Los Cristeros, Soldados Católicos de Cristo
La sublevación católica del siglo XX en México
Por Olivier LeLibre
Traducido del inglés por Roberto Hope
El siglo XX fue el más sangriento de la historia, el 'siglo de las masacres' {1] el 'siglo infernal' [2] el 'siglo de los mártires' ¿Como todos los demás? No, no igual a todos los demás; fue el gran siglo de los mártires, infinitamente peor que los demás... Nunca había habido tantos mártires en un lapso de cien años; ni siquiera en un lapso de 1000 años [3] Y estas decenas de millones de cristianos, víctimas de un siglo de rebelión abierta contra Dios, permanecen ignorados o repudiados. Hoy me gustaría recordar a los católicos mexicanos que, hace unos setenta años, se sublevaron contra la masonería por el reinado social de nuestro Señor Jesucristo. Se les llamaba Cristeros.
Un Siglo de Persecuciones Religiosas
Desde que su independencia fue declarada en 1821, México ha tenido una historia muy accidentada: guerras civiles, dictaduras, golpes de estado, revoluciones (1876-1911)... El imperio de Maximiliano no fue más que un breve y muy imperfecto paréntesis en las persecuciones sufridas por la iglesia una vez que se fueron los españoles: saqueo de propiedades, aprisionamiento de sacerdotes, asesinatos tramados, obispos expulsados... ¿Por qué tantos infortunios? Un proverbio da la respuesta: "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos"... Los Estados Unidos no querían tener una gran potencia católica a la puerta. En la época de la independencia de México, les preocupaba este rival en potencia cuyo territorio, casi igual que el de ellos, y cuya población, aunque menos numerosa, (6.5 millones de habitantes contra 9,5 millones) se había vuelto una verdadera nación gracias a una muy viva fe católica, en tanto que los Estados Unidos seguían siendo, y aún ahora siguen siendo, una verdadera "ensaladera" [5]
En los años 1830s se desató la guerra. Traicionado por generales masones, México perdió su territorio norte: California, Texas, Nuevo México (1848), y fue sometido a la hegemonía política y económica de los Estados Unidos. [7]
Los peleles hechos presidentes de México sucesivamente fueron todos corruptos masones que inmediatamente hacían cumplir las órdenes emitidas por Washington para 'desfanatizar' al país, o sea, destruir el catolicismo que venía del siglo XVI cuando los españoles (los franciscanos especialmente [8]) evangelizaron México: la orden también exigía ensuciar la memoria de su legado europeo, exaltando la era pre-colombina [9] y la 'maravillosa' civilización Azteca, en la que no se conocía ni la rueda ni la bóveda, pero en la que la esclavitud, el sacrificio humano y el canibalismo eran practicados en gran escala ¡aun en el siglo XVI!
Aquí van sólo dos ejemplos de esta política: El primer acto oficial del Presidente Juárez fue transformar la iglesia de San Francisco de la Ciudad de México en templo protestante (1867) [11], y la publicación de la Encíclica Humanum Genus (de 1884, que condena la masonería) fue prohibida hasta en los seminarios.
En 1914, el Presidente Carranza, impuesto por los Estados Unidos, inauguró un período de persecución abierta: los sacerdotes eran masacrados (160 fueron muertos en México en febrero de 1915). John Lind, uno de los consejeros de Woodrow Wilson, se regocijó de oír la noticia; "¡Magnífica noticia! mientras más sacerdotes maten en México, más feliz voy a estar!" Un pastor americano, indignado por las atrocidades contra monjas en Veracruz, recibió una respuesta del representante personal de Wilson: "Después de la prostitución, lo peor que hay en México es la Iglesia Católica. ¡Ambas deben desaparecer!"
La Ofensiva de Calles
En 1924, Plutarco Elías Calles fue nombrado presidente. Para este descendiente de judíos sefarditas [14], masón del grado 33. "la Iglesia es la causa principal de todos los infortunios de México." Para él, también, tenía que desaparecer. [15] Con la complicidad de un sacerdote masón, el Padre Pérez, proclamado por el gobierno "Patriarca de la Iglesia Católica Mexicana," Calles fundó una Iglesia patriótica cismática, igual como los comunistas lo harían después en China. [16] El vino que se utiliza en la misa era reemplazado con mezcal. Pero la maniobra se topó con un extenso desacato. El gobierno podía financiar la apertura de 200 escuelas protestantes y Calles podía pavimentar el camino para la entrada de sectas herejes (para entonces bien financiadas por los Estados Unidos), pero el pueblo mexicano seguía tenazmente unido a Roma.
En 1926, el presidente y su camarilla lanzaron una nueva ofensiva que esperaban que fuera definitiva: "Ahora la revolución debe ser psicológica," declaró Calles. "Debemos penetrar y posesionarnos de las mentes de los niños y de los jóvenes porque deben pertenecer a la revolución." Las escuelas católicas fueron clausuradas; las congregaciones, expulsadas; los sindicatos cristianos, prohibidos; numerosas iglesias, confiscadas y profanadas (convertidas en establos o salones) o destruidas. La asistencia de los niños a escuelas públicas se hizo obligatoria; la enseñanza del ateísmo se hizo oficial, y los símbolos religiosos (medallas, crucifijos, estatuas y cuadros) fueron prohibidos, aun en los hogares. ¡Hasta Dios fue expulsado del lenguaje! Expresiones tales como 'Adiós', 'Si Dios quiere" o "Dios no lo mande" estaban sujetas a una multa. Por último, los sacerdotes tenían que "registrarse"; algunos estados (México es una república federal) exigían que juraran no hacer proselitismo, ¡otros trataron de obligarlos a casarse si querían seguir en funciones! Monseñor Carvana, el Nuncio Apostólico, protestó; el 12 de mayo de 1926 fue expulsado. Por todo el país, figuras públicas católicas fueron asesinadas; niñas saliendo de la iglesia eran secuestradas, apresadas, violadas. Monseñor Curley, Arzobispo de Baltimore ventiló su indignación: "Calles persigue a la Iglesia porque sabe que cuenta con la aprobación de Roma. Nuestro gobierno ha armado a los asesinos que usa Calles. Nuestra amistad lo ha alentado en esta abominable empresa; destruir la idea de Dios en las mentes y en los corazones de millones de mexicanos." [17]
El 28 de mayo, Calles recibió la medalla al mérito masónico de manos del Gran Comendador del Rito Escocés en México. El 12 de julio apareció el siguiente comunicado en la prensa: "La Masonería Internacional acepta la responsabilidad por todo lo que está pasando en México, y está preparándose para movilizar todas sus fuerzas para la aplicación metódica e integral del programa acordado para este país." [18]
El 26 de julio, un tendero de edad avanzada fue vapuleado a sangre fría por dos policías vestidos de civiles. ¿Su crimen? En su tienda había puesto un letrero que decía ¡Viva Cristo Rey! Los mexicanos reaccionaron pacíficamente a la persecución: boicotearon las empresas propiedad del estado (las compras de tabaco y el tráfico por ferrocarril se redujeron en un 74%, y en tan solo unas semanas el banco nacional sufrió una pérdida de 7 millones de pesos), y también hicieron circular una protesta firmada por 2 millones de personas (de una población de 15 millones).
