lunes, 28 de julio de 2014

Se Planea un Sínodo Radical

Se Planea un Sínodo Radical para Octubre

El instrumentum laboris revela objetivos revolucionarios

por John Vennary

Publicado en el número de agosto 2014 de Catholic Family News enviado a la prensa el 25 de julio de 2014
Tomado de www.cfnews.org/page10/page96/radical_synod.html


Traducido del inglés por Roberto Hope

El Vaticano dio a conocer su instrumentum laboris para el próximo Sínodo de la Familia a verificarse en octubre. Este documento es un tedioso texto de 25,000 palabras.  Es un manuscrito enteramente conciliar. No hace mención de ningún documento del magisterio de la Iglesia que sea anterior al Vaticano II. Fuera de algunas citas de las Sagradas Escrituras, todas las referencias son a textos del Vaticano II o post-conciliares.

El documento contiene puntos buenos, importantes deficiencias y propuestas aterradoras. Las tres propuestas más radicales son:
  1.  Una nueva “solución pastoral” que permita a los divorciados y vueltos a casar a recibir la Sagrada Comunión;
  2.  Un nuevo “encauce pastoral” que permita el bautismo de hijos de parejas del mismo sexo, legitimando indirectamente esas uniones de esa manera.
  3.  Una re-definición de la ley natural en un “nuevo lenguaje”, que corre el riesgo de minar el total fundamento ético de la moral verdadera.
De hecho el instrumentum laboris del sínodo evidencia el actual triunfo de la Nueva Teología en el Vaticano, la misma teología que causó un desastre en el Vaticano II y sigue en su cami­no de destrucción hasta el día de hoy.

Detalles, detalles, detalles
Al leer el instrumentum laboris es fácil ser abrumado por la avalancha de detalles. El docu­mento enumera innumerables problemas y anomalías que afectan en estos tiempos la vida matrimonial y familiar. Pide demasiado – más que lo que jamás podrá resolverse aten­diendo cientos de particularidades dentro de un marco pastoral subjetivista. La solución verdadera exige principios generales fundados en la verdad objetiva, el magisterio inmutable de los siglos y la tradición escolástica de la Iglesia.

Como la Nueva Teología, sin embargo, está fundada en la inestabilidad modernista, el subje­tivismo y un fundamental anti-tomismo; estas soluciones reales probablemente nunca serán consideradas. El resultado de este sínodo será, por consiguiente, un continuo aggiornamento: más “nuevo lenguaje”, más experimentación, más confusión, más revolución.

Como lo observó el dominico, Padre Anthony Lee, en la época del Vaticano II, “El espíritu revolucionario muere lentamente, especialmente cuando puede asociarse sutilmente con una genuina reforma.”[1]

La razón de los excesivos detalles en el instrumentum laboris puede comprenderse cuando se ve cómo fue producido el documento: En noviembre de 2013, el Vaticano envió a los obispos de todo el mundo, a varias asociaciones, comunidades e individuos una encuesta sobre la enseñanza de la Iglesia.

Las 39 preguntas estaban clasificadas bajo nueve encabezados: 1) “Difusión de la Enseñanza sobre la Familia en las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia” (nótese que los dos únicos documentos de magisterio que se mencionan en esta sección son Gaudium et spes del Vaticano II y Familiaris consortio de Juan Pablo II), 2) “El Matrimonio Según la Ley Natural”; 3) “Atención Pastoral de la Familia en la Evangelización” 4) “Atención Pastoral en Ciertas Situaciones Matrimoniales Difíciles”; 5) “Sobre la Unión de Personas del Mismo Sexo”; 6) “La Educación de los Hijos en Matrimonios Irregulares”; 7) “La Actitud Receptiva de la Pareja Matrimonial hacia la Vida” (con un enfoque en Humanae Vitae); 8) “La Relación entre la Familia y la Persona”; 9) “Otros Retos y Propuestas”.[2]

Las respuestas que siguieron eran predecibles con respecto al estado actual de la vida matrimonial y familiar en la Iglesia post-Conciliar: total confusión; ausencia de una visión unificada, sobre-énfasis en las tendencias de la época, rechazo de la doctrina fundamental.

También hubo respuestas positivas de católicos que poseen una mejor comprensión de la fe, pero el cuadro general es de fragmentación, indiferencia, confusión e ignorancia de lo que concierne a la enseñanza moral de la Iglesia.

