Mostrando entradas con la etiqueta Promiscuidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Promiscuidad. Mostrar todas las entradas

sábado, 3 de enero de 2015

De una Iglesia Laxa a una Iglesia Agnóstica

De una Iglesia Laxa a una Iglesia Agnóstica

Reinventando a Dios


Editorial de Radicati nella fede, Hoja de noticias de la comunidad católica de Vocogno, diócesis de Novara, Italia.  Diciembre 2014

Tomado de: rorate-caeli.blogspot.com/2014/12/editorial-reinventing-god.html

Traducido del inglés por Roberto Hope

Un Dios que ya no exige nada del hombre es uno que no existe.  Sin embargo ésta ha sido la trágica consecuencia de la Iglesia Post-Conciliar, la cual al promover una visión secular de la misericordia ha llegado a un agnosticismo en la práctica. Si es cierto que existe el ateísmo práctico, o sea aquéllos que viven como si Dios no existiera aun cuando no nieguen su existencia, también existe un agnosticismo práctico, o sea aquéllos que hablan de un dios desconocido que no habla claramente a los hombres, de quien el hombre obtiene lo que quiere de acuerdo con las circunstancias; un dios que esencialmente está ahí sólo para validar, sin pedir mucho a cambio.

Ésta parece ser típicamente la situación de una gran parte del catolicismo de hoy en día, vivido concretamente por la mayoría de los bautizados.

Se proclama un dios de puro perdón, un dios consolador que no pide la conversión personal ni un cambio en la forma de vida. Un dios listo para aceptar nuevos cambios en la sociedad, listo para declarar que una inmoralidad, cuando se vive con un corazón sincero, no es, en esencia, realmente inmoral. Los debates con respecto al reciente Sínodo han dado amplia evidencia de esto. Al matrimonio ya no se le tiene consideración en nuestro Occidente en decadencia, por lo tanto apresurémonos a decir que Dios no está pidiendo su absoluta indisolubilidad. La gente ya no se casa, apresurémonos entonces a decir que, si hay amor sincero entre una pareja que cohabita, esto de alguna manera compensa la falta del sacramento.  Este tipo de actitudes no se relaciona solamente  con el matrimonio, pues podríamos citar muchos otros ejemplos.

A final de cuentas, podemos decir que estamos siendo testigos de una nueva forma de hablar acerca de Dios, un dios que nada le pide al hombre, un dios que nada prohíbe. En la época de las protestas el lema era “prohibido prohibir”.  Hoy en día esta consigna mora en la nueva Iglesia, la Iglesia del Post-Concilio: “Prohibido hablar de un Dios que prohibe”. Ésta parece ser la divisa utilizada para re-programar a los católicos comprometidos, pero sobre todo al clero. Se busca tener un clero acogedor que no le recuerde a nadie de la urgencia de convertirse.  Hablar del castigo, de la penitencia y del temor de Dios están prohibidos. Dicen que la gente necesita de consolación para recuperar su confianza en la Iglesia, así que: ¡no prohiban nada!  Ése es el tedioso estribillo.

De una sola tajada se ha borrado la Sagrada Escritura en su totalidad. o sea todos los Evangelios y el Viejo Testamento.  Se habla de un dios que no encontramos en ninguna parte de la Revelación; de un dios tomado prestado del secularismo masónico, pero que no tiene parecido con pasaje alguno de los evangelios. Un dios que no indica al hombre el camino de la vida alejándose del pecado; sino un dios que tiene prisa por validar lo que los hombres hacen cuando están intoxicados por el pecado.

Además, los esfuerzos de la jerarquía parecen a veces querer controlar sólo a aquella parte de la Iglesia que se toma su tiempo proclamando a un Dios que aborrece y castiga el pecado para que el hombre corrija su camino y vuelva a una vida santa. El “prohibido hablar de un Dios que prohibe” se convierte en “Ya no queremos una Iglesia que prohíba.” En efecto ¿queda aún algo que se prohíba en nuestras parroquias e iglesias?

Debiéramos preguntarnos en qué estarán pensando los fieles y los sacerdotes cuando se proclama la Palabra de Dios en la Misa, cuando oyen a los profetas anunciar castigos de Dios e invitaciones a la conversión, cuando se menciona el fin de los tiempos en los Evangelios, el juicio final y el Glorioso retorno de Cristo.

Es precisamente en estos tiempos, en que ha habido tanta discusión en la iglesia sobre el diálogo con los judíos, que el Viejo Testamento ha sido de hecho enteramente censurado. Es un dios moderno el que está al centro de muchas iglesias, un dios burgués que bendice las preferencias licenciosas con tal de estar con los tiempos, un dios que ya no le pide a uno nada.

Sin embargo, toda esta falsedad ya ha sido castigada. Sí, porque un dios que no te pide nada es un dios que de hecho no existe.  Esto es cierto en las experiencias de vida de la gente ¿qué caso tiene un dios que le dice al hombre que siempre está bien?

Hemos cavado nuestras propias tumbas. El catolicismo modernizado ha cavado su propia tumba predicando un dios que es pura indulgencia; se ha transformado en un catolicismo agnóstico, el cual aun sin negar la existencia de Dios vive separado de Él, pues para la Iglesia Moderna Dios no se conoce. Si Dios me dice que siempre estoy bien, si Él bendice a priori lo que yo elija, si Dios coincide conmigo y con mi voluntad, entonces Él desaparece de mi vida. Ésa es la tragedia de la Iglesia Post Conciliar: que se está volviendo agnóstica.

Y ésta es la razón por la que en la Iglesia se oye hablar tanto del mundo y casi nunca de Dios.

Al experimentar la Navidad, recordémonos a nosotros mismos, en cambio, que Dios vino al mundo, se hizo hombre y nos ha mostrado su cara. Él ha hablado a lo largo de los siglos en el Nuevo y en el Viejo testamento y nos ha pedido que le obedezcamos. Por consiguiente, debemos hacerle caso.

La iglesia debe simplemente ser el eco fiel del Señor que nos habla.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Reflexiones de una Esposa y Madre Conversa a la Fe Católica

Algunas Reflexiones de una Esposa y Madre y Conversa a la Fe Católica

por la Dra. Maike Hickson

Reseña del libro The Family under Attack de Don Pietro Leone


Tomado de http://rorate-caeli.blogspot.com/2014_12_01_archive.html
Traducido del Inglés por Roberto Hope

Como traté de argumentarlo en un artículo reciente que me publicó Christian Order[1], cuando la Iglesia trata del tema del matrimonio y de la familia, debe primera y persistentemente estar muy atenta a Los Pequeños, aquellos niños vulnerables que no pueden defenderse por ellos mismos y que por lo tanto requieren de la protección de la Iglesia en su misión de ayudar a los pobres – y de esa manera también a los “Pobres entre los Pobres” (en las palabras del Cardenal Gerhard Müller): los hijos de padres divorciados; los “huérfanos por divorcio.”

Como lo expliqué en el citado artículo de Christian Order, lo que me motivó a sentarme a escribir sobre estos temas fue, en parte, el que, como mis propios padres se divorciaron cuando era yo apenas una niña, puedo hablar desde el fondo de mi corazón sobre el sufrimiento que un divorcio trae en la vida de los hijos.  Por otra parte, debido a que, además, soy una conversa a la fe católica, habiendo vivido una buena parte de mi vida en una atmósfera atea y secular y dentro de ese ambiente social, puedo también hablar con convencimiento sobre la importancia de la enseñanza moral tradicional de la Iglesia Católica y de cómo, a nosotros que estábamos perdidos, nos ayuda a llevar una vida mejor, no aquella vida más restringida y más inhumana que, con frecuencia, indirecta y peyorativamente se insinúa en algunos de los argumentos que nos llegan de los mismos que se profesan ser reformadores de la Iglesia. Cuando esos reformadores nos dicen que la actual enseñanza moral de la Iglesia no responde de manera suficiente a las necesidades de la gente de nuestro tiempo, se desprende necesariamente que ellos piensan que las leyes de Dios son insuficientes; que el mismo Cristo aparentemente carecía de una visión a suficientemente largo plazo para prever todo esto.

En la reflexión siguiente, me propongo a comentar sobre dos partes del libro de Don Pietro Leone; aquéllas que también se relacionan con temas que son cercanos a mi propia experiencia.

Empezaré con sus comentarios (contenidos en el Capítulo 6) sobre el aumento de la impureza en nuestro alrededor y en la intrusiva sociedad secular.  Nuestro autor columbra  la conexión que hay entre la pérdida de la fe y el aumento en la impureza – una devastación moral que finalmente, así como tan gravemente, afecta a los hijos, como bien lo sabemos. El autor dice: “... el rechazo de Dios ha engendrado una ceguera al significado objetivo y a lo bueno de la castidad, del matrimonio y de la procreación, así como otra ceguera a las gracias sobrenaturales [actual, sacramental y santificante], que son asequibles y necesarias para su cumplimiento.” (155)  Lo que ahora se entiende de la castidad, del matrimonio y de la procreación ha sido enturbiado en su significado de esa manera.  Lo que el Padre demuestra es que, cuando el amor no es gobernado y dirigido por la razón y por una enseñanza moral clara, pronto resulta reducido a su parte sensible, a su parte inmoderadamente pasional y, por lo tanto, pronto se embrutece y se degrada.  De hecho, pronto resulta en una forma egoísta de amor que deja de ser solícito con la otra parte, y más bien busca satisfacer los deseos propios.

 Debido a que un mundo sin Dios es, en todas sus esferas, más inhumano, el amor será buscado más y más como una forma de consolación.  El autor demuestra cómo aquellos padres egoístas que dejan de seguir las leyes morales de Dios, tienden a “descuidar y abandonar a sus hijos, y a abusar de ellos” (157) de distintas maneras; y de esa forma efectivamente infunden en sus propios hijos el anhelo de una forma superior de amor, porque en el propio ambiente sensible de ellos, nunca lo han experimentado. Hasta pueden quizás esperar, por lo tanto, poder hallar las formas de amor más generosas (un amor de benevolencia, no sólo uno de concupiscencia).  El amor, sin embargo, es ahora más y más probablemente percibido y concebido en sus formas meramente sensibles y pasionales, que llegan de manera inmediata a los sentidos. Un amor más hondo, más calmo, mas sereno, que esté colmado también de un sentido del deber y de una responsabilidad formativa y protectora es, por lo tanto, más probable que falte en ellos.

Don Pietro Leone mismo lo expresa tan bien en su libro, y nos da, asimismo, tantos argumentos y tan buenos, donde se contrapone a la idea prevalente de que en relaciones extramaritales pueda haber “elementos buenos” . Aun cuando admite que estas uniones ilícitas (y con frecuencia adúlteras) puedan traer algún alivio al corazón, dadas las heridas infligidas por una falta de cariño en el pasado, de todos modos esas heridas no pueden sanar completamente, sino que hasta explícitamente agregan nuevas lesiones, en cuanto a que en la pareja no se respetan el uno al otro de una manera tan completa, como lo hacen las personas que se unen la una a la otra mediante un voto (que hasta constituye una promesa irrevocable hecha ante Dios) en un matrimonio sacramental. El Padre agrega: “Y ya que la relación extramarital falla en cuanto al trato con el debido respeto entre las partes, o sea con el pleno amor marital, las maltrata y abusa de ellas y les inflige nuevas heridas.” (160)   También describe este amor como un amor que es gobernado en gran medida por el deseo sexual y que lo despoja de las leyes morales del amor, o sea la castidad, el matrimonio y la procreación.  Tales relaciones extramaritales en su mayor parte evitan tener hijos, pues sólo duran mientras las pasiones subsisten, quizás unos cuantos meses, quizás unos cuantos años” (161) Sin embargo, sólo el verdadero matrimonio puede ser perdurablemente fructífero y bueno.  “La procreación sólo es lícita dentro del contexto del matrimonio, pues sólo el matrimonio puede proveer el soporte para la educación de hijos felices y bien equilibrados.” (164 nota al calce).  El Padre muestra aquí nuevamente su interés especial por los hijos, por su protección y su formación.

El problema general de las “relaciones amorosas” sin una unión matrimonial y sin intención alguna de procreación de hijos (como fruto de un amor mutuo y leal) es que se intensifica por los medios modernos de comunicación, que de múltiples maneras excitan e incitan los deseos de tener placeres sexuales. Además, los programas de “educación sexual” tales como los que promueven las Naciones Unidas, fomentan una “visión puramente hedonista de la sexualidad”.(163)  El mundo moderno de esa forma rebaja aun la dignidad natural del hombre y desprecia la capacidad del hombre de formar toda union matrimonial leal y duradera y de sostener una más alta disciplina y cultura, promoviendo sus tradiciones más profundas y nobles y su perseverancia fiel. Se nos trata de reducir a meros seres sensoriales, casi como animales, incapaces de cumplir nuestra palabra o de establecer una unión honorable – o de hacer un voto verdadero (una promesa irreversible).

Cuando pasamos al capítulo sobre la contra-concepción (Capítulo 5) nos damos cuenta de cómo la orientación hacia la bendición que son los hijos, da al matrimonio su dirección fructífera y perdurablemente significativa. Don Pietro Leone muestra cómo, lamentablemente,  la enseñanza reciente de la Iglesia ha sido alterada, fundamentalmente en lo que concierne a los Fines del Matrimonio, y alterada en detrimento de éste, piensa él.  Por ejemplo, el Papa Pablo VI, así como el Papa Juan Pablo II, el Nuevo Catecismo y el Nuevo Derecho Canónico, afirman todos ellos que el fin primario del matrimonio es el “amor” y ya no, como se afirmaba tradicionalmente, la procreación de los hijos.  El bien mutuo de los esposos ahora va antes que el bien de los hijos.

Citando al Papa Pío XII, el autor nos ilustra de cómo esta inversión de prioridades había sido rechazada anteriormente por el Magisterio, mostrando cómo la perfección del marido y la mujer debía estar subordinada a la procreación, y la educación de los hijos debía ser cultivada y sostenida.

