domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Guerra?

¿Guerra?

Por el Padre Ray Blake
Tomado de: http://marymagdalen.blogspot.mx/2014/11/war.html
Traducido del inglés por Roberto Hope

He cambiado la ilustración que encabeza este blog, de aquélla vista gris de uno de los contrafuertes de mi parroquia. Es realmente la inspiración del libro de los Macabeos en el oficio que estamos leyendo esta semana, tanto como cualquier otra cosa.

Pero sucede que, al momento, en la Iglesia se ha estado hablando mucho de guerra. No sé si esto ha estado pasando fuera de Inglaterra. Quizás sea el centenario de la Primera Guerra Mundial o que se está acercando el Día de la Recordación. Se ha hablado también de cisma, todo esto es un tanto ridículo; para los católicos o digamos, como creo que ahora debemos decir, para los 'católicos ortodoxos' no hay lugar a dónde ir, ni siquiera a Malta!

El nuevo espíritu del Relativismo es, como lo afirma el Papa Benedicto, “letal” para la Iglesia y para la fe. Lean solamente este pequeño extracto tomado del blog Eponymous Flower:

En Francia hay solamente 14,000 sacerdotes diocesanos. Cerca de la mitad son mayores de 75 años. Esto quiere decir que la situación es dramática. El dirigir una sola parroquia es de por sí un gran trabajo. En francia es “normal” que un pastor tenga que encargarse de una docena de parroquias. La celebración regular del Santo Sacrificio de la Misa es imposible en muchas de ellas. En la mayoría de las parroquias se celebra misa sólo ocasionalmente. En la diócesis de Langres, cada sacerdote debe encargarse de un promedio de 50 parroquias. En pocas palabras, la situación está casi resignada a una catástrofe espiritual. Los números de ordenaciones sacerdotales son también desalentadores. En 2009, sólo se ordenaron 89 sacerdotes diocesanos en toda Francia. Demasiado pocos para compensar la reducción originada por muerte de sacerdotes. Estos números parecen reportes de bajas en el ejército provenientes del frente. Está como para llorar.

Sin embargo, por fortuna hay noticias buenas y alentadoras provenientes de los seminarios de la tradición. Las comunidades y diócesis tradicionales están dando frutos. Aún más, sus seminarios están repletos, Es de esperarse, por lo tanto, que se abran mas seminarios en los que se siga el rito antiguo de la misa [ahora llamado extraordinario]. No hay peligro de que se queden vacíos, pues hay un fuerte interés por la tradición entre los creyentes jóvenes.

Francia abrazó la agenda relativista del “Espíritu del ...” más que cualquier otro país, con excepción, quizás, de Alemania. La Iglesia francesa, sin embargo, no tenía dinero para convertir a la comunidad de los fieles en un negocio eficiente, en el cual los obispos son Ejecutivos en Jefe de alta remuneración. Hay algunos lugares con brillo, como la más bien tradicional diócesis de Frejus-Toulon, que tiene tantas vocaciones como todas las demás diócesis de Francia juntas, excluyendo la de París. La otra esperanza para Francia son sus monasterios; éstos son con frecuencia grandes bastiones de ortodoxia; aquéllos que no lo son han ido desapareciendo. El movimiento no-relativista “La manif pour tous”, que ha sacudido al establishment francés y ha dado una nueva esperanza, está, en sí, influenciado fuertemente por el Cristianismo tradicional.

Lo que ha pasado en Francia pasará en el resto del mundo, quizás no con tanta rapidez o con tanta violencia, pero en un lapso de diez años, de seguirse la línea Relativista seguirán Europa y las Américas. Nueva York, por ejemplo, anunció esta semana el cierre/fusión de más de 100 parroquias. Esto va a pasar en todas partes, simplemente porque el Relativismo es letal, no es atractivo ni esperanzador; es atractivo para la gente de cierta generación, pero repele a la juventud.

A un general que participe en la guerra en la Iglesia, mi consejo es que espere, quizás rezar 'santo súbito', porque la 'solución biológica' resolverá la mayoría de los problemas, y más rápidamente que lo que la ley natural resuelve los que se producen cuando se rompe la ley natural. Mientras tanto, no sea que las tropas se vuelvan complacientes, redoblemos nuestros esfuerzos y usemos todos los medios que estén a nuestro alcance para 'convencer, reprender y exhortar' pues como le dice el Apóstol a Timoteo:

Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas.

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