El instrumentum laboris refleja esta cacofonía de puntos de vista. Leemos de aquéllos que rechazan la doctrina de la Iglesia sobre el control de la natalidad porque lo ven como una intrusión de la Iglesia en su vida personal, también los hay que ven la práctica del control de la natalidad como un ejercicio de “paternidad responsable”. También se manifiestan la profu­sión de la cohabitación, de la vuelta a casar de divorciados, de la maternidad en adolescen­tes, de irregularidades canónicas, de parejas del mismo sexo que adoptan hijos. La lista sigue, sigue y sigue.

Como lo señaló la agencia Ansa News en su nota sobre el documento: “Muchos Católicos tienen dificultad para aceptar la doctrina de la Iglesia sobre el control natal, el divorcio, la homosexualidad, las parejas en amasiato, la infidelidad, el sexo pre-matrimonial y la fertilización in vitro” [3]

Se evidencia la ignorancia de la enseñanza moral de la Iglesia en afirmaciones recibidas de católicos divorciados y vueltos a casar que “se preguntan por qué los pecados de otros pue­den ser perdonados pero el de ellos no” [#92] [4]. Un ejemplo de uno de los puntos buenos del documento es que menciona que para la mayoría de las personas, lo que se considera “legal” se equipara con lo que es “moral”, y consecuentemente el surgimiento de leyes que minan el matrimonio y la familia confunden y desorientan a los fieles. [5] Hay afirmaciones preocupantes, que mejor dejaremos para después, con relación a las uniones de personas del mismo sexo.

Como se señaló arriba, es fatal descender a los miles de detalles contenidos en el instrumentum laboris. Cualquiera que tenga la fortaleza de leer el texto completo puede hacerlo, por tedioso que sea el ejercicio. [6]

Yo normalmente no me veo a la cara con el liberal Padre Thomas Reese, del National Catholic Reporter (NCR) pero se me hizo graciosa su observación de que: “Si la vida matrimonial es tan aburrida e infeliz como se describe en este documento, me alegro de ser célibe.” [7]

Pasaremos ahora a lo que considero las propuestas más radicales mencionadas anterior­mente, comenzando con una posible nueva “solución pastoral” para católicos divorciados y vueltos a casar.

Aggiornamento Matrimonial y Pastoral.
El instrumentum laboris contiene dos secciones que abren la puerta a un nuevo encauce. Hablando de católicos divorciados y vueltos a casar, el documento afirma: “... las respuestas y observaciones de algunas conferencias episcopales enfatizan que la Iglesia debe dotarse de medios pastorales que provean la posibilidad de que ella ejerza misericordia, clemencia, e indulgencia hacia nuevos tipos de uniones.”  [#93]

Más adelante, con respecto a los católicos divorciados y vueltos a casar que piden que se les dé la Sagrada Comunión, el documento dice: “En este respecto, algunos recomiendan consi­derar la práctica que siguen algunas iglesias ortodoxas, que, en su opinión abre un camino de carácter penitencial para un segundo y tercer matrimonio. “  [#95]

Tomados por sí mismos y considerados contra el resto del tonelaje verbal del documento, estos enunciados no parecen significar mucho. Es escandaloso, sin embargo, que obispos católicos puedan de hecho considerar adoptar una práctica de los ortodoxos que desafía la doctrina católica y las claras palabras de Nuestro Señor.

No obstante, la propuesta de comunión para los divorciados merece examinarse de cerca a la luz de las declaraciones escandalosas hechas en el consistorio de febrero, cuando el Cardenal Kasper argumentó la posibilidad de admitir a los divorciados y vueltos a casar a la Sagrada Comunión.

Un tremendo escándalo siguió al día siguiente cuando el Papa Francisco elogió públicamente a Kasper, por sus tóxi­cas propuestas, ante los demás cardenales del consistorio, de los cua­les se reporta que el 85% estaban marcadamente en desacuerdo con la osadía de Kas­per. [8] “Hallé una profunda teología y serenos pensamientos en teología, “ dijo Francisco, extasiado, de Kasper, “Esto es lo que yo llamo hacer teología de rodillas. Gracias, gracias” [9]

El padre Thomas Reese, del NCR. aludió a este episodio diciendo lo siguiente: “El Instrumen­tum Laboris también hace notar que 'algunos recomendaron considerar la práctica de algu­nas iglesias ortodoxas que, en su opinión, abre el camino de carácter penitencial para un segundo o tercer matrimonio.' " No menciona que el Papa Francisco esté entre los que están recomendando considerar la práctica de los ortodoxos.

En ese mismo tono, el Cardenal Lorenzo Baldiserri, Secretario del Sínodo de Obispos, dijo en su entrevista a Zenit del 27 de junio, “Con relación al modelo de los ortodoxos, está siendo sugerido como una propuesta en el instrumentum laboris y los Padres del Sínodo también discutirán esta propuesta.”