Nuestro autor también hace referencia a la Sagrada Escritura (especialmente al Génesis) donde se muestra claramente que Dios creó al Hombre y a la Mujer, y les ordenó “Creced y multiplicaos y henchid la tierra..” con hijos, e hijos bien educados.  En este sentido, el amor sexual no es más que un medio para un fin más alto y un bien mayor, y este amor conyugal y apoyo mutuo deben subordinarse a otros bienes más grandes, específicamente “la conservación de la especie". (138)  El Padre nos recuerda sabiamente que las características físicas y psicológicas del hombre y de la mujer los preparan para la procreación; específicamente “el hombre tiene una propensión natural a trabajar por el sustento de la familia y en cambio la mujer tiene una propensión hacia el cuidado y la educación de los hijos.” (138)

Asimismo, Don Pietro Leone describe de manera contundente el sutil cambio que han sufrido los Fines del Matrimonio durante el Siglo XX, comenzando ya desde la Encíclica Casti Connubis (del 31 de diciembre de 1930).  El Padre presenta una crítica clara y convincente de una evolución ligeramente novedosa que se infiltró en la redacción del Magisterio Papal y que ha traído muchos malos frutos.

Varios elementos de Personalismo Magisterial están en evidencia aquí: el subjetivismo, junto con una preocupación con la psicología, el amor y la persona; el desdeño de la objetividad junto con el de la tradición y de las enseñanzas del Magisterio anterior; así como de los argumentos basados en la Sagrada escritura y en la Ley Natural.

La razón de por qué este giro tiene tantas consecuencias es la siguiente: cuando los esposos contraen matrimonio con el propósito principal de satisfacerse y hacerse felices a ellos mismos, pierden de vista el sentido del deber y de la apertura hacia la vida.  Sólo estarán abiertos a recibir hijos si les conviene a sus necesidades, y a su tiempo, y si sienten que no les impide inmoderadamente, ni les es incómoda para, la felicidad que perciben.  En pocas palabras, dadas las propensiones pecaminosas de nuestra naturaleza caída, tal concepto tenderá a promover el subjetivismo y el egoísmo.  Por contra, cuando los matrimonios se contraen con un claro sentido de la misión a largo plazo, específicamente de “poblar el cielo” y de esa manera también dar mayor gloria a Dios, proporcionándole más almas que le alaben y le agradezcan en la Beatitud de la Vida Eterna, comenzarán sus matrimonios sacramentales con una actitud muy diferente, una de generosidad y también de sacrificio.  Estos esposos se orientarán hacia lo que Dios quiere de ellos; no al revés, lo que quieren de Dios o lo que quieren para ellos mismos.

Por lo tanto, el Padre pone correctamente lo que desarrolla acerca de los Fines del Matrimonio, en el mismo capítulo en el que trata de la contra-concepción. Una vez que el propósito primario del matrimonio ha sido alejado del de tener hijos, es sólo cuestión de tiempo para que los católicos comiencen activamente a utilizar medios para evitar tenerlos.  Pero si tenemos un abundante amor a Dios, y estamos agradecidos a él por habernos creado y somos hijos leales de Dios que seguimos sus mandamientos, no querremos hallarnos carentes en nuestra generosidad recíproca.  ¡Las familias grandes son una bendición! ¡Muchos hijos son una bendición!  Hablamos  del Bonum Prolis, lo bueno de la prole, lo bueno de los hijos-  Don Pietro Leone muestra de manera muy hermosa en varios de los pasajes que cita cómo, desde tiempos  antiguos, la Iglesia había mantenido esta actitud de generosidad que así llevó, correlativamente, a su muy restringida regla en lo concerniente a los “cálculos” del control natural de la natalidad.  Como lo enseñó el Papa Pío XII, el uso continuado del acto marital sin apertura a la procreación no teniendo una razón grave para ello “sería un pecado contra la propia naturaleza de la vida matrimonial” (147).  Además, como de manera importante lo señala el Padre Pietro Leone, por sí solo, el hecho de que uno de los cónyuges, desde el inicio de un putativo matrimonio, haya tenido la intención de evitar tener hijos, hace al matrimonio inválido desde su inicio (y con más razón cuando haya resuelto a hacer el matrimonio enteramente infértil.)

Finalmente, el Padre Pietro Leone también contrapone una vez más la enseñanza novedosa con la enseñanza tradicional de la Iglesia en lo concerniente a los Fines del Matrimonio, analizando la encíclica “pro-vida” Humanae Vitae emitida por el Papa Pablo VI en 1968.  El autor resume su análisis previo y más completo de la siguiente manera:

Observamos que Humanae Vitae propone un uso extendido del control natal natural. Hemos visto en el resumen anterior cómo elogia esta práctica en términos radiantes.  Observamos también que al proponer un uso extendido del control natal natural, jamás amonesta contra un uso excesivo, como lo había hecho Pío XII, y eso en tonos solemnes (150).

Para concluir mis pocas observaciones sobre el verdaderamente excelente libro de Don Pietro Leone, me gustaría afirmar una vez más lo importante que es la enseñanza moral tradicional de la Iglesia para llevar una vida buena en esta tierra, y cómo una preparación que fortalece para la mayor aventura (y riesgo) de alcanzar la Beatitud. Aun visto en un plano puramente natural, la doctrina de la Iglesia hace mucho sentido, y hace sentido sabiamente porque viene de Dios que nos creó a todos (la ley moral podría verse como algo análogo a las “instrucciones del fabricante” para que las cosas funcionen bien como fueron diseñadas.)  Esto es lo que yo misma llegué a ver mucho antes de que recibiera el don de la gracia de la fe sobrenatural.  Después de experimentar la belleza de la liturgia tradicional, lo que llegué a ver es la belleza de la enseñanza moral de la Iglesia. ¡Era tan convincente en su sabiduría y verdad!  Se confirmó en mi propia vida en un mundo secular, que había sido tan permeado de una atmósfera de gente cohabitando, abortando y divorciándose. Como lo expresa tan claramente Don Pietro Leone, una vida así desordenada y escuálida, de no corregirse, sólo lleva hacia abajo, no hacia arriba.  Agradezco a Dios el haberme conducido fuera de este lodo y de esta constriñente asfixia, hacia Su vastedad espiritual y belleza y felicidad; y agradezco también a Don Pietro Leone por presentar estos argumentos en defensa de la enseñanza tradicional de la Iglesia, tan claros, y accesibles a tanta gente – no sólo a la gente ilustrada – tanto católica como no católica, para que puedan finalmente encontrar la verdadera felicidad – sin recurrir a estratagemas o a su autoengaño.

Considero que el libro del Padre es una hábil forma de apologética – que desde el comienzo se basa en premisas naturales, no sobrenaturales, (como la apologética de Santo Tomás con los musulmanes en su Summa Contra Gentiles) – en relación con la enseñanza moral de la Iglesia Católica, que tanto se necesita en estos días.  El libro de Don Pietro Leone debería imprimirse y distribuirse ampliamente y ser entregado a todos los que participaron en el pasado Sínodo del 2014 y a los prospectos a participar en el aún más importante Sínodo de Obispos que se celebrará en el 2015.  El libro del Padre Leone nos proporciona el razonamiento y los argumentos efectivos para convencer a muchos del mundo pecador e inatento de ahora, sobre cómo la guía moral tradicional de la Iglesia Católica podría (y debería) llevar a todos a una vida más fructífera, más satisfactoria, y finalmente más feliz en esta tierra (y todavía más feliz en la vida de eterna Beatitud prometida en adelante)

[1]    Maike Hickson, “Mercy For the Little Ones,” Christian Order, Septiembre de 2014.

lunes, 13 de octubre de 2014

Carta Abierta al Papa Francisco

Carta Abierta al Papa Francisco:

¿Está Usted planeando redefinir la doctrina de la Iglesia?

por Kelly Bowring

Tomado de: twoheartspress.com/blog/open-letter-to-pope-francis-are-you-planning-to-redefine-church-doctrine/


Traducida del inglés por Roberto Hope

Querido Papa Francisco:

La Iglesia nos enseña que, como teólogo católico, se me permite plantear preguntas con respecto al contenido de sus intervenciones (Sobre la Vocación Eclesial del Teólogo 24). De manera que eso es lo que pretendo hacer en esta carta abierta.

Desde que fue electo Papa, muchos de sus actos y afirmaciones han traído desasosiego entre no pocos cardenales católicos. Yo mismo he planteado algunas cuestiones anteriormente, en particular sobre cómo sus palabras y acciones parecen estar dando cumplimiento a las creíbles profecías católicas de nuestros tiempos. El centro de las crecientes inquietudes apunta a lo que parecen ser sus intenciones de cambiar o alterar la doctrina católica y posiblemente hacer concesiones pastorales en relación con la enseñanza doctrinal de la fe y la moral.

Sólo Pregunto:
Comienzo por preguntarle si Benedicto XVI no estaría refiriéndose a Usted cuando, como es bien sabido, al principio de su pontificado pidió: “Oren por que yo no huya de miedo a los lobos” ¿Está Usted planeando descarriar a muchos, primero fijando su objetivo en la familia (cambiando el significado del matrimonio, comprometiendo la moral sexual y las cuestiones de vida), ya que es el cimiento de la sociedad y de la iglesia doméstica? ¿ Por qué ha estado usted desenfatizando las doctrinas sobre la homosexualidad, la cohabitación, el aborto, y la anti-concepcíon? ¿Por qué ha estado Usted colocando estratégicamente en puestos clave a personas de mando que promueven hacer concesiones y cambios en la doctrina, causando ya confusión de esa manera? ¿Está usted por conducir a la Iglesia Católica a que haga un número de alarmantes declaraciones, referentes a por qué tiene que cambiar y modificar varias partes de su estructura y de sus creencias? ¿Por qué parece que las leyes tornadizas de nuestros países están siendo instigadas al unísono con los cambios que se están proponiendo en nuestras iglesias, con ambos juegos de nuevas leyes siendo compaginadas para redefinir y aceptar todo tipo de pecado?

¿Podrá esto Volverse una Cuestión de Validez Papal?
Es objetivamente imposible cambiar, descartar o comprometer una sola doctrina de la fe. Como lo he tratado en otro artículo, la Iglesia nos enseña que hasta un papa puede situarse en herejía personal si se rehusa a creer una sola doctrina, y si lo hace, se invalida a sí mismo como Papa. ¿Hay una sola doctrina de la fe que Usted se niegue a creer? ¿O que esté tratando de cambiar? ¿O que de hecho hará cambiar pronto?

Santo Tomás de Aquino confirma que todo miembro de la Iglesia, que obstinadamente descrea una sola doctrina de la Fe, pierde toda la gracia de la Fe teológica; y manteniendo voluntariamente de esa manera un solo  tipo de opinión de acuerdo con su propia voluntad se hace hereje.  Se vuelve más un asunto de escándalo cuando cuando quienes guían a la Iglesia tratan la doctrina como si no lo fuera, arguyen que una doctrina ha sido hasta ahora controvertida, y luego se esfuerzan por re-definirla, tratándola como materia abierta a cuestionamiento, discusión u opiniones entre expertos. Esto es en esencia una labor de engaño. Más inquietud surge cuando los miembros de la jerarquía de la Iglesia dicen que no tienen intención de cambiar la doctrina de la Iglesia, cuando se aprestan a hacer concesiones pastorales aparentemente misericordiosas pero en realidad condenables, con el efecto secretamente buscado de hacer obsoleta una doctrina.

Usted no Puede Cambiar Doctrina Alguna del Catecismo
Aun cuando no todas las doctrinas contenidas en el Catecismo han sido definidas de manera infalible, el Catecismo sólo enseña la verdad, “la verdad que fue confiada de una vez para siempre a los santos” (Judas 3). El alterar significativamente cualquier enseñanza contenida en el Catecismo, que es la fuente de enseñanza de la sagrada doctrina,  “el texto de referencia seguro y auténtico para enseñar la doctrina católica”(FD 3), que "sin error sintetiza normativamente la totalidad de la fe católica” (GDC 120) y las “verdades salvíficas fundamentales” de la fe (GDC 124), conduce objetivamente a la herejía y a la apostasía. Sea que Usted cambie la doctrina o que simplemente sancione el transgredirla so pretexto de hacer una concesión pastoral (no obstante cuán noble en apariencia sea su razón) o que simplemente la reemplace con nuevas leyes de tolerancia, todo esto equivaldría a caer en herejía. El cambiar la doctrina de la Iglesia aun bajo la apariencia de una innovación pastoral no haría válido el cambio. Hoy en día hay un extendido liberalismo radical de compasión equivocada, falsa misericordia, y tolerancia excesiva propuestas en aras de ser pastoral y de estar al día. Pero sólo lo que sea verdadero pastoralmente puede ser verdaderamente pastoral. Nunca puede citarse a la misericordia como una alternativa o como opuesta a la doctrina:  La verdad doctrinal nunca puede adaptarse al creyente o a la época, sino que el creyente y la época deben ser invitados a adaptarse a la verdad doctrinal. Una enseñanza nueva o modificada o una concesión que eluda o cambie cualquier artículo de fe o que sólo le de una interpretación diferente de la tradicional y verdadera sería necesariamente herética. ¿Es esto lo que Usted está planeando hacer?

Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida y no hay salvación a través de nadie más. Él es la plenitud de toda la Revelación divina, que subsiste en su integridad sólo en la Iglesia Católica. Los fieles católicos deben creer como cierta toda la doctrina de la Iglesia. Esta fe “es necesaria para la salvación” (CIC 183) para aquéllos que están conscientes de ella. Y no obstante que el Papa “tiene poder total, supremo y universal sobre toda la Iglesia” (CIC 882), éste es aplicable solamente cuando él sea un papa válido y así permanezca.. Su cargo de papa lo obliga a salvaguardar e interpretar debida y auténticamente las doctrinas confiadas al Magisterio auténtico de la Iglesia por nuestro Divino Redentor (Mateo 16:18, 18:18), pero no son para usted, como individuo, someterlas al juego y a los fines ocultos del poder.  Y aun cuando la enseñanza de la Iglesia sobre el desarrollo de la doctrina permite un genuino progreso en la exposición y la comprensión de la Revelación, jamás autoriza cambiar, abandonar o desechar doctrina alguna de la Iglesia.

