos por un momento. El fracaso de Wilson habían torpedeado toda oportunidad de transformar esa Liga de las Naciones en la sede de lo que los confabulados deseaban para un gobierno único mundial, de manera que el plan de Jacob Schiff tenía que hacerse todo de nuevo, y organizaron a la CFR para llevarlo a cabo. También sabemos lo bien que el CFR hizo la tarea de lavar el cerebro y destruir la unidad del pueblo americano. Pero así como fue el caso con el plan de Schiff, el clímax y la creación de una nueva sede para su gobierno único mundial requería de otra guerra mundial. Una guerra que habría de ser más terrible y más devastadora que la primera guerra mundial a fin de hacer que los pueblos de la tierra clamaran por la paz y un medio para acabar con todas las guerras. Pero el CFR se dio cuenta de que lo que ocurriera después de la guerra tendría que estar mejor planificado a fin de que no hubiera escape alguno de la trampa del nuevo gobierno único — otra Liga de las Naciones que surgiera de la nueva guerra. Esa trampa la conocemos ahora como las Naciones Unidas, y dieron con la estrategia perfecta para asegurarse de que nadie se escapara. Así es como lo hicieron:
En 1943, en medio de la guerra, prepararon el esquema para las Naciones Unidas y fue turnado a Roosevelt y nuestro Departamento de Estado para que fuera gestado por Alger Hiss, Palvosky, Dalton, Trumbull y otros traidores americanos, convirtiendo así todo el proyecto en una criatura de los Estados Unidos. Luego, para afirmar nuestra paternidad, la Ciudad de Nueva York habría de convertirse en la guardería de esa monstruosidad. Después de eso no podíamos dejar abandonada a nuestra propia criatura, o ¿seríamos capaces?. Sea lo que fuere, así fue como los confabulados pensaron que habría de funcionar, y hasta ahora ha funcionado. El liberal Rockefeller donó el terreno para el edificio de las Naciones Unidas.
El estatuto de las naciones unidas fue escrito por Alger Hiss, Palvosky, Dalton, Trumbull y otros testaferros del CFR. Una falsa así llamada Conferencia de las Naciones Unidas fue organizada en San Francisco en 1945. Todos los así llamados representantes de cincuenta y tantos países se reunieron allá y apresuradamente firmaron la Carta de las Naciones Unidas, y el despreciable traidor Alger Hiss voló con ella a Washington y con regocijo lo sometió a nuestro Senado, y el Senado (elegido por nuestro pueblo para salvaguardar nuestra seguridad firmaron la carta sin siquiera leerla. La pregunta es: ¿Cuántos de nuestros senadores eran, ya entonces, testaferros traidores del CFR? Sea como fuera, así fue que nuestro pueblo aceptó las Naciones Unidas como un 'santo de los santos',
Una y otra y otra vez hemos quedado alarmados, estupefactos, perplejos, y horrorizados de sus errores en Berlín, en Corea, en Laos, en Katanga, en Cuba,en Vietnam; errores que siempre han favorecido al enemigo, nunca a los Estados Unidos (bajo la ley de las probabilidades tendrían que haber hecho por lo manos uno o dos errores a favor nuestro, pero nunca fue así. ¿Cuál es la respuesta? La respuesta es el CFR y los papeles desempeñados por sus subsidiarias y sus testaferros en Washington DC, así sabemos que el control total de nuestras relaciones exteriores es la clave para el éxito de todo el complot de un nuevo orden mundial de los Iluminati, Aquí van más pruebas:
Antes les demostré claramente que Schiff y su banda habían financiado la toma de Rusia por Lenin, Trotsky y Stalin y conformado su régimen comunista para volverse su principal instrumento para mantener al mundo en agitación y aterrorizarnos a todos nosotros para buscar la paz en un gobierno mundial único bajo las Naciones Unidas. Pero los confabulados sabían que la Banda de Moscú no podría convertirse en ese instrumento hasta y a menos que el mundo entero aceptara al régimen comunista como como el legítimo gobierno de jure de Rusia. Sólo una cosa podría lograr eso y ello era su reconocimiento por los Estados Unidos. Los conspiradores pensaron que el mundo entero seguiría nuestro ejemplo y eso era su obsesión, inducir a Harding, a Coolidge y Hoover que otorgaran su reconocimiento, pero todos ellos se rehusaron. Como resultado en los 1920s, el régimen de Stalin estaba en serios problemas. A pesar de todas las purgas y los controles de la policía secreta, los rusos se oponían más y más resistencia. Está documentado, reconocido por Lipdenoff, que durante 1931 y 1932, Stalin y todos sus secuaces se mantenían siempre con su equipaje preparado y listos para huir al instante.
