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sábado, 17 de diciembre de 2016

Viendo a Brexit en Perspectiva

Viendo a Brexit en Perspectiva


por Atila Sinke Guimarães

Tomado de: http://www.traditioninaction.org/bev/192bev06_29_2016.htm#secret
Traducido del inglés por Roberto Hope

Yo creo que la salida de Inglaterra de la Unión Europea puede llevarnos a una Tercera Guerra Mundial. Déjenme explicarme:

Quienquiera que siga lo que pasa en la política internacional sabe que Las Fuerzas Secretas quieren establecer un Nuevo Orden Mundial: una República Universal. La agenda de las Naciones Unidas es el prototipo de este ideal: un gobierno socialista que domine a todos los pueblos de la tierra, que habrán de transformarse en un solo tipo de hombre moreno, resultante de la mezcla de todas las razas.

Las Fuerzas Secretas

¿Qué quiero decir por las Fuerzas Secretas? Son el grupo formado por personas iniciadas que actúan de manera decisiva bajo la siguiente jerarquía:

El Poder Masónico:


  • Un comercio controlado por la industria
  • Una industria controlada por los bancos,
  • Una clase política controlada por las tres: comercio,industria y los bancos, dependiendo de cada caso,
  • Bancos estatales controlados por gente que actúa tras los bastidores, que no suelen aparecer en los encabezados de los medios de comunicación; de hecho, mientras mas decisivamente actúan, menos aparecen.
  • Bancos privados controlados por lo que de manera genérica se le conoce como las Finanzas Internacionales – el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etc. – los cuales también controlan/influencian a los bancos estatales.
  • Las Finanzas Internacionales controladas por los judíos
  • Los judíos divididos en facciones liberales y “ortodoxas”, pero en este antagonismo aparente, la última palabra casi siempre pertenece a los “ortodoxos”.

Jerarquías semejantes operan dentro de las universidades, las profesiones libres – médicos, ingenieros, abogados, etc. – así como en el ejército, la marina, la fuerza aérea y la policía.

Hay diferentes tipos de masonería – el Club Rotario, el Club de Leones, los Rosacruces, el Skull & Bones, el Bohemian Grove, los Iluminati, el Rito de York, el Rito Escocés, el Bursenschaft, el Centro Pitágoras, la Observancia Asiria, los Caballeros de Pythias, etc. – todos ellos son caballos montados por el judaísmo. Estos tipos de sociedades secretas actúan en los distintos niveles de la jerarquía para comunicar y hacer cumplir la agenda de la Revolución.

Quienes han sido iniciados no comunican al público, a sus amigos o a sus familias, la orientación que han recibido. Eso es secreto.

Es esta red lo que yo llamo Las Fuerzas Secretas.

Las Fuerzas Secretas y la inmigración.

Todos sabemos que la actual invasión de Europa – que en una menor escala está ocurriendo también en los EUA – no está sucediendo por pura coincidencia. Las Masonerías Unidas de Europa anunciaron patentemente, en un manifiesto público, que quieren que sus miembros apoyen la inmigración musulmana. El documento está claro en lo referente a sus fines, pero hay mucha palabrería en lo referente a las razones.

La verdadera razón, creo yo, es destruir completamente a la Europa como había sido moldeada por la Iglesia Católica. El odio de la Revolución hacia esta Cristiandad es tan intenso, que quiere destruir los tipos raciales europeos que se desarrollaron en una sociedad formada tan orgánicamente por la Iglesia.

Sus agentes en Europa están predicando explícitamente el 'reemplazo' de las razas. Según esta agenda, los diversos tipos raciales europeos deberían casarse con musulmanes – sean árabes o negros. Profesores, políticos, empresarios y predicadores instruyen a la gente de manera insistente a que acoja a los inmigrantes y, de ser posible, se mezcle con ellos. Esa política ha sido promovida durante décadas por las Fuerzas Secretas, pero ahora está alcanzando un ápice impensable – con la complaciente bendición del Papa Francisco, no lo olvidemos. Durante algún lapso de tiempo, la opinión pública se estuvo mostrando desconfiada, pero calladamente lo había ido aceptando.

