Comunistas judíos
Tomado de http://www.russians.org/Comunista.html
Traducido del inglés por Roberto Hope Sánchez Mejorada
Crónica documental
"Los dos únicos no judíos en la conspiración comunista fueron Chambers y Hiss. Todos los demás fueron judíos y nos armaron un escándalo."
Declaración del Presidente Richard Nixon hecha en 1971, tal como fue grabada en cinta magnética por la Casa Blanca y dada a conocer por los Archivos Nacionales de EUA en 1999. Se refiere a Whittaker Chambers y Alger Hiss. (Fuentes: New Yortk Times del 7 de octubre de 1999 y Newsweek del 18 de octubre de 1999, p. 30)
El judío Arno Mayer, de la Universidad de Princeton, en su importante libro Why did the Heavens not Darken? (¿Por que no se Obscurecieron los Cielos?) dice que la invasión alemana de Rusia fue llevada a cabo con la intención de erradicar la ideología Bolchevique (comunista soviética). Difícilmente fueron los alemanes los únicos en Occidente en creer que "la Rusia Soviética es una dictadura del judaísmo".
El 8 de febrero de 1929, un joven escritor inglés hizo una observación semejante en el periódico Illustrated Sunday Herald:
"No hay necesidad de exagerar el papel que jugaron estos judíos internacionales, en su mayoría ateos, en la creación del bolchevismo y en el verdadero acometimiento de la Revolución Rusa."
Quien eso escribía era nada menos que Winston Churchill. No obstante que más tarde habría de vender su alma por una cantidad considerablemente mayor que treinta monedas de plata, su análisis de la auténtica naturaleza del comunismo soviético sigue siendo acertada.
Churchill expresó la crucial percepción de que los crímenes perpetrados por comunistas judíos contra los alemanes y los rusos infundieron en esos pueblos un deseo de represalia.
"En las instituciones soviéticas, la predominancia de los judíos es aún más notoria. Y la parte prominente, si no de hecho la parte principal, del sistema de terrorismo aplicado por la Comisión Extraordinaria para Combatir la Contra Revolución ha sido tomada por judíos, y en algunos casos notables, por judías." La misma perversa prominencia fue alcanzada por judíos durante el breve período de terror cuando Bela Kun mandaba en Hungría. El mismo fenómeno se ha presentado en Alemania (especialmente en Baviera) en la medida en que se ha permitido que esta locura haga presa de la postración temporal del pueblo alemán.
"... el hecho de que en muchos casos los intereses judíos y los lugares de culto judíos estén exceptuados de la hostilidad universal de los Bolcheviques ha tendido más y más a vincular la raza judía en Rusia con las villanías que ahora se están perpetrando... Innecesario es decirlo, las pasiones mas intensas de venganza han sido excitadas en los corazones del pueblo ruso..."
Chaim Bermant, escribiendo en el Jewish Chronicle (30 de agosto de 1991) dice: "Fue el comunismo lo que derrocó a los odiados zares, el comunismo lo que eliminó las desventajas judías y proscribió el antisemitismo, el comunismo lo que, por lo menos en sus primeros años, abrió las puertas al progreso judío."
El analista político Joseph Sobran señala que la revelación de este "componente étnico" del comunismo se contrapone con una mentira histórica. "...la historia étnica del comunismo es probable que complique la versión convencional 'lacrimosa' de la historia judía, según la cual los judíos son siempre y en todo lugar víctimas inocentes del prejuicio y la persecución por los gentiles."
Lenin, cuyo abuelo materno, Israel Blank, era judío, dijo que los judíos eran los mejores revolucionarios: "El ruso listo es casi siempre judío o en él hay sangre judía." (Dmitri Volkogonov, Lenin; A new Biography [Una Nueva Biografía], p. 112). Lenin era listo y revolucionario. Seguramente se estaba refiriendo a sí mismo.
El investigador Wayne McGuire de la Universidad de Harvard escribe: "Lenin era judío conforme a las normas de la Ley del Retorno de Israel: tenía un abuelo judío. Parecería que no sólo era Lenin judío, sino que era un racista y chauvinista judío, aunque mantenía sus ideas sobre este volátil tema muy en lo profundo, quizás porque estaban radicalmente en conflicto con el supuesto universalismo del marxismo....Lenin fue un judío racista que deliberadamente daba especialmente a judíos las 'tareas más demandantes intelectualmente.' Él reconocía que el 50% de la vanguardia terrorista comunista en el sur y el poniente de Rusia estaba compuesta de judíos."
Lenin declaró, "Estamos exterminando la burguesía como clase." Su socio en el crimen, Apfelbaum (Zinoviev) declaró: "Los intereses de la revolución exigen la aniquilación física de la burguesía como clase." ¿Quiénes formaban esa burguesía? Ciertamente no los judíos, Trotsky dio una clave para identificarla en una entrevista del periódico judío Daily Forward de Nueva York en 1937: ""Mientras más tiempo viva la podrida sociedad burguesa. más y más bárbaro se volverá el antisemitismo en todas partes."
Burguesía era la palabra en clave usada para significar gentil [no judío]. La primera ley aprobada luego de que los comunistas arrebataran el poder, hacía el antisemitismo punible con la muerte. (Izvestia, 27 de julio de 1918)
El funcionario comunista de mayor nivel, el judío Zinoviev declaró: "Sin misericordia alguna, sin librar a nadie, mataremos a nuestros enemigos en veintenas de cientos. Que sea de miles, que se ahoguen en su propia sangre. Por la sangre de Lenin y Uritsky, Zinoviev y Vólodarsky, que haya inundaciones de sangre de la burguesía -- ¡más sangre! ¡Tanta como sea posible! (Krasnaya Gazeta 1° de septiembre de 1918).