Pero los cristianos tienen algo mejor que eso, tienen la oración, y el país fue atravesado de cabo a rabo por enormes procesiones de penitentes: 10,000, 15,000 fieles, descalzos, sus cabezas ceñidas con coronas de espinas. imploraban a Dios por su país. Los poderes en turno no podían tolerar eso: sus ametralladoras dispersaban las procesiones; y cayeron los primeros mártires.
El culto público es suspendido
El 24 de julio de 1926, el Cardenal Gaspari envió de Roma un telegrama al episcopado mexicano: "Bajo ninguna condición aceptaremos el registro de sacerdotes." Los obispos decidieron suspender el culto público en todo el territorio a partir del 31 de julio: Todos los lugares de culto público permanecerían cerrados, no se dirían misas ni se administrarían sacramentos en todo el país excepto en capillas privadas. Nunca antes se había oído de una decisión así de inexplicable, a menos de que se tuviera la intención de orillar al pueblo a rebelarse, pues la única cosa que no podían tolerar era ser privados de los sacramentos. Durante los últimos días de julio, la gente abarrotó día y noche las iglesias, yendo a confesarse, a ser bautizada, a casarse.
La gente comenzó a poner en regla sus conciencias aun cuando era tiempo de comenzar a labrar el campo. Con cada día que pasaba, más y más campesinos peregrinaban de sus rancherías a los villorrios cercanos, con rostros pálidos y ojos tristes que revelaban su angustia. Había tres sacerdotes en la parroquia de Tlaltenango, no suficientes para oir las confesiones de tanta gente. A pesar de permanecer sentados en el confesionario desde el amanecer hasta el anochecer, sin darse tiempo para comer o descansar, no podían oír las confesiones de todos los que llegaban... Qué sorprendente era ver a alguien alejado de los sacramentos llegar buscando perdón de sus pecados, u otros que estaban viviendo en concubinato venir a buscar al confesor y pedir que los uniera en matrimonio... [19]
Y entonces llegó la terrible hora
Ese día habría misa de media noche y, para cuando terminaran las Vísperas, la iglesia ya no podría seguir alojando a la inmensa multitud de fieles. Uno después del otro, los fieles caminaban de rodillas de la entrada al altar; nadie quería ver llegar este momento tan doloroso, pero Dios hubo de permitir que ocurriera. A las 11:30pm, las campanas, en tono de duelo, llamaron a misa. Los adoradores nocturnos, las asociaciones pías y las organizaciones sociales católicas estaban ahí con sus grupos y sus pendones, como lo estaban todos los fieles. A la medianoche se expuso el Santísimo Sacramento y la misa empezó. Después del evangelio, nuestro querido Padre González subió al púlpito. Apenas hubo acabado de subir, cuando toda la gente arremolinada al pie de Jesús-Eucaristía comenzó a llorar. Las palabras entrecortadas que dijo el Padre, llenas de dolor, eran interrumpidas por sollozos. Después de la Comunión, al final de la misa, nos dieron la bendición con Su Divina Majestad. Finalmente, el padre, removidos sus ornamentos, se hincó al pie del altar, con sus ojos fijos en la imagen de Nuestro Señor de la Misericordia, silenciosamente se despidió de Él, y salió de la iglesia en medio de los fieles. Cristo y su ministro se habían ido [20]
Desde los primeros días de agosto, el pueblo mexicano, privado de sus sacerdotes (sólo 200 permanecieron con sus fieles) y de sus obispos (sólo uno de 38 se quedó) emplearon la fuerza para resistir el inventariado de las iglesias cerradas y los sacrilegios que acompañaban esto. Su grito de batalla fue el mismo del tendero: "¡Viva Cristo Rey!" Para dejar de oírlo, los soldados tenían sólo una solución: cortar la lengua de aquéllos a quienes iban a fusilar, de aquéllos a quienes, por su grito de batalla, llamaron Cristeros. Uno de ellos escribió antes de morir: "Vamos a morir. No veremos la victoria, pero México necesita de toda esta sangre para ser purificado... Cristo recibirá el homenaje que le es debido." La sangre corrió ... Irlanda rompió relaciones con México... Ningún otro estado siguió su ejemplo.
El 18 de septiembre de 1926 Pío XI publicó la Encíclica Iniquis Afflictisque:
Al narrar esto, Venerables Hermanos, con dificultad podemos contener las lágrimas, algunos de estos jóvenes y niños han encontrado la muerte con alegría, con el rosario en la mano, y el nombre de Cristo Rey en sus labios ... ¡Qué hermoso este espectáculo que es dado así al mundo, a los ángeles y a los hombres!