La Palabra, como nos la dan la Escritura (la Biblia) y la Tradición (el Catecismo), no pueden cambiar. La íntegra verdad divina de la Fe, entregada a nosotros en forma de la sagrada doctrina, es “sabiduría por encima de toda sapienza humana” y sólo se entiende y se acepta mediante un profundo y auténtico “temor de Dios”.  Es el deber de la jerarquía de la Iglesia el llamar a los fieles a “obediencia de la fe” a la verdad completa de la sagrada doctrina contenida en la Escritura y la Tradición, con una libertad de conciencia que nunca los libera de la verdad, sino siempre y únicamente les da libertad en la verdad. Y toda labor de genuina pluralidad debe salvaguardar la unidad de la fe en su integridad doctrinal.

En vez de llamar a la humanidad a su conversión a Cristo y a la verdad de la doctrina, desempeñando el gran mandamiento de Jesucristo de: “id y haced discípulos de todas las naciones, enseñándoles a que observen todas las verdades” para que se conviertan por el bautismo, algunos vemos que su forma de proceder es buscando amoldar y comprometer la doctrina ante las tendencias actuales del pensamiento y comportamiento seculares, y tergiversarla para acomodarla a otras orientaciones religiosas. Papa Francisco, debemos mantenernos firmes en lo que ha sido encomendado a nosotros por Cristo y sus Apóstoles, o sea, el depósito íntegro de la fe que se halla en la sagrada doctrina (1 Tim 6:20). Estamos llamados a dejar que la verdad sobrenatural de Cristo hable por sí misma, pues “lo que nos hace creer (la doctrina) no es que las verdades reveladas nos parezcan ciertas e inteligibles a la luz de nuestra razón natural (mucho menos dentro del contexto de nuestra sociedad moralmente corrupta); creemos porque es la autoridad de Dios mismo quien nos las revela, quien no puede engañar ni ser engañado” (CIC 156). Sin embargo, aunque Dios no puede engañar, un papa sí puede hacerlo; especialmente con la engañosa bandera de (falsa) humildad y (falso) amor a la humanidad, que se despliega pero que no se practica en forma genuina.

Para reiterar mi punto principal, Papa Francisco, Usted no puede cambiar, alterar o desechar una sola doctrina sin desmantelar con ello todo el depósito de la fe. “Porque cualquiera que guardare toda la ley pero faltare en un solo punto se hace culpable con respecto a toda ella” (Santiago 2:10). Aun cuando sólo la doctrina más pequeña e insignificante sea rechazada, comprometida o alterada, la verdad entera de Dios se pone en riesgo.  Papa Francisco, Usted puede poner al día o cambiar las costumbres de la iglesia, como válidamente lo han hecho muchos en la jerarquía, pero no puede cambiar la doctrina de la iglesia una iota, no sólo la doctrina menos significativa (por ejemplo dar la comunión a los divorciados y vueltos a casar, dar la bendición de la Iglesia a parejas del mismo sexo o cambiar el significado de la Eucaristía) sin invalidar de hecho su pontificado. Sería imposible para un dirigente de la Iglesia permitir cualquier cambio pastoral substancial a una doctrina, pues tal cambio necesariamente haría esa adaptación pastoral incompatible con la doctrina, que además sería semejante a una herejía y apostasía. Transija con una sola doctrina católica y abrirá una caja de Pandora que en efecto deslegitimizará toda la doctrina católica.

¿Está Usted llevando a la Iglesia a la Gran Apostasía y Cisma?
Papa Francisco ¿está usted organizando un nuevo movimiento evangélico, que vaya a ser dado a conocer por etapas, mediante una estrategia de pasos graduales, a fin de evitar demasiadas preguntas, pero que será recibido como una bocanada de aire fresco por muchos? ¿Está Usted formando una falsa hermandad ecuménica como parte de una Iglesia ahora renovada, buscando unir a las iglesias del mundo en una Nueva Iglesia del Mundo, que llevaría a practicar nuevos ritos y abominaciones? La Iglesia no puede hacerse que se acomode al mundo moderno, ni puede su doctrina cambiarse para volverse incluyente con el fin de agradar a otras denominaciones, religiones y modas.

Y no importa qué otro bien haga Usted, no importa qué otro compromiso humanitario Usted promueva, o concurso de popularidad Usted gane, si Usted conduce a los fieles por un camino errado, no será nada más que un falso papa. Igual como todo el resto de nosotros, tiene Usted dos opciones – permanecer leal a la Verdad de Cristo o acoger mentiras como sustitutos de ella, lo cual es herejía, y diseminar esas mentiras por medio de engaños y artera apostasía, dividiendo de esa manera a la Iglesia en un cisma.

Papa Francisco, cualesquiera que sean sus planes, el hecho es que a muchos nos parece que usted está contribuyendo a la confusión espiritual de nuestros tiempos. Su centro de atención parece estar más en el hombre que en Dios, en agradar o impresionar al hombre más que a Dios, en aparentemente secundar al hombre en sus pecados más que en auxiliarlo en servir y obedecer a Dios y Sus Mandamientos. De ser esto así, entonces ¿a dónde quiere llegar con esto? Y ¿a dónde está conduciendo a la Iglesia?

¿Está entre Nosotros el Falso Profeta?
Papa Francisco, hay muchas enseñanzas y profecías bíblicas acerca del falso profeta, a algunas de las cuales parece Usted estar dando cumplimiento. ¿Por qué está usted apoyando vigorosamente a obispos disidentes que están proponiendo hacer concesiones pastorales heréticas y están buscando manosear la doctrina sagrada, mientras usted despiadadamente echa afuera, depone o les quita poder a otros obispos, conocidos por ser fieles a la doctrina? ¿Por qué le ofrece usted una tremenda sensibilidad pastoral a gente que ni siquiera quiere practicar la fe y está inclinada a ofenderla, pero en cambio ha dirigido un antagonismo despiadado hacia aquéllos que sí la practican? ¿Por qué cada vez más nos parece a algunos, que está en marcha una desorientación diabólica, aunque intencionalmente nebulosa, en la doctrina de la Iglesia bajo el gobierno de Usted?

La Biblia nos previene de falsos maestros que llevan al pueblo de Dios por un camino errado con sus mentiras y su temeridad. San Judas dice que ellos habrán de pervertir la gracia de nuestro Señor, tornándola en libertinaje. Nuestro Señor también advirtió repetidamente acerca de los falsos maestros que llevarán a muchos a su ruina espiritual. Jesús nos cuenta la parábola del trigo y la cizaña, con la cual nos ilustra que las semillas de la cizaña (la falsa doctrina) se parecen tanto a las del trigo, que aun los labradores (teólogos/ apologistas/obispos) tienen dificultad para distinguirlas, pues al demonio le gusta disfrazar la falsedad con la verdad, usar la virtud para justificar el vicio, y tergiversar la doctrina para justificar la herejía, tanto que hasta los fieles son engañados. Jesucristo de hecho nos amonestó a que estuviéramos alerta de los falsos profetas, que vienen a nosotros vestidos con piel de oveja pero que en su interior no son otra cosa que lobos voraces. Y San Pablo declara de esos villanos “Pero aun si nosotros o un ángel del cielo, les enseñara un evangelio contrario al de Jesucristo, que sea condenado”.

Papa Francisco ¿es Usted el lobo vestido de pastor, contra el cual la profecía católica nos ha prevenido? ¿Es usted el profetizado falso profeta de embustes y engaños que habrá de llevar a la Iglesia a un cisma? ¿Es usted el anti-Juan Bautista y precursor del anticristo que dominará al mundo? ¿Estará usted pronto a la puerta de la muerte, como lo profetiza el Libro de la Revelación, sólo en ese momento, justo como si un milagro hubiera tenido lugar, parezca haberse levantado de entre los muertos?

Aquí vale la pena considerar dos fuentes aprobadas de revelación privada: Primero, en La Salette, nuestra Señora nos previno que Roma habría de perder la fe y habría de volverse sede del anticristo; la Iglesia habría de ser eclipsada y no sabremos quién es el verdadero papa. Y segundo, en Akita Nuestra Señora nos previno de que el engaño de Satanás habrá de infiltrar a la Iglesia en un grado tal que veremos (buenos) cardenales divididos contra (malos) cardenales, en que la Iglesia será enredada en una revolución, Y hay muchas otras profecías católicas creíbles que nos dan una percepción, nos previenen y nos dan dirección para nuestros tiempos; profecías que todo católico debe tener presentes. Ellas nos dicen que habrá de venir un dirigente de la Iglesia por medio de quién el mundo habrá de ser engañado por sus muchos actos que serán considerados obras de gran caridad pero llevadas a cabo detrás de una falsa fachada de humildad y de palabras dulces presentadas con un maravilloso y amoroso carisma externo. Mediante sus enseñanzas alentará a la humanidad a caminar hacia un humanismo exaltado en vez de hacia Dios.

Es muy posible para un embaucador maestro engañar a los fieles católicos. El Padre Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, con sus simuladas ortodoxia, humildad y ostentosa santidad, engañó con éxito hasta a un papa (San Juan Pablo). El propio Catecismo señala que en los últimos tiempos, una gran parte de los fieles será conducida por mal camino, específicamente mediante un engaño religioso. Papa Francisco ¿es Usted un impostor que pondrá en riesgo la integridad de la doctrina de la Iglesia, que anunciará orgullosamente su solución de unir a todas las iglesias cual si fuera una sola, y que llevará a cisma a la Iglesia Católica? ¿Será Usted aplaudido por el mundo secular y loado como un moderno innovador por condonar el pecado? ¿Habrá Usted de encargar un referendo para adaptar las leyes de la Iglesia y condonar nuevas prácticas pecaminosas que congenien con los tergiversados derechos humanos, para luego forzar a la Iglesia a que preste un nuevo juramento a esta nueva falsa doctrina? ¿Va Usted a hacer una burla de la fe y la moral católica en nombre de una disciplina tornadiza, de una acción pastoral y de un respeto al voto popular, y proseguir con el plan oculto de colocar en lugar supremo la conciencia individual, por encima de la doctrina católica?

En nuestros tiempos, más que nunca, Satanás quiere causar un gran daño espiritual a la humanidad por medio de engaños. Sabemos que el falso profeta vendrá enmascarado como amigo de católicos, protestantes, judíos y musulmanes. En lugar de eso, es el falsario que ha entrado en la casa de Dios para engañar y destruir almas mediante lo que será el más grande engaño religioso de la historia.

Papa Francisco, si Usted es un falso profeta que busca arrebatar almas por medio de embustes, habrá de salir perdiendo. El libro de la Revelación dice que tanto el falso profeta como el anticristo serán arrojados al lago de fuego donde sufrirán para siempre. “El mal tendrá su hora, pero Dios tendrá Su día” (Venerable Fulton Sheen). Mucho de lo que sucederá en la Iglesia en estos tiempos ha sido predicho, y sabemos que Dios permite estas abominaciones por buena razón. La Iglesia, como Cristo, sufrirá su pasión, crucifixión y muerte, y sólo entonces para entrar en su resurrección en una Nueva Era de Paz (Fátima). Y sabemos que no habrá derrota para los fieles que se mantengan firmes en la fe y sostengan la Verdad – la Palabra de Dios – aun ante la adversidad, la herejía, la apostasía y el cisma. Papa Francisco, a cualquier defensa que Usted pudiera tener o hacer acerca de las cuestiones que he planteado, el tiempo habrá de revelar la verdad de las cosas.

A los Fieles Católicos:
A los fieles católicos yo digo lo siguiente: Vivimos en tiempos tenebrosos y peligrosos, en los que nuestra fe y nuestra moral están siendo atacadas y reprimidas por todas partes, y de la manera más siniestra desde el interior de la misma Iglesia. San Pablo nos previno en su primera carta a Timoteo que “en los últimos tiempos algunos habrán de apostatar de la fe por prestar atención a espíritus deshonestos y (falsas) doctrinas de demonios, seducidos por gente mentirosa" (1 Timoteo 4:1). Deben ustedes estar alertas a los signos de los tiempos que fueron profetizados en las Sagradas Escrituras, incluyendo el Libro de la Revelación, y en las creíbles profecías marianas y modernas. La sólida profecía católica señala que el tiempo de la gran batalla predicha en la Escritura, que tendrá lugar en los últimos tiempos está de hecho ante nosotros hoy en día. No obstante lo que venga, la Iglesia Católica de Jesucristo permanecerá intacta, aunque quede sólo un remanente. Jesucristo prometió que la Verdad jamás podría cambiar ni ser derrotada. Aquéllos que se separen de la Iglesia en estos tiempos transigiendo en la doctrina, aun por seguir al papa, dejarán de estar unidos a la verdadera Iglesia.

Recen por recibir la gracia para discernir la Verdad, La victoria será de Nuestro Señor. Todo lo que necesitan hacer es evitar las trampas que pueden ser colocadas para arrebatar las almas de ustedes. No dejen que la falsa doctrina les sea impuesta, aun cuando sean ustedes acusados (falsamente) de falta de tolerancia, falta de compasión, falta de amor, falta de respeto para los derechos humanos o de ser injustificadamente moralistas. Que Jesús les abra los ojos a cualquier posible engaño que se presente o mentiras que les sean presentadas junto con verdades a medias, con ambigüedad; y que el Señor no permita que ningún dirigente falso divida a la Iglesia. Rueguen por la gracia del discernimiento, a fin de que nunca nieguen la Verdad. Sean firmes en su creencia en la Palabra de Dios, las Enseñanzas de la Iglesia y los Sacramentos. No importa cuánto sea atacada la Iglesia de Jesucristo, Dios no permitirá que sea destruida (el famoso sueño de San Juan Bosco de la guerra al interior de la Barca de Pedro nos viene a la memoria aquí). Puede estarse desplegando un plan taimado para conducirlos a ustedes a la gran apostasía, el primer sello del Libro de la Revelación, y será el engaño más grande de la historia, de manera que deben examinar todo lo que se les diga de ahora en adelante, aun cuando venga del Papa Francisco. Pues el hombre nunca puede vivir de pan solamente, sino de la verdadera Palabra de Dios. Negar o abandonar tan solo una doctrina de la fe equivale a negar y abandonar al mismo Jesucristo, como lo hizo Judas. Los fieles deben mantenerse alertas de cualquier posible plan de alterar o desechar doctrina a los caprichos del modernismo y del relativismo.