Esto equivale a abrir una discusión sobre si alguien que muere en pecado mortal sin haberse arrepentido puede ir al cielo. Es de fide del Concilio de Trento [11] que un matrimonio sacra­mental consumado es indisoluble. El padre Ludwig Ott enseña, “Del contrato sacramental del matrimonio emerge la Union Matrimonial, que une a ambos cónyuges en una indisoluble comunidad de vida para toda la vida!” [12]

Al igual que los cánones sobre el matrimonio, el Concilio de Trento proclama de manera infalible en el Canon 2, “Si alguien dice que es legítimo para los cristianos tener varias esposas al mismo tiempo y que eso no está prohibido por la ley divina (Mateo 19:4:f), que sea anatema.” [13]

Por lo tanto, no puede ser admitido a los sacramento ningún católico que esté divorciado y vuelto a casar y cuyo cónyuge original aun viva. Tal católico ha roto sus votos matrimoniales y, en el orden objetivo, vive en pecado mortal. Esta no es para los católicos una cuestión abierta, sino una verdad establecida solemnemente que se remonta a Nuestro Señor mismo, “quien se divorcie de su mujer y se case con otra comete adulterio.” (Lucas 16:18). Quienes viven en pecado no pueden recibir la Sagrada Comunión. La posibilidad de un tratamiento dife­rente no puede ser materia de discusión, aun bajo la engañosa rúbrica de un “nuevo encauce pastoral”.

¿Por qué entonces el Cardenal Kasper, el Cardenal Baldiserri y el Papa Francisco están con­siderando el modelo heterodoxo de los ortodoxos en vez de repetir la enseñanza solemne del infalible Concilio de Trento? ¿Por que no ahorrarse una enorme cantidad de tiempo y de moles­tia? ¿Por qué no evitar tremenda confusión y escándalo? ¿Por qué no reafirmar públicamen­te las verdades definidas de la fe católica sobre este punto, en vez de pretender que pueda haber algún otro punto de vista católico?

Como se demostró con la vorágine de respuestas al cuestionario del Vaticano, hay una igno­rancia masiva de la fe entre los católicos de ahora. Sin embargo, nuestros pastores parecen tener la intención de mantenerlos ignorantes con tal de promulgar nuevas “soluciones pasto­rales” que efectivamente desafíen la fe de todos los tiempos. Nuevamente cito al Padre Anthony Lee, “El espíritu revolucionario muere lentamente, especialmente cuando puede asociarse sutilmente con una genuina reforma.”

Probablemente no sea accidente que el instrumentum laboris no contenga referencias al Concilio de Trento, a Arcanum del Papa León XIII y a Casti Connubi de Pío XI, todos los cuales repiten la absoluta indisolubilidad del matrimonio. ¿No están los pastores de ahora aumentando el caos al rehusarse a reafirmar estas verdades básicas con todas sus conse­cuencias? ¿Qué dice esto de la calidad de nuestros guías como pastores? ¿Qué nos dice esto de su pretexto de querer actuar en forma verdaderamente pastoral?

Mesquino “No enjuiciamiento.”
Aun antes de que el Cardenal Kasper hiciera su imprudente propuesta, el entonces Arzobispo Baldiserri abrió la puerta a este nuevo encauce.  Como lo reportó el Vatican Insider del pasado 28 de noviembre el entonces Arzobispo Baldiserri, recién nombrado Secretario General del Sínodo de Obispos, dijo que el asunto de la comunión para los divorciados y vueltos a casar sería discutido “sin tabús." Baldiserri también dio a entender que el Sínodo pudiera encontrar una presunta solución, observando la práctica de los ortodoxos que permite a los divorciados volverse a casar en ciertas circunstancias.

Las repetidas alusiones a este tema por Baldiserri y el entusiasmo que el Papa Francisco mostró por la propuesta de Kasper garantiza que éste será un punto central de discusión en el sínodo de octubre.  De hecho, ya tenemos un esbozo de cómo va a resolverse el nuevo encauce.

El Instrumentum  Laboris, como ya lo mencionamos, pide “un ejercicio más amplio de misericordia, clemencia e indulgencia hacia las nuevas uniones.“ A lo largo del documento se nos pide un llamado tratamiento “no enjuiciante” ante varios tipos de uniones irregulares.  Parece, sin embargo, que cualquier sacerdote que prefiera la doctrina católica tradicional en vez de este nuevo encauce será aporreado de una manera inmisericorde, inclemente y nada indulgente:

A principios de julio el periodista Sandro Magister, especializado en noticias del Vaticano, relató el caso del Padre Tarcisio Vicario, párroco en la diócesis de Novaro, Italia, quien en un sermón reiteró la doctrina católica tradicional referente a la Eucaristía en el caso de divorciados y vueltos a casar. El obispo de la diócesis donde ejerce el Padre Vicario se enfureció de ese sermón. El Cardenal Baldiserri se sumó al subsecuente alboroto, calificando de irreflexivas las palabras de Vicario, calificativo difícilmente no enjuiciante.