Los bolcheviques judíos consideraban la política una rama del control de plagas de gentiles. El odio a los cristianos, especialmente a la "burguesía" campesina, era su motivación primaria. La destrucción sistemática del campesinado cristiano de Rusia como si fuera una plaga, que comenzó con el ataque de Lenin contra ellos en el verano de 1918, y la hambruna provocada en 1921, han sido ignoradas casi completamente en la historia de occidente.
Según el "Jewish Chronicle" de Londres, Inglaterra, (suplemento literario, 3 de septiembre de 1999, páginas iv y v) el escritor comunista judío Isaac Babel estuvo presente en una reunión comunista soviética "Una reunión de ... judíos... a la que está hablando el Comisario Vinogradov diciéndoles con entusiasmo 'Ustedes están en el poder. Todo es de ustedes.' Babel también escribió del 'irrestricto' desprecio hacia la nobleza polaca" por parte de los judíos.
Según el Jewish Chronicle, Babel escribía para la publicación comunista Red Trooper, y un comisario soviético le narró cómo tenían la intención de tratar a los Cosacos: "La curva revolucionaria se ha lanzado al primer rango de cosacos libres, que están empapados de muchos prejuicios, pero el maniobrar del Comité Central los fregará con un cepillo de fierro". Babel no expresa opinión alguna sobre las probabilidades de borrar exitosamente a los cosacos 'empapados de prejuicios', eufemismo de rabioso antisemitismo..." (Jewish Chronicle, ibid,)
A finales de los 20s y principios de los 30s, Babel era considerado uno de los talentos más notables en la literatura soviética. Hablando ante el primer congreso de escritores en 1934... hizo las esperadas manifestaciones de lealtad y devoción a la revolución, al gobierno y al estado. Hasta elogió el estilo literario de Stalin" (Jewish Chronicle, ibid)
En su cuento "The Rabbi's Son" (El hijo del Rabino), Babel pone los retratos de Lenin y del Rabino Moisés Maimónides uno junto al otro. Observa que los márgenes de los volantes comunistas están llenos de "versos hebreos."
El novelista siberiano Valentin Rasputin escribió en 1990; "Creo ahora que los judíos aquí en Rusia deberían sentirse responsables del pecado de haber llevado a cabo la revolución y de la forma que ésta tomó. Deben sentirse responsables del terror -- pues del terror que ocurrió durante la revolución y especialmente después de la revolución ... su culpa es grande. Fueron ellos los que perpetraron la campaña implacable contra la clase campesina cuyas tierras fueron brutalmente expropiadas por el estado y cuyos miembros fueron asesinados sin misericordia."
El biógrafo de Alexander Solzhenitsyn relata lo que era crecer como niño cristiano ruso entre los hijos de la elite comunista judía: "A la edad de diez años le fue arrancada la cruz que llevaba al cuello por Pioneros burlones y durante más de un año fue ridiculizado .... Como niño, Solzhenitsyn estuvo expuesto a estudiantes cuyos padres tenían un estatus oficialmente superior. La mayoría de los miembros de los Jóvenes Pioneros y de los movimientos Komsomol eran niños judíos, por lo menos en Rostov..." (Michael Scammell, Solzhenitsyn: A Biography, p. 64)
Según el servicio sindicado de noticias RNS (reimpreso en 'The Christian News' del 8 de enero de 1996. página 2), "Unos 200,000 miembros del clero (cristiano) fueron asesinados, muchos de ellos crucificados, sus cueros cabelludos arrancados, o fueron torturados de alguna otra manera durante los aproximadamente 60 años de gobierno comunista en la antigua Unión Soviética, informó una comisión rusa el lunes (27 de noviembre de 1995)... 40,000 iglesias (fueron) destruidas en el período entre 1922 y 1980..."
Éste es el más genocida de los movimientos políticos en la historia del mundo, que creó los campos de concentración más grandes, en los cuales millones de cristianos fueron sacrificados (sobre el tamaño del sistema Gulag de campos de concentración, leer KGB: the Inside Story por C. Andrew y O. Gordievsky, y el New York Times del 22 de octubre de 1990, p. 82. Ninguno de estos campos ha sido preservado para la posteridad. En su mayoría fueron destruidos hace mucho tiempo por brigadas militares especiales; cf. Michael Specter, "Cold Reminder" New York Times 3 de diciembre de 1994)
Este fue un movimiento manejado en sus rangos más altos por comunistas judíos y, sin embargo, el mundo permanece comparativamente silencioso acerca del holocausto y crímenes de guerra que este sistema enteramente kosher infligió, y de la identidad de las personas que fueron sus arquitectos.
Auschwitz está en la punta de toda lengua, pero ¿quién ha oído de Kolyma, Magadan, las islas Solovetsky y los demás centros infernales soviéticos de destrucción humana en la Siberia oriental? ¿Quién ha visto películas o leído libros acerca de los millones de seres humanos que trabajaron, se helaron y fueron muertos de hambre en la construcción del Canal del Mar Báltico al Mar Blanco, sobre el cual se erguía triunfante una estatua colosal del comunista y asesino en masa, el judío Gennkh Yagoda?
La época comunista judía de asesinatos en masa se ha esfumado de la historia en uno de los grandes actos de desaparición de todos los tiempos. Solamente engañadores experimentados con toda la prestidigitación de los más consumados magos del escenario pudo haber logrado tal golpe maestro contra el resto de la humanidad. El engañar a la humanidad enfocando en las víctimas judías casi todo sentimiento expiatorio, monumento, y conmemoración, y herrar con la Marca de Caín a los alemanes y sólo sobre los alemanes -- las meras palabras crimen de guerra y holocausto, como su marca registrada, debe ser considerada como uno de los logros más magistrales de guerra psicológica en los anales del ilusionismo.