Luego en noviembre de 1932, los conspiradores lograron su golpe mayor: pusieron a Roosevelt en la Casa Blanca, taimado, sin escrúpulos, y enteramente sin conciencia. Ese charlatán traidor les hizo la tarea. Sin siquiera pedir el consentimiento del Congreso, proclamó ilegalmente el reconocimiento del régimen de Stalin. Eso fue todo, y exactamente como los conspiradores lo habían pensado, el mundo entero siguió el ejemplo de los Estados Unidos. Eso apagó automáticamente el antes creciente movimiento de resistencia del pueblo ruso. Esto automáticamente echó a andar la mayor amenaza que jamás haya visto el mundo civilizado. El resto es demasiado bien conocido para tener que repetirse.
Sabemos cómo Roosevelt y su traidor Departamento de Estado estuvo erigiendo la amenaza comunista aquí mismo en nuestro país y así en todo el mundo. Sabemos cómo perpetró toda la atrocidad de Pearl Harbor como su excusa para lanzarnos a la Segunda Guerra Mundial. Sabemos todo acerca de sus reuniones secretas con Stalin en Yalta y cómo él, con la ayuda de Eisenhower, entregó los Balcanes y Berlín a Moscú y por último pero no menos importante sabemos que ese Benedict Arnold del siglo veinte no sólo nos arrastró a ese nuevo corredor, las Naciones Unidas hacia el gobierno mundial único sino que en realidad también planificó todos los arreglos para plantarla dentro de nuestro país. En pocas palabras, el día en que Roosevelt entró en la Casa Blanca, los conspiradores del CFR volvieron a tomar control de nuestra maquinaria de relaciones extranjeras y establecieron firmemente a las Naciones Unidas como la sede del gobierno único mundial de los Iluminati.
Quisiera enfatizar otro punto muy vital. Ese fracaso de la Liga de las Naciones de Wilson llevó a Schiff y sus secuaces a percatarse de que el control de sólo el Partido Demócrata no bastaba. Cierto, podían crear una crisis durante una administración Republicana como lo hicieron con el desplome de la Bolsa en 1929 urdido por el Federal Reserve Bank y la consecuente depresión económica que habría de traer a otro testaferro Demócrata de nuevo a la Casa Blanca, pero se dieron cuenta de que una interrupción en su control de nuestras políticas de relaciones exteriores harían trizas del progreso de su conspiración. Hasta podría destrozar toda su estrategia como casi lo hizo antes de que Roosevelt la rescatara con su reconocimiento del régimen de Stalin.
Entonces, luego de la debacle de Wilson, comenzaron a formular planes para lograr el control de ambos de nuestros partidos nacionales. Pero eso les presentaba un problema, necesitaban gente con testaferros en el Partido Republicano y gente adicional para el partido demócrata y debido a que el control de solo una persona en la casa blanca no sería suficiente, tendrían que proveer a ese hombre con testaferros capacitados para todo su gabinete. Hombres que encabezaran el Departamento de Estado, el Departamento de la Tesorería, el Pentágono, la Agencia de Información de los Estados Unidos, etc. Cada miembro de los diversos gabinetes tendría que ser un instrumento seleccionado por el CFR, como Rusk o McNamara, y lo mismo para los subsecretarios y secretarios asistentes. Eso daría a los conspiradores control absoluto de todas nuestras políticas tanto domésticas como, más importante, las exteriores. Ese curso a seguir habría de requerir una fuente de reserva de testaferros capacitados, listos instantáneamente para cubrir cambios administrativos y para todas las demás exigencias.
Todos esos títeres deberían por necesidad ser hombres de reputación nacional, de alta estima entre la gente, pero tendrían que ser hombres sin honor, sin escrúpulos, y sin conciencia. Estos hombres tendrían que ser vulnerables al chantaje. Es innecesario para mí enfatizar lo bien que el CFR logró esto. El inmortal Joe McCarthy reveló por completo que hay miles de esos riesgos de seguridad en todas las agencias federales. Scott MacLeod desenmascaró a miles más y ustedes saben el precio que Ortega tuvo que pagar y sigue pagando por las denuncias de los traidores infiltrados en el Departamento de Estado, que hizo ante un Comité del Senado, y ustedes saben que esos hombres del Departamento de Estado, que le entregaron Cuba a Castro,no sólo han sido protegidos, sino promovidos.