A los Fieles Católicos y a la gente de buena voluntad, declaro que ahora se requiere vigilancia. No permitan que los engañen con mentiras que provengan de la fuente que fuere de la Iglesia, y no mantengan indebidamente lealtades equivocadas. Sigan la Palabra de Dios como fue expresada desde el principio. No caigan por los falsos llamados a la caridad que hacen aquéllos que buscan la aceptación de sus propias vidas pecaminosas, mientras ellos desafían las Leyes de Dios y ahora pudieran pronto recibir la anuencia de la Iglesia para que sigan haciendo lo mismo. Y cómo pueden los fieles discernir qué es qué – si las nuevas enseñanzas aducen que Jesús condona el pecado, entonces sabrán que ésta es una mentira. La verdad es que Jesús siempre, clara y contundentemente detesta todo pecado aun cuando ame al pecador. Y Jesús jamás transigiría en Su verdad.

Para Concluir
Papa Francisco, si usted pretende amoldar cualquier doctrina de la fe al mundo profano y secular de ahora, o aun desenfatizar alguna cierta doctrina para producir una nueva tolerancia hacia el pecado, la Iglesia no se unirá a Usted, ni los fieles asentirán. Pues tal apostasía invalidaría su pontificado. Yo lo convido a que en vez de eso tome usted su verdadero deber de salvaguardar y promover activamente la sagrada doctrina y con ello formar evangelizadores que sean testigos vivientes de la fe, para formar los santos del tercer milenio Cristiano. En este momento, yo sólo animo a todos los católicos a que le amen y le obedezcan, Papa Francisco, en todos los asuntos de la verdadera fe, pero también aliento a los fieles a que se pongan más atentos a los signos de los tiempos. Papa Francisco, si usted todavía decide permitir cualquier cambio en la doctrina, entonces la jerarquía legítima de la Iglesia pondrá al tanto claramente de esos asuntos a los fieles en ese momento y nos indicará cómo debemos responder de buena fe. No siendo ésto lo que suceda, sólo amor, obediencia y oraciones por Usted, Papa Francisco, permaneciendo debidamente alertas y vigilantes con respecto a los proféticos signos de los tiempos presentes.

Sinceramente en Cristo

Kelly Bowring

lunes, 11 de agosto de 2014

Citas Útiles para Combatir a los Revolucionarios

Citas Útiles para Combatir a los Revolucionarios

Tomado de: http://angelqueen.org/2014/06/10/helpful-citations-against-the-revolutionaries/
Traducido del inglés por Roberto Hope


“Los verdaderos amigos del pueblo no son ni los revolucionarios ni los innovadores, sino los hombres de la tradición”
–Papa San Pío X

“El Espíritu Santo no les fue prometido a los sucesores de Pedro para que pudieran anunciar doctrinas nuevas, sino para que pudieran guardar la revelación y el depósito de la fe”
–Vaticano I (1870), Denzinger 1836

“Uno debe resistir a un papa que abiertamente destruya a la Iglesia.”
–San Cayetano

“Aun si los Católicos fieles a la Tradición se reducen a un puñado, son ellos los que forman la verdadera Iglesia de Jesucristo.”
–San Atanasio

“No me importa si tengo contra mí a todos los obispos; tengo conmigo a los Santos y a todos los doctores de la Iglesia”
–Santo Tomás Moro

“Anunciar a los cristianos católicos una doctrina distinta de la que han recibido de los apóstoles y de sus sucesores inmediatos nunca ha sido permitido, en ninguna parte está permitido y jamás será permitido.”
–San Vicente de Lerins

“Si alguien supusiera poder alterar esta [misa], que sepa que incurrirá en la ira de Dios Todopoderoso y de sus Santos Apóstoles Pedro y Pablo.”
–Papa San Pío V, 1570

“Si queréis estar muy seguros de vuestra salvación, luchad por estar entre los más pocos de entre los pocos. No sigáis a la mayoría de la humanidad, sino a aquéllos que renuncian al mundo y nunca aflojan sus esfuerzos día o noche por alcanzar la bienaventuranza eterna.”
– San Anselmo, Doctor de la Iglesia

“Tomen nota de aquéllos que mantienen opiniones heterodoxas sobre la gracia que nos ha venido de Jesucristo, y vean qué opuestas están sus doctrinas a la mente de Dios. Se abstienen de la eucaristía y de la oración porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de Nuestro Salvador Jesucristo, carne que sufrió por nuestros pecados y que el Padre, en su bondad, resucitó nuevamente. Aquéllos que niegan el don de Dios están pereciendo en sus disputas.”
— San Ignacio de Antioquía – Carta a los Esmyrnenses 6:2–7:1

“Debemos, brusca y francamente, llamar malo a lo malo, y culpar a quienes son culpables. Sin duda, al condenar el vicio, debemos tener cuidado de librar tanto como sea posible a la persona que lo padece. Hago excepción especialmente de los enemigos declarados de Dios y de la Iglesia, pues, en lo que toca a ellos, debemos desacreditarlos tanto como podamos. Es de caridad gritar ¡Lobo! cuando el lobo anda entre las ovejas."
– San Francisco de Sales

Para terminar, un archi-hereje proféticamente dijo:
“Cuando la Misa se haya derrocado, habremos derrocado el Papado. Es en la Misa, cual si fuera sobre roca, en lo que el Papado descansa por completo."
–Martín Lutero

lunes, 28 de julio de 2014

Se Planea un Sínodo Radical

Se Planea un Sínodo Radical para Octubre

El instrumentum laboris revela objetivos revolucionarios

por John Vennary

Publicado en el número de agosto 2014 de Catholic Family News enviado a la prensa el 25 de julio de 2014
Tomado de www.cfnews.org/page10/page96/radical_synod.html


Traducido del inglés por Roberto Hope

El Vaticano dio a conocer su instrumentum laboris para el próximo Sínodo de la Familia a verificarse en octubre. Este documento es un tedioso texto de 25,000 palabras.  Es un manuscrito enteramente conciliar. No hace mención de ningún documento del magisterio de la Iglesia que sea anterior al Vaticano II. Fuera de algunas citas de las Sagradas Escrituras, todas las referencias son a textos del Vaticano II o post-conciliares.

El documento contiene puntos buenos, importantes deficiencias y propuestas aterradoras. Las tres propuestas más radicales son:
  1.  Una nueva “solución pastoral” que permita a los divorciados y vueltos a casar a recibir la Sagrada Comunión;
  2.  Un nuevo “encauce pastoral” que permita el bautismo de hijos de parejas del mismo sexo, legitimando indirectamente esas uniones de esa manera.
  3.  Una re-definición de la ley natural en un “nuevo lenguaje”, que corre el riesgo de minar el total fundamento ético de la moral verdadera.
De hecho el instrumentum laboris del sínodo evidencia el actual triunfo de la Nueva Teología en el Vaticano, la misma teología que causó un desastre en el Vaticano II y sigue en su cami­no de destrucción hasta el día de hoy.

Detalles, detalles, detalles
Al leer el instrumentum laboris es fácil ser abrumado por la avalancha de detalles. El docu­mento enumera innumerables problemas y anomalías que afectan en estos tiempos la vida matrimonial y familiar. Pide demasiado – más que lo que jamás podrá resolverse aten­diendo cientos de particularidades dentro de un marco pastoral subjetivista. La solución verdadera exige principios generales fundados en la verdad objetiva, el magisterio inmutable de los siglos y la tradición escolástica de la Iglesia.

Como la Nueva Teología, sin embargo, está fundada en la inestabilidad modernista, el subje­tivismo y un fundamental anti-tomismo; estas soluciones reales probablemente nunca serán consideradas. El resultado de este sínodo será, por consiguiente, un continuo aggiornamento: más “nuevo lenguaje”, más experimentación, más confusión, más revolución.

Como lo observó el dominico, Padre Anthony Lee, en la época del Vaticano II, “El espíritu revolucionario muere lentamente, especialmente cuando puede asociarse sutilmente con una genuina reforma.”[1]

La razón de los excesivos detalles en el instrumentum laboris puede comprenderse cuando se ve cómo fue producido el documento: En noviembre de 2013, el Vaticano envió a los obispos de todo el mundo, a varias asociaciones, comunidades e individuos una encuesta sobre la enseñanza de la Iglesia.

Las 39 preguntas estaban clasificadas bajo nueve encabezados: 1) “Difusión de la Enseñanza sobre la Familia en las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia” (nótese que los dos únicos documentos de magisterio que se mencionan en esta sección son Gaudium et spes del Vaticano II y Familiaris consortio de Juan Pablo II), 2) “El Matrimonio Según la Ley Natural”; 3) “Atención Pastoral de la Familia en la Evangelización” 4) “Atención Pastoral en Ciertas Situaciones Matrimoniales Difíciles”; 5) “Sobre la Unión de Personas del Mismo Sexo”; 6) “La Educación de los Hijos en Matrimonios Irregulares”; 7) “La Actitud Receptiva de la Pareja Matrimonial hacia la Vida” (con un enfoque en Humanae Vitae); 8) “La Relación entre la Familia y la Persona”; 9) “Otros Retos y Propuestas”.[2]

Las respuestas que siguieron eran predecibles con respecto al estado actual de la vida matrimonial y familiar en la Iglesia post-Conciliar: total confusión; ausencia de una visión unificada, sobre-énfasis en las tendencias de la época, rechazo de la doctrina fundamental.

También hubo respuestas positivas de católicos que poseen una mejor comprensión de la fe, pero el cuadro general es de fragmentación, indiferencia, confusión e ignorancia de lo que concierne a la enseñanza moral de la Iglesia.

El instrumentum laboris refleja esta cacofonía de puntos de vista. Leemos de aquéllos que rechazan la doctrina de la Iglesia sobre el control de la natalidad porque lo ven como una intrusión de la Iglesia en su vida personal, también los hay que ven la práctica del control de la natalidad como un ejercicio de “paternidad responsable”. También se manifiestan la profu­sión de la cohabitación, de la vuelta a casar de divorciados, de la maternidad en adolescen­tes, de irregularidades canónicas, de parejas del mismo sexo que adoptan hijos. La lista sigue, sigue y sigue.

Como lo señaló la agencia Ansa News en su nota sobre el documento: “Muchos Católicos tienen dificultad para aceptar la doctrina de la Iglesia sobre el control natal, el divorcio, la homosexualidad, las parejas en amasiato, la infidelidad, el sexo pre-matrimonial y la fertilización in vitro” [3]

Se evidencia la ignorancia de la enseñanza moral de la Iglesia en afirmaciones recibidas de católicos divorciados y vueltos a casar que “se preguntan por qué los pecados de otros pue­den ser perdonados pero el de ellos no” [#92] [4]. Un ejemplo de uno de los puntos buenos del documento es que menciona que para la mayoría de las personas, lo que se considera “legal” se equipara con lo que es “moral”, y consecuentemente el surgimiento de leyes que minan el matrimonio y la familia confunden y desorientan a los fieles. [5] Hay afirmaciones preocupantes, que mejor dejaremos para después, con relación a las uniones de personas del mismo sexo.

Como se señaló arriba, es fatal descender a los miles de detalles contenidos en el instrumentum laboris. Cualquiera que tenga la fortaleza de leer el texto completo puede hacerlo, por tedioso que sea el ejercicio. [6]

Yo normalmente no me veo a la cara con el liberal Padre Thomas Reese, del National Catholic Reporter (NCR) pero se me hizo graciosa su observación de que: “Si la vida matrimonial es tan aburrida e infeliz como se describe en este documento, me alegro de ser célibe.” [7]

Pasaremos ahora a lo que considero las propuestas más radicales mencionadas anterior­mente, comenzando con una posible nueva “solución pastoral” para católicos divorciados y vueltos a casar.

Aggiornamento Matrimonial y Pastoral.
El instrumentum laboris contiene dos secciones que abren la puerta a un nuevo encauce. Hablando de católicos divorciados y vueltos a casar, el documento afirma: “... las respuestas y observaciones de algunas conferencias episcopales enfatizan que la Iglesia debe dotarse de medios pastorales que provean la posibilidad de que ella ejerza misericordia, clemencia, e indulgencia hacia nuevos tipos de uniones.”  [#93]

Más adelante, con respecto a los católicos divorciados y vueltos a casar que piden que se les dé la Sagrada Comunión, el documento dice: “En este respecto, algunos recomiendan consi­derar la práctica que siguen algunas iglesias ortodoxas, que, en su opinión abre un camino de carácter penitencial para un segundo y tercer matrimonio. “  [#95]

Tomados por sí mismos y considerados contra el resto del tonelaje verbal del documento, estos enunciados no parecen significar mucho. Es escandaloso, sin embargo, que obispos católicos puedan de hecho considerar adoptar una práctica de los ortodoxos que desafía la doctrina católica y las claras palabras de Nuestro Señor.

No obstante, la propuesta de comunión para los divorciados merece examinarse de cerca a la luz de las declaraciones escandalosas hechas en el consistorio de febrero, cuando el Cardenal Kasper argumentó la posibilidad de admitir a los divorciados y vueltos a casar a la Sagrada Comunión.