El poder judío en occidente se ha expandido de manera conmensurable con la expansión de la propaganda del "Holocausto", como lo observa el autor israelita Moshe Leshem: Los israelitas y los judíos americanos concuerdan plenamente en que la memoria del Holocausto es un arma indispensable -- una que debe ser usada incansablemente contra su enemigo común ... así, las organizaciones y los individuos judíos se esfuerzan continuamente por recordar de ello al mundo. En América [los EUA] la perpetuación de la memoria del Holocausto es ahora una empresa de US$100 millones al año, parte de lo cual es financiado por el gobierno" (Bala-am´s Curse, p 228 [La maldición de Bala-am])
Esta es la razón por la qué Edgar Bronfman, multimillonario canadiense mercader del whiskey Seagram´s y presidente del poderoso Congreso Mundial Judío dice: "El creciente número de partidarios del revisionismo no puede ser pasado por alto. Debemos usar todo recurso para detener el revisionismo ahora, antes de que sea demasiado tarde."
La razón por la que debe detenerse es por ser la única fuerza que evita al pueblo elegido el completar la tarea que comenzaron en Rusia y Baviera, excepto que ahora están empleando medios intelectuales para alcanzar el mismo objetivo.
Considérese el hecho de que el pueblo que sufre el embate del odio y vituperio racial judío, el pueblo alemán, tiene una de las más bajas tasas de natalidad y una de las más altas tasas de aborto de cualquier nación del mundo. Muchos más alemanes mueren cada año que los que nacen.
Sin embargo, los auto-odiados alemanes no son los únicos objetivos de la corrosiva inculpación por las cámaras de gas. El Cristianismo Organizado (que más propiamente debería llamarse Iglesianismo) es hoy en día poco más que una enorme bandada de guajolotes, doblegándose, lambisconeando, y arrastrándose en busca de la aprobación y santificación judía. Su Salvador llamó a la dirigencia judía de su época "hijos de satanás" pero aquéllos que presumen hablar en nombre Suyo en estos días los tienen como santos y doctos del cosmos.
Solamente en ese profundamente falsificado mundo, empapado de fraude, pueden los medios publicitarios internacionales permanecer mudos cuando David Axelrod, tataranieto del sanguinario comandante del ejército rojo judío, León Trotsky, como parte de un grupo terrorista israelita "Kach", mató a balazos a una pareja de ancianos palestinos en noviembre de 1990.
Pero imagínese, si puede, el escándalo que habría ocurrido si un bisnieto de un criminal de guerra Nazi hubiera matado a tiros a una pareja turca en Alemania. Los lloriqueos, gemidos e interminables referencias al "Nunca se olvide" y "lecciones de la historia" que inundaría los televisores colectivos de todo el mundo como desecho de una fosa séptica, porque lo que se ve claro de esa doble moral es que las verdaderas lecciones de la historia no están siendo aprendidas, y la misma rememoración es rehén del diorama de la monomanía sionista.
Dieciséis millones de alemanes étnicos fueron, por la fuerza, expulsados de Silesia, Moravia y las regiones del Volga en los territorios orientales a finales de la Segunda Guerra Mundial. En este camino de lágrimas dos millones perecieron -- muertos a tiros, muertos de hambre, violados y apaleados. Pregunte en la calle si han oído o leído de esto y ni uno entre mil, ni uno entre diez mil le contestarán afirmativamente.
Las imágenes de vagones de ganado atestados de carga humana se reservan para las víctimas judías solamente. Los 800,000 mayormente chechenios musulmanes deportados por comisarios judíos y salvajemente empacados en vagones de ferrocarril para Kazakhstan, de los que un cuarto de millón murieron en el camino, no reúnen las normas de temática cinematográfica de Hollywood.
Las deportaciones en vagones para ganado afligieron a más de medio millón de cristianos estonios, letones y lituanos que fueron embarcados al Gulag. Un 12% de toda la población de los países bálticos fue deportada a Siberia o ejecutada por la Policía Secreta judía. ¿Quién sabe de eso? ¿A quién le interesa? ¿Quién trata de impedir que esta historia se repita? En lugar de eso, el presidente de Lituania emprendió una peregrinación al Centro Mundial de Conmemoración de la Shoa en Yad Vashem, a postrarse y pedir "perdón" por la participación de algunos de sus compatriotas en la persecución y asesinato de judíos en la Segunda Guerra Mundial, cuando fue su pueblo el que fue víctima de los asesinos comunistas judíos. Pedir perdón con toda humildad es obligatorio cuando se basa en la verdad. Hacerlo con base en testigos falsos con el fin de idolatrar a los fariseos es una burla a la justicia.
En la era Bolchevique el 52% de los miembros del partido comunista soviético eran judíos aun cuando los judíos formaban solamente el 1.8% de la población total (Stuart Kahan, The Wolf of the Kremlin, p. 81).
En seguida mostramos una lista de los principales asesinos, comisarios, espías, matones, y propagandistas comunistas judíos (sus alias se muestran entre paréntesis). Esta lista de ninguna manera es exhaustiva. El catalogar a todos los comunistas judíos implicados en crímenes requeriría de cientos de páginas.
Comunistas judíos
V.I. Lenin, supremo dictador.
Leon Bronstein (Trotsky): comandante en jefe del Ejército Rojo Soviético
Grigory Apfelbaum (Zinoviev): executivo, Policía Secreta Soviética.
Solomon Lozovsky: suplente del Ministro del Exterior Soviético
Maxim Wallach (Litvinov) Ministro del Exterior Soviético.