Retornemos ahora al meollo de todo el complot para establecer un gobierno único mundial y las maquinaciones necesarias para crear una nueva Liga de las Naciones que sean la base para tal gobierno. Como ya lo dije, los conspiradores sabían que sólo otra guerra mundial era vital para el éxito de su plan. Tendría que ser una guerra tan horrorosa que los pueblos de todo el mundo clamarían por la creación de algún tipo de organización mundial que pudiera asegurar una paz perdurable. Pero ¿cómo se podría generar esa guerra? Todas las naciones europeas estaban en paz, ninguna tenía disputas con sus naciones vecinas y ciertamente sus títeres en Moscú no se atreverían a iniciar una guerra. Hasta Stalin se daba cuenta de que eso significaría el derrocamiento de su régimen a menos de que el patriotismo uniera al pueblo ruso,
Pero los confabulados tenían que lograr una guerra. Tendrían que hallar algún tipo de incidente para causarla. Lo encontraron en un hombrecillo repulsivo que se llamaba Adolf Hitler. Hitler, un pobre pintor de casas, había sido cabo en el ejército alemán. Hizo de la derrota de Alemania una afrenta personal. Comenzó a alborotar acerca de ella en los alrededores de Munich Comenzó a perorar acerca de restaurar la grandeza del imperio alemán y el poder de la solidaridad alemana. Era partidario de restaurar el viejo ejército alemán para conquistar el mundo entero. Lo curioso es que Hitler, pequeño bufón que era, podía hacer discursos que azuzaban a la gente y poseía un cierto magnetismo. Pero las autoridades de Alemania no querían más guerras, y muy pronto este molesto austriaco, pintor de casas, fue a parar a una celda en la cárcel.
Ajá! Éste es el hombre! decidieron los conspiradores, que, de ser bien dirigido, y financiado apropiadamente, podría ser la clave para otra guerra mundial. De manera que pusieron a Rudolph Hiss y a Göring a escribir un libro que intitularon 'Mein Kampf' y le atribuyeron la autoría a Hitler, exactamente igual como Lipdenoff escribió 'Misión a Moscú' y le atribuyó la autoría a Joseph Davies, entonces nuestro embajador en Rusia y un lacayo del CFR. En 'Mein Kamp'´, el pseudo autor Hitler describió sus agravios y la manera como él iría a restablecer la antigua grandeza del pueblo alemán. Los conspiradores luego hicieron que el libro alcanzara una gran circulación entre los alemanes a fin de generar una masa de adeptos fanáticos de Hitler.
En su salida de la cárcel (también arreglada por los conspiradores) comenzaron a aliñarlo y financiarlo para que viajara a otras partes de Alemania a dar sus atronadores discursos. Pronto reunió un creciente número de seguidores entre los veteranos de la guerra, que pronto se extendió entre las masas, las que empezaron a ver en él a un salvador de su amada Alemania. Luego llegó su dirección de lo que llamó su “ejército de camisas cafés” y la marcha a Berlín. Eso requería de una gran cantidad de financiamiento, pero los Rothschild, los Warburg y otros de los conspiradores proporcionaron todo el dinero que él necesitaba. Gradualmente Hitler se volvió el ídolo del pueblo alemán y luego derrocaron al gobierno de Von Hindenburg, y Hitler se convirtió en el nuevo Führer. Pero eso todavía no era razón para una guerra. El resto del mundo observó el surgimiento de Hitler pero no vio razón para interferir en lo que era una situación claramente doméstica dentro de Alemania. Ciertamente ninguna de las demás naciones sintió que fuera una razón para otra guerra contra Alemania, y el pueblo alemán todavía no había sido incitado a una suficiente excitación para cometer actos contra nación vecina alguna, ni siquiera contra Francia, que pudiera llevar a una guerra. Los conspiradores se dieron cuenta de que tendrían que generar esa excitación, excitación que hiciera al pueblo alemán a lanzar la prudencia por la borda y al mismo tiempo horrorizar al mundo entero. Y por cierto, Mein Kampf era realmente una continuación del libro de Karl Marx 'Un Mundo sin Judíos'
Los conspiradores de pronto recordaron como la gavilla Schiff-Rothschild había maquinado los pogroms en Rusia que mataron a miles y miles de judíos y creó un odio mundial hacia Rusia, y decidieron utilizar esa misma desvergonzada triquiñuela para inflamar en el pueblo alemán, ahora dirigido por Hitler, un odio homicida a los judíos. Cierto que el pueblo alemán nunca tuvo un afecto particular a los judíos, pero tampoco tenían un odio arraigado a ellos. Ese odio tenía que ser generado de manera que Hitler tendría que crearlo. Esta idea más que le agradó. Vio en ella el artilugio espeluznante de convertirlo en un hombre-dios ante el pueblo alemán.