En octubre, el Santo Padre declaró: "La sangre de los mártires siempre ha sido semilla de bendiciones del cielo." ¿Cómo podría uno dejar de comprender que un año después de Quas Primas, los Cristeros estarían firmando con su sangre este texto sobre el reinado social de Nuestro Señor Jesucristo? La francmasonería lo entendió, y en su publicación norteamericana New Age de diciembre de 1926 expresó su postura:
La Iglesia Católica ha pervertido a los mexicanos durante 400 años. El mérito de Calles es haberlos sacado de la ignorancia y de la superstición. Por eso es que él puede contar con nuestra comprensión y con el apoyo de Norteamérica [21]
El levantamiento
En 1927, el México católico se levantó en armas: 20,000 combatientes (30,000 para finales de ese año, y 50,000 para 1929); pocas armas (unos cuantos rifles y carabinas, pero principalmente hachas, machetes o simplemente garrochas); pocos caballos: pero todo el pueblo apoyándolos, ofreciéndoles su dinero y víveres. Un campesino Cristero narra cómo comenzaron con cantos y oraciones en sus labios:
¡Éramos 1,000, luego 5,000, luego más! Todos dispuestos como si fuéramos a la cosecha... Estábamos firmemente dispuestos a morir, enojados o no, pero a morir por Cristo.
Viejos y niños, desarmados, seguían a las tropas esperando recibir el martirio- "Los padres de Nemesio e Isidro López no querían dejarlos partir para la guerra por el temor de que su carne fuera a ser festín para coyotes y águilas, pero contestaron: "Los coyotes pueden ciertamente comerse nuestra carne, pero nuestras almas ascenderán directo al cielo." [22] Contra ellos había 100 columnas móviles de 1,000 hombres cada una, verdaderas "columnas infernales" financiadas por los Estados Unidos (vehículos blindados ligeros, artillería arrastrada por tractores, aviones de combate...) Los primeros choques fueron masacres sangrientas. Un oficial de Calles escribió: "Son más bien peregrinos que soldados. ¡Ésta no es una campaña militar, es una partida de caza!" El propio presidente predijo: "Quedará concluido en menos de dos meses."
¡Pero cuando una peregrinación toma las armas se convierte en una cruzada! Los Cristeros pudieron equiparse a costa de sus mismos adversarios, sacando ventaja de la cobardía y la corrupción de éstos. Los 'Federales' eran salteadores, borrachos de tequila y de marihuana, más bien que soldados dignos de su oficio. El 15 de marzo de 1927 fueron derrotados en San Julián [Jalisco], en Puerto Obristo dejaron 600 muertos. En Noviembre, el agregado militar de los Estados Unidos comenzó a preocuparse de los éxitos de los 'fanáticos', de cuyas tropas el 40% estaba equipado con excelentes Mausers rescatados del enemigo. ¿Cómo era eso posible?
El Milagro
La Cristiada fue una sucesión de milagros. Uno sucedió cuando las hostias consagradas volaron al cielo ante los propios ojos del pelotón que estaba alistándose para dispararles; llevó a la conversión del oficial masón que lo comandaba, y que entró a pelear como general Cristero. Pero hay muchos más. Dios no se deja superar en generosidad. Relataré sólo dos.
Un general cristiano narró cómo llegó con 350 hombres que la habían pasado sin comer durante dos días, a una miserable ranchería de sólo 11 jacales de paja. Se retiró a escribir su informe. Al salir vio a sus soldados comiendo con gusto y a una viejecita que repetía: "Yo sólo traía unos cuantos panes y, sin embargo, lo que sobra es más que con lo que empecé."
Un espía Cristero había hablado con los Federales:
Son brujos, y el que los manda es un general muy valiente montado en un caballo blanco, y va acompañado de una mujer. Cuando les disparamos, no logramos hacerles nada. Comandan a la niebla a ocultar a esos malditos Cristeros.
El espía agregó:
No hay caballo blanco y no hay ninguna mujer en nuestro ejército. En verdad creemos que Santiago y la Santísima Virgen nos acompañan, y si no podemos verlos es porque no lo merecemos.
¡Maravillosos Cristeros! En tanto que el Ejército Federal registró un promedio de 30,000 deserciones al año, ellos no experimentaron un solo caso de traición. Un zapatero que había sido hecho jefe de sector fue abordado por el enemigo quien le ofreció respetarle la vida y nombrarlo coronel, respondió: Yo no estoy peleando por un ascenso. Estoy peleando por la Iglesia y por Cristo Rey. Tan pronto como alcancemos la victoria, volveré a mis zapatos." Fue muerto en combate en marzo de 1928.
Con una tenacidad diabólica, los hombres de Calles trataban de hacer que sus prisioneros apostataran, pero era en vano. El Padre Reyes fue torturado durante tres días y dos noches. Este pastor de Tololán, que había nacido en circunstancias muy pobres (de niño vendía el periódico en las calles) había decidido quedarse en su puesto. Eso fue suficiente para excitar el odio de los Federales, que lo torturaron con fuego. "Dices que Dios baja a tus manos, bueno ¡haz que baje y te libre de las nuestras!" dijeron sus torturadores. Con balas acabaron con su vida en el atardecer del Miércoles Santo. Uno de ellos testificó: "Ya le habíamos dado tres o cuatro tiros cuando se incorporó para gritar una vez más "¡Viva Cristo Rey!" Sabás Reyes Salazar fue canonizado el 21 de mayo de 2000. [23]
Valencia Gallardo, dirigente Cristero, fue atado a una hoguera y torturado, pero sólo gritaba "Viva Cristo Rey". Le cortaron la lengua; soltó de sus amarres una de sus manos y con ella señalo al cielo . Se la cortaron, y luego le abrieron el cráneo con las culatas de sus rifles.
¡Admirables Cristeros! La Cristiada no fue una contrarrevolución con su parte de exacciones; fue lo opuesto de una revolución. Lea el orden del día de uno de sus generales (muerto en combate en 1927).