La tendencia cambió cuando, en el Año Nuevo de 2016. Alemania fue testigo de una ola de cientos de violaciones de mujeres jóvenes y de niñas por más de 1000 inmigrantes. Las mordazas cayeron de su boca y la gente comenzó a manifestarse.

Amanecimos con el dato de que el 30% de la población de Marsella, Francia, es musulmana, lo que significa que más de 260,000 personas habían invadido la ciudad y estaban causando toda clase de desasosiego. El pueblo francés de Calais tiene 18,000 musulmanes en su ciudad, gozando de todos los privilegios que provee el gobierno. Ellos agradecen esto fastidiando a voluntad, violentamente, a la población.

De repente nos percatamos de que Alemania tiene 3.7 millones de ciudadanos de origen turco, más 1.5 millones de turcos residiendo ahí, sin contar a los 1.1 millones de “inmigrantes sirios” a quienes Angela Merkel autorizó que entraran a Alemania entre el 2015 y el 2016.

Europa está harta de inmigración

La opinión pública ha cambiado. La retórica de acoger a los inmigrantes, promovida puntualmente por los gobiernos locales, ya no convence a la gente. El primer ministro húngaro puso un buen ejemplo protestando públicamente y sacudiéndose la política anti-europea impuesta por los Estados Unidos.

En Austria, la venta de armas se salió de las gráficas; ya no quedan armas en los anaqueles. Más y más mujeres austriacas están comprando armas para defenderse de posibles violaciones por inmigrantes. En las últimas elecciones, de mayo de 2016, los partidos políticos habituales austriacos socialistas y conservadores, viendo que no podían ganar, canalizaron sus votos hacia el representante de los Verdes, quien apenas logró ganarle al candidato anti-Unión Europea y anti-inmigración – ganando por sólo un microscópico porcentaje.

En Diciembre de 2015, se adoptó en Francia la misma política de canalizar votos para evitar que el partido neo-nazi de Marine Le Pen se llevara las elecciones legislativas. Aun cuando el partido de ella no se llevó ninguna región, emergió como el segundo partido en número de votos. La virtual dictadura de Francois Hollande quien desde noviembre del 2015 ha estado gobernando al país bajo ley marcial con el pretexto de combatir al terrorismo, está paradójicamente protegiendo a los musulmanes, prohibiendo a la policía del Estado que haga cumplir la ley en sus distritos.

Creciente caos político en Europa.

Francia está también en un caos político, ya que Hollande está sacando ventaja de su dictadura “provisoria” para imponer reformas socialistas sobre el pueblo, que diariamente toma las calles para protestar y hacer demostraciones. El índice de popularidad de Hollande ha caído a un mínimo de 19%. Francia luce más y más como una nueva Venezuela.

España también ha estado en caos político por más de seis meses. Desde el pasado diciembre, los representantes electos al Congreso han sido incapaces de acordar una plataforma para primer ministro. Las elecciones del 26 de junio no cambiaron el cuadro, pues ninguno de los partidos obtuvo mayoría en el Congreso. Irlanda está en una situación similar. Italia apenas puede caminar con las dos piernas. Desde la caída del gobierno en noviembre del 2015, Portugal está también en agitación política. Grecia no ha podido salir de su abismo político-económico.

Brexit, un respiro de aire fresco.

Fue en esta turbulenta atmósfera de invasión musulmana y caos político que el 23 de junio Inglaterra votó por salirse de la Unión Europea. Es la mejor noticia que yo recuerdo haber recibido desde que comenzó este corrupto siglo XXI. ¡Felicidades, Inglaterra! Yo tenía la sospecha de que las Fuerzas Secretas harían trampa en las casillas de votación – el referendo de Escocia se mantiene en mi mente – para asegurarse de que Inglaterra no se separara. Pero esto no sucedió o aun cuando hubieran hecho trampa no fue lo suficiente como para cambiar el resultado final.