Así, hábilmente inspirado y asesorado por sus asesores financieros, los Warburg, los Rothschild y los demás cerebros Iluminati, culpó a los judíos por el odiado Tratado de Versalles y por la ruina financiera que siguió a la guerra. El resto es historia. Sabemos todo acerca de los campos de concentración de Hitler y de la incineración de cientos de miles de judíos, No los 6 millones, ni siquiera 600 mil, que alegan los conspiradores, pero fue suficiente. Y permítanme reiterar aquí lo poco que los banqueros internacionales, los Rothschilds, Schiffs, Lehmans, Warburgs, Baruchs se preocupaban por sus hermanos de raza que fueron las víctimas de sus nefastas maquinaciones. A sus ojos, la matanza de varios cientos de miles de judíos inocentes por Hitler no les molestaba en lo más mínimo. Lo consideraban un sacrificio necesario para hacer avanzar el plan de gobierno mundial único de los Iluminati, tal como la matanza de los muchos millones en las guerras que siguieron era un sacrificio necesario semejante. Y hay otro detalle espeluznante acerca de esos campos de concentración. Muchos de los soldados-verdugos en esos campos de concentración habían sido enviados previamente a Rusia a adquirir sus artes de tortura y brutalización a fin de acentuar los horrores de las atrocidades.
Todo esto generó una nueva antipatía hacia los alemanes en todo el mundo, pero todavía no daba causa para una guerra. A lo cual Hitler fue incitado a exigir los Sudetes, y ustedes recordarán cómo Chamberlain y luego los diplomáticos de Checoeslovaquia y de Francia cedieron a esa demanda. Esa demanda luego condujo a exigir territorios en Polonia y en el Saar francés y esas exigencias fueron rechazadas. Luego vino su pacto con Stalin. Hitler había estado vociferando contra el comunismo, cuando en realidad el Nacional Socialismo no era otra cosa que una forma de socialismo análoga a la del comunismo. Pero Hitler se olvidó de eso e hizo un pacto con Stalin de atacar y dividirse a Polonia entre ellos. Mientras Stalin invadía una parte de Polonia (de lo cual jamás fue culpado, ya que los cerebros de los Iluminati se encargaron de que eso no pasara), Hitler lanzó una Blitzkrieg contra Polonia desde su frontera. Los conspiradores al fin lograron su nueva guerra mundial y ¡qué horrorosa fue esa guerra!
Y en 1945, los Iluminati finalmente lograron establecer las Naciones Unidas para alojar su gobierno único mundial. Y, lo que es verdaderamente sorprendente, fue que el pueblo americano elogió esta perversa organización como al Santo de los Santos. Aun después de que fueron revelados los hechos verdaderos sobre la manera como fueron creadas las Naciones Unidas, el pueblo americano siguió adorando esa perversa organización. Aun después de que Alger Hiss fue desenmascarado como espía soviético y traidor, la gente seguía creyendo en las Naciones Unidas. Aun después de que yo hubiera revelado el arreglo secreto entre Hiss y Molotov, de que siempre un ruso habría de encabezar el secretariado militar y de esa forma ser el verdadero amo de las Naciones Unidas.