Medidas disciplinarias de la división del sur:
Los jefes de división del sur de Jalisco, Colima, Nayarit, y occidente de Michoacán, del Ejército de Liberación Nacional han adoptado las siguientes medidas:
1) Rendir un homenaje oficial, público y solemne al Sagrado Corazón de Jesús, soberano de nuestro ejército, y humilde y amorosamente consagrar a él todas nuestras obras y todas las personas de nuestra división;
2) Jamás omitir, bajo pretexto alguno, el rezar el rosario a la Santísima Virgen María de Guadalupe, y darle a esa observancia igual prioridad que la de una reglamentación estrictamente militar;
3) Siempre que sea posible, organizar las cosas para permitir que todos los comandantes, oficiales y soldados cumplan oficialmente los preceptos de culto dominical, confesión y comunión:
4) Garantizar la protección divina durante las batallas haciendo que el ejército y los católicos se preparen mediante la oración humilde y llena de confianza, y recomendando hacer actos de contrición perfecta.
Su conciencia del carácter sobrenatural de su lucha no llevaba a los Cristeros a descuidar las realidades temporales: "Pelear y organizar; pelear y moralizar" era una de sus consignas. En los territorios liberados se nombraban 'administradores', se abrían escuelas católicas (más de 200); se suprimían los pecados públicos (embriaguez, prostitución).
Resistencia universal
¿Quiénes eran esos cruzados? Eran el pueblo. Como lo escribió un Federal: "No corremos el riesgo de equivocarnos (masacrando a unos o a todos); todos ofrecen resistencia." Era un 95% gente de campo: labradores, artesanos, mineros, arrieros, o terratenientes rurales. Estaba, por ejemplo, Luis Navarro Origel, con un grado de filosofía y terciario de la orden franciscana: En 1926, tomó el mando de hombres de la aldea de la cual era alcalde. Declaró: "Voy a matar por Cristo a aquéllos que matan a Cristo, y quizás morir por él si fuere necesario; voy a ofrecer la sangre de la redención." Cayó encabezando sus tropas el 10 de agosto de 1928, a la edad de 30 años.
La gente de ciudad que se les unía eran principalmente estudiantes, y mujeres que participaban en las Brigadas Juana de Arco. Algunas de estas 25,000 heroínas no pasaban de los 14 años. Actuaban como agentes de enlace, exploradoras, enfermeras, recaudadoras de fondos o de parque en los arsenales donde se infiltraban como empleadas! Pobres de aquéllas que caían en las manos de los insensibles soldados Federales ... Pero nunca revelaron información alguna.
Hermosa juventud de México, José Sánchez tenía trece años. En febrero de 1928 su grupo fue rodeado por los Federales, Cedió su caballo a su comandante que había sido herido y protegió su retirada. Quedándose sin parque, fue capturado. "Sépanlo bien" dijo, no me estoy rindiendo, simplemente me he quedado sin parque." Fue aniquilado. Se halló una nota en su bolsillo: "Queridísima madre: Estoy aquí cautivo, y me van a matar. Estoy feliz. La única cosa que me preocupa es que vas a llorar. No llores. Nos encontraremos nuevamente" Firmado: José, muerto por Cristo Rey.
Tomasino era un miembro del comité ejecutivo de la ACJM (Asociación Católica de Jóvenes Mexicanos) y prefecto de la Congregación Mariana. Habiendo sido arrestado, se le ofreció su libertad si daba información, "En verdad, estarían cometiendo un error, estando libre, yo seguiría peleando por Cristo Rey. Para nosotros nuestra libertad de culto no es opcional." En agosto de 1927 fue ahorcado. Tenía 17 años.
Manuel Bonilla, estudiante, mantuvo un diario todos los días.
Sé bien que, para hacer cosas grandes, Dios utiliza cosas pequeñas, y esa ayuda no viene de donde la esperábamos ... Confío en la benevolencia Divina: todos estos sacrificios no serán en vano.
Fue fusilado a la edad de 22 años, el Viernes Santo de 1927, a las tres de la tarde. En 1942, su cuerpo fue descubierto perfectamente intacto.
El Misterio de la Iniquidad
El año 1928 fue terrible: las columnas infernales habían recibido la orden de deportar a la población rural a 'campos de concentración' [26] donde el hambre y las epidemias los diezmaron. A la menor señal de resistencia, los Federales los masacraban. Las cosechas y el ganado se les confiscaban. las tierras de pastoreo se quemaban, y las aldeas se destruían por millares. A pesar de esta política de tierra quemada, los Cristeros se mantuvieron firmes como macabeos de nuestros tiempos.
En 1929, el gobierno renunció a su política de gobernar el campo. Tres cuartas partes del México habitable estaba en manos de las tropas de Cristo Rey, la victoria estaba al alcance, especialmente cuando la chusma en México estaba peleándose entre ellos mismos, ¡y en los Estados Unidos, Hoover, que no era masón, fue electo presidente!. Fue entonces que se enteraron de que las negociaciones secretas entre el gobierno mexicano y el Vaticano habían culminado son un arreglo. El 21 de junio, el episcopado mexicano (con la excepción de uno de sus miembros, Su Excelencia José de Jesús Manríquez y Zárate) firmaron una 'resolución' del conflicto con el poder en el gobierno sobre bases 'negociadas' por un jesuita norteamericano, un Padre Walsh. El acuerdo proveía: 1) cese al fuego inmediato e incondicional; 2) reanudación del culto público a partir del día siguiente (22 de junio).
Eso era todo. Los regresaba a la misma situación que había prevalecido en 1926, con todas las leyes anti-católicas que entonces estaban en vigor ¡incluyendo el registro de sacerdotes! En el texto, los Cristeros eran referidos como fanáticos dirigidos por algunos sacerdotes de tercera clase, su revuelta había sido un error, una imprudencia, y hasta un pecado: deben deponer las armas bajo pena de excomunión.