¿Cómo harán las Fuerzas Secretas para evitar que otros pueblos de Europa, que están teniendo análogas cuestiones  migratorio/político/económicas, se rasquen la cabeza y piensen “Por qué no hacemos nosotros lo mismo”?

Así es, pues, como nos encontramos ahora. Si Inglaterra se separa sin que otros la sigan, la UE puede reducir su paso pero tratando de seguir el mismo camino. Sin embargo, si dos o tres otros países se retiran, bien puede producirse una reacción en cadena y reducir la Unión Europea a lo que es la locomotora que la arrastra, o sea Alemania. En otras palabras, la aventura de la UE efectivamente terminaría.

En este último caso, las Fuerzas Secretas tendrían que medir cuidadosamente lo que sería su siguiente paso.

¿Pateando el tablero de ajedrez?

En este crepúsculo de la democracia veo tres posibilidades:

Primero: reinstalar dictadores – Hollande pudiera ser sólo un caso de prueba – a fín de imponer mediante fuerza política las medidas que la presión económica de la UE no pudo lograr. Entonces tendríamos un grupo de dictadores que impondrían el socialismo y unificarían Europa por la fuerza.

Segundo: provocar a una insurrección general de los musulmanes que ya están en Europa, que se alce contra todo lo que no se adapte a su propia visión del mundo. Europa sería transformada así en un enorme cuerpo herido de guerra urbana de guerrillas.

Tercero: si las Fuerzas Secretas dejan de poder controlar la reacción anti-inmigrantes y un separatismo orgánico, podrían generar una controlada Tercera Guerra Mundial. Adoptando esta estratagema, tendrían que destruir, mediante fuerzas militares en conflicto lo que antes no pudieron desmantelar. Recordemos que la Primera Guerra Mundial se hizo para acabar con los imperios y matar a la juventud ultramontana de Europa.

Estas tres hipótesis no excluyen la una de la otra.

En las dos guerras mundiales anteriores, las fuerzas secretas hicieron algo semejante cuando se vieron en análogas encrucijadas. Patearon el tablero  de ajedrez para comenzar de nuevo el juego, de manera que pudiera ser jugado bajo su control desde una nueva perspectiva y en una situación completamente diferente.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Nuevos caminos para los Estados Unidos

Nuevos caminos para los Estados Unidos


Por Atila Sinke Guimarães

Tomado de: http://www.traditioninaction.org/bev/198bev11_30_2016.htm
Traducido del inglés por Roberto Hope


Las elecciones del 8 de noviembre revelaron una nación americana profundamente dividida. Por un lado tenemos a los que apoyan la plataforma Obama-Hillary; por otro lado, los adeptos al movimiento Tea Party, que en Trump encontraron un respiro provisorio de aire fresco para su creciente asfixia.

Luego de ocho años de Obama y su agenda de extrema izquierda, los EUA estaban cerca de convertirse en ESUA ― Estados Soviéticos Unidos de América. Esta realidad se refleja en varios campos.

Primero: el gobierno saliente luchó por evitar que los EUA explotara o produjera ninguna fuente nueva de energía ― petróleo, gas, carbón o metanol ― en su propio territorio. También estaba sofocando otros sectores que extraen recursos naturales.

Segundo: saboteó tanto como pudo el sector industrial y la fuerza de trabajo de la nación, enviando trabajo al extranjero, China, Indonesia e India por citar sólo los países extranjeros más relevantes, con el pretexto de que el trabajo puede hacerse allá más barato que acá.

Tercero: socavó la fuerza de trabajo rural con una política de socialización del sector agrícola, y aumentó la intrusión estatal, limitando y controlando la libre iniciativa.