Pero la mayor parte del pueblo americano siguió creyendo que las Naciones Unidas no podían obrar mal. Aun después de que Trig D- Lee, el primer secretario general de la ONU confirmó ese acuerdo secreto Hiss-Molotov en su libro “For the Cause of Peace” (Por la Causa de la Paz), a Vasialia se le dio un permiso de ausentarse de las Naciones Unidas a fin de que pudiera tomar el mando de los Norcoreanos y de los chinos comunistas que estaban en guerra contra la llamada acción policial de la ONU bajo nuestro propio General McArthur quien, por orden de la ONU fue despedido por el pusilánime presidente Truman a fin de evitar que pudiera ganar esa guerra. Nuestro pueblo seguía creyendo en las Naciones Unidas a pesar de los 150,000 de nuestros propios hijos que fueron muertos o lisiados en esa guerra, la gente seguía considerando a la ONU como un medio seguro para alcanzar la paz aún después de que en 1951 fue revelado que la ONU (usando nuestros propios soldados norteamericanos bajo el mando de la ONU, bajo la bandera de la ONU, y en colusión con nuestro traidor Departamento de Estado y el Pentágono) había estado invadiendo muchas ciudades pequeñas en California y Texas a fin de perfeccionar su plan para un total dominio de nuestro país. La mayoría de nuestra gente no le dio importancia y siguió creyendo que la ONU es un Santo de los Santos.
¿Sabían ustedes que la constitución de las Naciones Unidas fue redactada por el traidor Alger Hiss, Molotov y Vyshinsky? ¿Que Hiss y Molotov habían acordado en ese tratado secreto que el jefe militar de las Naciones Unidas siempre tendría que ser un ruso nombrado por Moscú? ¿Sabían ustedes que las reuniones secretas de Roosevelt y Stalin en Yalta, a instancias de los Iluminati operando como el CFR, decidió que la ONU debería establecerse en territorio Estadounidense? ¿Sabían ustedes que la mayor parte de los estatutos de las Naciones Unidas fue copiado intacto, palabra por palabra del Manifiesto de Marx y de la llamada constitución rusa? ¿Sabían ustedes que los dos senadores que votaron en contra de la constitución de las Naciones Unidas fueron los únicos que la habían leído? ¿Sabían ustedes que desde que se fundaron las Naciones Unidas la esclavización comunista ha crecido de 250,000,000 a 1,000.000,000? ¿Sabían ustedes que desde que se fundaron las Naciones Unidas para asegurar la paz, ha habido por lo menos 20 guerras mayores incitadas por las Naciones Unidas, justo como incitaron la guerra contra la pequeña Rhodesia y Kuwait? ¿Sabían ustedes que bajo los arreglos como se constituyó la ONU los contribuyentes estadounidenses han sido forzados a sanear el déficit de muchos millones de dólares de la tesorería de las Naciones Unidas porque Rusia se rehúsa a pagar su parte? ¿Sabían ustedes que la ONU jamás ha pasado una resolución que condene a Rusia o a sus llamados satélites sino que siempre condena a nuestros aliados?
¿Sabían ustedes que J. Edgar Hoover ha dicho que “la gran mayoría de las delegaciones comunistas a las Naciones Unidas son agentes de espionaje y que 66 senadores votaron a favor de un tratado consular que abre a nuestro país entero a espías y saboteadores rusos? ¿Sabían ustedes que la ONU ayuda en la conquista rusa del mundo previniendo que el mundo libre tome medida alguna fuera de debatir cada nueva agresión en la Asamblea General de las Naciones Unidas? ¿Sabían ustedes en la época de la Guerra de Corea la ONU tenía 60 naciones miembros, y sin embargo el 95% de las fuerzas de las Naciones Unidas eran nuestros hijos y prácticamente el 100% del costo fue pagado por los contribuyentes americanos?
Y seguramente saben ustedes que la política de la ONU durante las guerras de Corea y de Vietnam era la de evitar que ganáramos esas guerras? ¿Sabían ustedes que todos los planes de batalla del General McArthur tenían que pasar primero por la ONU para ser transimitidos a Vasialia, comandante de los norcoreanos y de los chinos comunistas, y que toda guerra futura combatida por nuestros hijos bajo la bandera de las Naciones Unidas tendría que ser combatida bajo el control del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? ¿Sabían ustedes que la ONU nunca ha hecho nada acerca de las tropas de 80,000 rusos y mongoles que ocupan Hungría?
¿Dónde estaban las Naciones Unidas cuando los combatientes por la libertad Húngaros fueron masacrados por los rusos? ¿Sabían que la ONU y su ejército de paz entregó el Congo a los comunistas? ¿Sabían que las llamadas fuerzas de paz de las Naciones Unidas fueron utilizadas para violar y asesinar a los anticomunistas blancos de Katanga? ¿Sabían ustedes que la ONU simplemente no hizo nada mientras la China Comunista invadía Laos y Vietnam? ¿Que no hizo nada mientras Nehru invadía Goa y otros territorios portugueses? Sabían que la ONU fue responsable directamente de ayudar a Castro? ¿Que no hace absolutamente nada acerca de los muchos miles de jóvenes cubanos que son embarcados a Rusia para su indoctrinación comunista?