Jesús Degollado, comandante en jefe de los Cristeros, se dirigió a sus tropas, con voz entrecortada de tristeza:
Su Santidad el Papa, por intermediación del más excelente Nuncio Apostólico, ha decidido, por razones que desconocemos, pero que como católicos aceptamos, que el culto público se habrá de reanudar mañana, sin que la ley sea modificada...Este arreglo ... nos ha arrebatado aquello que es más noble y más sagrado de nuestra bandera, en un momento en que la Iglesia ha declarado que se resignará a lo que ha conseguido obtener... Por consiguiente, la Guardia Nacional asume la responsabilidad por el conflicto... En cuanto a nosotros como hombres, tenemos una satisfacción que nadie puede arrebatarnos:¡La Guardia Nacional no desaparece derrotada por sus enemigos, sino más bien abandonada por los mismos que han sido los primeros en recibir los frutos de nuestros sacrificios y abnegación! ¡Ave Cristo! Aquellos que por Vos vamos a la humillación, al exilio y, quizás, a una muerte ingloriosa... con el amor más ferviente Os saludamos, y Os proclamamos una vez más Rey de nuestra patria.
Seis mil Cristeros obedecieron y fueron masacrados de inmediato. ¡En tres años, habían perdido sólo 5,000 hombres en combate! El episcopado mexicano decretó la excomunión de los sacerdotes cristeros, pero aquéllos (180) que no habían sucumbido en la guerra ya habían sido martirizados... Todo estaba perdido.
El nuevo presidente, el abogado masón Portes Gil, se regocijaba. En el banquete del solsticio de verano, reconoció su asombro por la capitulación incondicional de un ejército victorioso, y su intención de continuar la lucha: "La lucha no empezó ayer. La lucha es eterna. La lucha comenzó hace veinte siglos." Ciertamente, pero la novedad era que el Vaticano no estaba en el bando correcto. La masonería, condenada por todos los papas desde el siglo XVIII (Clemente XII en 1738) hasta fines del XIX (en 1892, León XIII equiparó a la masonería con el satanismo), se había infiltrado en la Iglesia a los niveles más altos de la jerarquía. ¿Acaso no fueron G della Chiesa (el futuro Benedicto XV) y A. Ratti (el futuro Pío XI) los 'protegidos' del Cardenal Rampolla? En 1926 ¿no fue Pío XI quien condenó la Acción Francesa conforme lo deseaba la secta? En 1928 ¿no fue expulsado de España el ̈Padre Vallet, y suprimida su obra por una jerarquía que prefirió favorecer al Opus Dei? [28]
Cuando de 1934 a 1937, se levantó una nueva Cristiada. Pío XI dejó que el episcopado mexicano excomunicara a los Cristeros y luego esperó a que todos ellos hubieran muerto para atreverse a escribir (en su carta al episcopado mexicano de 1937):
Cuando el poder se alza contra la justicia y la verdad... uno no ve cómo puede condenar a los ciudadanos que se unen para defender a la nación y a ellos mismos -- aun con el uso de las armas -- contra aquéllos quienes, con el poder del estado, traman sus infortunios.
En el mismo año, en Divini Redemptoris, culpó al comunismo de las atrocidades perpetradas contra los cristianos de México ... pero se abstuvo de mencionar a la masonería.
Otra Vendée
La epopeya de los Cristeros nos recuerda del famoso levantamiento de la Vendée durante la Revolución Francesa, y las dos tienen muchos aspectos en común;
1) El rechazo de los sacerdotes de hacer un juramento de lealtad al estado.
2) La creación de una iglesia cismática por el estado.
3) Persecución religiosa.
4) La indiferencia de una parte del episcopado al sufrimiento de su grey. [29]
5) Las características de los levantados en armas: campesinos, pobres, sin equipo, sin preparación y sin disciplina y, no obstante eso, valerosos, felices, generosos hasta con el enemigo, y profundamente cristianos.
Esta carta de un coronel a su regimiento entraña este espíritu de los cruzados:
Amados en Cristo:
No es una cuestión meramente de algunos aduladores que pueden ser puestos en duda, sino de una creencia generalizada de que nuestro regimiento es el mejor de la región, ya sea porque sus dirigentes y seguidores están motivados con las intenciones correctas o, considerando el número de que se trata, debido al orden y especialmente a la sólida piedad, responsable de urgir a sus hombres a frecuentar, sin pena, los sacramentos. Para bien o para mal, los de los demás regimientos ven esto.
Le doy gracias a Nuestro Señor por esa hermosa actitud, y creo que vosotros también hacéis lo mismo, y que vosotros tenéis un verdadero deseo de seguir llevando en alto la bandera de vuestro pueblo para la gloria de Cristo Rey, y que vuestro honor sabrá cómo borrar la negra mancha que vuestros compatriotas han impuesto en vuestro pueblo.
Conociendo vuestra sinceridad y miseria humana, os pongo en guardia contra un peligro que os derrotaría sin remedio, el de la vanagloria, la amada hija del orgullo que se manifiesta en sentimientos de amor propio.
Lejos de caer en un mal tal como ese, mis amados en Cristo, recordad siempre, y en todos vuestros actos, que todo lo bueno que está en vosotros pertenece solamente a Dios, y el mal que haya en el regimiento pertenece a vosotros; a Dios toda la gloria, todo el bien, toda victoria, pues vosotros no sois más que viles instrumentos.
