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domingo, 31 de mayo de 2020

La Muerte de la Familia en Europa

La Muerte de la Familia en Europa

Por Patricius Anthony
Tomado de: http://traditio.com/feature/family.htm
Traducido del inglés por Roberto Hope

En su incisivo libro Europa y la Fe, Hillaire Belloc escribió lo siguiente:
"Hemos llegado, al fin, como resultado final de esa catástrofe de hace trescientos años, a un estado de la sociedad que no puede perdurar, una disolución de las normas, un derretimiento del marco espiritual tal, que el cuerpo político fracasa. Los hombres por todas partes sienten que un intento de seguir en este camino sin fin, cada vez más obscurecido, es como la acumulación de deuda. Nos alejamos cada vez más de la posibilidad de saldarla. Nuestras varias formas de conocimiento divergen más y más. El concepto de autoridad, el mero principio de la vida, pierde su significado, y este terrible edificio de civilización que hemos recibido en herencia, y que sigue teniendo nuestra confianza, tiembla y amenaza con derrumbarse. Es claramente inseguro. Puede fallar en cualquier momento. Nosotros que aún vivimos, podemos ver que la ruina, cuando venga, no sólo será algo repentino, sino también algo definitivo. En tal encrucijada, sigue permaneciendo la verdad histórica: que ésta nuestra estructura europea, construida sobre el noble fundamento de la antigüedad clásica, fue formada por medio de, existe por, y es consonante con, la Iglesia Católica. O Europa vuelve a la fe o perece. La fe es Europa y Europa es la fe."
¡Comparada con la depravación cultural que permea los tiempos actuales, los principios del siglo XX cuando Belloc escribió estas palabras proféticas parecerían ser el Jardín del Edén! En mayo de 2008, el Parlamento Europeo recibió un estudio del Instituto de Política Familiar, intitulado "La Evolución de la Familia en Europa 2008." Luego de leer su contenido, uno pensaría que un mejor título habría sido "La Degeneración de la Familia Europea."

Una indicio de qué tan bárbara se ha vuelto Europa, puede verse en lo que ahora es la causa principal de muerte entre su población. Y no son causas naturales, sino una no natural: el aborto. alrededor de unos 1.2 millones de bebés no se llevan a término, una manera eufemística de decir que son asesinados. ¿Es de sorprenderse que los Europeos no hayan sido capaces de mantener sus poblaciones?

Reivindicado, aunque tarde, por este estudio, está el Papa Clemente VII y sus venerables sucesores, quienes mantuvieron la decisión de su valiente predecesor, de no conceder a una de las figuras más malvadas de la historia Occidental, Enrique VIII, una 'anulación' de su legítimo matrimonio con Catalina de Aragón. Sólo el Dios Todopoderoso sabe cuántas almas individuales han sido salvadas, familias permanecido intactas, y sociedades conservadas a lo largo de los siglos, gracias a que Sus Vicarios hayan sostenido las enseñanzas de Jesús sobre el Sacramento del Matrimonio. Como lo ha hecho con todo aspecto de la Tradición, sin embargo, la Iglesia del Nuevo Orden se ha unido al mundo moderno con sus escandalosas y extendidas concesiones de 'anulamiento' por razón de casi cualquier causa concebible.

Como lo advirtieron la mayor parte de los papas anteriores al Vaticano II, la fácil accesibilidad del divorcio ha hecho un desastre de la institución del matrimonio, hecho del que Europa está percatándose dolorosamente. Para aquéllos que eligen casarse, más de la mitad no permanecen unidos. La tasa de divorcio ha subido a los cielos: un millón en 2006, 365,000 más que en 1980. De 1996 a 2006 ha habido 10,100,000 rompimientos de matrimonios, que afectaron a unos 15 millones de niños. No es de sorprenderse que las familias disfuncionales sean ahora lo normal. Ya que la fornicación ha dejado de verse mal, sino que está generalmente aceptada, ha habido una vertiginosa caída en aquéllos que eligen casarse. En 2006, hubo 732,752 menos matrimonios que los que hubo en 1980, una caída de cerca del 23%. Además, la disolución del matrimonio ha resultado en una contracción en el tamaño de los hogares europeos a un promedio de 2.4 miembros por hogar, con uno en cada cuatro hogares ocupados por sólo una persona.

El crecimiento poblacional que ha tenido lugar en Europa entre el 2000 y el 2007 es de poco consuelo. De las 14.2 millones de personas agregadas, 12 millones (84%) fueron inmigrantes. La población de inmigrantes ya llega a 27 millones, como 5.5%  de la población total. Estas cifras, por supuesto, no toman en consideración las desastrosas consecuencias de la inmigración ilegal, la cual los hacedores de política han hecho muy poco por detener y, en muchos casos, la han ciertamente fomentado. En tanto que el Instituto de Política Familiar reportó sus hallazgos en los términos más sobrios, utilizando frases tales como el 'continente de los mayores' e 'invierno demográfico,' sus recomendaciones de política harán poco para corregir la deteriorante situación. La revitalización de la familia tampoco vendrá bajo la hornada actual de políticos, cuyas acciones, en gran parte, han contribuido a acrecentar el problema.

Aun cuando el feminismo radical, la inmigración, los estilos de vida alternativos, el materialismo, y la contra-concepción han sido citados por los observadores como causas de la disolución de la familia, son, en realidad, síntomas de una crisis más fundamental que ha afectado a Europa por ya bastante tiempo y de la cual Belloc habló tan elocuentemente en varias ocasiones: la pérdida de la verdadera Fe. La Revolución Protestante y la sucedánea separación de la Iglesia de territorios anteriormente católicos, ha sido la causa final no sólo de la desintegración de las familias, sino de la des-civilización de las sociedades, tanto en Europa como en Norte América. 

Esta situación es especialmente trágica porque fue en la Cristiandad Europea donde la Fe alcanzó su mayor florecimiento. El santo resultado de que el hombre occidental haya abrazado el catolicismo vio no sólo el desarrollo de culturas diversas y vibrantes con sus usos, costumbres y tradiciones particulares, sino también de sociedades que consistían de estructuras familiares sólidas, cuya fertilidad produjo poblaciones crecientes. De manera más importante, las familias europeas destacaban las vocaciones religiosas como la ocupación más valiosa que uno podía seguir. No hay duda de que ese aliento inspiró a innumerables almas a renunciar a los placeres de este mundo por una vida de sacrificio por la Cruz de Cristo.

¿Es la Cristiandad perfecta? Por supuesto que no. Sin embargo, en su mayor parte los europeos comprendían el fin de la vida y se daban cuenta de que la Providencia les había dado el deber de nutrir la fe no sólo entre los suyos, sino de llevarla, transmitirla, y evangelizar tan lejos hasta donde fuera posible y de convertir tantas almas como fuera posible. Las Cruzadas, la Cristianización del Nuevo Mundo, y la Inquisición fueron sólo algunos de los ejemplos del 'excepcionalismo' europeo, que a fin de cuentas surgía de una entrega y un amor a Dios y a su Santa Iglesia.

La institución que inspiró la grandeza espiritual de Europa, se ha unido, desde el Concilio Vaticano II, a las naciones que abandonaron la Cristiandad en el rechazo suicida al Dios Todopoderoso. En vez de una verdadera adoración de su Creador, como se practicaba y se oía en miles de iglesias catedrales, monasterios, y casas de religiosos que coloreaban el paisaje de Europa, la Iglesia del Nuevo Orden ofrece un servicio litúrgico espúreo, inválido, y sacrílego, la antítesis de lo que Dios había mandado específicamente en Su honor y para la salvación de las almas.

