lunes, 13 de abril de 2020

Apocalipsis del Coronavirus Ahora

Apocalipsis del Coronavirus Ahora

Por Fay Voshell
Tomado de:
https://www.americanthinker.com/articles/2020/03/coronavirus_apocalypse_now.html
del 29 de marzo de 2020
Traducido del inglés por Roberto Hope

Habiéndose enterado de que un periódico en los Estados Unidos había publicado prematuramente su obituario, clarificó el asunto escribiendo: "Los reportajes sobre mi muerte han estado demasiado exagerados."

Algunas cosas nunca cambian

Reportajes falsos abundan en tiempos de pánico nacional e internacional. Como lo señaló la Doctora Deborah Birx en su informe reciente sobre el coronavirus, resulta que el modelo inicial del Dr. Neil Ferguson sobre las muertes por el coronavirus estaba severamente exagerado. De entonces a acá el doctor ha dado marcha atrás a sus nefastas predicciones. Su retractamiento llega después de que muchos gobiernos ya habían adoptado medidas draconianas para proteger al público de sus escenarios de muerte y destrucción.

Aun cuando las buenas noticias fueron decepcionantes para los verdaderos creyentes que desean activamente que ocurra un apocalipsis Malthusiano, el resto de aquéllos que se han visto encerrados ven ahora un rayo de luz pasar por sus ventanas metafóricamente tapiadas.

La historia habrá de juzgar si el Dr. Ferguson hizo lo equivalente a gritar "fuego" en un teatro cerrado, pero su error pone en duda la utilización de modelos "científicos" semejantes como base de políticas públicas. Es legítimo cuestionar la utilidad de los modelos predictivos que se basan en la forma como el Dr. Ferguson y otros practican la ciencia.

Después de todo, hemos visto métodos y modelos "científicos" semejantes usados para justificar políticas que probaron ser peores que las condiciones que las produjeron.

La desastrosa política China de 'sólo un hijo' se basaba en un modelo científico Malthusiano que predecía que la sociedad entera se moriría de hambre si la población de China no se sacrificaba mediante el aborto y aun el infanticidio. Los resultados de esta política están a la vista hoy en día, cuando China enfrenta una insuficiencia de mujeres, un exceso de hombres solteros y una población que se ha hecho más vieja.

Los historiadores también recordarán la devastación causada por el Lysenkoismo. El Lysenkoismo fue de hecho una campaña política apoyada en el Lamarckismo, una filosofía evolucionista más adecuada a la propaganda comunista que la ciencia Mendeliana. Trofim Lysenko forzó un sistema de agricultura enteramente anti-científico sobre el pueblo de Rusia. La excéntrica teoría de "vernalización" iba supuestamente a producir cosechas sin precedente. El modelo fracasó rotundamente. Pero durante dieciseis largos años, la agricultura rusa estuvo condenada a sufir esas políticas pseudo científicas, hechas cumplr por medio de medidas draconianas impuestas por Stalin.

Todos los ejemplos anteriores se mencionan por no decir nada de los modelos pseudo científicos que tratan acerca de enfermedades, razas, etnicidades, criminalidad e inteligencia.

Todos los modelos pseudo científicos tienen un elemento en común. Esencialmente son hondamente relgiosos, siempre acompañados de escenarios del fin de los tiempos que incitan al público a tomar acciones fomentadas por el pánico y la desesperación. La utilización de matemáticas y gráficas agrega un aire de legitimidad a las predicciones apocalípticas, que son casi un duplicado exacto de los escenarios del fin de los tiempos que profetizan los líderes de muchos cultos. Esos profetas han utilizado versos bíblicos, numerología gnóstica, culpa, y miedo, para inducir pánico en sus seguidores, para que vendan todas sus posesiones, se pongan túnicas blancas, huyan a las montañas, o caven refugios subterráneos con la esperanza de sobrevivir como los elegidos que al final fueron salvados.

En un pánico inducido de forma semejante, hay aquéllos cuyos planes de perturbación se están poniendo en juego ahora, al tiempo que apelan a la "ciencia" y a su superior discernimiento moral; sabiduría oculta a nosotros, resto de los mortales. 

Nada hay más tentador para los tiranos en potencia que utilizar un pánico atizado al rojo vivo a fin de reforzar el control del estado. El uso de verdades parciales ─ nos queda claro que el virus es real ─ puede exagerarse y maquillarse con el fin de lograr fines nefastos. 