En su sermón, el Padre Vicario expuso:  “Para la Iglesia, que actúa a nombre del Hijo de Dios, el matrimonio únicamente entre los bautizados es siempre un sacramento. El matrimonio civil y la cohabitación no son sacramento. Por consiguiente, aquéllos que se colocan fuera del sacramento [que anteriormente constituyeron] contrayendo matrimonio civil, viven en continuo adulterio.  No se trata de un pecado cometido una vez (por ejemplo un asesinato) ni de una infidelidad por descuido de hábito, en los cuales la conciencia nos llama al deber de reformarnos por medio de un sincero arrepentimiento y un verdadero y firme propósito de alejarnos del pecado y de las ocasiones próximas a él”

El Obispo de Novaro reaccionó con furia, caracterizando las palabras del Padre Vicario como “una ecuación inaceptable, aun cuando hayan sido introducidas como un ejemplo entre cohabitación y asesinato. El uso del ejemplo aun cuando hubiese sido escrito entre corchetes, prueba ser inapropiado y engañoso, y por ello errado.”

Sin embargo, nada hay de inapropiado en el sermón del Padre Vicario. Ël señaló simplemente la diferencia entre un pecado que pasa, no obstante cuán grave haya sido, el cual puede resolverse mediante la confesión, y la peor dificultad que es estar viviendo en pecado dentro de una relación continua. El Padre Vicario en efecto respondió a aquellos católicos divorciados y vueltos a casar que, según podemos leer en el Instrumentum Laboris, “se preguntan por qué los pecados de otros pueden ser perdonados, pero los de ellos no” 

Ahora el Cardenal Baldiserri Entra al Quite
Aun cuando Novaro está cerca de la frontera Suiza, a más de 600 kilómetros de Roma; aun cuando un prelado del Vaticano no tiene por qué meter sus narices en el asunto; aun cuando el Vaticano constantemente se hace de la vista gorda ante las innumerables andanzas de herejía, apostasía y escándalo que tienen numerosos sacerdotes por toda Italia, el Cardenal Baldiserri consideró de su incumbencia descalificar las palabras del Padre Vicario como “una insensatez; se trata de la opinión personal de un párroco que no representa a nadie, ni aun a sí mismo” (“una pazzia, si tratta di un’opinione strettamente personale di un parroco che non rappresenta nessuno, neanche se stesso.”) 

¿La llamada “opinión personal” del Padre Vicario no representa siquiera al propio Padre Vicario? Esto no es nada menos que un berrinche farfullado por Baldiserri en un acalorado arranque de furia.

Adicionalmente, las afirmaciones del Padre Vicario no son simplemente opiniones personales, sino la voz constante de la Iglesia. Por qué, entonces, gruñe y bufa Baldserri ante el catolicismo de Vicario, como vampiro ante un crucifjo? ¿Quién es el insensato en este caso? De entre los dos, es Baldisarro quien aparece como el que requiere de una celda acolchonada. No obstante eso, Baldiserrri es el prelado elegido personalmente por Francisco para ser la fuerza que guíe al próximo sínodo.

Creo que ya tenemos una perspectiva de cómo será la Iglesia después del sínodo de Francisco si la actual trayectoria continúa sin cambio, esperen ustedes ver sacerdotes fieles, que defienden la enseñanza íntegra sobre el matrimonio, ser atacados y humillados por el nuevo régimen de "¿quién soy yo para juzgar?”

Sobre las uniones antinaturales
La sección sobre homosexualidad del Instrumentum Laboris reitera, de hecho, ciertos preceptos de la enseñanza moral de la Iglesia, pero es aquí donde también vemos repetidos llamados a un tratamiento “no enjuiciante”. Vemos también la puerta siendo abierta para el bautismo de “hijos” de parejas del mismo sexo, legitimando indirectamente, de esa manera,  a este tipo de uniones.

Leemos en el párrafo #113: “Todas las conferenciash de obispos expresaron su oposición a 'redefinir' el matrimonio entre un hombre y una mujer con legislación que permita la unión de dos personas del mismo sexo. Las conferencias episcopales demostraron ampliamente que están tratando de encontrar un balance entre la enseñanza de la Iglesia sobre la familia y una actitud respetuosa, no enjuiciante, hacia la gente que vive en tal tipo de uniones."