Algunos Neo-católicos conservadores creen ingenuamente que Benedict Ratzinger habrá de llevar a una restauración de la cultura católica. un número de esos neo-conservadores que proclamaban sus supuestas "credenciales tradicionales", con frecuencia critican a los hacedores de política que proponen reformas para los problemas sociales que los mismos políticos crearon en primer lugar. ¿Dónde está el escrutinio y la hostilidad hacia Benedict-Ratzinger, que fue uno de los arquitectos de la religión del Nuevo Orden que suplantó a la fe tradicional? ¿Y dónde está la indignación de estos neo-conservadores por el deliberado encubrimiento de sus pervertidos subordinados que han violado y atacado a niños? Para muchos neo-conservadoras, el rescate de los sistemas financieros mundiales ha sido un "pecado" y una farsa mucho más graves que las abominaciones que han ocurrido bajo los reinados de Benedict-Ratzinger y de sus predecesores post-conciliares.

La revitalización de las familias europeas no vendrá de las urnas electorales ni de políticas públicas. En lugar de ello, debe haber una re-conversión espiritual, tanto de las naciones como de la Fe, que en un tiempo estuvieron enlazadas tan íntimamente. Hasta que este hecho sea reconocido, las familias europeas seguirán deteriorándose, y las perniciosas consecuencias sociales de su desaparición sólo habrán de empeorarse.

lunes, 28 de mayo de 2018

Antonio Gramsci and his Influence on the Cultural Revolution in our Time.

Antonio Gramsci and his Influence on the Cultural Revolution in our Time.


Taken from: http://itinerariummentis1.blogspot.mx/2012/10/antonio-gramsci-y-su-influencia-en-la.html

Translated from the Spanish by Roberto Hope

Degradation of the culture and values in our time


The degradation of our culture and values in our time, in the pursuit of a single way of thinking and a new world order, forms part of an intelligent strategy devised by Antonio Gramsci.

1. - Who was Antonio Gramsci?

He was an Italian politician and thinker, one of the founders of the Italian Communist Party.
He was born in Sardinia in 1881 in a very poor family
Attended the University of Turin from 1911 to 1914 and abandoned his studies because of health problem
Together with Emilio Togliatti, he founded the Ondine Nuovo daily,in 1919, which later became the organ of the Italian Communist Party founded by him.
From 1921 to 1924, worked for the Socialist International in Moskow and in Vienna.
Returns to Rome in 1925 and opposes Benito Mussolini´s dictatorship. Was arrested in 1926 and put in jail in 1928.
1928-1937: disseminates his revolutionary ideas from jail by means of handwritten notebooks which were not published until after his death, under the name of Prison Notebooks (1948 and 1951)
Died in the jail hospital in Rome in 1937

2. The Gramscian strategy.

Gramsci claimed that no ideology could be imposed by force. A very violent revolution generates, as an immediate response, a counterrevolution that weakens and may even surpass the force of the first one. All change requires a previous persuasion for it to fertilize the land where the change is to flourish. The Marxist ideology would not escape this rule.

This is why he designed his strategy this way. To impose an ideological transformation it was first necessary to begin by attaining a modification in the way of thinking of civil society' (the people or inhabitants of a given country) by means of minute changes in the field of culture carried out over time. It was necessary to build up a new thought. Create what he used to call the people´s common sense, understood to be the common way of thinking of the people, which historically prevails among the members of the society. Making civil society attain a new way of "seeing life and its values" is what was necessary. To Gramsci, this is more important and of greater priority than achieving domination of political society (set of organisms which exercise power from the judicial, political, and military fields).

To make civil society (the sovereign people, public opinion) get to share a common way of feeling (the common sense) it was necessary to appropriate the organisms and institutions where the values and cultural parameters are developed: communications media, universities, schools, art. It was necessary to aim towards that. With patience, educating the new generations from childhood, over time (as, for example, in Mao's China or Fidel Castro's Cuba).

Once this process was to have been accomplished, acquisition of political power would fall of its own weight, without armed revolutions, without opposition, without counter-revolutions, with no need to impose the new order by force, as it would enjoy a general consensus.

3. Obstacles to overcome for the success of the Gramscian process:

Gramsci himself pointed out that, for the process to be successful, two obstacles would have to be sorted out:

The Catholic Church and the family.

3.1 Why the Catholic Church? Because, not without reason, Gramsci thought the Church´s permanence through the centuries was supported on the three following pillars:

a) The profession of a firm and unshakable faith, without concessions, and the constant repetition of the same doctrinal contents. In this way, it had achieved a strong common sense (way of thinking) among the peoples over the centuries.

b) Its having been able to amalgamate the illiterate people as well as the middle classes and the intellectual elites in its bosom. Indeed, no immanentist philosophy, including Marxism, .had managed to unite the intellectuals and the common people, the doctrinaires and the practicing, the experts and the neophytes (or 'initiated'), in a single common sense or belief. In this, Gramsci envied the Church.

c) Lastly., while Marxism required men to fight to achieve a classless society here and now, since everything ended with death; the Church had managed to convince men to look towards transcendence, to the hereafter,.and with it not only had it given an answer to the meaning of life but also to the meaning of death.

3.2 Why the family? If the strategy consisted in the formation of a way of thinking through educating in the new revolutionary values, it is clear that the family, primary educator of man in the first five years of his life, was an intolerable impediment.

4. Gramsci's strategy to overcome these obstacles.


4.1 Discredit the Church, if possible disqualifying its doctrine ("religion is the opium of the people") as well as its hierarchical members (clergy and religious of consecrated life).

4.2 Destroy the family, presenting it as an institution of the past, now left behind, incapable of educating. Separating children from the influence of their parents at their most tender age, by means of massive education in the "new culture" (experience in collective farms or distance education). Or intervening in the fundamental aspects of the child's life, from the school, and without the participation of the parents. Promoting the absence of the parents by subjecting them to unavoidable work commitments, so that children be left under the influence of counter-values education through television.

5. Some of the socio-cultural consequences of the de facto application of Gramscianism.

We cannot but recognize "that many of the efforts and predictions of this Sardinian philosopher and politician have materialized in such a way that they are now elements forming part of the common atmosphere that we breathe these days. There is an unconcealable secularist hegemony which saturates the minds of large segments of current society — beyond the various shades and variations by country, region, and town — and it is making possible, day by day, that what once had been seen as unacceptable, negative or even aberrant, be now seen as "normal", positive and even commendable, in more than one occasion.

Let us examine some examples, easily observable. Gramsci postulated that the only reality which can (and should) be spoken of is that of the "down here" (totally shut immanence), that the secularist writers and thinkers should exercise predominance in the massive communications media (it suffices to turn on the television set, to listen to certain radio programs or to take a look at any newsstand), that an end be put to the prestige of authors, institutions, communications media and publishing houses faithful to traditional values and, consequently, opposed to the secularists and modernists.

Gramsci even foresaw the defection of numerous Catholics who, blinded by the secularist Utopia, would accept the diverse forms of historical commitment." The acute Italian intellectual knew quite well that greater gains would be achieved by these gradual means of slow but sustained transformation of mentalities than by means of open persecution. A veritable war of position skillfully conceived and strategically executed. But too poorly understood and countered by those who had the obligation to do so.