Un tremendo escándalo siguió al día siguiente cuando el Papa Francisco elogió públicamente a Kasper, por sus tóxi­cas propuestas, ante los demás cardenales del consistorio, de los cua­les se reporta que el 85% estaban marcadamente en desacuerdo con la osadía de Kas­per. [8] “Hallé una profunda teología y serenos pensamientos en teología, “ dijo Francisco, extasiado, de Kasper, “Esto es lo que yo llamo hacer teología de rodillas. Gracias, gracias” [9]

El padre Thomas Reese, del NCR. aludió a este episodio diciendo lo siguiente: “El Instrumen­tum Laboris también hace notar que 'algunos recomendaron considerar la práctica de algu­nas iglesias ortodoxas que, en su opinión, abre el camino de carácter penitencial para un segundo o tercer matrimonio.' " No menciona que el Papa Francisco esté entre los que están recomendando considerar la práctica de los ortodoxos.

En ese mismo tono, el Cardenal Lorenzo Baldiserri, Secretario del Sínodo de Obispos, dijo en su entrevista a Zenit del 27 de junio, “Con relación al modelo de los ortodoxos, está siendo sugerido como una propuesta en el instrumentum laboris y los Padres del Sínodo también discutirán esta propuesta.”

Esto equivale a abrir una discusión sobre si alguien que muere en pecado mortal sin haberse arrepentido puede ir al cielo. Es de fide del Concilio de Trento [11] que un matrimonio sacra­mental consumado es indisoluble. El padre Ludwig Ott enseña, “Del contrato sacramental del matrimonio emerge la Union Matrimonial, que une a ambos cónyuges en una indisoluble comunidad de vida para toda la vida!” [12]

Al igual que los cánones sobre el matrimonio, el Concilio de Trento proclama de manera infalible en el Canon 2, “Si alguien dice que es legítimo para los cristianos tener varias esposas al mismo tiempo y que eso no está prohibido por la ley divina (Mateo 19:4:f), que sea anatema.” [13]

Por lo tanto, no puede ser admitido a los sacramento ningún católico que esté divorciado y vuelto a casar y cuyo cónyuge original aun viva. Tal católico ha roto sus votos matrimoniales y, en el orden objetivo, vive en pecado mortal. Esta no es para los católicos una cuestión abierta, sino una verdad establecida solemnemente que se remonta a Nuestro Señor mismo, “quien se divorcie de su mujer y se case con otra comete adulterio.” (Lucas 16:18). Quienes viven en pecado no pueden recibir la Sagrada Comunión. La posibilidad de un tratamiento dife­rente no puede ser materia de discusión, aun bajo la engañosa rúbrica de un “nuevo encauce pastoral”.

¿Por qué entonces el Cardenal Kasper, el Cardenal Baldiserri y el Papa Francisco están con­siderando el modelo heterodoxo de los ortodoxos en vez de repetir la enseñanza solemne del infalible Concilio de Trento? ¿Por que no ahorrarse una enorme cantidad de tiempo y de moles­tia? ¿Por qué no evitar tremenda confusión y escándalo? ¿Por qué no reafirmar públicamen­te las verdades definidas de la fe católica sobre este punto, en vez de pretender que pueda haber algún otro punto de vista católico?

Como se demostró con la vorágine de respuestas al cuestionario del Vaticano, hay una igno­rancia masiva de la fe entre los católicos de ahora. Sin embargo, nuestros pastores parecen tener la intención de mantenerlos ignorantes con tal de promulgar nuevas “soluciones pasto­rales” que efectivamente desafíen la fe de todos los tiempos. Nuevamente cito al Padre Anthony Lee, “El espíritu revolucionario muere lentamente, especialmente cuando puede asociarse sutilmente con una genuina reforma.”

Probablemente no sea accidente que el instrumentum laboris no contenga referencias al Concilio de Trento, a Arcanum del Papa León XIII y a Casti Connubi de Pío XI, todos los cuales repiten la absoluta indisolubilidad del matrimonio. ¿No están los pastores de ahora aumentando el caos al rehusarse a reafirmar estas verdades básicas con todas sus conse­cuencias? ¿Qué dice esto de la calidad de nuestros guías como pastores? ¿Qué nos dice esto de su pretexto de querer actuar en forma verdaderamente pastoral?

Mesquino “No enjuiciamiento.”
Aun antes de que el Cardenal Kasper hiciera su imprudente propuesta, el entonces Arzobispo Baldiserri abrió la puerta a este nuevo encauce.  Como lo reportó el Vatican Insider del pasado 28 de noviembre el entonces Arzobispo Baldiserri, recién nombrado Secretario General del Sínodo de Obispos, dijo que el asunto de la comunión para los divorciados y vueltos a casar sería discutido “sin tabús." Baldiserri también dio a entender que el Sínodo pudiera encontrar una presunta solución, observando la práctica de los ortodoxos que permite a los divorciados volverse a casar en ciertas circunstancias.

Las repetidas alusiones a este tema por Baldiserri y el entusiasmo que el Papa Francisco mostró por la propuesta de Kasper garantiza que éste será un punto central de discusión en el sínodo de octubre.  De hecho, ya tenemos un esbozo de cómo va a resolverse el nuevo encauce.

El Instrumentum  Laboris, como ya lo mencionamos, pide “un ejercicio más amplio de misericordia, clemencia e indulgencia hacia las nuevas uniones.“ A lo largo del documento se nos pide un llamado tratamiento “no enjuiciante” ante varios tipos de uniones irregulares.  Parece, sin embargo, que cualquier sacerdote que prefiera la doctrina católica tradicional en vez de este nuevo encauce será aporreado de una manera inmisericorde, inclemente y nada indulgente:

A principios de julio el periodista Sandro Magister, especializado en noticias del Vaticano, relató el caso del Padre Tarcisio Vicario, párroco en la diócesis de Novaro, Italia, quien en un sermón reiteró la doctrina católica tradicional referente a la Eucaristía en el caso de divorciados y vueltos a casar. El obispo de la diócesis donde ejerce el Padre Vicario se enfureció de ese sermón. El Cardenal Baldiserri se sumó al subsecuente alboroto, calificando de irreflexivas las palabras de Vicario, calificativo difícilmente no enjuiciante.

En su sermón, el Padre Vicario expuso:  “Para la Iglesia, que actúa a nombre del Hijo de Dios, el matrimonio únicamente entre los bautizados es siempre un sacramento. El matrimonio civil y la cohabitación no son sacramento. Por consiguiente, aquéllos que se colocan fuera del sacramento [que anteriormente constituyeron] contrayendo matrimonio civil, viven en continuo adulterio.  No se trata de un pecado cometido una vez (por ejemplo un asesinato) ni de una infidelidad por descuido de hábito, en los cuales la conciencia nos llama al deber de reformarnos por medio de un sincero arrepentimiento y un verdadero y firme propósito de alejarnos del pecado y de las ocasiones próximas a él”

El Obispo de Novaro reaccionó con furia, caracterizando las palabras del Padre Vicario como “una ecuación inaceptable, aun cuando hayan sido introducidas como un ejemplo entre cohabitación y asesinato. El uso del ejemplo aun cuando hubiese sido escrito entre corchetes, prueba ser inapropiado y engañoso, y por ello errado.”

Sin embargo, nada hay de inapropiado en el sermón del Padre Vicario. Ël señaló simplemente la diferencia entre un pecado que pasa, no obstante cuán grave haya sido, el cual puede resolverse mediante la confesión, y la peor dificultad que es estar viviendo en pecado dentro de una relación continua. El Padre Vicario en efecto respondió a aquellos católicos divorciados y vueltos a casar que, según podemos leer en el Instrumentum Laboris, “se preguntan por qué los pecados de otros pueden ser perdonados, pero los de ellos no” 

Ahora el Cardenal Baldiserri Entra al Quite
Aun cuando Novaro está cerca de la frontera Suiza, a más de 600 kilómetros de Roma; aun cuando un prelado del Vaticano no tiene por qué meter sus narices en el asunto; aun cuando el Vaticano constantemente se hace de la vista gorda ante las innumerables andanzas de herejía, apostasía y escándalo que tienen numerosos sacerdotes por toda Italia, el Cardenal Baldiserri consideró de su incumbencia descalificar las palabras del Padre Vicario como “una insensatez; se trata de la opinión personal de un párroco que no representa a nadie, ni aun a sí mismo” (“una pazzia, si tratta di un’opinione strettamente personale di un parroco che non rappresenta nessuno, neanche se stesso.”) 

¿La llamada “opinión personal” del Padre Vicario no representa siquiera al propio Padre Vicario? Esto no es nada menos que un berrinche farfullado por Baldiserri en un acalorado arranque de furia.

Adicionalmente, las afirmaciones del Padre Vicario no son simplemente opiniones personales, sino la voz constante de la Iglesia. Por qué, entonces, gruñe y bufa Baldserri ante el catolicismo de Vicario, como vampiro ante un crucifjo? ¿Quién es el insensato en este caso? De entre los dos, es Baldisarro quien aparece como el que requiere de una celda acolchonada. No obstante eso, Baldiserrri es el prelado elegido personalmente por Francisco para ser la fuerza que guíe al próximo sínodo.

Creo que ya tenemos una perspectiva de cómo será la Iglesia después del sínodo de Francisco si la actual trayectoria continúa sin cambio, esperen ustedes ver sacerdotes fieles, que defienden la enseñanza íntegra sobre el matrimonio, ser atacados y humillados por el nuevo régimen de "¿quién soy yo para juzgar?”

Sobre las uniones antinaturales
La sección sobre homosexualidad del Instrumentum Laboris reitera, de hecho, ciertos preceptos de la enseñanza moral de la Iglesia, pero es aquí donde también vemos repetidos llamados a un tratamiento “no enjuiciante”. Vemos también la puerta siendo abierta para el bautismo de “hijos” de parejas del mismo sexo, legitimando indirectamente, de esa manera,  a este tipo de uniones.

Leemos en el párrafo #113: “Todas las conferenciash de obispos expresaron su oposición a 'redefinir' el matrimonio entre un hombre y una mujer con legislación que permita la unión de dos personas del mismo sexo. Las conferencias episcopales demostraron ampliamente que están tratando de encontrar un balance entre la enseñanza de la Iglesia sobre la familia y una actitud respetuosa, no enjuiciante, hacia la gente que vive en tal tipo de uniones."

Igualmente en el #115: “Las conferencias episcopales proporcionaron una diversidad de información sobre uniones entre personas del mismo sexo. En países donde existe legislación sobre uniones civiles, muchos de los fieles se expresan en favor de una actitud respetuosa y no enjuiciante hacia esa gente y un ministerio que busque aceptarlos.” [16]

Desafortunadamente, no se explica el término “no enjuiciante”, y eso sirve para alimentar la suposición secular de que el catolicismo es irrazonablemente “enjuiciante” con respecto a la homosexualidad. Sin embargo la Iglesia Católica sólo reitera las enseñanzas del Antiguo y del Nuevo Testamento, así como las enseñanzas de los santos, de los doctores de la Iglesia y de los padres de la Iglesia..

Los actos homosexuales son intrínsecamente malos; ningún conjunto de circunstancias podría jamás justificar estos actos, que son un grave pecado contra la naturaleza, grave pecado contra Dios, pecado mortal que lleva al alma al infierno por toda la eternidad si no se arrepiente de él, y es uno de los cuatro pecados que claman venganza al cielo. Muchos católicos modernos, y un gran número de jesuitas modernos temblarían de horror ante esta honesta reafirmación de la enseñanza moral de la Iglesia. Sin embargo la verdad no cambia. Como lo observó G.K. Chesterton, “Las falacias no dejan de ser falacias sólo porque se pongan de moda.”

En lo que respecta a “enjuiciar”. Sí, de hecho podemos juzgar que los actos homosexuales son pecaminosos (hasta el Catecismo de 1992 menciona el término “depravación grave”) [17], pero en cuanto a la culpa subjetiva del homosexual, no podemos juzgar, pues tales movimientos interiores del alma son conocidos por Dios solamente.

Así pues, como ya lo dijimos antes en CFN, {18] podemos juzgar acciones morales objetivas, sea que esas acciones se conformen con la ley de Dios o no, mas no podemos juzgar los motivos morales de la persona, [19] Esta simple pero crucial distinción no se encuentra en parte alguna del Instrumentum Laboris. Además, el término “no enjuiciante” es más un término contemporáneo que usan los medios para inflamar las emociones, es el lenguaje de las tendencias modernas, no tiene la precisión de la teología escolástico que ha resistido la prueba del tiempo.

Vale la pena hacer notar que no debemos ser excesivamente severos con aquéllos que luchan con tentaciones que no nos agravian. La Iglesia tiene apostolados dignos de ser notados, tales como Courage del Padre James Harvey, [20] que está dirigido hacia aquéllos que sufren de atracciones hacia su mismo sexo, y les ayuda a sobreponerse a estas tentaciones y pecados. Courage es un tratamiento católico y compasivo. No “celebra” el estilo de vida homosexual como lo hacen demasiados “Ministerios Católicos de Homosexuales y Lesbianas” (como los que pueden encontrarse en varias universidades jesuitas y otras que se dicen católicas, que organizan la celebración de “días de destaparse”): La página de Courage en Internet no muestra banderas con los colores del arcoiris. El apostolado ayuda a aquéllos que reconocen la homosexualidad como un desorden moral, que buscan sobreponerse a estos pecados y que viven una vida católica de gracia santificante.

¿Bautismo?
Mucho más puede decirse de la sección de “mismo sexo” del Instrumentum Laboris, pero por razones de tiempo, pasamos al punto final, que es el tratamiento que da el Instrumentum Laboris al bautismo de niños de parejas del mismo sexo.

Leemos en el párrafo #120: “Las respuestas recibidas se oponen claramente a toda legislación que pueda permitir la adopción de niños por personas que formen una unión del mismo sexo, pues ven un riesgo para el bien integral del niño, que tiene el derecho a tener una madre y un padre. Sin embargo, cuando personas que viven en tales uniones piden el bautismo del niño, casi todas las respuestas enfatizan que los niños deben ser recibidos con el mismo cariño, ternura e interés que se les da a otros niños.”