Cuarto: lo americanos de las clases media y alta, tanto urbana como rural, han estado encarando una persecución virtual en la forma de impuestos concusionarios sobre la propiedad y el ingreso. Los impuestos rurales ya sofocaban a los agricultores.

Un capítulo especial de esta persecución incluye el  demagógico programa Obamacare, el cual es un medio para la absorción socialista de la práctica médica privada por el Estado, Está destruyendo el antiguo y competente sistema, transformándolo en un modelo de ineficiencia,

Quinto: El gobierno de Obama hizo todo lo que pudo por vilipendiar la moral y la autoestima de las tropas americanas mediante la reducción de su número, recorte de sus salarios, e introducción de leyes que les obligan a aceptar mujeres y homosexuales en todas las ramas y en todos los rangos.

Paralelamente, saboteó nuevos armamentos para las fuerzas americanas y recortó el gasto de defensa. Esto ha reducido el antiguo poderío de los EU a una condición de atraso, permitiendo a Rusia y a China en varias áreas igualar o sobrepasar el poder militar de respuesta americano.

En un nivel interno, el ataque constante del gobierno contra los propietarios de armas, tratando de limitar su posesión, uso y tipo a un ridículo mínimo no puede pasarse por alto.

Sexto: atacó violentamente a las familias americanas por medio de una usurpación de la autoridad de los padres, a través de una enorme gama de medidas culturales y legales. Esto incluye la formación de la niñez y la juventud por un cuerpo comunista de profesores en escuelas y universidades, la enseñanza de una moral libertina en estas organizaciones y la imposición de monstruosidades antinaturales tales como la homosexualidad y el llamado transgenerismo, que están siendo presentados como normales en la sociedad.

En el ataque contra las familias, es de notarse que el gobierno no ha escatimado esfuerzos por promover el aborto y  la eutanasia, proporcionando un amplio apoyo económico hacia esos fines

Séptimo: la política inmigratoria de Obama ciertamente confirma la idea de que el gobierno estaba tomando acciones para destruir la identidad americana. Mediante la inmigración musulmana, ya sea abierta o subrepticia, introdujo intranquilidad y aflicción al país por amenazas inminentes de terrorismo.

Octavo: La rama ejecutiva corrompió las decisiones de la suprema corte nombrando jueces que fueran favorables hacia sus agendas pro-homosexuales y pro-aborto.

Estas medidas generales, que fueron meticulosamente ejecutadas durante los ocho años de la presidencia de Obama, no fueron solamente acciones del gobierno, sino que son posturas apoyadas por una porción considerable de los americanos que votaron por Hillary. Este grupo, no lo olvidemos, quiere seguir el mismo rumbo ― y aun a un paso más acelerado ― hacia la destrucción de los EUA y la implantación del socialismo.

Después de la elección, segmentos de este bloque han estado haciendo manifestaciones en contra de Trump. Creo que los hacedores de reyes y los manipuladores de la opinión pública, o lo que es lo mismo, las  Fuerzas Secretas, están probando las aguas de este grupo para determinar si es suficientemente socialista y suficientemente grande para enfrascarse en una guerra civil. En caso de que no lo sea, esos partisanos radicales estarán listos para ser utilizados en nuevas protestas, como las del Occupy Movement o de Black Lives Matter, cuando se presente la oportunidad.

Movimiento Tea Party

Otro bloque de opinión pública está constituido por aquéllos que votaron por Trump. Está compuesto básicamente de aquéllos que están descontentos con el sistema actual. Más que cualquier cosa específica que Trump haya hecho o prometido, la principal causa de su éxito fue haber catalizado un enorme descontento general. Los partidarios del Tea Party que fueron capaces de elegir sólo unos cuantos diputados hace unos años, han podido ahora elegir al presidente de los Estados Unidos ― éste es el dato más expresivo que ha emergido en el panorama político. Revela una corriente creciente de la opinión pública.