It would appear that we live in a world designed (and tailored) by Gramsci: The moral and political values have been inverted. It is sought to de-hierarchize everything of value and to exalt everything that implies "horizontalism", the healthy philosophical and theological thought is "deconstructed" in such a form that it is left pulverized in a multitude of new ideologies and 'philosophies', the sole aim of which is to "de-mythify", "secularize" and "de-sacralize" everything.

Antonio Gramsci would certainly be pleased — and much — if he were able to see the full process of carrying out (of actualization as Gentile would call) of something he once prophesied: The end of religion would have to be by "suicide", by diluting the limits of Christendom with respect to the modern world. While some men dream that what has been occurring is the "Christianization of the world", what has been actually happening is exactly the opposite, considerable segments of "Christians" have become worldly, adopting the parameters and criteria proper of a mentality entirely inserted in a secularist and profane world view. Although it is not always explicitly denied, they live as though the transcendent world did not exist, as though everything started and ended "here below."

The program was (and is) quite clear: "attain the discrediting of the hegemonic class, of the Church, of the army, of the intellectuals, of the professors, etc. It will even be necessary to raise the flags of the bourgeois liberties, of democracy, as openings to penetrate civil society. It will be necessary, in a Machiavellian way, to appear as champions of those democratic principles, but knowing well that they are considered only an instrument for the general Marxistization of the common sense of the people".

Another regrettable fact, easy to observe in diverse cultural environments in the West, especially in the Latin and Latin American countries, is what has become known as the 'betrayal of the intellectuals.' This is being accomplished by various means, whether by granting them favors, perquisites, sinecures, and praises of all kinds, or else by the opposite tactic, which is the one followed with the intellectuals and professors who do not yield before these forms of preemption, for them is the pressure, blackmail, threats, boycott when not plain discredit, calumny, and defamation.

And this is because in the Gramscian strategy it is fundamental to break the opposing intellectuals in one way or another. Let's read what Father Alfredo Sáenz has to say: "Gramsci considers a great battle has been won whenever the defection of an intellectual has been accomplished, whenever a traitorous theologian, a traitorous military man, or a traitorous professor, has been conquered to his worldview. It is not necessary for these 'converts' to declare themselves Marxist, what is important it that they are no longer enemies, they are potable" for the new worldview. Hence the importance of winning over the traditional intellectuals, those who, apparently placed above politics, influence decisively in the propagation of ideas, since every intellectual (professor, journalist or priest) drags behind him a considerable number of proselytes."

"Which religion, matters not", "everything is as you see it", "do what you wish, as long as you are authentic", "everything is permitted now"; and at a philosophical level "there is no human nature, only history", "I give my own essence myself", "there is no being, only becoming"; "there is no truth; everything is reduced to multiplicities", "there is no writer, only text", "there is no subject, only structures". That, in the predominant mentality of our times, at the popular level, things like these and other similar nonsense and absurdities (the catalog is endless) should prevail, means that a camouflaged Gramscianism, in invisible alliance (deliberate or not) with the New Age movement and other ineffable adherences, keeps imposing itself full-line, beyond the ever more scarce public mentions of this Italian author, both on the part of those who support him as on that of his detractors.

As we have seen, Gramscianism represents the most aggressive, caustic, and dissolvent attack against all forms of transcendent religion, and in particular against Catholicism. Much of the current de-Christianization results in good part, from the destructive and semi-concealed action of the "organic intellectuals" a la Gramsci, positioned strategically, an action geared to the "alteration of the common sense" theist and Christian so that its opposite take its place.

This implies the "internal decomposition of Catholicism", "to make the Church break up from the inside" and totally liquidate "the old conception of the world" inherent in the Catholic Christian culture.


Finally, it is worth noting that few things contribute so much to the advancement of secularism as the defection of theologians, professors, thinkers, journalists, or writers. This is why one has to think in congruence with the principles one claims to profess, but, not less important, it is also necessary to lead a coherent life that does not detach and incommunicate the various dimensions of human life "he who does not live as he thinks will end up thinking as he lives."

lunes, 25 de diciembre de 2017

Get your dirty paws off my Christmas

Get your dirty paws off my Christmas


Posted by Carlos Esteban RD
Taken from elperroflautareaccionario.wordpress.com
Translated from the Spanish by Roberto Hope

Of all the falsified debates of public discourse — and I am speaking of an unending list — perhaps the one most impregnated with misunderstandings and white lies is that of secularism. There has never been, nor will there be, nor can there be a secular regime in the sense given to the word by the owners of the discourse; that is, of a ruling class which is perfectly neutral in face of the different visions of the world, of the destiny of man, of moral dogmas. Not even can they escape the development of an unofficial liturgy.

When the West was called Christendom, Christianity was the state religion, not because the kings should have imposed it upon their subjects, but exactly the opposite: the community first made the beliefs of the Church its own. gave them life and gave color to its feasts, in joyful collective anonymity, designed forms of celebrating each indicated occasion, with its proper songs, its precise staging, its gastronomy, and even its own time pattern.

Christmas, not in the sense of a strictly religious feast but of a popular public feast all over the West is not a celebration designed in a study, commissioned by the government in power, with a timetable published in the Official Gazette. Public powers or large stores can solemnize Christmas but not create it, just as in marriage. They receive it already made and full of associated traditions and rituals which sometimes vary from region to region, because that is the way it is born, from the people who understand what it means that God, the Creator of everything, absolute omnipotence, should have made Himself one of us, as a general who infiltrates alone the enemy lines. An imagination which Is not touched by the scene of the Almighty turned into a newborn who depends upon his parents for everything, will never understand a word of poetry.

It is not for this, that I defend the position of the sour English puritans which prohibited Christmas, or that I may quibble about something so evidently democratic as a ruler putting himself at the service of a universal project of the people, no. It is simply that the cult, the official religion, although tacit and nameless, is now another, not merely different, but unashamedly hostile to the faith that saw Christmas born. In the Manger scene of our political life, Herod's Palace is at the center and on the first plane.

Christmas is Christian, and we Christians, who have created it even as a popular feast, have shared it delightedly with peoples of all creeds and conditions. But when the world has turned itself resolutely against everything symbolized by Christmas, it is high time to claim the 'copyright'. I don´t make this a liberal matter, that is, I not only demand that the public authorities get their dirty paws off our feast. I repudiate, just the same, its private commercialization, I curse its vague, diffused use, disconnected from its origin, to sell perfumes or mortgages.

To be saved, Christmas should go back to where it was born, family, home, and hearth. Chesterton was happy that the Church should have decided to solemnize the birth of Christ when it's the coldest part of the year and is least appealing to go out to the street. The home is the most desolate station of modernity, the fortress which we have massively deserted. Modern man is a lame creature, of the leg representing private life, while it displays an atrocious hypertrophy of the other, representing the public life. Perhaps it may not be very practical to ask for a radical turnaround, away from this unbalance, but at least at Christmas, we could go back home and build it, and live it there, and let it get back renewing everything from there.. 

lunes, 22 de mayo de 2017

Una Historia de las Revoluciones y sus Consecuencias para la Familia

Una Historia de las Revoluciones y sus Consecuencias para la Familia


Por Roberto de Mattei, ex-profesor de la Universidad Europea de Roma y fundador de la Fundación Lepanto


Conferencia dictada el 18 de mayo de 2017 ante el Cuarto Foro de Roma por la Vida, organizado por Voice of The Family


Traducido del inglés por Roberto Hope, de la versión traducida del italiano al inglés por Brandan Young que fue publicada en
http://voiceofthefamily.com/roberto-de-mattei-a-history-of-revolutions-and-their-effects-on-the-family/


Apreciamos lo bueno cuando lo perdemos. Si no queremos perderlo, debemos entonces apreciarlo por lo que que tiene de valioso.