A esta ambigua sección sólo le falta alentar explícitamente el bautismo, pero el mensaje es claro. Se abre la puerta al bautismo de niños de “parejas del mismo sexo”. Esto no sólo constituye un mal uso del sacramento del bautismo, sino que va a legitimar aún más las uniones homosexuales y la nueva definición de “familia”.

El propósito del bautismo no es simplemente el llevar a cabo una ceremonia; es la entrada a la vida de la gracia santificante y el primer paso para ser criado en la fe católica. Esto incluye necesariamente la adhesión a todas las verdades dogmáticas y morales, y excluye el abandonar a un niño a una casa donde se siguen formas de vida inmorales como si fueran legítimas.

En su magnífica serie en cuatro tomos sobre Teología Moral y Pastoral, el Padre Henry Davis explica: “Es contrario al parecer de la Iglesia el bautizar a un niño que no va a ser criado como católico. Erróneamente se insiste en que el bautismo le dará gracia, el derecho al cielo, y quizás hasta lo conducirá a la fe católica.”  El Padre Davis continúa de esta manera: “Las mismas reglas dadas arriba son aplicables a los hijos de herejes, cismáticos, y católicos que han apostatado o se han vuelto herejes o cismáticos, ya que esos niños están expuestos seriamente al peligro de su perversión.” [22]

Estos principios católicos antes estaban reflejados en el derecho canónico. Como me lo dijo un sacerdote tradicional, “Los principios para la resolución de este caso vienen de los cánones 750 y 751 de la Ley de Derecho Canónico de 1917” que prohiben el bautismo de hijos de herejes, cismáticos y apóstatas. Así pues, aplicando estos principios inmutables, tales personas [las parejas de un mismo sexo] deben ser consideradas como apóstatas formales pues han rechazado formalmente la enseñanza de la iglesia sobre el sexo y el matrimonio, y esto aplica especialmente si han intentado un llamado “matrimonio” del mismo sexo. Por lo menos, esas personas deben ser consideradas pecadores públicos, ya que abertamente llevan una forma de vida que la Iglesia siempre ha considerado ser pecado grave. ¿No han considerado la ley moral de Dios los homosexuales (que adoptan esta forma de vida) y han respondido: “No serviré”?

Es cierto que la Iglesia algunas veces ha admitido al bautismo a hijos de apóstatas, herejes, etc. Eso ha sido cuando puede preverse que recibirán una educación y una formación verdaderamente católicas. Sin embargo, resulta obvio que las parejas de homosexuales viven desafiando la fe católica. Entonces, siguiendo las palabras del Padre Davis: “Estos niños [los criados por esta clase de uniones] están expuestos seriamente al peligro de perversión.”

Aun la “Instrucción sobre el Bautismo de Infantes” del Papa Juan Pablo II, del 20 de octubre de 1980, reitera este principio: “Debe asegurarse que el don así concedido (el bautismo) pueda crecer mediante una auténtica educación en la fe a fin de cumplir el verdadero significado del sacramento. Como regla general, esta seguridad debe ser dada por los padres o los parientes cercanos, aun cuando es posible que dentro de la comunidad cristiana se hagan varios tipos de sustituciones. Pero si estas seguridades no son realmente serias, puede haber base para retrasar el sacramento, y si ciertamente son inexistentes, el sacramento puede hasta ser negado.” [23]

Sin embargo, bajo el reinado del Papa Francisco, si puede creérsele al Intrumentum Laboris, ahora tenemos que la mayor parte de los obispos del mundo están abiertos al bautismo de niños de parejas del mismo sexo. ¿Cuánto nos hemos alejado de los principios que aun en las escuelas protestantes del antiguo Boston podían observarse: la ley de 1789 dice "Todo pueblo o distrito dentro de esta comunidad ... deberá ser provisto de un maestro de escuela o maestros de escuela de buena moral...” [24] ¿No debiera nuestro clero moderno exigir de los tutores católicos la buena moral que antes exigían las instituciones protestantes?

Finalmente, como lo hemos señalado, el bautismo de “hijos” de tales parejas no puede menos que interpretarse como una aprobación tácita de una forma de vida anti católica que es incompatible con cualquier concepto de verdadera crianza católica de los niños.

El hecho de que la mayoría de los obispos favorezca el bautismo en tales casos refleja la pobreza doctrinal de hombres que son producto de una formación mutilada o que se han dejado torcer hacia una desorientación modernista.

La advertencia del Papa Pío VIII nos viene a la mente inmediatamente. “Nada contribuye más a la ruina de las almas que los clérigos impíos, débiles o desinformados” [25] ¿Cuánto peor es cuando los clérigos impíos, débiles o desinformados son nada menos que la mayoría de los obispos?

Ley Natural y Nuevo Lenguaje.
El tema de la Ley Natural es un asunto mayor que lo que tenemos tiempo de cubrir en este número. Por lo pronto mencionaremos brevemente un punto.

El Instrumentum  Laboris señala que la mayoría de los católicos parecen no entender la Ley Natural. Sin embargo, no toca la causa de esta ignorancia. Los católicos no entienden la Ley Natural porque no les ha sido enseñada.

Esta deficiencia se debe a la extendida confusión relacionada con doctrina y moral que resultó del Vaticano II: los incontables “teólogos” heterodoxos que ahora infestan los colegios, universidades y seminarios católicos y que a pesar de ello siguen siendo considerados sacerdotes de buen crédito; el deprecio de la filosofía y de la teología tomista con la desaparición resultante de libros de texto escolásticos tradicionales, organizados y sistemáticos, sobre filosofía y teología, particularmente en las ciencias de la ética y de la teología moral.

De hecho, no puede uno entender la Ley Natural sin tener un conocimiento de la ética escolástica y del marco completo del tomismo tradicional.  Pero en vez de pedir un retorno a que se reafirme la precisión escolástica, la solución que proyecta el Instrumentum Laboris causará aún más confusión.

El documento propone: “El lenguaje que se utiliza tradicionalmente para explicar el término 'Ley Natural' debe mejorarse para que los valores del Evangelio puedan comunicarse a la gente de ahora en una manera más inteligible” [#30]  Ahí lo tenemos: más “nuevo lenguaje” para hablar al hombre moderno de una manera que sea inteligible para él.  Esta fue también la promesa del Vaticano II.

Todos sabemos que la supuesta “actualización” y “mejoramiento” del lenguaje católico tradicional se ha venido estableciendo como un principio de subversión desde la época del Concilio Vaticano II. El mismo Concilio se rehusó a utilizar la precisión del lenguaje escolástico y optó por un nuevo e impreciso “lenguaje pastoral”. [26] El concilio procedió a emitir documentos ambiguos que permiten tanto una interpretación liberal como una conservadora.  Lo que siguió fue un continuo terremoto en la Iglesia.

El rechazo del tomismo en el Concilio ocurrió gracias al triunfo de la “Nueva Teología”.  Una marca que define la Nueva Teología es su repugnancia al tomismo, un problema de fondo que ya venía gestándose desde antes del Concilio. El Papa San Pío X observó que la fobia al escolasticismo es una marca del modernismo.

Refiriéndose a la modernista Nueva Teología; el Padre Anthony Lee observó en la época del Concilio: “Para 1946, la destrucción de la filosofía escolástica y de la teología había adquirido proporciones de una cruzada victoriosa.” [27]  No obstante, los teólogos que libraron esta cruzada contra el tomismo fueron las mismas personas que Juan XXIII permitió que participaran como “peritos” en el Vaticano II, y así condujeran la dirección del Concilio y de la Iglesia hasta el presente. La progenie modernista del Concilio prepara ahora el Sínodo de Octubre que lleva escrito “aggiornamento continuo” por todas partes.

Si se les permite a los suministradores de la Nueva Teología que socaven la Ley Natural, lo destruirán todo.

Trataremos más de este tema en el próximo número.

Referencias:
[1] “Thomism and the Council”, Padre Anthony Lee, del libro Vatican II: The Theological Dimension, [Washington: Thomist Press, 1963] p. 743
[2] Documento Preparatorio: Retos Pastorales para la Familia en el Contexto de la Evangelización, Noviembre, 2013.
[3] “Synod Opens to Rethink Unwed, Divorce,” Ansa News, Junio 26, 2014
[4] Para aquéllos que no lo saben, para ser absuelto en confesión, debe uno hacer un firme propósito de enmienda contra el pecado. Para una pareja de divorciados y vueltos a casar, esto necesariamente exige su separación hasta que (de ser posible) el matrimonio pueda regularizarse legítimamente, o que lleven a cabo su separación permanente (o que vivan verdaderamente como hermano y hermana).
[5] La sección sobre el Internet, los Medios Sociales y la consecuente fragmentación de la familia está sorprendentemente bien hecha. [#68-69].
[6] El documento está accesible en la página de Internet del Vaticano – (y sí, ya leí el documento entero – JV).
[7] “Synod Working Paper is Boring and Joyless,” Thomas Reese, National Catholic Reporter Junio 27, 2014.
[8] “The Secret Consistory: What Happened?”, La Stampa, Marzo 14, 2014.
[9] Un resumen acerca de Kasper y el Consistorio, puede encontrarse en Catholic Family News, Abril 2014 pp. 6 & 7 (articúlos del Padre Brian Harrison y del Profesor Roberto de Mattei, respectivamente); y en la conclusión de “Traditional Catholics and Noah’s Nakedness,” pp. 16-17 en el mismo número.
[10] “Synod Working Paper is Boring and Joyless,” Reese (énfasis añadido).
[11] Sobre este punto, el Concilio de Trento, Sesión XXIV (Nov. 11, 1563) enseña de manera infalible: “El primer padre de la raza humana expresó la unión perpetua e indisoluble del matrimonio bajo la influencia del Espíritu divino cuando dijo “éste es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne. Por lo cual dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serén dos de una misma carne" [ Gen. 2:23 f.; cf. Eph. 5:31]. Pero acerca de que por esta unión sólo dos son unidos y atados uno con el otro, Cristo nuestro Señor habló más abiertamente al referirse a que esas últimas palabras fueron dichas por Dios. Él dijo: “Por lo tanto, no son dos sino una carne” [Mat. 19:6], e inmediatamente ratificó la fuerza de esta misma unión, pronunciada por Adán hace tanto tiempo, usado estas palabras: "Lo que por lo tanto Dios ha unido no lo separe el hombre" [ Mat. 19:6; Marco10:9.” Denzinger 969
[12] Fundamentals of Catholic Dogma, Padre Ludwig Ott [Rockford: Tan, republicado en 1974], p. 467 (énfasis añadido).
[13] Denzinger 972.
[14] “Church Should Take New Approach Towards Question of Communion for Remarried Catholics,” Vatican Insider, Nov. 28, 2014.
[15] El reporte en inglés de lo escrito por Magister apareció en la red en: 
http://the-hermeneutic-of-continuity.blogspot.com/2014/07/italian-parish-priest-deemed-crazy-for.html
[16] Énfasis añadido en ambas citas.
[17] Párr. 2357.
[18] “Judge Not”, J. Vennari, Catholic Family News, Marzo 2014.
[19] A menos que los motivos se nos digan abiertamente por la persona que comete estos actos.
[20] “Courage” es para aquéllos que sufren atracciones.del mismo sexo. “EnCourage” es para aquéllos que tienen un amigo, un ser amado, un miembro de la familia o un cónyuge que es homosexual. El grupo fue fundado por el Padre James Harvey, OSFS, y trata la homosexuality dentro de la tradición de la doctrina moral y práctica católicas. Courage está accesible en línea en http://couragerc.org
[21] Si el tiempo lo permite, comentaremos más sobre esta sección del Documento el més próximo.
[22] Moral and Pastoral Theology, Volume III, Padre Henry Davis, SJ [New York: Sheed and Ward, 1943], p. 52.
[23] Pastoralis action, “Instrucción sobre el Bautismo de Infantes,” Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Oct. 20, 1980, #28, (énfasis añadido ).
[24] Massachusetts School of Law, 1789, citado de The Story Killers, Dr. Terrence O. More, [Lexington, KY: 2014], p. 19 (énfasis añadido ).
[25] Traditi Humilitati, “Sobre Su Programa para el Pontificado,” Encíclica Inaugural del Papa Pío VII, Mayo 24, 1829.
[26] Los problemas inherentes al “lenguaje pastoral” fueron previstos por el Arzobispo Lefebvre aun antes que el Concilio principiara.  En una reunión con la Comisión Preparatoria, el Arzobispo Lefebvre propuso que el Vaticano II produjera dos conjuntos de documentos: un conjunto con la precision del lenguaje escolástico para los teólogos, y el otro en un lenguaje más simple (pastoral) para el hombre promedio. Los textos escolásticos precisos servirían de interpretación oficial de los textos pastorales. Esta propuesta fue aniquilada inmediatamente. El Arzobispo Lefebvre se dio cuenta de esta estratagema: "A los liberales y a los progresistas les gusta vivir en un clima de ambigüedad. La idea de clarificar el propósito del Concilio les molestaba excesivamente. Mi propuesta fue consecuentemente rechazada.I Accuse the Council, Marcel Lefebvre, rev. ed. [Kansas City: Angelus Press, 2009], p. 4.
[27] “Thomism and the Council,” p. 465.
[28] Por ahora, hasta el mes que entra, damos aquí una breve definición de la Ley Natural (también llamada la ley moral natural): La Ley Natural son “los juicios de razón universales, prácticos y obligatorios, conocibles por todos los hombres, que les obliga a  hacer el bien y evitar el mal, y que descubiertos por la recta razón forman la naturaleza del hombre considerada adecuadamente [o sea  entendida adecuadamente]”. Es “la participación en la ley eterna por la creatura racional; los dictados de la recta razón en lo concerniente a la ordenación necesaria de la naturaleza humana.” Dictionary of Scholastic Philosophy, Bernard Wuellner, S.J. [Milwaukee: Bruce, 1955], pp. 68-69. Esperamos cubrir más acerca de este tema en el número de septiembre.