El escepticismo de este bloque no gira alrededor de algún punto superficial: está dirigido a la misma esencia del sistema democrático. Déjenme analizarlo.

Primero, es obvio que este grupo está contra Obama y su plataforma político-social explicada arriba. En otras palabras, cree que la rama ejecutiva del sistema democrático se ha vuelto putrefacta moral e institucionalmente.

Segundo, está también contra los políticos, considerándolos hipócritas que son movidos por intereses personales para proponer y aprobar las leyes que ellos escogen. O sea que la rama legislativa está profundamente desacreditada.

Tercero, el voto de esta facción fue indiferente hacia los partidos Republicano y Demócrata. La nominación de Trump fue algo esencial para el Partido Republicano, pero no lo fue necesariamente para Trump, que utilizó al partido como un mero instrumento legal para su candidatura. Sus votantes eran ajenos a la disputa tradicional rojo vs. azul [republicano vs. demócrata N. del Tr.]. Esto se traduce a que los partidos oficiales se están haciendo irrelevantes u obsoletos. En el fondo se trata de una lucha crecientemente ideológica de una sociedad orgánica americana contra el socialismo.

Cuarto, la aprobación del antinatural e injusto “matrimonio” homosexual por la Suprema Corte, que había sido rechazado por el pueblo en plebiscitos ― California, por ejemplo, lo rechazó dos veces ― muestra claramente el carácter artificial y arbitrario de la decisión. Esta medida, añadida a la reciente decisión de favorecer el aborto en Texas, hizo obvio para el electorado de Trump que al más alto tribunal de nuestro régimen democrático le preocupa menos la justicia que el echar a andar una agenda izquierdista pre-establecida.

Quinto, para hacer las cosas todavía peores, el actual  procedimiento de votación ha estado siendo cuestionado cada vez más por fraudulento. Hay serias dudas acerca de la objetividad de los votos depositados y contados por máquinas electrónicas, que descansan en programas diseñados por expertos computacionales que se sospecha que arreglan los resultados de antemano.

Sexto, la mayor parte de los medios de comunicación establecidos ― periódicos, radio y televisión ― se mostraron descaradamente parciales en esta elección. Esta falta de objetividad, así como las incesantes noticias que predecían la victoria de Hillary, confirmaron las sospechas previas acerca de casi todo lo que se reporta en los medios establecidos.

Séptimo, de manera análoga, las encuestas, que se consideran una forma efectiva de medir lo que la gente está pensando, se mostraron estar siendo guiadas por una brújula descompuesta.  Casi todas habían predicho una victoria confortable de Hillary-

Este tentativo bosquejo de los partidarios del Tea Party deja claro que existe un gran escepticismo sobre la democracia hoy en día. Este enorme bloque del público está abierto a salir del régimen presente e intentar algo nuevo.

¿Qué clase de régimen sería éste? No resulta difícil ver las nubes de una dictadura aparecer en el horizonte. Este bloque de americanos insatisfechos está apostándole a un hombre fuerte que se preocupe poco de compromisos políticos, que no tenga mucho que ganar financieramente a nivel personal.

¿Será Trump el salvador de la democracia o el hierofante que habrá de conducir su funeral? ¿Será él verdaderamente independiente de las Fuerzas Secretas y de sus ideales antinaturales, anticatólicos y socialistas? A propósito ¿qué le habrá dicho a Henry Kissinger que dejó a éste con la confianza de que Trump no cumplirá sus promesas de campaña, sino que en cambio se adaptará a la política exterior americana, o sea a la agenda del Nuevo Orden Mundial Único? No lo sé. Tendremos que esperar y ver.

Lo que sí sé es que el Sr.Trump cometería un error fatal si no hace caso a este creciente bloque de opinión pública y le da rienda suelta a su megalomanía, basándose en la noción irrealista de que fue electo por sus méritos y logros personales.