La familia es algo bueno que estamos perdiendo. Ésta es la realidad obvia de la que debemos partir. La familia en Europa y en Occidente está pasando por una profunda crisis. Los sociólogos relativistas no  quieren hablar de una crisis, porque la palabra contiene, según ellos, un juicio moral sobre el fenómeno analizado. Hablan en lugar de ello, de una transformación de los patrones de familia o de una evolución de formas de familia. Pero también estas palabras contienen un juicio moral. Según la perspectiva relativista, todo lo que tiene lugar en la historia y en la sociedad es bueno. El bien absoluto se representa como cambio; el mal como estabilidad y permanencia en el ser. La moral relativista está fundada en una cosmología evolucionaria, que pretende ser científica sin serlo. El evolucionismo es una filosofía falsa que se sustenta en una ciencia falsa, y al mismo tiempo es una pseudo ciencia que está basada en una elección filosófica errada  Debido a eso, un discurso sobre la familia, como todo discurso, debe comenzar con una definición de los términos y conceptos sobre los cuales se quiere hablar.


La familia es una verdadera sociedad moral y jurídica, fundada en el matrimonio que tiene como propósito la transmisión de la vida y la crianza de los hijos. La procreación de los hijos es el fin primario al cual el matrimonio está ordenado por la naturaleza, desde su mismo origen. El origen de la familia y del matrimonio se encuentra en la naturaleza humana. El niño no nace por su propia voluntad y no es autónomo. La ley del nacimiento y crianza del hijo es la dependencia. La dependencia es la ley de la humanidad reunida en sociedad. Todo depende de algo, nada se determina por sí mismo. El principio de causalidad rige el universo.  Esta regla pertenece a los primeros e indemostrables principios que Aristóteles captó de la realidad [1]. Este principio presupone la primera primacía filosófica  del ser, contra la cual la cultura moderna opone la primacía del volver, que es la negación de toda realidad inmutable y permanente.


La Familia en la Historia.
La familia es una sociedad cuyo fin primario es transmitir la vida y criar a los hijos. Por ser la fuente de vida y de nuevas relaciones humanas, constituye la célula fundamental e irreemplazable de la sociedad. Todos los filósofos y pensadores políticos clásicos lo han afirmado, y la historia lo ha confirmado. Mucho antes de que apareciera el cristianismo, en la antigua Roma la familia era la célula de la civitas, y el matrimonio garantizaba la estabilidad social, constituyendo, según la definición precisa de Cicerón, el seminarium rei publicae [2], el semillero de la sociedad, que nace y se expande de la familia.


El cristianismo elevó el matrimonio a un sacramento, y cuando cayó el Imperio Romano, aplastado por los bárbaros, la única entidad que sobrevivió y constituyó la base de la sociedad que de ahí nació fue la familia. El nacimiento de las naciones europeas, de los albores de los años mil, coincidió con el desarrollo de la institución de la familia. La misma etimología de la palabra 'nación', que viene de natus, además, no se refiere a una 'elección' sino al nacimiento, e indica un conjunto de hombres que tienen un origen común y un lazo sanguíneo. El territorio en el cual se ejercían diversas autoridades en la sociedad medieval — refiriéndose a la cabeza de la familia, al barón feudal o al rey — se llamaba en documentos  uniformemente la patria, el dominio del padre [3].


Tal concepción de la familia, que sobrevivió hasta la Revolución Francesa y más, está fundada en la idea de que el hombre nace dentro de una condición histórica que tiene límites insuperables, empezando con la muerte, que existe una naturaleza objetiva e inmutable: que esta naturaleza tiene su origen en Dios, Creador del orden del universo. La Iglesia Católica, en sus enseñanzas, siempre ha confirmado esta concepción del hombre y de la sociedad [4].


Muchos documentos de la Iglesia en los últimos dos siglos reiteran esta enseñanza, pero los más amplios y mejor enunciados son las encíclicas Arcanum, de León XIII del 10 de febrero de 1880 [5], y Casti connubii de Pío XI, del 31 de diciembre de 1930 [6]. Esta enseñanza habría de ser luego re-confirmada en muchos documentos de Pío XII y en la exhortación apostólica Familiaris consortio de Juan Pablo II del 22 de noviembre de 1981 [7].


El Ataque a la Familia
El ataque más violento que jamás ha sufrido la familia en Occidente fue con la Revolución Cultural de 1968, una revolución contra la familia llevada cabo en nombre de la liberación sexual. Pero el odio a la familia caracteriza a todas las sectas heréticas que han surgido a lo largo de la historia y constituye un elemento de apoyo, aunque no siempre uno explícito, de esa Revolución que por más de cinco siglos ha acometido contra la Iglesia y la civilización cristiana.


El acto de procreación es el objeto del odio anticristiano, porque éste afirma que el hombre tiene un fin que lo sobrepasa. La negación de la procreación pone de cabeza a la moral cristiana y afirma un principio metafísico gnóstico: el acto sexual es el fin último del hombre, encerrado en su propia inmanencia.


En la época medieval, una de las sectas más notorias fue la de los Hermanos del Libre Espíritu. Sus adherentes estaban convencidos de haber llegado a tan absoluta perfección que eran incapaces de pecar: “De hecho, uno puede estar tan unido a Dios que ya no peca, independientemente de lo que uno haga.” [9] El centro focal de la ideología del Espíritu Libre no era Dios, sino el hombre divinizado que se ha liberado del sentimiento del pecado personal y se pone al centro de la creación.


En el Siglo XV, los taboritas, una secta pre-luterana, predicaba, como los Hermanos del Libre Espíritu, el retorno a un estado adánico, que se expresaba en el nudismo y la promiscuidad sexual. Basándose en la afirmación de Cristo referente a prostitutas y publicanos (Mateo 21:31) declaraban que los castos no merecían entrar al Reino Mesiánico. El nudismo asumía un valor de “liberación” de todos los frenos de la ley y de la moral: el mismo valor que el “amor libre” tiene en nuestros días. La persona “espiritual” se libera de toda limitación moral: su voluntad lo identifica con la de Dios y el pecado pierde para él todo significado.


Antinomianismo luterano.
Pero el proceso de disolución de la familia tuvo su primer momento decisivo en la Revolución Protestante. En Wittenberg, ciudad donde el 31 de octubre de 1517 Martín Lutero clavó sus famosas tesis en la puerta de la catedral, la Revolución religiosa estalló con toda su virulencia. Mientras Lutero era “protegido” por el elector Federico el Sabio, en el castillo de Wartburgo, sus seguidores pusieron en práctica, al extremo, sus ideas. Entre ellos estaba el padre Andrés Bodenstein (Karlstadt: circa 1480-1541) quien el día de Navidad de 1521 celebró en ropa civil la primera misa evengélica de la Reforma, omitiendo la elevación de la Hostia y toda referencia al sacrificio [10], y también Juan Schneider, conocido también como Agricola (1494-1566), quien proclamó la abolición de la antigua ley mosaica. Martín Lutero combatió a Agricola y acuñó el término “Antinomiano” para describir la negación del nomos, la ley moral. Agricola, sin embargo era su discípulo, quien llevó a cumplimiento el principio luterano de sola fide. Lutero había dicho, de hecho, que el hombre, corrupto totalmente por el pecado, es incapaz de cumplir la ley, y puede ser salvado sólo por la fe, sin las buenas obras. La sentencia pecca fortiter, crede fortius [11] resume la teología moral de Lutero. Lo que cuenta no es el pecado, el cual es inevitable,sino la confianza en la misericordia de Dios, que el pecador debe tener antes, durante y después del pecado. Para los antinomianos, como para los gnósticos de los primeros siglos, el hombre espiritual es incapaz de pecar. Dios actúa en él, y toda acción, buena o mala, se vuelve una acción divina.