Yuri Andropov: director de la KGB Soviética, posteriormente supremo dictador de la Unión Soviética.
Jacob Sverdlov: primer presidente de la Unión Soviética. Sverdlov ordenó la masacre de la familia del Zar--mujeres e hijos-- en la ciudad nombrada en memoria de Catarina la Grande, Ekaterinburgo, (nombre que cambiaron a Sverdlovsk en 1924, en honor del asesino).
Jacob Yurovsky: comandante de la Policía Secreta Soviética. Yurovsky encabezaba el escuadrón de la muerte que ejecutó la orden de Sverdlov de asesinar a la familia del Zar, incluyendo la muerte a bayonetazos de las hijas del Zar. La casa Ipatyev en cuyo sótano había ocurrido la masacre, permaneció intacta hasta 1977, cuando el jefe local del partido Comunista en esa época, Boris Yeltsin, ordenó que se demoliera, no fuera a convertirse en un memorial de sentimiento anti-judío.
Lazar Moiseyevich Kaganovich: principal asesino en masa al servicio de Stalin, ordenó la muerte de millones de personas y la destrucción al por mayor de monumentos e iglesias Cristianas, incluyendo la gran Catedral de Cristo Salvador. Parado en los escombros de la catedral, Kaganovich proclamó, "La Madre Rusia ha sido derrumbada. Le hemos arrancado las faldas." (N.Y. Times, sep 26, 1995).
Mikhail Kaganovich: comisario suplente de industria pesada, supervisor de trabajo esclavo, hermano de Lazar.
Rosa Kaganovich: querida de Stalin; hermana de Lazar.
Paulina Zhemchuzina: miembro del Comité Central y esposa de Ministro del Exterior Soviético Molotov.
Olga Bronstein: funcionaria de la Cheka, Policía Secreta Soviética, hermana de Trotsky, esposa de Kamenev.
Lavrenti Beria. Beria fue asociado del partido de Stalin y su confidente, originario de la nativa Georgia de éste. En 1938 fue puesto a cargo de la temida NKVD. Beria fue el responsable de la infame masacre de Katyn, de soldados e intelectuales polacos cautivos. Beria estuvo también a cargo del sistema de prisiones Gulag, que envió a millones de personas al olvido. Beria era conocido por mandar a sus guardaespaldas a secuestrar niñas de escuela para poder violarlas en su oficina en Lubyanka, la cual también hacía las veces de cámaras de tortura .
Matvei Berman y Naftaly Frenkel: fundadores del sistema Gulag de campos de exterminio.
Lev Inzhir, comisario para el tránsito y la administración de los campos de exterminio Soviéticos
Boris Berman: oficial ejecutivo de la Policía Secreta Judía y hermano de Matvei.
K.V. Pauker: jefe de operaciones, Policía Secreta Soviética NKVD.
Finn, Rappoport, Kogan, Zhuk: comisarios de los campos de la muerte y trabajo esclavo, supervisó las muertes masivas de trabajadores durante la construcción del Canal entre el Mar Báltico y el Mar Blanco.
Genrikh Yagoda: jefe de la Policía Secreta Soviética, asesino en masa extraordinario. (el poeta judío Romain Rolland, ganador de Premio Nobel, escribíó un himno elogioso de Yagoda).
M.I. Gay: Comandante, Policía Secreta Soviética.
Slutsky y Shpiegelglas: Comandantes, Policía Secreta Soviética.
Isaac Babel: oficial, Policía Secreta Soviética.
Leiba Lazarevich Feldbin (Aleksandr Orlov): Comandante, Ejército Rojo Soviético; oficial, Policía Secreta Soviética. Feldbin fue jefe de Seguridad Soviética en la guerra Civil española. Supervisó la masacre de sacerdotes y campesinos católicos en España..
Yona Yakir: general, Ejército Rojo Soviético, miembro del Comité Central. Dimitri Shmidt: general, Ejército Rojo Soviético. Yakov ("Yankel") Kreiser: general, Ejército Rojo Soviético. Miron Vovsi: general, Ejército Rojo Soviético.
David Dragonsky: general, Ejército Rojo Soviético, Héroe de la Unión Soviética. Grigori Shtern: general, Ejército Rojo Soviético. Mikhail Chazkelevich: general, Ejército Rojo Soviético. Shimon Kirvoshein: general, Ejército Rojo Soviético. Arseni Raskin:Comandante Suplente, Ejército Rojo Soviético. Haim Fomin, Comandante de Brest-Litovsk, Ejército Rojo Soviético. Por lo menos cien generales Soviéticos eran judíos. (cf. Canadian Jewish News, Abril 19, 1989).
Muchos generales que no eran judíos tenían esposa judía. Entre ellos el Mariscal Voroshilov, el Mariscal Bulganin, el Mariscal Peresypkin y el General Pavel Sudoplatov (Sudoplatov asesinó a cientos de dirigentes cristianos, incluyendo al Arzobispo católico Ucraniano, Teodor Romzha). Esta "póliza de seguros" de contar con una mujer judía se extendía a miembros del Politburó, tales como Andrei Andreyev y Leonid Brezhnev.
Sergei Eisenstein: director de películas de propaganda comunista, que representaba a los campesinos cristianos (kulaks) como parásitos espantosos y avariciosos. Los kulaks fueron posteriormente masacrados. (Cf. ver, por ejemplo, Bezhin Meadow de Eisenstein).
KOMZET: comisión para el asentamiento de comunistas en Ucrania, en tierras expropiadas de cristianos asesinados; financiada por el empresario judío norteamericano Julius Rosenwald.