Igualmente en el #115: “Las conferencias episcopales proporcionaron una diversidad de información sobre uniones entre personas del mismo sexo. En países donde existe legislación sobre uniones civiles, muchos de los fieles se expresan en favor de una actitud respetuosa y no enjuiciante hacia esa gente y un ministerio que busque aceptarlos.” [16]

Desafortunadamente, no se explica el término “no enjuiciante”, y eso sirve para alimentar la suposición secular de que el catolicismo es irrazonablemente “enjuiciante” con respecto a la homosexualidad. Sin embargo la Iglesia Católica sólo reitera las enseñanzas del Antiguo y del Nuevo Testamento, así como las enseñanzas de los santos, de los doctores de la Iglesia y de los padres de la Iglesia..

Los actos homosexuales son intrínsecamente malos; ningún conjunto de circunstancias podría jamás justificar estos actos, que son un grave pecado contra la naturaleza, grave pecado contra Dios, pecado mortal que lleva al alma al infierno por toda la eternidad si no se arrepiente de él, y es uno de los cuatro pecados que claman venganza al cielo. Muchos católicos modernos, y un gran número de jesuitas modernos temblarían de horror ante esta honesta reafirmación de la enseñanza moral de la Iglesia. Sin embargo la verdad no cambia. Como lo observó G.K. Chesterton, “Las falacias no dejan de ser falacias sólo porque se pongan de moda.”

En lo que respecta a “enjuiciar”. Sí, de hecho podemos juzgar que los actos homosexuales son pecaminosos (hasta el Catecismo de 1992 menciona el término “depravación grave”) [17], pero en cuanto a la culpa subjetiva del homosexual, no podemos juzgar, pues tales movimientos interiores del alma son conocidos por Dios solamente.

Así pues, como ya lo dijimos antes en CFN, {18] podemos juzgar acciones morales objetivas, sea que esas acciones se conformen con la ley de Dios o no, mas no podemos juzgar los motivos morales de la persona, [19] Esta simple pero crucial distinción no se encuentra en parte alguna del Instrumentum Laboris. Además, el término “no enjuiciante” es más un término contemporáneo que usan los medios para inflamar las emociones, es el lenguaje de las tendencias modernas, no tiene la precisión de la teología escolástico que ha resistido la prueba del tiempo.

Vale la pena hacer notar que no debemos ser excesivamente severos con aquéllos que luchan con tentaciones que no nos agravian. La Iglesia tiene apostolados dignos de ser notados, tales como Courage del Padre James Harvey, [20] que está dirigido hacia aquéllos que sufren de atracciones hacia su mismo sexo, y les ayuda a sobreponerse a estas tentaciones y pecados. Courage es un tratamiento católico y compasivo. No “celebra” el estilo de vida homosexual como lo hacen demasiados “Ministerios Católicos de Homosexuales y Lesbianas” (como los que pueden encontrarse en varias universidades jesuitas y otras que se dicen católicas, que organizan la celebración de “días de destaparse”): La página de Courage en Internet no muestra banderas con los colores del arcoiris. El apostolado ayuda a aquéllos que reconocen la homosexualidad como un desorden moral, que buscan sobreponerse a estos pecados y que viven una vida católica de gracia santificante.

¿Bautismo?
Mucho más puede decirse de la sección de “mismo sexo” del Instrumentum Laboris, pero por razones de tiempo, pasamos al punto final, que es el tratamiento que da el Instrumentum Laboris al bautismo de niños de parejas del mismo sexo.

Leemos en el párrafo #120: “Las respuestas recibidas se oponen claramente a toda legislación que pueda permitir la adopción de niños por personas que formen una unión del mismo sexo, pues ven un riesgo para el bien integral del niño, que tiene el derecho a tener una madre y un padre. Sin embargo, cuando personas que viven en tales uniones piden el bautismo del niño, casi todas las respuestas enfatizan que los niños deben ser recibidos con el mismo cariño, ternura e interés que se les da a otros niños.”

A esta ambigua sección sólo le falta alentar explícitamente el bautismo, pero el mensaje es claro. Se abre la puerta al bautismo de niños de “parejas del mismo sexo”. Esto no sólo constituye un mal uso del sacramento del bautismo, sino que va a legitimar aún más las uniones homosexuales y la nueva definición de “familia”.