Uno pudiera decir que Agricola fue una figura marginal en la Revolución Protestante, pero no puede uno decir lo mismo del Anabaptismo, que es una de las expresiones más famosas de la llamada “ala izquierda” de la Reforma Protestante. Los anabaptistas no se limitaban a expresar ideas antinomianas, las practicaron en los años 1534-35 en Münster [12], la Nueva Jerusalem del Apocalipsis, donde el sastre holandés Juan Bockelson, mejor conocido como Juan de Leiden (1509-1536) llegó al poder, y el tapicero Bernardo Knipperdolling (circa 1500-1536) fue nombrado burgomaestre.


Münster se convirtió en una clase de “ciudad sagrada” para los “hijos de Jacob” que tenían que ayudar a Dios a establecer Su reinado castigando a los “hijos de Esaú”. En una atmósfera de terror, la posesión privada de dinero fue abolida, y se adoptaron medidas dirigidas a instituir la posesión colectiva de los bienes y la poligamia obligatoria. Para simbolizar la ruptura con el pasado, todos los libros de la ciudad, con excepción de la Biblia, fueron llevados a la plaza frente a la catedral y quemados en una hoguera.  Orgías de la peor licencia sexual se presentaban como “bautismo de fuego” que tenía que sustituir al de agua. Juan de Leiden se convirtió en el rey de la “ciudad santa”, en tanto que Knipperdolling, armado con una pesada espada administraba “justicia” decapitando a los recalcitrantes.


La comunidad anabaptista fue reprimida con el hierro y la espada de católicos y luteranos unidos, pero la utopía no desapareció. El protestantismo “moderado” rechaza los métodos extremistas y violentos de los anabaptistas de Münster como una herejía. Sin embargo, lo que se refuta no es la sustancia de la doctrina, sino el trágico fracaso de la experiencia. Münster sigue siendo para muchos protestantes un sueño traicionado, de manera análoga como la Ciudad de París lo fue para los socialistas del Siglo XIX.


Poco después de 1540, en Emden, un centro de Frisia del este, comenzó otra secta anabaptista, la de los “familistas”, fundada por Enrique Niclaes (circa 1502 -1580) [13]. Reunió alrededor suyo a una comunidad, bajo el nombre de Familia charitatis (familia de amor, Huis der Liefde), organizada clandestinamente en la cual se profesaba un panteísmo ecuménico y se practicaba la compartición de los bienes y el amor libre. Niclaes basaba esto en el principio de que la unión mística con Dios significaba la identificación absoluta de la creatura con el Creador, y por este principio metafísico deducía que el pecado no podía existir en los corazones de los regenerados. Se consideraba a sí mismo ser el tercer y último gran profeta, después de Moisés y Jesús. Su misión consistía en revelar la plenitud del amor, la obra del Espíritu.


En Inglaterra la misma visión del mundo fue expresada en las sectas panteístas y libertinas que en el Siglo XVII representaba la extrema izquierda puritana y era conocida como los “ranters”. Contra los ranters, los libertinos y los “blasfemos” el Parlamento Inglés promulgó la famosa 'Blasphemy Act' el 9 de agosto de 1650, por la cual, todos los que sostuvieran que los actos de “homicidio, adulterio, incesto, y sodomía” no eran pecaminosos sino sancionados por Dios mismo, incurrirían en la furia de la ley [15].


La promiscuidad sexual, el nudismo, y el amor libre se volvió en estas sectas, un ritual fundamental. Gracias a su iluminación interna, decían que el hombre se vuelve deificado y recupera la integridad adánica, o sea el estado de inocencia disfrutado por Adán y Eva antes de la caída. En este sentido, la promiscuidad sexual y el compartir mujeres es un punto fundamental de la doctrina anabaptista, como lo observó el teólogo Francisco Vernet [16].


La Revolución Francesa
La utopía pan-sexualista también acompañó al proceso revolucionario en 1789, cuando pasó del nivel religioso al nivel político. El día fatídico de la Revolución Francesa es el 14 de julio de 1789, día en que cayó la Bastilla, fortaleza que los revolucionarios creían que estaba hasta el tope de presos políticos, pero que en vez de ello albergaba sólo a siete criminales comunes, entre los cuales se encontraba el Marqués Alfonso-Francisco de Sade (1740- 1814).


El Marqués de Sade es conocido como el autor de novelas pornográficas, y su nombre está asociado con la perversión sexual. En realidad era un “filósofo” que luego de haber sido liberado, participó activamente en la Revolución. El 1 de julio de 1790 se hizo “ciudadano activo” de la sección Jacobina de la Plaza Vendôme, que pasó a la historia como la “plaza de las Picas” El 3 de septiembre de 1792, mientras comenzaban las famosas “masacres de septiembre”, fue nombrado secretario y un año más tarde, presidente de la sección. El ciudadano Sade compuso numerosos escritos políticos durante la Revolución, de los cuales el más famoso se llama Français, encore un effort si vous voulez etre républicains. (Francés, un esfuerzo adicional si queréis ser republicano) [17]. En este texto invitaba al pueblo francés a poner en práctica todos los principios de 1789, y extirpar las raíces del cristianismo. “Ustedes tienen el hacha en sus manos, den el golpe final al árbol de la superstición” [18] “Europa, espera liberarte del cetro y del Altar” [19]. La ideología es la de 1789. Se reconoce la libertad de conciencia y la de prensa, específicamente para conceder toda libertad de acción. Si todo puede decirse, todo puede permitirse.


De Sade enumeró los siguientes como logros revolucionarios: la blasfemia, el robo, el homicidio y todo tipo de perversión sexual, incesto, violación, sodomía: “Nunca la sensualidad ha sido considerada criminal según los Sabios de la tierra. Todos los filósofos saben bien que sólo han sido los impostores cristianos quienes la han convertido en un crimen” [20]. Se imagina erigir lugares en todas las poblaciones donde: “todos los sexos, todas las edades, todas las creaturas se entreguen a sus deseos sin trabas, y la subordinación absoluta a esos deseos irrestrictos constituirá la regla para el individuo, y el menor rechazo será castigado absolutamente por aquél que lo hubiera intentado” [21]


Uno puede libremente dar rienda suelta a sus impulsos y deseos, incluyendo copular con animales, ya que no hay una diferencia cualitativa entre el hombre y los animales: todos nacen, se reproducen y mueren. Para Sade, la vida no es otra cosa que la materia en movimiento. La muerte es nada más que una “transmutación” en cuyo fundamento está “el movimiento perpetuo, esa es la verdadera esencia de la materia” [22].


De Sade no meramente propone el placer como el objetivo último del individuo, sino va más allá. Quiere convencernos de que el vicio es virtud, que el horror es bello y que el tormento es un placer. En este sentido, su visión del mundo es satánica. El demonio al principio parece un ángel de luz a ser adorado, pero alcanzará su triunfo final cuando sea adorado en todo su horror, haciéndonos creer que los sufrimientos en el infierno son la cúspide del placer. Esta es la filosofía que subyace en los 120 días de Sodoma, donde hombres y mujeres, viejos y niños pequeños, madres y sus hijos, padres y sus hijas, deciden practicar incesto, violación, coprofagia, necrofilia y todo tipo de aberraciones.