Ilya Ehrenburg, Ministro de Propaganda Soviética y diseminador de material de odio anti-Germánico desde los años 1930s. Ehrenburg instigaba al Ejército Rojo Soviético a que violara y asesinara civiles alemanes. Refiriéndose a mujeres alemanas, Ehrenburg se ufanaba ante las tropas del Ejército Rojo que avanzaban, "esa harpía rubia está a punto de pasarla mal."
En un volante dirigido a las tropas Soviéticas, Ehrenburg escribió: "...los alemanes no son seres humanos...nada nos da tanto gozo como ver los cadáveres alemanes" (Anatol Goldberg, Ilya Ehrenburg, p. 197). Goldberg admite que a Ehrenburg le "...habían siempre desagradado los alemanes...ahora que se libraba una guerra tornó sus viejos prejuicios en una ventaja." (Ibid., p. 193).
Otra publicación distribuida entre el Ejército Rojo; ésta cuando los soldados se acercaban a Danzig, fue descrita por un historiador: "Millones de volantes fueron lanzados desde el aire a las tropas con un mensaje redactado por el propagandista Ilya Ehrenburg y firmado por Stalin: "¡Soldados del Ejército Rojo! ¡Maten a los alemanes! ¡Maten a los alemanes! ¡Maten! ¡Maten! ¡Maten!" (Christopher Duffy, Red Storm on the Reich).
La dirigencia soviética reconoció que Ehrenburg buscaba el exterminio de todo el pueblo alemán (cf. Pravda 14 de abril de 1945). [Pravda se publicaba también en una edición en Yiddish, Einikeyt). Ehrenburg ganó la Orden de Lenin y el Premio Stalin. Dejó sus papeles en herencia al Museo del 'Holocausto' Yad Vashem en Israel.
Solomon Mikhoels: comisario de propaganda soviética. Propagandistas cinematográficos judíos: Mark Donsky, Leonid Lukov, Yuli Reisman, Vasily Grossman, Yevgeny Gabrilovich, Boris Volchok y Lillian Hellman (siguen transmitiéndose antiguas películas escritas por ella en la televisión estadounidense).
El propagandista soviético Yevgeny Khaldei, principal fotógrafo de la agencia Tass de noticias de Stalin, que escenificó la fotografía del izamiento de la bandera de la hoz y el martillo sobre el Reichstag de Berlín el 2 de mayo de 1945 y que, luego de tomarla, estaba siendo esperado por un avión especial para que lo llevara a un laboratorio en Moscú, donde la foto fue todavía más maquillada (el botín que aparecía en una de las muñecas del soldado soviético fue esfumada del negativo, y Khaldei agregó nubes y humo a la escena para darle un efecto dramático.) Khaldei continuó con su trabajo de principal propagandista soviético hasta su retiro de Pravda en 1972. Su propaganda comunista se exhibe orgullosamente en el Museo Judío de Nueva York y en el Museo Judío de San Francisco. Escribiendo en el New York Times, la escritora Vicki Goldberg se regocijaba del izamiento de la bandera soviética empapada en sangre, emblema de la carnicería efectuada contra millones de campesinos cristianos, describiéndola como "un símbolo nacional (y mundial) de triunfo, de justicia y de venganza." (31 de enero de 1997, p B-26).
El Comité Anti-Fascista Judío, nueva forma del YEVKOM bolchevique, conducto de reclutamiento para fondear, de la judería mundial, dinero, suministros e influencia política para la Rusia soviética, así como para diseminar propaganda de atrocidades mediante cámaras de gas (cf El Libro Negro).
Nikolai Bukharin: principal teórico de Lenin. Samuel Agursky: comisario. Karl Radek: miembro del Comité Central. Mikhail Gruzenberg (Borodin) comisario. A.A. Yoffe comisario. David Ryazanov, consejero de Lenin. Lev Grigorievich Levin: médico, envenenador de los enemigos de Stalin. Lev Rosenfeld (Kamenev): miembro del Comité Central.
Ivan Maisky: Embajador soviético en Inglaterra. Itzik Solomonovich Feffer: comisario de la Policía Secreta Soviética. Abraham Sutskever: terrorista-partisano soviético. Mark Osipovich Reizen: propagandista soviético, ganador de tres Premios Stalin. Lev Leopold Treppet: oficial de espionaje soviético.
Bela Kun (Kohen): dictador supremo de Hungría en 1919. Posteriormente Kun fue el principal terrorista de Stalin en Crimea. El que llegó a ser sucesor de Kun, Matyas Rakosi, comunista judío, asesino en masa de cristianos en Hungría. Según la agencia Jewish Telegraph del 14 de mayo de 1997, los judíos "... desempeñaron papeles clave para hacer entrar el gobierno comunista en Hungría. De hecho, durante la brutal opresión de principios de los 1950s, los cinco más altos dirigentes del régimen eran judíos."
Zakharovich Mekhlis: principal verdugo al servicio de Stalin. Henrykas Zimanas: dirigente de los terroristas comunistas lituanos, carnicero de cristianos.
Moshe Pijade (a veces deletreado Piade): comandante, Ejército Popular Comunista de Yugoslavia. principal carnicero de Tito, ejecutor de cientos de miles de cristianos croatas. Pijade sirvió después como presidente del Parlamento Comunista Yugoslavo Al menos dieciocho generales del Ejército Popular Comunista de Yugoslavia eran judíos. El partido comunista yugoslavo envió cargamentos masivos de armas a combatientes judíos en Palestina en los años 1940s.
En la Polonia de la post-guerra, la nación estaba completamente dominada por comunistas judíos: el torturador Jacek Rozanski, jefe de la Policía Secreta; el mandamás del Politburó, Jacob Berman; y los comisarios Minc, Specht (Olszewski) y Spychalski. Estos individuos asesinaron o deportaron a Kolima y demás campos de la muerte en el Ártico a decenas de miles de polacos católicos.