Mostraos vosotros, pues, ser siempre fieles a vuestro Rey Jesucristo Nuestro Señor. Jamás olvidéis el rosario, encomendaos a Nuestro Señor al amanecer y al anochecer. Amad a vuestros soldados como a vuestros hijos y sed como padres para los más necesitados. Tratad a todos con caridad, pero no dejéis que la justicia sufra. Jamás hablad bien de vosotros a menos de que haya una buena razón, y entonces hacedlo con modestia. No denigréis a los hombres de los demás regimientos y no critiquéis sus faltas. Mantened una correcta intención. Vivid unidos. jamás dejad que vuestro rango de coronel, mayor, capitán, etc. se suba a vuestras cabezas. Recordad que la muerte vendrá y que seréis sometidos a un juicio riguroso según vuestras obras; tened a Cristo siempre presente e imitadle en todo. Sed fieles hijos de María, vuestra buena madre, la Santísima Virgen de Guadalupe. No desperdiciéis lo poquito que poseáis, pues vuestras familias viven en la miseria, y recordad a las de los demás. Esto es lo que yo siempre pido a Nuestro Señor para vosotros, y muchas otras cosas también que ya no menciono para no alargar una carta que ya parece un periódico. Que Su Divina Majestad se digne oír nuestras súplicas. [30]
6) El papel de las mujeres: esposas que alientan a sus esposos (y, de ser necesario, despedirlos de vuelta a la guerra con golpes), y madres que han entendido que el martirio es la corona de una educación verdaderamente cristiana. Doña Guadalupe, madre de Luis Navarro Origel, decía: "Ofrecí la vida de mis cuatro hijos por Cristo, pero el Señor se quedó corto. ¡Sólo se llevó a dos!"
7) Las dimensiones apocalípticas del conflicto, de la cual ambos bandos estaban conscientes: El admirable fervor religioso de un bando era correspondido por la manía satánica por el sacrilegio y la destrucción de lo espiritual del otro. (¡Viva el demonio! era el grito de guerra de los Federales).
8) La traición final a las tropas católicas... cometida por las autoridades religiosas.
Estas similitudes no debían, sin embargo, ocultar una diferencia esencial: el único motivo de la Cristiada era religioso. La defensa de la fe no estaba mezclada con causa ajena alguna, fuera ésta política, social, económica o particular (como lo fue el rechazo de la leva en la Vendée).
El ejército los capturó, y el General que estaba al mando de la plaza en Arandas les preguntó por quién habían tomado las armas para crear tal desorden. Le contestaron que no fue para crear desórdenes por lo que habían tomado las armas, sino para defender a Cristo Rey, que ya no estaba en los altares. Fueron fusilados de inmediato.
Esta firmeza explica la notable homogeneidad del movimiento contra-revolucionario mexicano, su pureza y su eficacia. Es una lección sobre la que vale la pena meditar.
El Reinado de Nuestra Señora de Guadalupe
Más de setenta años después de la epopeya ¿qué permanece de los Cristeros? Hasta julio de 2000, México vivió bajo el yugo del PRI (Partido Revolucionario Institucional) fundado por Calles. A pesar del respaldo de los Señores Clinton y Gore, fue derrotado en las elecciones, víctima de escándalos y división entre las distintas obediencias masónicas. Desde principios de los 1990s, las relaciones entre los poderes en turno y el episcopado fueron las mejores: la "tribuna gubernamental" domina el santuario de la nueva basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y, en 1995, su rector, el Padre Schulenburg [32] declaró públicamente la falsedad de las apariciones de 1531. El nuevo ‘milagro’ mexicano es que este escándalo hizo a millones de mexicanos (que algunos estiman haber sido una docena de millones) venir de peregrinos de todas partes, muchos de ellos a pie y a veces de rodillas, a la Basílica en reparación. Vale la pena recordar brevemente los hechos, cuyo carácter sobrenatural fue reconocido por Benedicto XIV en 1754, cuando declaró: "Non fecit taliter omni nationi" No ha hecho cosa igual en otra nación alguna.
El sábado 9 de diciembre de 1531, Juan Diego, un campesino indígena de 57 años de edad, convertido poco tiempo atrás, iba caminando a misa. Al pie del cerro del Tepeyac, una señora de belleza maravillosa se le apareció en una nube de luz: Soy en verdad la perpetua y perfecta Virgen María, santa madre del Dios verdadero... y madre de aquéllos que me tienen confianza," Le pidió que fuera a buscar al obispo y le pidiera que le construyera una capilla. Lo hizo, pero lo mandaron a la calle. Esa misma tarde una nueva aparición reiteró la misma petición. El 10 de diciembre, el obispo, preocupado, pidió que le trajera una señal. El día 12 ocurrió una nueva aparición: "Sube a la cima del cerro y coge las flores." Nada crecía en la cima del cerro ¡especialmente en diciembre! Pero Juan Diego obedeció y llenó su tilma ¡de rosas de Castilla! Rebozando de alegría, corrió a la casa del obispo, abrió ante él su tilma llena de flores, y debajo de ellas se reveló un retrato de la Virgen, ¡el único retrato de Nuestra Señora que no ha sido hecho por manos humanas! El mismo día, la Virgen se le apareció al tío del vidente, que estaba moribundo, y lo sanó y le dijo el nombre con el cual ella deseaba ser honrada: Tequantlaxopeuh, que significa "La que aplasta la serpiente." Los españoles oían este nombre como "Tequastlasupe" y lo asociaban con el de Nuestra Señora de Guadalupe en Extremadura, España (aparecida en 1323). Puede uno imaginarse la devoción que los mexicanos tienen de esta imagen milagrosa que, como el Manto Sagrado, revela sus maravillas de manera progresiva a los eruditos de toda época Aquí van los principales aspectos inexplicables de la imagen:
1) La tela de la tilma (hecha de la fibra del cacto del maguey) debería haberse descompuesto en 20 años; 470 años después de la aparición sigue en condiciones perfectas.
2) La parte de atrás de la tilma es áspera (lo cual es normal) pero el lado de la imagen es suave como la seda.
3) Los colores siguen tan vibrantes ahora como el primer día, a pesar de los efectos del tiempo, de la luz, de las velas, del manejo, de los ataques (ácido, una explosión en 1921)... etc.
4) Los pigmentos son de un origen desconocido (conclusión del Dr. Kuhn, ganador de un premio Nobel en Química.)