Toda diferencia sexual es anulada. La aspiración suprema es abolir toda diferencia y desigualdad a fin de llevar a la sociedad a un caos primordial. Noirceul, un personaje de L'histoire de Juliette dice: “Quiero casarme dos veces el mismo día. A las diez de la mañana, vestido como mujer, deseo casarme con un hombre; a las doce, vestido como hombre, deseo casarme con un homosexual vestido de mujer” [23]. Toda la teoría de género está contenida en estas palabras.


De Sade pasó los últimos años de su vida en un manicomio. Su lúcida insensatez lo hizo un profeta de la Revolución. Erick Kuehnelt-Leddin lo define como el santo patrón de todos los movimientos de izquierda” [24] Los últimos dos siglos han visto sus planes realizarse en un alto grado. Aquéllo que todavía no ha ocurrido es, puede ser, parte de nuestro futuro. Tiene el mérito, a ojos nuestros, de no haber dejado oculto ninguno de los objetivos de la Revolución [25]


En tanto que, con De Sade, se teorizaba el pansexualismo revolucionario, la Revolución Francesa en 1791, con la introducción del divorcio inició un proceso de reforma radical de la institución de la familia, que el Código Napoleónico habría de extender a todo el continente [26]

El socialismo utópico de De Sade y de Carlos Fourier (1772- 1837), quien en su Phalanstere argüía en favor de la libertad desinhibida de las pasiones para alcanzar el punto más alto de la evolución social, fueron luego sobrepasados por el llamado “Socialismo Científico” de Carlos Marx (1818-1863) y Federico Engels (1820-1895).


El etnólogo norteamericano Luis Enrique Morgan (1818-1881), partiendo de las relaciones familiares que existían entre los indios Iroquois de Norte América, concibió una historia fantástica de la familia, rastreando los orígenes en una multitud primitiva, en la cual las relaciones sexuales eran enteramente promiscuas y no sujetas a regla alguna. Marx y Engels se suscribieron entusiastamente a esta concepción materialista, que confirmaba las teorías Darwinianas. El panfleto de Engels sobre El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado (1884), es un ataque a las instituciones fundamentales de la sociedad, para provocar la utópica “sociedad sin clases” que es la muy totalmente igualitaria sociedad, sin propiedad privada, sin Estado, sin Dios.


La Revolución Rusa
La Revolución Rusa llevó a la Revolución Francesa a su término. En el carro sellado que en abril de 1917 llevó de regreso a Petrogrado a los “revolucionarios profesionales”, con Lenin, Zinoviev y Radek viajaba también Inessa Armand (1874-1920), miembro del Comité Ejecutivo del Partido Bolchevique, fundadora de “Zhenotdell”, el departamento de mujeres del partido. Mujer que gozaba de la absoluta confianza de Lenin, de quien era amante. Murió del cólera en 1920 y tuvo el honor de ser enterrada en el “Cementerio Rojo” bajo los muros del Kremlin con los principales protagonistas de la Revolución. Su nombre es menos conocido que el de Alejandra Kollontaj (1872-1952), pero su influencia sobre Lenin fue quizás mayor [27]. Inessa Armand y Alejandra Kollontaj abogaban públicamente por el amor libre y lucharon por la introducción del divorcio y del aborto en Rusia. Estaban convencidas de que la liberación sexual era una premisa necesaria para ocasionar la sociedad socialista. El 17 de diciembre de 1917, pocas semanas después de que los Bolcheviques hubieran tomado el poder, se introdujo el divorcio y, en 1920, se legalizó el aborto; fue la primera vez en el mundo que el procedimiento estaba disponible sin restricción alguna; la prostitución y la homosexualidad fueron des-criminalizados en 1922 [28]. Trotzky escribió en 1923 “El primer período destructivo en la vida de la familia está lejos de concluir. El proceso de desintegración sigue a toda marcha.”


Kollontaj escribió en 1920, en el segundo número de la revista Komunistka: “En lugar de la familia individual y egoísta se desarrollará una gran familia universal de trabajadores, en la cual todos los trabajadores, hombres y mujeres, serán sobre todo camaradas. Esto es como serán las relaciones entre hombres y mujeres en la sociedad comunista. Estas nuevas relaciones lograrán para la humanidad todos los gozos del amor desconocidos en la sociedad comercial, de un amor que sea libre y esté basado en la verdadera igualdad social de las partes. (...) La bandera roja de la revolución social que ondea sobre Rusia y está ahora siendo izada en otros países del mundo proclama el acercamiento del cielo a la tierra al cual la humanidad ha estado aspirando por siglos”. [30]


En Rusia y Alemania, en los 1920's y 1930's, se formuló la transición de la Revolución Política a la Revolución Sexual [31]. En 1922, se tuvo una reunión en el Instituto Marx-Engels de Moscú, dirigida por David Ryazanov (1870-1938), para examinar el concepto de la Revolución Cultural, o Revolución total que implicaría al hombre mismo, su naturaleza, sus costumbres, su ser más profundo.


El Instituto Marx-Engels de Moscú estaba relacionado con instituciones análogas nacidas en esos mismos años. En 1919, el doctor Magnus Hirschfeld (1868-1935) fundó el Institut für Sexualwissenschaft (Instituto pro Sexología) con el objetivo de “normalizar” la homosexualidad [32]. En 1921 Hirschfeld organizó el Primer Congreso por la Reforma Sexual que llevó a la formación de la Liga Mundial por la Reforma Sexual, una liga para coordinar el conocimiento acerca de la intensificación de la actividad sexual. Grigory Batkis, director del Instituto pro Higiene Sexual de Moscú, encabezó la delegación soviética a la Primera Conferencia de la Liga Mundial pro Libertad Sexual.

En 1923, Félix Weil (1898-1975) financió la Erste Marxistische Arbeitswoche (Primera Semana de Trabajo Marxista) en el pueblo alemán de Limenau. El éxito de este evento lo llevó a fundar el Institut für Socialforschung [33] (Instituto para la Investigación Social) en la Universidad de Frankfurt, dirigido de 1930 a 1958 por Max Horkheimer. El instituto de Frankfurt, que fue el origen de la Escuela Marxista-Hegeliana de Frankfurt, colaboró con el Instituto de Moscú en la publicación de las obras de Marx y Engels.


En 1929 los dirigentes políticos soviéticos invitaron a un estudiante de Freud, el psicoanalista austriaco Guillermo Reich (1897-1957) a dar una serie de conferencias que llevaron a la publicación en Moscú de su escrito “Materialismo Dialéctico y Psicoanálisis” que constituye el texto fundacional del llamado “marxofreudismo”. En ésta y sus obras posteriores, Reich presentaba a la familia como la  institución social represiva por excelencia, y afirmaba que el núcleo de la felicidad es la sexualidad. Para él es necesaria la abolición de la familia así como la revolución de una negación del sexo a una afirmación del sexo.


Reich, quien dedica la segunda parte de La Revolución Sexual a La Lucha por la Nueva Vida en la Unión Soviética, fue un gran admirador de la escuela de párvulos de Vera Schmidt (1889-1937), creada en el centro de Moscú en 1921, donde los niños pequeños eran iniciados en la masturbación y la excitación sexual temprana [35]. Afirma que “su trabajo era enteramente en la dirección de afirmar la sexulidad del infante” [36]. Trotzky apoyaba la labor de Vera Schmidt y las ideas de Guillermo Reich. La Revolución Sexual de Reich era una parte esencial de la Revolución Permanente de Trotzky.