domingo, 29 de junio de 2014

Magisterial Dis-orientations

Magisterial Dis-orientations

The instrumentum terroris of the Synod on the Family


by Father Terzio

Taken from: http://exorbe.blogspot.mx/2014/06/desorientaciones-magisteriales-el.html  of  Thursday, June 26, 2014

Translated from the Spanish by Roberto Hope

Every time some minutia on the coming Synod on the Family is made known, apprehensions among conscientious Catholics increase, alerted (alarmed!) by the pre-synodal deed of Kasper and his lobby. Presentation of the synodal instrumentum laboris confirms our nefarious predictions, anticipating that all which may come from the first Francis synod has already been cast in concrete, all set simply for its presentation, discussion formality, approval and publication.
Although it is said that Kasper insists in denying what he has postulated, which is pictured to us in rainbow colors (so that each of us may choose the color of the crystal through which he wants to look at it), what Kasper has postulated has already been granted. It will be disguised under canonicist-pastoralist technicisms, but it will be granted, and a permissive (lenient?) sacramental praxis will be articulated for those who have incurred in post-divorce marriage disorders.
The synods (the Synod of Bishops) were conceived, in a certain sense, as a continuation of the Council, an exercise in collegiality and a revised renewal of Vatican II's.directions. The conciliar-synodal concordance is so great that even definitions are repeated identically. Concerning the instrumentum laboris (and of the expected synodal document, of course) it is said that “it has the nature of a pastoral document, not a doctrinal one, the ideas are not altered, only the manner in which delicate situations are dealt with is modified”. That equivocating ambiguity which was denounced by Romano Amerio is maintained. For example, on the very grave topic of homosexuality the following is said (and then recanted):
... There is no foundation at all to assimilate or establish analogies, not even remote, between homosexual unions and God's design over marriage and family, Nevertheless, men and women with homosexual tendencies must be accepted with respect, compassion, tenderness. Regarding them, all unjust discriminatory gesture should be avoided.
The tactical scheme is the arch-hackneyed statement which condemns in the first part but approves/grants in the second part, an exercise of exquisite rhetorical perfidy which was consecrated, passim, in quasi all conciliar documents.
Note, on the other hand, that the quotation of the instrumentum laboris follows the line which was established in the Catechism of the Catholic Church. On the topics regarding the sins against sextum, the homosexual praxis is not listed in the enumeration of sins catalogued under the caption of offenses against chastity (lust, masturbation, fornication, pornography, prostitution and rape), but under a different epigraph titled “Chastity and homosexuality”, another example of the textual equivocality to which I alluded above. A first paragraph picks up the condemna­tion, proven with quotations from Sacred Scripture, calling them sins contra-natura, but is followed immediately by:
A considerable number of men and women exhibit deeply rooted homosexual tendencies. This leaning, objectively disordered, constitutes for the majority of them an authentic trial. They must be accepted with respect, compassion and tenderness. With respect to them all signs of unjust discrimination should be avoided. These persons are called to do God's will in their life and, if they are Christian, to unite the Lord's sacrifice on the Cross to the difficulties which they might encounter on account of their condition. cfr. C.C.C. nn. 2351-2356 y 2357-2359
The instrumentum laboris of the Synod expresses itself with the same words as the Catechism: “... men and women with homosexual tendencies must be accepted with respect, compassion and tenderness. With respect to them all signs of unjust discrimination should be avoided.”
The deed (the sensitive opening-up to those affected) took place already in Saint Wojtyla's time. Now, Pope Franciscus' men just advance one more step, make a new pull. What may follow is as dantesque as one may dare imagine.
I cannot understand, however, how, having all opinion favoring them, all submissive and enthusiastic, the entire world cheering and applauding, how they do not dare simply and plainly sanction the expiration of Humanae Vitae, of Familaris Consortio, of the morality of the Patriarchs, the Prophets and the Apostles, including proclaiming "out" the Sacred Family of Nazareth, such awful, politically incorrect example of family non-model.
It would be shorter and everyone would understand better (and cheer still more)
Although we already know it is part of the game that they do not become aware and go on applauding, fascinated, while ruin advances at an accelerated pace.

Tu autem, Domine, miserere.

domingo, 9 de marzo de 2014

La Fe en Europa. I

LA FE EN EUROPA

Conferencia dictada por el Dr. John Dudley el 4 de abril de 2013 en el Fisher More College de Fort Worth, Texas.

Fuente: http://angelqueen.org/2014/03/05/the-talk/

Traducido al español por Roberto Hope


El tema de esta noche daría material para un libro entero, pero en el tiempo que dispongo sólo puedo dar un bosquejo de algunas de las características más sorprendentes del estado actual de la fe en Europa. Me pareció mejor pintar primero un cuadro general de la situación y luego tratar de hacer un análisis de las causas de esta situación.