El propósito del bautismo no es simplemente el llevar a cabo una ceremonia; es la entrada a la vida de la gracia santificante y el primer paso para ser criado en la fe católica. Esto incluye necesariamente la adhesión a todas las verdades dogmáticas y morales, y excluye el abandonar a un niño a una casa donde se siguen formas de vida inmorales como si fueran legítimas.

En su magnífica serie en cuatro tomos sobre Teología Moral y Pastoral, el Padre Henry Davis explica: “Es contrario al parecer de la Iglesia el bautizar a un niño que no va a ser criado como católico. Erróneamente se insiste en que el bautismo le dará gracia, el derecho al cielo, y quizás hasta lo conducirá a la fe católica.”  El Padre Davis continúa de esta manera: “Las mismas reglas dadas arriba son aplicables a los hijos de herejes, cismáticos, y católicos que han apostatado o se han vuelto herejes o cismáticos, ya que esos niños están expuestos seriamente al peligro de su perversión.” [22]

Estos principios católicos antes estaban reflejados en el derecho canónico. Como me lo dijo un sacerdote tradicional, “Los principios para la resolución de este caso vienen de los cánones 750 y 751 de la Ley de Derecho Canónico de 1917” que prohiben el bautismo de hijos de herejes, cismáticos y apóstatas. Así pues, aplicando estos principios inmutables, tales personas [las parejas de un mismo sexo] deben ser consideradas como apóstatas formales pues han rechazado formalmente la enseñanza de la iglesia sobre el sexo y el matrimonio, y esto aplica especialmente si han intentado un llamado “matrimonio” del mismo sexo. Por lo menos, esas personas deben ser consideradas pecadores públicos, ya que abertamente llevan una forma de vida que la Iglesia siempre ha considerado ser pecado grave. ¿No han considerado la ley moral de Dios los homosexuales (que adoptan esta forma de vida) y han respondido: “No serviré”?

Es cierto que la Iglesia algunas veces ha admitido al bautismo a hijos de apóstatas, herejes, etc. Eso ha sido cuando puede preverse que recibirán una educación y una formación verdaderamente católicas. Sin embargo, resulta obvio que las parejas de homosexuales viven desafiando la fe católica. Entonces, siguiendo las palabras del Padre Davis: “Estos niños [los criados por esta clase de uniones] están expuestos seriamente al peligro de perversión.”

Aun la “Instrucción sobre el Bautismo de Infantes” del Papa Juan Pablo II, del 20 de octubre de 1980, reitera este principio: “Debe asegurarse que el don así concedido (el bautismo) pueda crecer mediante una auténtica educación en la fe a fin de cumplir el verdadero significado del sacramento. Como regla general, esta seguridad debe ser dada por los padres o los parientes cercanos, aun cuando es posible que dentro de la comunidad cristiana se hagan varios tipos de sustituciones. Pero si estas seguridades no son realmente serias, puede haber base para retrasar el sacramento, y si ciertamente son inexistentes, el sacramento puede hasta ser negado.” [23]

Sin embargo, bajo el reinado del Papa Francisco, si puede creérsele al Intrumentum Laboris, ahora tenemos que la mayor parte de los obispos del mundo están abiertos al bautismo de niños de parejas del mismo sexo. ¿Cuánto nos hemos alejado de los principios que aun en las escuelas protestantes del antiguo Boston podían observarse: la ley de 1789 dice "Todo pueblo o distrito dentro de esta comunidad ... deberá ser provisto de un maestro de escuela o maestros de escuela de buena moral...” [24] ¿No debiera nuestro clero moderno exigir de los tutores católicos la buena moral que antes exigían las instituciones protestantes?

Finalmente, como lo hemos señalado, el bautismo de “hijos” de tales parejas no puede menos que interpretarse como una aprobación tácita de una forma de vida anti católica que es incompatible con cualquier concepto de verdadera crianza católica de los niños.

El hecho de que la mayoría de los obispos favorezca el bautismo en tales casos refleja la pobreza doctrinal de hombres que son producto de una formación mutilada o que se han dejado torcer hacia una desorientación modernista.

La advertencia del Papa Pío VIII nos viene a la mente inmediatamente. “Nada contribuye más a la ruina de las almas que los clérigos impíos, débiles o desinformados” [25] ¿Cuánto peor es cuando los clérigos impíos, débiles o desinformados son nada menos que la mayoría de los obispos?

Ley Natural y Nuevo Lenguaje.
El tema de la Ley Natural es un asunto mayor que lo que tenemos tiempo de cubrir en este número. Por lo pronto mencionaremos brevemente un punto.

El Instrumentum  Laboris señala que la mayoría de los católicos parecen no entender la Ley Natural. Sin embargo, no toca la causa de esta ignorancia. Los católicos no entienden la Ley Natural porque no les ha sido enseñada.