Como toda Revolución, también la Bolchevique experimentó una dialéctica interna. Las dos tendencias fueron la de Stalin, quien no cediendo en el Terror, a fin de mantenerse en el poder, fue forzado a moderar el radicalismo revolucionario, y la otra fue la de Trotsky, quien acusó a Stalin de haber traicionado la Revolución [37]. La derrota de Trotsky marcó el final de la Revolución Sexual en Rusia, pero el posterior fracaso del Stalinismo en los cincuentas vio la victoria del Trotzkyismo, que se afirmó en el mundo con la “Revolución del 68”


Las ideas de Reich, renegadas por Stalin, se extendieron en Occidente y se encontraron con las de la Escuela de Frankfurt, cuyos representantes habrían de ocupar posiciones clave en importantes universidades norteamericanas, como Harvard, Berkeley y San Diego. Herbert Marcuse (1898-1979), investigador del Instituto Horkheimer, en sus exitosos libros 'Eros y Civilización' (1955) y 'El Hombre Unidimensional' (1964) reducía la naturaleza humana, al igual que Reich, a la libre complacencia de los impulsos sexuales. Estas ideas fincaron las bases de la Revolución cultural que no transigían con las anteriores, pero conducían a algo peor: las lágrimas de una generación que no sólo perdió sus propios cuerpos sino sus almas. La del 68 fue más devastadora que todas las Revoluciones precedentes porque atacó a la familia y transformó la vida diaria de la sociedad occidental. Hoy en día ha caído la dimensión utópica del 68, y el Relativismo postmoderno ha quedado como su herencia, expresado por intelectuales como Miguel Foucault (1929-1984). Foucault teorizó la importancia del pensamiento de De Sade en su Histoire de la folie (1961) (Historia de la Locura) y en Les Mots et les choses (1966) (El Orden de las Cosas). Su pensamiento, según Thibaud Collin, “constituye la fundación conceptual del lobby gay” [38].


Bajo la influencia de Foucault, la norteamericana Judith Butler fue uno de los primeros autores en desarrollar la “teoría del género” que constituye la última frontera de las ideologías post-modernas. El materialismo evolucionario sigue siendo la filosofía subjetiva que ve al hombre como material mutable, sin una naturaleza propia, que puede ser moldeada a voluntad de acuerdo con los deseos y la voluntad de cualquiera. El horizonte final es el descrito por De Sade y Reich.


El Segundo concilio Vaticano y sus Consecuencias
Una sola fuerza habría podido parar este proceso de disolución moral: la Iglesia Católica. Pero entre 1962 y 1965, la Iglesia Católica también, conoció su propia revolución. Fue el Segundo Concilio Vaticano.


En la víspera del Concilio convocado por Juan XXIII, los mejores teólogos católicos habían compilado un excelente esquema sobre la familia, que fue aprobado por el Papa y presentado en el aula conciliar [39].Este esquema confirmaba con claridad, el fin del matrimonio y el deber de la familia en el mundo moderno, condenando los errores que se habían extendido en el campo de la moral. Pero pocas semanas después del inicio del Concilio, los esquemas presentados por la Comisión Preparatoria fueron desechados por los obispos y teólogos de la Europa Central, la llamada “Alliance européene” [40]. Todo fue rehecho desde el principio y el esquema sobre la familia fue sustituido por un nuevo documento de trabajo. El texto, que acabó siendo Gaudium et Spes estaba dedicado al mundo contemporáneo y estaba interesado en entablar un diálogo con él, en lugar de reafirmar la doctrina de la Iglesia contra él. El nacimiento y educación de los hijos fue puesto en un plano secundario, después de la necesidad del amor entre los cónyuges. Estas necesidades, o impulsos y deseos, según algunos teólogos, no podían encerrarse en una jaula jurídica, pero podían justificar la anticoncepción y la cohabitación extramarital. La idea de la naturaleza fue sustituida por una de la persona como una realidad transformable, en cambio continuo. La fría rigidez empezó a ser contrastada con la calidez y fluidez de la vida: llevando a la realidad la teoría de Antonio Gramsci (1891-1937): la primacía de la praxis sobre la teoría, de la vida sobre la verdad, de la experiencia sobre la doctrina como muchos lo están afirmando en el campo teológico.


No llegamos a la Exhortación Amoris laetitia (2016) del Papa Francisco en un solo día. Se necesitaron cincuenta años, pero las raíces están ahí, en el Segundo Concilio Vaticano. Y el Concilio no hizo nada excepto buscar un compromiso entre la doctrina de la Iglesia y las teorías anti-cristianas de la Revolución Cultural moderna. Hoy lo que está en juego no es sólo la institución de la familia, sino la existencia de una ley moral absoluta e inmutable. Cuatro cardenales han visto esto claramente y le han pedido al Papa Francisco que confirme con claridad el carácter absoluto, universal y obligatorio de las leyes natural y Divina, Si uno permite la transgresión de la moral en un punto, el edificio entero se colapsa. Si la moral se colapsa, De Sade, Reich y los Antinomianos de todos los siglos triunfarán.


Meditar en el modelo divino de la familia
En los últimos 50 años, la crisis de la familia ha asumido dimensiones espantosas. Esta crisis está fundada en la idea de que sólo en la sexualización de la sociedad podrá el proceso revolucionario encontrar su plenitud. Lo que hace la situación más grave es que los ataques a la familia no son sólo externos, sino que vienen desde adentro de la Iglesia. El remedio está indicado en la encíclica Casti connubi de Pío XI: meditar en la idea divina de la familia y el matrimonio, y vivir de conformidad con este modelo.

Meditar en el modelo divino de la familia significa contemplar las verdades que regulan el universo: derrocando la tesis según la cual la praxis genera la teoría, restableciendo la primacía de la doctrina, o sea la primacía Platónico-Aristoteliano-Tomística de la contemplación sobre la acción, viviendo de conformidad con esta verdad. Y contra los nuevos antinomianos, que están esparcidos en toda la Iglesia Católica, debemos recordar que el Magisterio de la Iglesia acoge ya sea toda la Tradición, teológica y moral o no acoge nada de ella.


La tradición incluye la interpretación correcta de la Sagrada Escritura, y la Sagrada Escritura y la Tradición constituyen las dos fuentes de la Revelación de Cristo, de la cual ni una iota puede ser cambiada (Mateo 5, 18), porque todo lo creado cambia pero Dios es siempre igual: Sus palabras no pasarán. Su ley no cambia. Esta ley está grabada en nuestro corazón y debemos pedir a Dios que nuestras palabras sean siempre un eco, débil pero fiel, de Sus propias palabras.


Por encima de todo es necesario que estemos convencidos de que la Tradición es un principio vital, en tanto que el proceso revolucionario está orientado y no puede otra cosa que orientarse hacia su autodestrucción. La negación de la procreación conduce a la extinción biológica, la negación de la crianza de los hijos, de la educación, que constituye el pasar adelante todos los valores tradicionales, lleva a la muerte. Hoy en día Europa está muriendo no sólo porque está matando a sus propios hijos con el aborto y la contra-concepción, sino porque es incapaz de transmitir, de pasar a aquéllos que sí nacen, los valores que desaparecen día con día.