PARTE I
CREENCIA EN DIOS
Al hablar de la fe en Europa, la primera pregunta que debemos hacernos es probablemente ¿cuántos europeos creen que hay un Dios? La encuesta Eurobarometer del 2010, llevada a cabo por la Unión Europea, mostró que el 51% de los europeos creen que hay un Dios. Otro 26% creen que existe un espíritu o fuerza de vida, y el 20% creen que no hay un Dios ni clase alguna de espíritu o fuerza de vida. En la República Checa sólo el 16% de la población cree que hay un Dios, en Estonia el 18%, en Inglaterra el 37%. Es de notar que de los diez países donde más del 50% de la población cree en Dios, todos son países predominantemente católicos u ortodoxos. Por consiguiente, puede decirse que todos los países que fueron anteriormente protestantes son ahora países ateos. Los tres países predominantemente Ortodoxos, a saber: Rumania, Chipre y Grecia, tienen la tasa más alta en Europa de creyentes en Dios; la excepción católica entre los de mayor creencia en Dios es Malta.
Según la encuesta Eurobarometer del 2006, el 46% de los europeos piensan que “el lugar que ocupa la religión en nuestra sociedad es demasiado grande.”
En 2010 Eurobarometer descubrió que, al pedir que se escogieran tres de una lista de doce “valores”, sólo el 6% incluyó la religión entre sus tres valores principales. Los valores más importantes señalados, en orden de importancia, para los europeos son la paz, los derechos humanos, el respeto a la vida humana, la democracia, el estado de derecho, la libertad individual, la igualdad, la tolerancia, la solidaridad, la auto-realización, el respeto a otras culturas y, en último lugar, la religión
Ahora paso a la ASISTENCIA A MISA
Si queremos hablar de la fe en Europa, otro de los indicadores más obvios debe ser la asistencia a Misa los domingos. Aquí las cifras hablan por sí solas. Ha habido una caída dramática en la asistencia a Misa los domingos en los países europeos en los últimos cincuenta años. Por ejemplo, en España, el número de aquéllos que se dicen católicos y van a misa en domingo cayó del 44% en 1980 al 34% en 1990, al 30% en 1995 y al 19% en el 2005. En Alemania en 1980 el 35% de los católicos dijeron que iban a misa los domingos, en 1990 el 30%, en 1995 el 27% y en 2005 el 22%. En Holanda en 1980 el 36% de los católicos dijeron que iban a Misa los domingos, en 1990 el 30%, en 1995 el 19% y en 2005 el 7%. Además de eso el número de personas que declaran ser católicos también ha caído de manera dramática.
No hay un solo país en Europa donde la asistencia a misa los domingos haya aumentado.
Otro reflejo de la fe pudiera ser el número de sacerdotes que ha dejado su ministerio.
SACERDOTES QUE HAN DEJADO SU MINISTERIO
En 2006, 49,631 parroquias en el mundo carecían de un sacerdote residente. A pesar de que el número de católicos en el mundo casi se duplicó entre 1970 y 2008, subiendo de 653 millones a 1,166 millones, el número total de sacerdotes cayó de 419,728 a 409,166. Esto significa que la relación de fieles a sacerdotes casi se ha duplicado en los últimos 40 años.
En base a las estadísitcas que las diócesis envían al Vaticano, de 1964 a 2004, 69,063 sacerdotes dejaron su ministerio y 11,213 sacerdotes volvieron a su ministerio, haciendo un neto de 57,850 sacerdotes que dejaron su ministerio y ya no volvieron. Esto equivale a un promedio anual de 1701. El número de sacerdotes que han dejado su ministerio sigue siendo de más de mil por año. En promedio, los sacerdotes dejan su ministerio después de 13 años y esperan, en promedio, otros diez años antes de solicitar al Vaticano que los devuelva al estado laico. De aquéllos que piden dispensa de sus deberes sacerdotales, el 50.2% ya han contraído un matrimonio civil, el 14.5% están en situación de cohabitación y el 35.2% vive solo.
Un considerable número de ex-sacerdotes son aceptados por los obispos para desempeñar labores eclesiales. Tambén hay asociaciones de sacerdotes casados que ofrecen servicios sacerdotales a fieles que se hallan en una situación irregular y no pueden usar los servicios de sacerdotes legítimos. Un número de sacerdotes casados ofrecen también servicios a grupos protestantes y a otras sectas.
Si comparamos con la situación anterior al Concilio Vaticano II, podemos observar un gran cambio. De 1914 a 1962, un total de 810 sacerdotes solicitaron su laicización a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Eso da un promedio de 17 por año, y de esas solicitudes al 61% le fue negada. Pero de 1964 a 1988 un total de 44,890 sacerdotes solicitaron su retorno al estado laico, o sea un promedio de 1870 por año, y solamente al 8% le fue negado.
El número total de Católicos en Europa es de cerca de 280 millones, comparado con sólo 77 millones en Norte América. Pero en el período de quince años entre 1985 y 2001, el número de católicos en Norte América aumentó el 20%, en tanto que en Europa subió sólo el 1%. El porcentaje de sacerdotes en este período cayó el 16% en Norte América y el 11% en Europa.
Fuera del número de sacerdotes que han dejado el sacerdocio, ha habido un número considerable de sacerdotes, tanto en Europa como en otras partes, que han llevado una vida escandalosa. Algunos han sido pedófilos, otros homosexuales, otros han procreado hijos. Uno de los casos más famosos en Europa es el del obispo Casey de la Diócesis de Galway en Irlanda, quien procreó un hijo de una mujer divorciada en 1974. Eso fue dado a conocer a la prensa en 1992 y señala el principio de la gran decadencia de la Iglesia Católica en Irlanda. Otro caso famoso en Bélgica es el de Roger Vangheluwe, obispo de Brujas, cuya renuncia fue aceptada por Roma en 2010 cuando salió a la luz que era pedófilo y que había abusado de dos de sus sobrinos a lo largo de un período de 13 años. El 25 de febrero de este año el cardenal escocés Keith O'Brien renunció y ya no asistió al cónclave en Roma luego de que fue acusado de 'actos impropios' con sacerdotes. No es necesario decir que es importante ver estos casos en perspectiva. La inmoralidad entre sacerdotes no es algo nuevo en la Iglesia Católica. Un ejemplo que viene a la mente es el del Cardenal Tomás Wolsey, el famoso cardenal de la época de Enrique VIII, que tuvo dos hijos ilegítimos. El ejemplo más famoso es el del Papa Alejandro VI, quien reinó de 1492 a 1503 y engendró 12 hijos de varias amantes. Así pues, aunque la inmoralidad no es algo nuevo, lo que ciertamente es nuevo es la mayor escala de inmoralidad entre sacerdotes, particularmente en comparación con el período desde el Concilio de Trento hasta los años sesentas del siglo pasado.
Mi tesis en este ensayo es que la caída de la fe en Europa, y de hecho también en el resto del mundo, ha llevado a la caída de las normas morales, y esto se ve de lo más claro cuando observamos la familia. Viceversa, desde luego, el resquebrajamiento de las normas morales ha correspondido a una caída en la fe.
Veamos por consiguiente a la familia. En lo que atañe a la familia, me parece que el Cristianismo tiene normas más altas que cualquier otra religión, pues el Cristianismo es la única religión que prohibe el divorcio. De hecho Cristo llegó hasta a decir que un hombre que simplemente mire a una mujer de manera lujuriosa ha cometido adulterio con ella en su corazón. Hasta los Apóstoles se sorprendieron de la severidad de Jesús en relación con el divorcio. Todas las demás religiones permiten el divorcio bajo ciertas circunstancias y por consiguiente no proporcionan el grado de protección a la familia que da el cristianismo. Permítanme, por lo tanto, comenzar mi examen de la moral de la familia con un examen del divorcio.
DIVORCIO
Hoy en día, los dos únicos países en el mundo donde el divorcio sigue estando prohibido son las Filipinas y el Estado Vaticano. Sin embargo, la aceptación del divorcio es un acontecimiento muy reciente. El origen del divorcio moderno se remonta a la época de la Reforma y comienza en las regiones calvinistas de Suiza en 1547, y Escocia aceptó al adulterio como justificación para el divorcio alrededor de 1560. El divorcio fue reconocido legalmente en el estado norteamericano de Maryland en 1701. Sin embargo, la primera aceptación del divorcio en gran escala en el mundo occidental fue llevado a efecto por la atea Revolución Francesa en 1792. Fue posteriormente vuelto ilegal durante la restauración de la monarquía en 1816. Fue introducido en Prusia en 1794. En Inglaterra, hasta 1857, el divorcio sólo se concedía mediante acto del Parlamento y por lo tanto era asequible sólo a los ricos, principalmente hombres. En la mayoría de los países católicos el divorcio no fue legalizado hasta después del Segundo Concilio Vaticano. Fue legalizado en Italia en 1870, en Portugal en 1975, en España en 1981, en Irlanda en 1996 y en Malta en 2011.
La asequibilidad del divorcio conduce siempre a tasas mucho mayores de rotura del vínculo matrimonial y lleva finalmente, como podemos verlo hoy en día, a una caída de la institución del matrimonio. En 2001, por primera vez, el número de divorcios en Bruselas excedió el número de matrimonios. Yo me crié en Irlanda, y cuando era un niño la palabra divorcio jamás se mencionaba, salvo en voz baja como un terrible mal que existía en Inglaterra. Cuando el divorcio no es accesible, la gente obviamente no piensa en él y se pone a resolver sus dificultades maritales de otra manera. Debe ser difícil para un auditorio americano aun imaginar un país civilizado donde no exista el divorcio, ya que la gente se ha vuelto tan imbuida con la idea de que el divorcio es un derecho humano. Pero en realidad lo opuesto es la verdad. Cada uno de los cónyuges tiene el derecho al amor que le prometió el otro, y los niños tienen el derecho al amor de uno al otro de sus padres. Cualquiera que se case con la idea de que si no funciona puede divorciarse, de hecho no está casándose para nada; así pues, un número muy grande de matrimonios no son válidos por esa misma razón.
Podemos decir entonces que el fracaso de los matrimonios que ha seguido a la proliferación del divorcio ha conducido a la pérdida de la fe en Europa y otras partes, ya que en la Iglesia Católica uno no puede divorciarse y volverse a casar (por lo menos sin anulación de por medio) y por consiguiente, todos los que se vuelven a casar civilmente son excluidos de la Santa Comunión y gradualmente en muchos casos, pierden la fe.
La existencia del divorcio es así el primer factor que mina la fe. Históricamente las leyes del aborto siempre han venido luego de haberse liberalizado el divorcio, y nunca ha ocurrido lo opuesto. Siempre me sorprende por esta razón que en los EUA, donde hay tan fuerte campaña para prohibir el aborto, no haya campaña alguna, de que yo esté enterado, en pro de la abolición del divorcio. Sin embargo, la accesibilidad del divorcio es la raíz de la mentalidad liberal que conduce al aborto y a numerosos otros males.
ADULTERIO
Quisiera ahora hablar del adulterio, ya que desde tiempo inmemorial se ha entendido que el adulterio es la causa principal del rompimiento del matrimonio. Se había entendido desde los tiempos más antiguos que el matrimonio debe ser protegido mediante leyes que prohíban el adulterio.
Si una sociedad abole las leyes contra el adulterio, se desprende que ya no le da valor al matrimonio. Por esta razón, es muy sorprendente que el adulterio, que había sido una ofensa criminal en todo país europeo, haya dejado de ser un crimen en todos los países. Ni siquiera se toma en consideración en los llamados 'divorcios sin cónyuge culpable', de manera que la parte que ha sido ofendida no recibe tipo alguno de compensación de la parte que causó la ofensa. Ya no se acepta que haya nada malo en cometer adulterio ni romper un matrimonio. Claramente en tal ambiente estamos muy lejos de la fe religiosa.
Así pues, el adulterio ha sido descriminalizado en Europa, en tanto que a pricipios del 2013 el adulterio era todavía una ofensa criminal en 23 estados de la unión americana. Esta es una gran diferencia que hay entre Europa y los Estados Unidos. Si vemos otros continentes, el adulterió sigue considerándose un grave crimen en numerosos países africanos y asiáticos, y en la ley sharia islámica es castigado con lapidación. En India un hombre puede ser sentenciado a hasta cinco años de prisión aunque, por extraño que parezca, una mujer no puede ser condenada.
ANTI-CONCEPCIÓN
No puedo hablar del adulterio, la causa primaria y más obvia del divorcio, sin hablar del crimen de la anti-concepción. Probablemente nada haya hecho más por la destrucción de la familia que la anti-concepción. En los tiempos anteriores a que surgiera la anti-concepción, la mujer tenía que ser muy cuidadosa de evitar contacto con hombres fuera del matrimonio, pues podía quedar embarazada. De manera semejante, los hombres tenían que temer las consecuencas de procrear un hijo ilegítimo. Más que cualquier otra cosa, el temor de un embarazo indeseado mantenía la moralidad de los hombres y de las mujeres. Al mismo tiempo, la iglesia ha enseñado claramente, que el acto sexual fuera del matrimonio es un pecado mortal.
La fácil accesibilidad de la anti-concepción ha producido una sociedad promiscua y ha llevado al adulterio a gran escala, destruyendo numerosos matrimonios de esa manera. Se ha vuelto posible a los hombres utilizar a las mujeres como meros objetos sexuales y a las mujeres utilizar a los hombres para adquirir poder. La anti-concepción ha llevado a separar al sexo del embarazo. Ha conducido a la idea de que la maternidad es algo de importancia secundaria para una mujer, poniéndolo en segundo lugar después de la carrera profesional. Ha sacado al amor del matrimonio, poniendo una barrera entre el marido y la mujer y haciendo a la mujer disponible todo el tiempo. El embarazo es visto como una amenaza y un peligro. Finalmente, cuando la anti-concepción falla, como sucede regularmente, conduce a la idea de que el aborto es un derecho, como un recurso contra la anti-concepción que no funciona. El Papa Pablo VI en su famosa encíclica Humanae Vitae de 1967, sostiene la enseñanza tradicional de la Iglesia contra la anti-concepción en términos de lo más inequívocos. La anti-concepción es un gran peligro contra la fe.
ABORTO
Habiendo hablado de la anticoncepción, pasemos al aborto.
El aborto sin restricción alguna está accesible en numerosos países de Europa, incluyendo Albania, Alemania, Bélgica, Bielorrusia, Bosnia, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Estonia, Grecia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Latvia, Lituania, Macedonia, Noruega y Suecia. También está accesible en todos los demás países europeos, excepto Malta, con algunas restricciones. En Irlanda es accesible solamente cuando la vida de la madre está en peligro, pero un número considerable de mujeres irlandesas procuran el aborto en Inglaterra.
Las cifran de terminación de embarazos en Europa son más bajas en Malta, con el 1.3% e Irlanda con el 5.6%. Las cifras son mucho más altas en aquellos países donde el aborto es fácilmente accesible. Alrededor del 12% de todos los embarazos en Bélgica terminan en aborto; alrededor del 14% en Alemania, cerca del 16% en Portugal, del 19% en España; más del 20% en Francia y en Inglaterra, más del 30% en Hungría, 32% en Rumanía donde bajó del 76% que ocurría antes de 1990 o 1991, año en el que cayó la Cortina de Hierro; cerca del 45% en Rusia, donde bajó de más del 60% que prevalecía durante el período de 1960 a 2001.
Uno debe tener en cuenta que la aparente estabilidad en el número de abortos en los años recientes está falseada por el aumento en la accesibilidad de la píldora del día siguiente y de varios otros así llamados medios anti-conceptivos que en realidad producen el aborto.
El porcentaje de embarazos que terninan en aborto está influido claramente por el grado de facilidad con que puede conseguirse un aborto. Está muy claro que en el año en que se introdujeron o liberalizaron las leyes del aborto en cada país europeo, subió el número de abortos de manera muy dramática. Por ejemplo, en Italia el aborto era ilegal hasta 1978. Pero tan pronto como se permitió, la tasa de abortos creció de casi cero al 20% en un año. Este es un aumento enorme aun tomando en consideración cierto número de abortos clandestinos que ocurrían antes de su legalización.
Durante los últimos cincuenta años desde el Concilio Vaticano II, el aborto ha sido introducido en un país europeo tras otro, y Malta e Irlanda son los dos países que aún quedan donde el aborto no se permite, salvo cuando la vida de la madre está en peligro.
En comparación, no se permite el aborto en muchos de los países islámicos, tales como Irán, Egipto, Indonesia, Iraq, Siria, Afghanistán; en un número de países católicos pobres, como Filipinas, El Salvador, Colombia y Chile, y en un número de países negros africanos.
Una de las características de la vida americana que llaman la atencón al visitante europeo es la fuerza del movimiento pro-vida. Ciertamente hay movimientos pro-vida en varios países europeos, pero éstos no son nada comparables en fuerza como los de EUA. No obstante, debo aclarar, que la tasa de abortos en los Estados Unidos es, a pesar de ello, comparable a aquélla de la mayor parte de los países de Europa Occidental. Por consiguiente, yo sugeriría que la solución fundamental es que la sociedad comience a llevar una forma de vida más moral.
Yo arguiría que la mentalidad liberal aparece primero en su exigencia de la accesibilidad del aborto y luego en la exigencia del aborto mismo.
ILEGITIMIDAD
Ahora paso al tema de la ilegítimidad.
La liberalización del divorcio y el aumento resultante en el resquebrajamiento del matrimonio han llevado a otro fenómeno, la desaparición gradual del matrimonio mismo. Esto se ve con claridad en el aumento extraordinario en el nacimiento de hijos ilegítimos en todo el mundo. El número de niños nacidos fuera de matrimonio ha aumentado dramáticamente en los años recientes. En los países desarrollados, aquéllos con el menor número de casos son Corea, Japón y Grecia, con menos del 10%. Entre el 10% y el 20% de todos los niños que nacen en Suiza e Italia son ilegítimos. La cifra es de entre el 20% y el 30% en Polonia, Canadá, Malta y Lituania; entre el 30% y el 40% en Eslovaquia, Luxemburgo, España, Alemania, Irlanda, Australia, Portugal, la República Checa, los EUA, Austria y Hungría; entre el 40% y el 50% en Finlandia, Holanda, Latvia, Bélgica, el Reno Unido, Dinamarca y Nueva Zelanda; entre el 50% y el 60% en Bulgaria, Francia Eslovenia, Suecia, Noruega, México y Estonia, y el líder mundial en hijos ilegítimos es Islandia, con el 65% de todos los niños, nacidos fuera de matrimonio.
El promedio de todos los países desarrollados es del 38%. Debe hacerse notar que las parejas que viven en las llamadas “uniones civiles” son consideradas cual si fueran matrimonios para fines de estas estadísticas. Así pues, el 38% de todos los niños que nacen vienen de padres que no han hecho compromiso oficial alguno entre uno y otro. Esto significa que un considerable porcentaje de la población de los países desarrollados ya no considera al matrimonio como algo necesario para traer niños al mundo. Esta actitud es claramente incompatible con la fe, ya que la fe exige un compromiso total entre los esposos.
MATRIMONIO DEL MISMO SEXO
El ataque más reciente a la familia ha sido la introducción del llamado 'matrimonio del mismo sexo'. El pecado contra natura fue primero hecho aceptable y popularizado en las últimas décadas del Siglo XX. Ahora está volviéndose más y más difícil decir nada en público contra eso. Por ejemplo, un pastor protestante en Suecia fue condenado a una sentencia de cárcel por un sermón en el que se refirió a pasajes de la Biblia en los que la práctica es condenada como sodomía, el pecado que llevó a Dios a destruir la ciudad de Sodoma.
Llegó el momento al inicio del nuevo milenio para que los homosexuales alegaran que su relación era un matrimonio, aun cuando es precisamente lo opuesto a un matrimonio, pues falta la necesaria complementareidad del hombre y la mujer. Hoy en día hasta en escuelas católicas de Europa se les enseña a los niños que deben respetar la práctica de la homosexualidad. Sin embargo, hace poco más de cien años, el famoso dramaturgo inglés Oscar Wilde fue sentenciado en Inglaterra a dos años de trabajos forzados por el delito de crasa indecencia. Hoy, el primer ministro de Bélgica es un homosexual activo. No es que su moralidad sea inferior a la del presidente de Francia, que vive abiertamente en el Palacio del Eliseo con su concubina, o a la del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, que llevaba la vida de los más decadentes de los emperadores romanos. Hasta donde estoy enterado, no ha habido hasta ahora un presidente de los EUA que haya sido homosexual o que haya vivido públicamente con su concubina.
El 'matrimonio' homosexual ha sido legalizado en 11 países hasta ahora, de los cuales 8 están en Europa. El primer país que lo llevó a cabo fue Holanda en 2001. También ha sido legalizado en partes de otros tres países. Otros 11 países están en proceso de aprobar legislación que permita el matrimonio homosexual. Debe haber poca duda de que muchos otros países seguirán el ejemplo. Sin embargo, un número de paises africanos de raza negra, tales como Nigeria y Kenia, han reaccionado fuertemente contra esto, ya que va enteramente contra su cultura, como de hecho hasta años recientes había sido contra su cultura en los países occidentales. En Uganda, la práctica homosexual se castiga con la pena de muerte en el caso de transgresores reincidentes. De manera semejante, si volteamos hacia los países islámicos, hallamos que las prácticas homosexuales son castigadas con la pena de muerte en Afghanistán y por sentencias de cárcel en Egipto, Pakistán, Uzbekistán y Malasia, donde el antiguo primer ministro Anwar Ibrahim fue puesto en prisión con base en esto.
Me parece irónico que la exigencia de matrimonio por homosexuales siga creciendo, cuando al mismo tiempo el porcentaje de parejas de novios heterosexuales que desean casarse va cayendo continuamente. Las parejas del mismo sexo parecen desear obtener la respetabilidad del matrimonio, cuando más y más parejas heterosexuales prefieren evitar el nivel de compromiso que entraña el matrimonio. Lo que tienen en común estos dos fenómenos es que el matrimonio y la familia están siendo erosionados gradualmente.
Si se me pidiera, pues, caracterizar el cambio en la moral que ha tenido lugar durante los últimos cincuenta años, yo diría en primer lugar que ha sido la destrucción de la familia como unidad básica de la sociedad.
EUTANASIA
Pero la familia no es el único campo en la que la moral ha decaído en los últimos cincuenta años. Yo argumentaría que las normas han caído en cada aspecto de moralidad. Mencionaré sólo un un ejemplo, el de la eutanasia: Holanda y Bélgica (desde el 2002) y Luxemburgo (desde el 2008) son hasta ahora los únicos países que han legalizado la eutanasia, que significa la deliberada muerte de un paciente a petición suya. En Suiza y en los estados de Oregon, Washingon y Montana de los Estados Unidos, se permite el suicidio asistido. Esto también es claramente incompatible con la fe



En la siguiente parte se tratará de analizar las causas que han dado origen a este trágico estado de cosas.