¿Sabían ustedes que Adlai Stevenson ha dicho: 'el mundo libre debe esperar perder más y más decisiones en la ONU'? ¿Sabían ustedes que la ONU proclama abiertamente que su objetivo principal es un gobierno único mundial que significa unas solas leyes mundiales una sola corte mundial, escuelas mundiales y una iglesia única mundial en la que el cristianismo estaría prohibido?
¿Sabían ustedes que se ha promulgado una ley de las Naciones Unidas para desarmar a todos los ciudadanos americanos y transferir nuestras fuerzas armadas a la ONU? Esa ley fue firmada en secreto por 'san' Jack Kennedy en 1961.¿Se dan cuenta de cómo esto encaja con el Artículo 47, párrafo 3 de la Carta de las Naciones Unidas, que dice, y lo cito: 'el Comité de Personal Militar de la ONU debe ser responsable por medio del Consejo de Seguridad, de la dirección estratégica de todas las fuerzas armadas puestas a disposición del Consejo de Seguridad' y cuando y si todas nuestras fuerzas armadas son transferidas a la ONU sus hijos serán forzados a servir y morir bajo el comando de la ONU en todo el mundo. Esto sucederá a menos de que ustedes luchen por sacar a los Estados Unidos fuera de la ONU.
¿Sabían que el congresista James B. Utt ha sometido una propuesta de ley para sacar a los Estados Unidos fuera de la ONU y una resolución para evitar que nuestro presidente nos fuerce a apoyar los embargos de las Naciones Unidas sobre Rhodesia? Pues lo ha hecho y mucha gente en todo el país ha estado escribiendo a sus diputados para que apoyen la propuesta de Utt y la resolución. Cincuenta congresistas encabezados por Schweiker y Moorhead de Pennsylvania han presentado una propuesta para transferir todas nuestras fuerzas armadas a la ONU. ¿Pueden ustedes imaginarse tan desvergonzada traición?
¿Sabían ustedes que el Consejo Nacional de Iglesias aprobó una resolución en San Francisco que declara que los Estados Unidos pronto tendrán que subordinar su voluntad a la de la ONU y que todos los ciudadanos americanos deberán estar preparados para aceptarlo? ¿Es su iglesia miembro del Consejo Nacional de Iglesias? Con relación a eso tengan en mente que Dios nunca es mencionado en la Carta de las Naciones Unidas y sus reuniones nunca se abren con una oración.
Los creadores de la ONU estipularon por anticipado que no habría de haber mención de Dios o de Jesucristo en su carta constitutiva ni en la sede. ¿Su pastor está de acuerdo con eso? Averígüelo. Además, ¿Sabían que la gran mayoría de las naciones en la ONU son anti-cristianas y que la ONU es una organización enteramente sin Dios por orden de sus creadores, los Iluminati y el CFR. ¿Ya oyeron suficiente de la verdad acerca de las Naciones Unidas de los Iluminati? ¿Quieren dejar a sus hijos y a nuestro valioso país a merced de la ONU de los Iluminati?
Tengo ahora otro mensaje vital que darles. Como les dije, uno de los cuatro encargos específicos que Rothschild le dio a Jacob Schiff fue crear un movimiento para destruir la religión en los Estados Unidos, con el cristianismo como objetivo principal. Por una razón muy obvia, la Liga Anti Difamación no se atrevería a tratar de hacerlo porque tal intento crearía el más terrible baño de sangre en la historia del mundo, no sólo para la ADL y los conspiradores, sino para millones de judíos inocentes. Schiff pasó ese encargo a Rockefeller por otra razón específica. La destrucción del cristianismo podría lograrse únicamente por aquéllos a quienes se les ha confiado el preservarlo. Por los pastores, los hombres de sotana.