Esta deficiencia se debe a la extendida confusión relacionada con doctrina y moral que resultó del Vaticano II: los incontables “teólogos” heterodoxos que ahora infestan los colegios, universidades y seminarios católicos y que a pesar de ello siguen siendo considerados sacerdotes de buen crédito; el deprecio de la filosofía y de la teología tomista con la desaparición resultante de libros de texto escolásticos tradicionales, organizados y sistemáticos, sobre filosofía y teología, particularmente en las ciencias de la ética y de la teología moral.

De hecho, no puede uno entender la Ley Natural sin tener un conocimiento de la ética escolástica y del marco completo del tomismo tradicional.  Pero en vez de pedir un retorno a que se reafirme la precisión escolástica, la solución que proyecta el Instrumentum Laboris causará aún más confusión.

El documento propone: “El lenguaje que se utiliza tradicionalmente para explicar el término 'Ley Natural' debe mejorarse para que los valores del Evangelio puedan comunicarse a la gente de ahora en una manera más inteligible” [#30]  Ahí lo tenemos: más “nuevo lenguaje” para hablar al hombre moderno de una manera que sea inteligible para él.  Esta fue también la promesa del Vaticano II.

Todos sabemos que la supuesta “actualización” y “mejoramiento” del lenguaje católico tradicional se ha venido estableciendo como un principio de subversión desde la época del Concilio Vaticano II. El mismo Concilio se rehusó a utilizar la precisión del lenguaje escolástico y optó por un nuevo e impreciso “lenguaje pastoral”. [26] El concilio procedió a emitir documentos ambiguos que permiten tanto una interpretación liberal como una conservadora.  Lo que siguió fue un continuo terremoto en la Iglesia.

El rechazo del tomismo en el Concilio ocurrió gracias al triunfo de la “Nueva Teología”.  Una marca que define la Nueva Teología es su repugnancia al tomismo, un problema de fondo que ya venía gestándose desde antes del Concilio. El Papa San Pío X observó que la fobia al escolasticismo es una marca del modernismo.

Refiriéndose a la modernista Nueva Teología; el Padre Anthony Lee observó en la época del Concilio: “Para 1946, la destrucción de la filosofía escolástica y de la teología había adquirido proporciones de una cruzada victoriosa.” [27]  No obstante, los teólogos que libraron esta cruzada contra el tomismo fueron las mismas personas que Juan XXIII permitió que participaran como “peritos” en el Vaticano II, y así condujeran la dirección del Concilio y de la Iglesia hasta el presente. La progenie modernista del Concilio prepara ahora el Sínodo de Octubre que lleva escrito “aggiornamento continuo” por todas partes.

Si se les permite a los suministradores de la Nueva Teología que socaven la Ley Natural, lo destruirán todo.

Trataremos más de este tema en el próximo número.