5) No es una pintura. La NASA declaró en 1979 que la imagen es 'incomprensible'
6) Por último, la digitalización de la imagen ha permitido a los investigadores escudriñar la imagen de los ojos de Nuestra Señora de Guadalupe y descubrir en ellos la escena que ocurrió el 12 de diciembre de 1531: El obispo, el indio, un criado, y algunos franciscanos que ahí estaban cuando Juan Diego abrió su tilma. Uno puede claramente entender la devoción que los cristianos de Iberoamérica tienen a Nuestra Señora de Guadalupe, Reina de México y Emperatriz de las Américas.
Un Ejército de Mártires
En 1988, Miguel Pro (jesuita) fue el primer Cristero en ser beatificado. Nacido en 1891, fue obligado a refugiarse en Francia a fin de continuar sus estudios. Fue ordenado en Amiens en 1925. Habiendo retornado a México de manera clandestina en julio de 1926, fue fusilado el 23 de noviembre de 1927, junto con su hermano que también era Cristero, gritando "Viva Cristo Rey",
En la fiesta de Cristo Rey de 1992 [33] el Papa Juan Pablo II beatificó a 26 otros Cristeros (22 de los cuales eran sacerdotes). Nombremos a algunos de ellos: Salvador Lara Puente, empleado, muerto en 1926 a la edad de 21 años, Atilano Cruz Alvarado, ordenado sacerdote el 14 de septiembre de 1927 y muerto el 1ª de julio de 1928; Manuel Morales, nacido en 1898, sindicalista católico, casado y padre de tres hijos pequeños, que dijo antes de ser ejecutado: "Yo muero, pero Dios no muere; Él se hará cargo de mi mujer y mis hijos," "Dios no muere..." Esas fueron las palabras que dijo García Moreno, Presidente del Ecuador, asesinado por los masones en 1875.
En octubre de 1997 fue beatificado Mateo Elías del Socorro Nieves. Hijo de campesinos, el joven Mateo escuchó el llamado de Dios temprano en su vida, pero habiendo su padre sido asesinado, tuvo que sustentar a su madre y hermanos; se hizo sacerdote a la edad de 34 años. Pastor de una aldea en las montañas, cerca de Culiacán, se rehusó a refugiarse en la clandestinidad en la ciudad. Pasó 14 meses en una gruta de la cual sólo salía en la noche a ejercer su oficio sacerdotal. Fue fusilado a la edad de 46 años mientras gritaba "Viva Cristo Rey".
El 21 de mayo de 2000, el Papa canonizó a 27 mexicanos, 23 de ellos de la época de la Cristiada (20 sacerdotes y 3 laicos). La Prensa sólo mencionó el nombre de Cristóbal Magallanes, pastor de Totatiche, martirizado en 1927. Documentation Catholique no consideró el texto de la ceremonia noticia digna de publicarse; sin embargo, 20,000 mexicanos convergieron en la Plaza de San Pedro, ya que hasta entonces su país tenía sólo un santo canonizado (San Felipe de Jesús, mártir del Japón), y el recuerdo de la Cristiada sigue fuerte allá.
Cinco de los canonizados habían sufrido martirio por motivos de odio a la fe, pues no habían participado en la resistencia: Cristóbal Magallanes Jara (1869-1927), pastor; Luis Bátiz Sainz (1870-1926), pastor; Agustín Caloca Cortés (1900-1927), vicario. [34]
Los otros sacerdotes canonizados se habían ido a la clandestinidad, y estuvieron llevando vidas dignas de los sacerdotes refractarios de la Vendée.
¡Oh admirables Beatos y Santos Cristeros, conocidos o desconocidos, rogad por México! Vosotros, luminosos ejemplos de humildad, que, sin amargura o repugnancia, aceptasteis la terrible prueba de la persecución en un espíritu de penitencia y expiación por vuestros pecados y los de México. Obtened para nosotros de Dios una fe inquebrantable, ya que ahora, más que nunca, la bestia masónica, para la cual el arrepentimiento es desconocido, hace guerra furiosamente contra Dios.
El gran poder de nuestros enemigos, escribió el Beato Miguel Pro, "está basado en dinero, armas, y mentiras; se desmoronará algún día como la estatua que Daniel vio colapsar bajo el golpe de una piedra caída del cielo"
Esta es la transcripción de una conferencia dictada en 1997 en la Escuela de los Sagrados Corazones de Jesús y de María ubicada en la Vendée. Fue publicada en Francés en Sel de la Terre (del verano de 2001) y de ahí traducida al inglés por Angelus Press. Las citas no identificadas vienen en su mayor parte de Les Cristeros por Hugh Keraly [Grez-en-Boulere: DMM, 1986]. Para los lectores que no estén familiarizados con la historia de la Revolución Francesa y la resistencia de la Vendée, provincia del occidente de Francia, donde el pueblo se sublevó contra los Republicanos regicidas, el libro de Michael Davies For Altar and Throne [que puede conseguirse en Angelus Press al precio de US$13.95] contiene un resumen breve de los acontecimientos y un conmovedor tributo a aquellos héroes y heroínas.
El autor M. Olivier LeLibre es un joven padre de familia y profesor de preparatoria en la región de la Vendée en Francia-
1. Eugenic Corti, La Responsabilite de la culture occidentale dans les grands massacres du XX'' siecle, Atlantide, Europe No. 2, L'Age d'Homme (Lausanne, 1998). Por "Cultura Occidental" el autor se refiere a la "Ilustración."
2. Título en francés del libro de Gustave Corçao, O Seculo do nada.
3. Jean Madiran, prefacio a Siécle de l'Enfer (Ed. Sainte-Madeleine, 1995), p. 5.
4. Maximiliano, quien se hizo masón desde 1864, sin reparos mostró tolerancia hacia el protestantismo y el judaísmo.
5. "Ensaladera": es un símil utilizado por los geógrafos para ilustrar cómo los distintos "ingredientes" de una población se yuxtaponen sin mezclarse. Valdría la pena estudiar el papel del protestantismo en el que se mantenga este estado de cosas.