Desafortunadamente, el hecho de que el retorcimiento final de un sistema enfermo hecho a base de mentiras puede no obstante producir caos. A algunos ideólogos simplemente les encanta ver incendiarse las cosas. Algunos ven formas de beneficiarse del colapso de la sociedad. Otros ven la posibilidad de que pueda ser transformada fundamentalmente.

Aun cuando el coronavirus es real, y deben tomarse medidas sensatas para prevenir su propagación, quizás sea bueno escuchar una voz de Italia, epicentro actual de la plaga del virus. Italia, que desde ya hace mucho tiempo ha llevado un inestable flirteo con el comunismo, goza de unas cuantas voces que claman cautela conforme las medidas para contener el virus parecen cada vez más una toma de poder por el estado, digno de los bolcheviques.

El autor de una columna presciente que escribe con el pseudónimo  'Mundabor' dice:


"...me parece que, en Italia por lo menos, la emergencia se está mutando en paranoia. Tengo pocas dudas de que España y Francia pronto seguirán los mismos pasos, pues tienden a reaccionar de la misma manera. Sólo puedo esperar que la Gran Bretaña y los Estadon Unidos mantendrán una cabeza más sosegada, siguiendo una tradición flemática en tiempos de crisis. 
"Escuchen, la gente no se encierra, las fábricas no se cierran aun en tiempos de guerra cuando los bombarderos están volando arriba de sus cabezas. La decisión del primer ministro italiano Conte, de cerrar las fábricas a partir de ya, es precisamente un ejemplo de lo que no, nunca jamás (¡ni siquiera si tuviéramos los bombarderos enemigos arriba de nuestras cabezas!), se debe hacer.
Y agrega:
"El distanciamiento social está bien. El trabajar desde casa en la medida de lo posible está bien. El prohibir las reuniones masivas es algo que siempre se ha hecho por razones de orden público. Pero cuando se comienzan a cerrar fábricas y se condena al cierre todo establecimiento que no sea 'esencial', se está jugando con el mismo tejido social del país y haciendo que Italia se convierta en una próxima Venezuela
"La izquierda se levantará como ha sido siempre el caso cuando la miseria y la pobreza crecen. Esto resultará en una Primera Guerra Mundial hecha enteramente en casa, con los ciudadanos disparándose unos a otros en vez de recibir disparos del enemigo."
Las palabras de Mundabor deberían ponernos a reflexionar. Debemos considerar qué pasará si nuestra entera nación es cerrada. Debemos considerar que lo que está pasando en nuestro país va más allá de un intento de echar fuera a Donald Trump, y está mutándose rápidamente en una histeria que, si no se para, podría cambiar a tal grado nuestra nación entera, que acabará siendo irreconocible.

Como lo expresa Mundabor: 
"Conforme crece la histeria (que me temo que crecerá), Conte y los demás políticos no tendrán interés alguno en tratar de plantarse ante la sociedad, trazar una linea en la arena y decir que debe haber un límite a las medidas que se tomen para evitar la propagación del virus chino. Por el contrario, la tentación será de colocarse ellos mismos 'al frente del movimiento' y aparecer 'compasivos', aun cuando irresponsablemente destruyan las vidas de millones de personas y causen incontable sufrimiento en los años venideros."
La paranoia del coronavirus pone una opción ante los Americanos: Reavivar el monstruo Frankenstein progresivista/izquierdista, o inmolarlo por fin.

Esperemos que America elija esto último y no acceda a abrazar una visión ideológica que desde hace mucho tiempo ha descansado en mortales visiones de apocalipsis ahora, visiones que habrían de destruir las defectuosas pero redimibles instituciones y naciones de Occidente.

Mientras tanto, pido y espero que el pánico engendrado por un paradigma ideológico apuntalado por una pseudo-ciencia y con soportes filosóficos descarriados, por fin colapse y que comience una verdadera reforma y restauración.

Mientras tanto, aquéllos que son adictos a los escenarios de apocalipsis ahora harían bien en pensar sobre las palabras sabias que un profeta expresó sobre el tema verdadero hace miles de años:

No sabemos cuándo sucederá, pero cuando suceda, no nos pasará desapercibido.

Fay Voshell tiene una maestría en teología del Seminario Teológico de Princeton, que le confirió un premio de excelencia en teología sistemática. Sus pensamientos han sido publicados en muchas revistas en línea, incuyendo el Christian Post, National Review, RealClearReligion, Russia Insider y American Thinker. Uno puede comunicarse con ella en fvoshell@yahoo.com.

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