Según el investigador judío John Sack, "En 1945 muchos polacos percibían (y no sin razón) que quienes manejaban la Oficina de Seguridad del Estado eran judíos ... el jefe de la oficina era Jacob Berman, judío, y todos o casi todos los jefes de departamento eran judíos." Sack menciona que el 75% de los oficiales de la Policía Secreta Comunista en Silesia eran judíos. Observó que muchos judíos de la maquinaria del terror en Polonia cambiaron su apellido por apellidos polacos, como el General Romkowski, el Coronel Rozanski, el Capitán Studencki y el teniente Jurkowski (cf. John Sack, The New Republic, 14 de febrero de 1994, p. 6.) En este artículo Sack también refuta cierta deficiente investigación efectuada por Jonah Goldhagen, autor de Hitler's Willing Executioners [Los Verdugos Voluntarios de Hitler] quien, en la doble moral típica de la mentalidad judía, se rehúsa a aceptar el hecho probado de que eran judíos quienes dirigían la policía secreta polaca cuando, en cambio, afirma el mito racista de que la nación alemana entera fue culpable de genocidio. Sack hace un buen trabajo de probar que Goldhagen está equivocado con respecto a Polonia.
En Polonia, "... un número desproporcionado de comunistas eran judíos. En 1930, en su máximo, el 35% de los miembros del partido eran judíos. En organizaciones juveniles, la membresía judía era aún mayor, a la vez que comunistas de origen judío ocupaban la mayor parte de los puestos en el Comité Central. El comunismo atraía a algunos judíos porque se oponía más vigorosamente al antisemitismo que cualquier otro partido polaco... Los comunistas judíos alcanzaron su apogeo en los años inmediatamente siguientes a la Segunda Guerra Mundial, cuando la dirigencia del partido estaba totalmente en manos de la dirigencia de antes de la guerra, que aborrecía el antisemitismo." (Sheldon Kirshner, The Canadian Jewish News, 5 nov 1992, p. 16).
Desde luego, cuando uno encuentra el tema de judíos, comunistas y católicos de Polonia en los medios noticiosos de los poderosos o en las universidades hoy en día, observará que nunca se toca el asesinato masivo de católicos polacos a manos de comunistas judíos. En cambio, un ataque de poca monta contra judíos por campesinos polacos enfurecidos por el papel que desempeñaron los judíos en el terror comunista que ocurrió en Kielce en julio de 1946 y que se ha llegado a llamar el "pogrom de Kielce" se habría de convertir en un tema central de "discusión". El motivo del ataque no se menciona usualmente. En vez de ello, el campesinado católico se describe en términos de "malvados fanáticos" cuyo "odio ciego e irracional" hacia los "pobres judíos perseguidos" resultó en "todavía un nuevo martirio de los Elegidos de Dios"
Pero el Primado Católico de Polonia de esa época, el Cardenal Hlond, un valiente prelado, fiel a la tradición de resistencia cristiana ante la tiranía judía en Polonia, tan opuesto al filo judaísmo traidor del Pontífice actual, declaró que el ataque en Kielce ocurrió por resentimiento 'debido a los judíos que ahora ocupan los puestos dirigentes en el gobierno (comunista) de Polonia y que se empeñan en introducir una estructura gubernamental que la mayoría de los polacos no quieren tener." (ibid., Kirshner)
Como lo observa Piotr S. Wandycz de la Universidad de Yale, "El polaco promedio no podía dejar de notar en la era Stalinista que los dos hombres más poderosos en el país -- Berman y Minc -- eran ambos judíos, como lo era el temido oficial de seguridad Rozanski." (N.Y. Review of Books, 18 ago 1983, p. 51).
Con estos antecedentes, es interesante observar que el actual ocupante de la sede papal, el polaco Juan Pablo II, prestó su prestigio y su presencia a canonizaciones y conmemoraciones políticamente correctas de víctimas de los Nazis. Sin embargo, en ninguna parte expresó este Papa palabra alguna acerca de las masacres claramente judías de católicos polacos, católicos españoles, católicos croatas, católicos lituanos -- estaba demasiado ocupado en entonar la Shoah, en referirse a los herederos de los fariseos como "nuestros Hermanos Mayores en la Fe", en dar reconocimiento oficial a un estado israelita que aun muchos rabinos ortodoxos Haredi lo consideran una entidad blasfema y abominable, y en atacar al pueblo alemán describiéndolo como "la imagen de la bestia".
Salomón Morel: comandante de un campo de concentración para alemanes en Polonia, en la postguerra. Stalin deliberadamente puso a judíos a cargo de esos campos. Morel torturó y asesinó a miles de alemanes, algunas veces con sus propias manos (cf. "The Wrath of Solomon", Village Voice, 30 de marzo de 1993, y John Sack, "An Eye for an Eye"). Morel está cómodamente instalado en Tel Aviv. Sobrevivientes alemanes del campo comandado por Morel han pedido que se le trate como criminal de guerra, pero para los medios de comunicación de los poderosos y para los hipócritas grupos de "derechos humanos", el llevar a Morel a la justicia es simplemente un asunto de nula importancia. Después de todo, asesinó a alemanes indefensos, entonces ¿cuál es el problema?
Julius Hammer, doctor en medicina: abortista de Nueva York y cofundador del partido comunista estadounidense. Armand Hammer: recaudador de fondos y financiero de Lenin y Stalin, hijo de Julius. "El Partido Comunista era también el partido más judío de Estados Unidos. Por lo menos diecinueve por ciento de los miembros de la Young Communist League eran judíos y nunca menos del cuarenta porciento de su dirigencia" (Fuente: "Pakn Treger: From Yiddish Roots to the Frontier of Jewish Culture" Otoño de 1997, p. 18).