Para comenzar, John D. Rockefeller escogió a un joven ministro cristiano llamado Dr. Harry Ward. El Reverendo Ward, si me lo permiten. En ese entonces estaba enseñando religión en el Union Theological Seminary. Rockefeller encontró a un muy dispuesto Judas en este Reverendo y lo financió para que estableciera la 'Fundación Metodista de Servicio Social' y la tarea de Ward era enseñar a jóvenes brillantes a hacerse 'ministros de Cristo' y colocarlos como pastores en iglesias. Mientras les enseñaba para hacerse ministros también les enseñaba cómo sutil y hábilmente predicar a sus congregaciones que toda la historia de Cristo no era más que un mito, para sembrar dudas sobre la divinidad de Cristo, para sembrar dudas acerca de la Virgen María, en pocas palabras, para sembrar dudas sobre el Cristianismo en conjunto.
No habría de ser un ataque directo, sino que mucho de él habría de hacerse mediante hábil insinuación que habría de ser aplicado particularmente a los jóvenes en las escuelas dominicales. Recuerden la declaración de Lenin 'dénme sólo una generación de jóvenes y transformaré a todo el mundo'. Luego en 1908, la Fundación Metodista de servicio Social, que incidentalmente fue la primera organización pro-comunista de América, cambió su nombre al de 'Consejo Federal de Iglesias'. Ya para 1950 el Consejo Federal de Iglesias se había hecho muy sospechoso, así que cambió su nombre al de Consejo Nacional de Iglesias.
¿Debo decirles más acerca de cómo este Consejo Nacional de Iglesias está deliberadamente destruyendo la fe cristiana? No lo creo, pero sí les diré esto: Si usted es miembro de alguna congregación cuyo pastor e iglesia sean miembros de esta organización Judas, usted y sus limosnas están apoyando el complot Iluminati de destruir el cristianismo y su fe en Dios y en Jesucristo, y de esa manera está usted entregando a sus hijos a que sean indoctrinados a no creer en Dios ni en la Iglesia y que puede fácilmente hacerlos ateos. Averigüe inmediatamente si su iglesia es miembro del Consejo Nacional de Iglesias y por el amor de Dios y de sus hijos, si lo es, retírese de ella de inmediato. Sin embargo, permítanme advertirles que el mismo proceso de destrucción de la religión se ha infiltrado en otras sectas. Si ha visto a los negros en Selma, Alabama y otras demostraciones parecidas habrán visto cómo las muchedumbres de negros son soliviantados y alentados por ministros (y hasta por sacerdotes y monjas católicas) que marchan con ellos. Hay muchas iglesias y pastores individuales que son honestos y sinceros, Busquen uno para ustedes y sus hijos
Incidentalmente, este mismo Reverendo Harry Ward fue también uno de los fundadores de la American Civil Liberties Union, notoria organización pro-comunista. De hecho fue su jefe de 1920 a 1940. También fue co-fundador de la Liga Americana contra la Guerra y el Fascismo, la cual, bajo la dirección de Browder, se convirtió en el Partido Comunista de los Estados Unidos. En pocas palabras, todos los antecedentes de Ward apestaban a comunismo y fue identificado como miembro del Partido Comunista. Murió como traidor de su iglesia y de su patria, y éste fue el hombre que John D Rockefeller escogió para destruir la religión cristiana en América de conformidad con las órdenes dadas a Schiff por los Rothschild.
En conclusión tengo esto que decir. Probablemente estén familiarizados con la historia de un Doctor Frankenstein que creó un monstruo para que cumpliera su voluntad de destruir a las víctimas que el doctor escogía, pero en vez de eso, al final el monstruo se volteó contra su propio creador, Franskenstein, y lo destruyó. Bien, los Iluminati han creado un monstruo llamado Naciones Unidas (que está apoyado por sus grupos minoritarios, negros sublevados, los traidores medios de comunicación y los traidores en Washington D.C.) que fue creado para destruir al pueblo Americano. Sabemos de esa hidra de muchas cabezas y sabemos los nombres de quienes crearon ese monstruo. Sabemos todos los nombres y predigo que un buen día el pueblo americano se despertará completamente y causará que ese monstruo destruya a su creador. ¡Cierto! La mayoría de nuestra gente están todavía siendo engañados por nuestra prensa traidora, televisión y radio y por nuestros traidores en Washington DC. Pero seguramente para ahora se sabe lo suficiente de la ONU para sacar ese organismo de nuestro medio como una mortal víbora de cascabel.
Lo único que me pregunto es qué podrá hacer que la gente despierte y se anime con toda la prueba. Quizás estas palabras logren hacerlo. Ruego a Dios que lo haga y que estas palabras les inspiren a todos ustedes a diseminar esta conferencia entre todos los americanos leales de sus comunidades.


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