Referencias:
[1] “Thomism and the Council”, Padre Anthony Lee, del libro Vatican II: The Theological Dimension, [Washington: Thomist Press, 1963] p. 743
[2] Documento Preparatorio: Retos Pastorales para la Familia en el Contexto de la Evangelización, Noviembre, 2013.
[3] “Synod Opens to Rethink Unwed, Divorce,” Ansa News, Junio 26, 2014
[4] Para aquéllos que no lo saben, para ser absuelto en confesión, debe uno hacer un firme propósito de enmienda contra el pecado. Para una pareja de divorciados y vueltos a casar, esto necesariamente exige su separación hasta que (de ser posible) el matrimonio pueda regularizarse legítimamente, o que lleven a cabo su separación permanente (o que vivan verdaderamente como hermano y hermana).
[5] La sección sobre el Internet, los Medios Sociales y la consecuente fragmentación de la familia está sorprendentemente bien hecha. [#68-69].
[6] El documento está accesible en la página de Internet del Vaticano – (y sí, ya leí el documento entero – JV).
[7] “Synod Working Paper is Boring and Joyless,” Thomas Reese, National Catholic Reporter Junio 27, 2014.
[8] “The Secret Consistory: What Happened?”, La Stampa, Marzo 14, 2014.
[9] Un resumen acerca de Kasper y el Consistorio, puede encontrarse en Catholic Family News, Abril 2014 pp. 6 & 7 (articúlos del Padre Brian Harrison y del Profesor Roberto de Mattei, respectivamente); y en la conclusión de “Traditional Catholics and Noah’s Nakedness,” pp. 16-17 en el mismo número.
[10] “Synod Working Paper is Boring and Joyless,” Reese (énfasis añadido).
[11] Sobre este punto, el Concilio de Trento, Sesión XXIV (Nov. 11, 1563) enseña de manera infalible: “El primer padre de la raza humana expresó la unión perpetua e indisoluble del matrimonio bajo la influencia del Espíritu divino cuando dijo “éste es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne. Por lo cual dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serén dos de una misma carne" [ Gen. 2:23 f.; cf. Eph. 5:31]. Pero acerca de que por esta unión sólo dos son unidos y atados uno con el otro, Cristo nuestro Señor habló más abiertamente al referirse a que esas últimas palabras fueron dichas por Dios. Él dijo: “Por lo tanto, no son dos sino una carne” [Mat. 19:6], e inmediatamente ratificó la fuerza de esta misma unión, pronunciada por Adán hace tanto tiempo, usado estas palabras: "Lo que por lo tanto Dios ha unido no lo separe el hombre" [ Mat. 19:6; Marco10:9.” Denzinger 969
[12] Fundamentals of Catholic Dogma, Padre Ludwig Ott [Rockford: Tan, republicado en 1974], p. 467 (énfasis añadido).
[13] Denzinger 972.
[14] “Church Should Take New Approach Towards Question of Communion for Remarried Catholics,” Vatican Insider, Nov. 28, 2014.
[15] El reporte en inglés de lo escrito por Magister apareció en la red en: 
http://the-hermeneutic-of-continuity.blogspot.com/2014/07/italian-parish-priest-deemed-crazy-for.html
[16] Énfasis añadido en ambas citas.
[17] Párr. 2357.
[18] “Judge Not”, J. Vennari, Catholic Family News, Marzo 2014.
[19] A menos que los motivos se nos digan abiertamente por la persona que comete estos actos.
[20] “Courage” es para aquéllos que sufren atracciones.del mismo sexo. “EnCourage” es para aquéllos que tienen un amigo, un ser amado, un miembro de la familia o un cónyuge que es homosexual. El grupo fue fundado por el Padre James Harvey, OSFS, y trata la homosexuality dentro de la tradición de la doctrina moral y práctica católicas. Courage está accesible en línea en http://couragerc.org
[21] Si el tiempo lo permite, comentaremos más sobre esta sección del Documento el més próximo.
[22] Moral and Pastoral Theology, Volume III, Padre Henry Davis, SJ [New York: Sheed and Ward, 1943], p. 52.
[23] Pastoralis action, “Instrucción sobre el Bautismo de Infantes,” Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Oct. 20, 1980, #28, (énfasis añadido ).
[24] Massachusetts School of Law, 1789, citado de The Story Killers, Dr. Terrence O. More, [Lexington, KY: 2014], p. 19 (énfasis añadido ).
[25] Traditi Humilitati, “Sobre Su Programa para el Pontificado,” Encíclica Inaugural del Papa Pío VII, Mayo 24, 1829.
[26] Los problemas inherentes al “lenguaje pastoral” fueron previstos por el Arzobispo Lefebvre aun antes que el Concilio principiara.  En una reunión con la Comisión Preparatoria, el Arzobispo Lefebvre propuso que el Vaticano II produjera dos conjuntos de documentos: un conjunto con la precision del lenguaje escolástico para los teólogos, y el otro en un lenguaje más simple (pastoral) para el hombre promedio. Los textos escolásticos precisos servirían de interpretación oficial de los textos pastorales. Esta propuesta fue aniquilada inmediatamente. El Arzobispo Lefebvre se dio cuenta de esta estratagema: "A los liberales y a los progresistas les gusta vivir en un clima de ambigüedad. La idea de clarificar el propósito del Concilio les molestaba excesivamente. Mi propuesta fue consecuentemente rechazada.I Accuse the Council, Marcel Lefebvre, rev. ed. [Kansas City: Angelus Press, 2009], p. 4.
[27] “Thomism and the Council,” p. 465.
[28] Por ahora, hasta el mes que entra, damos aquí una breve definición de la Ley Natural (también llamada la ley moral natural): La Ley Natural son “los juicios de razón universales, prácticos y obligatorios, conocibles por todos los hombres, que les obliga a  hacer el bien y evitar el mal, y que descubiertos por la recta razón forman la naturaleza del hombre considerada adecuadamente [o sea  entendida adecuadamente]”. Es “la participación en la ley eterna por la creatura racional; los dictados de la recta razón en lo concerniente a la ordenación necesaria de la naturaleza humana.” Dictionary of Scholastic Philosophy, Bernard Wuellner, S.J. [Milwaukee: Bruce, 1955], pp. 68-69. Esperamos cubrir más acerca de este tema en el número de septiembre.

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