Lev Davidovich Landau: físico stalinista, padre de la bomba atómica soviética. Klaus Fuchs: ayudó a robar secretos de la bomba atómica para Stalin. Ruth Werner: coronela, de la GRU (Glavnoje Razvedyvatel'noje) — unidad de inteligencia del Ejército Rojo — ayudó a Fuchs. Julius y Ethel Rosenberg: robaron secretos de la bomba atómica estadounidense para Stalin. Morris Cohen (Peter Kroger): ayudó a los Rosenberg. Markus Wolf: jefe de la Policía Secreta Comunista alemana Stasi.
Howard Fast: propagandista comunista norteamericano de Stalin. David Dubinsky: aliado de Stalin, jefe del sindicato obrero estadounidense International Ladies Garment Workers Union. Nahum Goldmann, fundador del Congreso Mundial Judío, propagandista judío. Rabino Moses Rosen: agente del partido comunista Rumano. Victor Rothschild: mayor agente Británico de espionaje para Stalin.
Mark Zborowski: "... considerado por los historiadores de las operaciones terroristas soviéticas haber sido el más temido ... espía (soviético) de todos los tiempos" (Stephen Schwartz, Forward, 26 de enero de 1996). Zborowski, investigador médico, asesinó a un disidente con una naranja envenenada en el hospital administrado por soviéticos en París. Zborowski estuvo implicado en varios otros asesinatos en 1936 y 1937. En los años 1940s trabajó al mismo tiempo para el American Jewish Committee y la KGB. En los 1960s Zborowski trabajó como investigador médico en el hospital Mount Zion en San Francisco. Capacitó a numerosos psiquiatras y especialistas médicos en la región de la Bahía de San Francisco. Murió en 1990 (cf. The Strange Case of Doctor Zborowski and Monsieur Etienne" por Philippe Videlier, en Le Monde Diplomatique, diciembre de 1992).
De 1936 a 1939, cuando la "Brigada Internacional" de Stalin fue despachada a España para pelear contra los católicos, comunistas judíos componían la facción mayor de sus tropas, "Más de 40,000 voluntarios pelearon en la Brigada Internacional ... Un enorme número de voluntarios eran judíos: de 7,000 a 10,000 de los Internacionales en conjunto y más de un tercio de los que eran norteamericanos". El comunista judío Milton Wolff fue el último comandante del contingente norteamericano. El Rabino Hyman Katz se les unió a fin de atacar a los cristianos españoles. (cf. Jeffrey Sharlet, "Troublemakers" Pakn Treger, otoño de 1997, pp. 18 y 24)
Los comunistas masacraron a 6,549 sacerdotes españoles, 283 indefensas monjas y 13 obispos. "En Ciudad Real, en el centro de España, el obispo y cada uno de los sacerdotes de la diócesis fueron asesinados; ni uno solo se escapó." H. Carroll, 70 years of Communist Revolution, pp 184-185, 188-189. (También cf. Justo Pérez de Urbel, Catholic Martyrs of the Spanish Civil War [Kansas City, Missouri: The Angelus Press, 1993).
El agente de propaganda de Stalin en España fue el neoyorquino León Rosenthal.
El 16 de octubre de 1948, 50,000 comunistas judíos se juntaron en la Plaza Roja de Moscú para darle la bienvenida a la primera delegación de Israel en Moscú. Stalin apoyó el plan de partición de Palestina de1947, le dio un reconocimiento crucial al recientemente creado estado de Israel y votó en favor de la admisión de Israel a las Naciones Unidas.
En 1951 los partidos comunistas y marxistas ocupaban veintitrés curules en el Knesset Israelí. El sistema kibbutz era el movimiento más poderoso del país y los dirigentes más poderosos del kibbutz eran casi todos marxistas. El principal día de fiesta en Israel era el primero de mayo, celebrado con mítines, marchas, banderas rojas y canciones rojas.
Tan recientemente como en 1987, los israelíes estuvieron proporcionando a la KGB secretos de inteligencia estadounidense (cf. despacho de la UPI por Richard Sale, 13 de diciembre de 1987 y The City Paper [Washington, DC], 15 de enero de 1988). Jonathan Jay Pollard era parte de una banda así. El traidor británico y espía comunista Kim Philby fue ayudado a alcanzar puerto seguro en la Unión Soviética por la Mossad israelí (cf. Sunday Telegraph [Inglaterra], 16 abril, 1989). Esto era de lo más esperado pues el manejador de Philby de la KGB en Moscú era también judío.
El régimen comunista de Rumanía recibió trato favorable de los EUA durante años en asuntos de comercio exterior gracias a presión israelita en favor suyo en el Congreso (N.Y. Times, 18 de enero de 1992, p. 23). La noción de que el movimiento sionista judío era anticomunista es una falacia. La verdad es más compleja. Había una ala derecha y una ala izquierda dentro de sionismo. Los derechistas, como los terroristas Jabotinsky y Stern, tomaron un enfoque fascista. Los sionistas de izquierda como el "soy bolchevique" David Ben-Gurion admiraba el modelo soviético de poder judío y buscó incorporarlo como política económica del Estado de Israel.
"El chauvinismo nacional y racial es un vestigio de las costumbres misantrópicas características del período de canibalismo. El antisemitismo, como una forma extrema de chauvinismo racial, es el más peligroso vestigio del canibalismo... bajo la ley de la URSS, los antisemitas activos son merecedores de la pena de muerte." (Stalin, Collected Works, tomo 13, p. 30),
El Congreso Nacional Africano de Sudáfrica fue guiado por dos judíos comunistas, Albie Sachs, "uno de sus principales intelectuales" (Sunday Times de Londres, 29 de agosto de 1993) y Yossel Mashel Slovo (Joe Slovo).