6. A. Sanders, "La preuve par le Mexique," Présent, Julio 19-22.
7. A. Sanders (artículo citado, Julio 22, 2000) enumera los amos de la economía mexicana en 1914: Rockefeller (caucho), Goblentz (textiles), Guggenheim (minas), Hearst (alias Hirsch) propietario de 3 millones de acres métricos, y el banco Kuhn-Loeb, que financió a Lenin.
8. Comenzando en 1529, los Franciscanos abrieron ocho colegios para muchachos indios, así como escuelas técnicas de nivel superior. Financiada por el rey de España, en 1536 abrieron, para los indios solamente, el Colegio Superior de la Santa Cruz en México (latín, retórica, filosofía, música, medicina). En 1551, se fundó la Universidad de México, abierta a Indios al igual que a españoles. Ver La Vraie controverse de Valladolid por Jean Dumont (Paris: Criterion, 1995), pp. 130-131.
9. Cárdenas, presidente de México de 1934 a 1940, llamó a su hijo Cuauhtémoc, como el nombre del último emperador Azteca. Habiéndose hecho político como su padre, lo llamaban la "Esfinge Azteca" los periódicos de izquierda.
10. Se ofrecían sacrificios humanos casi a diario. El número de víctimas, a quienes se les sacaba el corazón todavía palpitante antes de desmembrarlos y comérselos, ha sido estimado en 20,000 al año en promedio (más de 50 por día). La inauguración del templo mayor en México fue ocasión para masacrar a 20,000 víctimas en cuatro días (algunas fuentes hablan de 80,000). Ver "Croisades, Inquisition...: Faut-il demander pardon?" Savoir et Servir 60, 73-74.
11. A. Sanders, art. cit. julio 21 y 22 , 2000.
12. Ibid.
13. A. Sanders, art. cit., julio 26, 2000.
14. Ibid.
15. A. Sanders da los nombres del séquito de Calles: Aarón Sáenz, Secretario de Relaciones Exteriores; Moisés Sáenz, Subsecretario de Educación; el asesor norteamericano Robert Haberman (agente del GPU soviético); Hirschfeld, Maestro de la Gran Logia Mexicana (art. cit., julio 27, 2000).
16. Según M. Reboul (Monde et Vie, Oct. 19, 2000), quince sacerdotes y un obispo de la Iglesia "Patriótica" China visitaron seminarios y parroquias en Francia y Bélgica en 1994. Concelebraron misas con sacerdotes y aun obispos de los lugares donde visitaron, sin que se generara la más mínima protesta (p. 14). Se reportó que el Cardenal Etchegaray también concelebró con los funcionarios-sacerdotes de la Iglesia Patriótica el pasado octubre en el Santuario Mariano de Sheshan (Libre journal, Oct. 27, 2000).ºº
17. A. Sanders, art. cit., julio 27, 2000.
18. La Tribuna, julio 12, 1926, citado por F. M. Algoud, "1600 Young Saints, Young Martyrs" 1994.
19. J. Meyer, Apocalypse et Révolution au Mexique, 1926-1926 (Archives Gallimard-Julliard, No. 56, 1974), pp. 54-55.
20. Ibid.
21. A. Sanders, art. cit., julio 28, 2000.
22. J. Meyer, Apocalypse et Révolution, p. 175.
23. La información biográfica sobre los santos mexicanos proviene del sitio de internet http://www.sanctus.com/Paginas/SantosMexicanos.html
24. J. Meyer, ibid., p. 172.
25. La mayoría de los veinte sacerdotes martirizados en el período (canonizados en 2000) eran de origen rural, y la mitad de ellos crecieron en muy humildes circunstancias (pastores de ganado como San Atilano Cruz Alvarado; vendedores callejeros de periódicos, como San Sabás Reyes)
26. J. Meyer, "Les Cristeros" L 'Histoire, 86, February 1986.
27. A. Sanders, art. cit., julio 29, 2000.
28. N. Dehan, en Sel de la terre, 11 (1994-1995), 126.
29. La carta de Monseñor de Merci, obispo de Luçon, en el exilio en Italia, merece mencionarse. El 1° de junio de 1973 escribió: "Durante mucho tiempo esperaba poder recuperar el mobiliario que dejé en Luçon. ¨podría haberlo hecho... pero los disturbios en la Vendée perjudicaron mi causa, aunque no estoy de su lado," citado por X. Martin, Sur les Droits de l'homme et la Vendée (DMM, 1995) p. 75, n. 269. Ausente de su diócesis desde 1789, no retornó del exilio hasta 1802, y fue designado arzobispo de Bourges...
30. J. Meyer, Apocalypse et Révolution, pp. 173-174.
31. Ibid., p.175.
32. Fue removido de su cargo. Ver el diario ABC de Madrid, Dic. 14, 1996.
33. Jueves, Oct. 22, 1992, fue, por cierto, cerca del domingo de la Fiesta de Cristo Rey (Oct. 25) según el calendario tradicional (pues, en el nuevo rito, es el trigésimo "Domingo Ordinario." El nuevo calendario ha movido la Fiesta de Cristo Rey al domingo "del Fin de los Tiempos," que cierra el año litúrgico, como si con ello se quisiera significar que el Reinado de Cristo es puramente "escatológico."–Ed.)
34. El primero nombrado había llegado a condenar el movimiento Cristero en cuanto a que habían recurrido a las armas; ofreció su vida "por la paz." Uno podría preguntarse ¿por qué exactamente fue seleccionado para encabezar la lista de mártires Cristeros? [nota del Ed.]
35. ¿Sería tal vez debido a su intercesión? El pasado Oct. 1°, el aborto, que había sido tolerado en Mexico en caso de violación, quedó prohibido. La ley dice: "Como legisladores, debemos considerar no sólo el daño y el dolor de la madre que fue violada, sino también el mayor mal constituido por la muerte de un menor inocente" (Faits et Documents, Nov. 15, 2000).