En su libro Dialéctica de la Naturaleza (1883). Engels proclamó el principio: “todo lo que llega a ser merece perecer”; la muerte, no la vida, es para él el secreto del universo. La muerte de la humanidad constituye, según Igor Safarevic el corazón y la meta del socialismo [42]. Sade expresó el mismo pensamiento, celebrando el homicidio y el suicidio. La sexualización de la sociedad es la muerte de la sociedad.


La familia, por el contrario, contiene vida en sí misma. La vida  física contenida en las cunas se multiplica, y la vida espíritual expresada por padres e hijos unidos en oración a Dios que puede hacerlo todo.


En Fátima, Nuestra Señora anunció que Rusia difundiría sus errores en el mundo. El post-Trotzkyismo anarco-libertario que domina hoy en día en Occidente y el post-Stalinismo nacionalista que se ha afirmado en la Rusia de Putin tienen la misma matriz ideológica. El mensaje de Fátima es un mensaje contra toda forma de ideología Gnóstica igualitaria, como el socialismo de los siglos veinte y veintiuno.


La última aparición de Fátima del 13 de octubre de 1917, aquélla de la Sagrada Familia, constituye en este sentido un manifiesto que resume todos nuestros principios y que se opone a todos los errores de nuestro tiempo


Notas:
[1] Aristóteles, Metafísica, lib. I.
[2]  Cicerón, De Officiis, I, 54.
[3] Franz Funck-Brentano, L’Ancien Régime, Fayard, Paris 1926, pp. 12-14.
[4] Moines de Solesmes (bajo la dirección de), Le mariage,Textes du magistère romain, Desclée de Brouwer, Paris 1956
[5] León XIII, Enc.  Arcanum divinae Sapientiae Consilium de febrero 10, 1880, en ASS, 12 (1879-1880), pp. 385-402.
[6] Pio XI, Casti connubii. Enc.  del 31 diciembre 1930 en A.A.S. 1930, pp 539-590.
 [7] Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris consortio de Noviembre 22, 1981 en aS(1981), pp. 81-191. 
[8] Plinio Correa de Oliveira, Rivoluzione e Contro-Rivoluzione, tr. it. Sugarco, Milano 2009.
[9] Ilarino da Milano, Eresie medievali, Maggioli, Rimini 1983, p. 26-27.
[10] George H., Williams, The Radical Reformation, Westminster Press, Philadelphia 1962, p. 40.
[11] “Sed un pecador y pecad atrevidamente, pero creed y regocijaos en Cristo aún más atrevidamente” (Carta a Melanchton de Agosto 1, 1521, en Luther’s Works, vol. 48, Letters, Fortress Press, Philadelphia 1975, p. 282),
[12] Cfr.  Ernest Belfort Bax, Rise and Fall de the Anabaptist, Sonneschein, London 1903; C. G. H. Williams, The Radical Reformation, cit., pp. 362-388.
[13] Acerca de Niclaes and la Family de Amor ver:  Serge Hutin, Les disciples anglais de Jacob Boehme, Denoel, Paris 1960, pp. 58-61; G. H. Williams, The Radical Reformation, pp. 477-482 J. Dietz Moss, “Godded with God”, Hendryck Niclaes and His Family of Love, The American Philosophical Society, Philadelphia 1981; Alistair Hamilton, The Family de Love, The Attic Press, Greenwood (S. C.) 1981.
[14] Cf. Christopher Hill, The World Turned Upside Down, Penguin, London 1991, passim; A. L. Morton, The world of the ranters. Religious radicalism in the English Revolution, Lawrence and Wishart, London 1979 (1970); J. Friedmann, Blasphemy, Immorality and Anarchy. The ranters and the English Revolution, Ohio University Press, London 1987.
[15] An Act against several Atheistical, Blasphemous and Execrables Opinions, derogatory to the honor de God, and destructive to human Society, en Acts and Ordinancy de the Interregnum, ed. by C. H. Firth and  R. S. Rait, Stationery Office, London 1911, pp. 409-412.
[16] François Vernet, Condorments, DTC, vol. III,1 (1938), pp. 815-816.
[17]A. F. de Sade, Français, encore un effort si vous voulez etre républicains, en La Philosophie dans le boudoir, Gallimard, Paris 1976, pp. 187-267.
[18] Sade, op. cit. , p. 188.
[19] Sade op. cit. , p. 190.
[20]  Sade, op. cit. , p. 229.
[21] Sade, op. cit. , p. 221
[22] S ade , op. cit., p. 239.
[23]  Sade,  L’histoire de Juliette (1797) en Oeuvres complètes,Cercle du Livre Precieux, Paris 1967, vol. 9, p. 569.
[24] Erik Kuehnelt-Leddihn, Leftism Revisited. From de Sade and Marx to Hitler and PolPot, Regnery, Washington 1991, p. 67
[25] Ver François Ost, Sade et la loi, Odile Jacob, Paris 2005
[26] Xavier Martin, Nature humaine et révolución française, du siècle des lumières au Code Napoléon, Dominique Martin Morin, Poitiers 2002
[27] Ver Letters to Lenin de Inessa Armand and Aleksandra Kollontaj of March 1917 en V. I. Lenin, Opere complete, tr. It., vol. 35, Editori Runiti, Roma 1952, pp. 210-212.
 [28] Cfr.  Giovanni Codevilla, Dalla Rivoluzione bolscevica alla Federazione Russa, Franco Angeli, Roma 1996.
[29] Leon Trotzkji, Problems of everyday life, Monad Press, New York 1986, p. 37
[30] https://www.marxists.org/archive/kollonta/1920/communism-family.htm
[31] Gregory Carleton,The Sexual Revolution in Russia Pittsburgh, University de Pittsburgh Press, 2005
[32] See Rodolfo de Mattei, Dalla sodomia allaì omosessualità. Storia di una normalizzazione, Solfanelli, Chieti 2016.
[33] Cfr. Rolf Wiggershaus, Die Frankfurter Schule. Geschichte. TheoretischeEntwicklung. PolitischeBedeutung, Carl HanserVerlag, München-Wien 1986; Martin Jay The dialectical imagination. A History of the Frankfurt School and the Institute de Social Research, 1923-1950, Little, Brown and Co. Boston 1973.
[34] Wilhelm Reich, The Sexual Revolution, Peter Nevill- Vision Press, London 1951, p. 163.
[35] Vera Schmidt. Rapporto sull’asilo sperimentale di Mosca, Andromeda 2016.  Sobre psicoanalysis en la Union Soviética, ver Martin A. Miller, Freud and the Bolsheviks, New Haven, Yale University Press, 1998, and Alexander Etkind, Eros of the impossible: the history de psychoanalysis en Russia, Westview Press, Oxford, 1997
 [36] Reich, The Sexual Revolution, p. 241
[37]  Leo Trotzkj, The Revoluton betrayed (1936), Dover Publications, New York 2004.
[38] Thibaud Colin, Le mariage gay. Les enjeux d’une revendication, Eyrolles, Paris 2005, p. 97.
[39] Ver Il primo schema sulla famiglia e sul matrimonio, del Concilio Vaticano II, ed. by R. de Mattei, Edizioni Fiducia, Roma 2015.
[40] Ver R. de Mattei, Il Concilio Vaticano II. Una storia mai scritta, Lindau, Torino 2011, pp. 203-210.
[41] Frederick Engels, Dialectics of Nature, Progress Publishers, Moscow, 1976, pp. 37-38
[42] Igor Chafarévitch, Le  phénomène socialiste, Editions du Seuil, Paris 1977, p. 323