Slovo nació en un shtetl en Lituania y creció hablando yiddish y estudiando el Talmud. Se unió al ala terrorista del CNA, el Umkhonto we Siswe, en 1961, y con el tiempo llegó a ser su comandante. Fue nombrado Secretario General del Partido Comunista Sudafricano en 1986. ("Joe Slovo" Jewish Chronicle, 13 de enero de 1995).
Slovo había sido el planificador de muchos de los ataques terroristas, incluyendo el auto bomba que mató a 19 personas y lesionó a muchas otras... Slovo, que había viajado muchas veces a la Unión Soviética, fue premiado con la medalla soviética en su cumpleaños N° 60... Slovo es un devoto comunista, un marxista leninista sin moral alguna; para él sólo cuenta la victoria, sea cual sea el costo en vidas humanas, cualquiera que sea el derramamiento de sangre ... Slovo poco disputa su imagen de ser el "autor intelectual comunista" que estuvo detrás de la lucha armada del CNA. Para él, los temores de los sudafricanos blancos son tanto una medición de la creciente fuerza del CNA como un factor crucial para apresurar lo que él considera que habrá de ser la victoria final, 'la violencia revolucionaria ha creado el impacto inspiracional que buscábamos, y le ha ganado al CNA su puesto destacado, dijo Slovo" ("Rebel Strategist Seeks to end Apartheid" Los Angeles Times, 16 de agosto de 1987, p. 14). Cuando la CNA de Nelson Mandela tomó el mando en Sudáfrica, Slovo fue nombrado Ministro de Vivienda.
Nelson Mandela hizo el saludo de puño cerrado frente a la bandera empapada de sangre de la hoz y el martillo del bolchevismo judío. Slovo, judío lituano de habla yiddish, fue Secretario General del Partido Comunista Sudafricano y director del ala militar del CNA, que perpetró numerosos bombardeos comunistas contra civiles blancos. Mandela fue elogiado como gran estadista por la Reina Isabel II de Inglaterra en su mensaje al reino, de la Navidad de 1996.
Cuando vemos estas repugnantes personalidades, que son solamente la punta del iceberg judío que fue el comunismo soviético, y que fueron responsables de la muerte de más de treinta millones de personas; cuando nos percatamos de que poco es lo se escribe de sus crímenes o se presenta en películas, comenzamos a darnos cuenta de que el enfoque exclusivo en los crímenes, reales o imaginarios, de los alemanes no es más que una función de la propaganda.
Si a los hechos acerca del holocausto llevado a cabo por judíos contra campesinos y cristianos de Rusia y de la Europa del Este se les diera publicidad masiva, la supuesta "maldad especial" de los alemanes quedaría expuesta como un fraude racista.
Las acciones alemanas durante la Segunda Guerra Mundial deben ser vistas en un vacío a fin de que el Nuevo Orden Mundial avance en sus objetivos encubiertos de supremacía judía.
Cuando las acciones Nazis se pongan en el contexto de los abominables crímenes contra los pueblos cristianos en Rusia y en la Europa del Este, el público comenzará a comprender que Hitler y los Nazis fueron una reacción, no obstante cuán desbalanceada o excesiva haya sido, al genocidio judío comunista contra millones de cristianos y campesinos del este de Europa.
Esta es la razón por la cual los hechos sobre el comunismo judío nunca deben documentarse en películas de Hollywood, discutirse en cursos universitarios o retratarse en revistas de noticias en estos tiempos. Esta es la razón por la que el libro de Malcolm Muggeridge, 'Winter in Moscow', crónica de un testigo del holocausto perpetrado por comunistas judíos contra cristianos, ha sido suprimido fuertemente.
En el Sunday Telegraph (Londres, Inglaterra: 18 de noviembre de 1990) se planteó la pregunta, "Por qué entonces nunca (Winter in Moscow) ha vuelto a publicarse? La respuesta puede estar en el manejo que hace Muggeridge de lo que en ese entonces se llamaba 'la cuestión judía' ... Winter in Moscow trata agudamente de los judíos ... Era, por supuesto, el caso de que un número desproporcionado de los primeros bolcheviques eran judíos y por consiguiente de comisarios y 'apparatchiki'... "
La Campaña por la Verdad Radical en la Documentación Histórica de estos datos prohibidos constituye la principal motivación de los intentos de supresión llevados a cabo por grupos de censura stalinista tales como la ADL (Liga Anti Difamación judía) y el Centro Simón Wiesental, Estas dos organizaciones habrían, si pudieran, hacer meter a la cárcel en Alemania, Francia o Austria a este autor por publicar la presente documentación. Ellas regularmente suministran "archivos de inteligencia" a aquellos gobiernos sobre escritores pro-cristianos y pro-alemanes. En 1995 se esforzó por ayudar en la acusación contra el escritor norteamericano Hans Schmidt, de 69 años, quien fue aprisionado en Alemania por publicar una carta de noticias en Florida. Estos censores judíos quisieran que se promulgaran leyes similares en todo el mundo, que resultaran en el encarcelamiento de más escritores e investigadores que se rehúsan a seguir la línea del partido o a adorar el becerro de oro.
El presentar el otro lado de la historia, el lado revisionista -- el darles voz a los millones de víctimas del comunismo judío -- es considerado "discurso de odio" por los vanidosos sionistas que para ellos mismos exigen el derecho de vomitar una diaria descarga de desagüe sobre la memoria de nuestros abuelos y demás ancestros. El defendernos contra la deshonra de nuestra herencia y de nuestros ancestros ciertamente no es odio, es el derecho de defensa propia contra una guerra psicológica.