viernes, 18 de abril de 2014

Veinticinco Errores Explicitos del Concilio Vaticano II. 1a

Veinticinco Errores Explicitos del Concilio Vaticano II
del comentario TWENTY-FIVE EXPLICIT ERRORS OF VATICAN COUNCIL II, por TIM, tomado de http://angelqueen.org/2013/12/30/o-council-where-is-thy-infallibility/
y traducido por Roberto Hope
Resaltados en letra negrita se muestran los conceptos erróneos contenidos en documentos del Concilio Vaticano II. Debajo de ellos se presentan algunas afirmaciones del magisterio anterior a dicho concilio y otras de santos y doctores de la Iglesia que las contradicen, así como algunos argumentos de recta razón del autor que los señala como errores.
Primera Parte — Lumen Gentium

  1. Esta Iglesia, constituida y organizada como una sociedad en el mundo actual, sigue existiendo (subsiste) en la Iglesia Católica, que es gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él. No obstante, muchos elementos de santificación y de verdad se encuentran fuera de sus confines visibles.Lumen gentium
    1. Otra causa que ha producido muchos de los males que afligen a la iglesia es el indife­rentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida por doquier, merced a los engaños de los impíos, y que enseña que puede conseguirse la vida eterna en cualquier reli­gión, con tal que haya rectitud y honradez en las costumbres. Fácilmente en materia tan clara como evidente, podéis extirpar de vuestra grey error tan execrable. Si dice el Apóstol que hay un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo, entiendan, por lo tanto, los que piensan que por todos los caminos se lleva al puerto de salvación, que, según la sentencia del Salvador, están ellos contra Cristo, pues no están con Cristo, y que los que no recolectan con Cristo, esparcen miserablemente, por lo cual es indudable que perecerán eternamente los que no tengan fe católica y no la guarden íntegra y sin mancha” — Papa Gregorio XVI Encíclica Mirari Vos.
    2. Si cualquiera afirmara que la condición de los fieles es igual que la de aquellos que aún no han llegado a la fe verdadera, sea anatema.” — Concilio Vaticano I
    3. Ni la fe verdadera ni la salvación eterna pueden encontrarse fuera de la Iglesia Católica; que ésta es la única arca de salvación” — Venerable Papa Pío IX Singulari quadam
    4. Todas las gracias que se dan a aquéllos que están fuera de la Iglesia se les dan con el propósito de que se incorporen a la Iglesia”. San Agustín
    5. Recta razón: ¿Pueden “elementos” de salvación salvar a alguien? ¿No tiene uno que cumplir todos los requisitos como Dios lo manda? ¿Basta con sólo “partes” de la verdad para la integridad de la fe Católica o se nos exige la totalidad de la fe como la Iglesia nos la enseña infaliblemente? Además ¿”constituyó y organizó” Cristo su iglesia como una “sociedad”? ¿No fue más bien como un Cuerpo – el Suyo propio, continuando (subsistiendo) en la tierra? Esto último ya había sido definido. En cambio Vaticano II lo contradice.
  2. Todos los hombres son llamados a esta unidad Católica que prefigura y promueve la paz universal, y de distintas maneras pertenecen a ella, o están relacionados con ella: Los fieles Católicos, otros que creen en Cristo y finalmente toda la raza humana, llamados por la gracia de Dios a la salvación.Lumen Gentium
    1. Es un error en materia de verdad divina imaginar que la Iglesia es invisible y que, por consiguiente, muchas comunidades cristianas, aunque difieran una de otra en la fe, estén unidas por una ligazón invisible a los sentidos”. Papa Pío XII
    2. No hay más que una Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual nadie puede salvarse.” Cuarto Concilio de Letrán Papa Inocente III.
    3. La Fe en Cristo no puede mantenerse pura e inadulterada cuando no está protegida y soportada por la fe en la Iglesia. La fe en Cristo y la fe en la Iglesia están unidas. Cualquier persona que se prive de unirse a la Iglesia y cualquier persona que se separe de ella, estarán lejos de poder esperar vida y salvación” – Papa Pío XI.
    4. Los herejes y los cismáticos están excluidos de la Iglesia porque se han separado de ella y pertenecen a ella tanto como un desertor pertenece al ejército que abandona” – Catecismo del Concilio de Trento
    5. Recta razón: Decir que la Iglesia Católica sólo “promueve” una paz universal que ella simplemente “prefigura” es declarar que esa paz no se estableció en ella desde un principio, y que de hecho ella no se ha encontrado a sí misma. Esto contradice una de las Marcas de la Iglesia que la define como Católica, o sea Universal. Afirmar que hay más de una manera de pertenecer a la verdadera Iglesia es destruir otra de sus Marcas, que es la de ser Una, o sea su unicidad.
  3. Los catecúmenos que, movidos por el Espíritu Santo, desean con una intención explícita ser incorporados a la Iglesia, se unen por esa mera intención a ella, con amor y solicitud, la Madre Iglesia los abraza como suyos”Lumen Gentium
    1. No basta con creer. Aquél que cree y no se ha bautizado, sino es sólo un catecúme­no, aún no ha adquirido completamente la salvación.” Santo Tomás de Aquino.
    2. Ahora bien, aun el catecúmeno que crea en la Cruz del Señor Jesús, pero a menos que sea bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, no puede recibir la remisión de sus pecados ni el don de la gracia espiritual”. — San Ambrosio
    3. Sin el sacramento del Bautismo, nadie es jamás justificado. Si alguien dice que el Bautismo es opcional, o sea que no es necesario para la salvación: sea anatema”. — Concilio de Trento
    4. Ni conmemoración ni cantos deben emplearse para catecúmenos que han muerto sin haber recibido el Bautismo”. — Concilio de Braga (regional)
    5. Recta razón: Es imposible “unirnos” a la Iglesia por nuestra “intención”. De la misma manera que es imposible tener Electricidad Por Deseo sin realmente conectar la clavija al enchufe. Y ningún catecúmeno puede estar “abrazado como suyo” por una Iglesia que les ha pedido que se salgan de Misa antes del ofertorio, como se hace aun ahora en misas Novus Ordo en todo el mundo (yo fui testigo de esto en una misa dominical en la catedral de Fort Worth). El Punto es: si “ya” estaban “unidos” y ”abra­zados como suyos” ¿por qué no se les deja quedarse? . Los que mueven los hilos de V2 se han auto-destruido con esto.
  4. Estos cristianos están de hecho unidos a nosotros de alguna manera real en el Espíritu Santo pues, por Sus dones y gracias, Su poder santificador está también activo en ellos, y Él ha fortalecido a algunos de ellos hasta el grado de que han dado su vida” — Lumen Gentium
    1. Sólo la Iglesia Católica es el Cuerpo de Cristo, del cual Él es la Cabeza y el Salvador. Siempre debemos recordar la unidad del Cuerpo Místico fuera del cual no hay salva­ción, pues no hay entrada a la Salvación fuera de la Iglesia. La Verdad, la gracia,los Sacramentos: todas las normas ciertas para nuestro camino a Dios vienen de la Igle­sia. La Iglesia Católica es la extensión de Jesucristo en el tiempo y en el espacio. Fue­ra de este Cuerpo, el Espíritu Santo no da vida a nadie. Aquéllos que son enemigos de la unidad no participan en la caridad de la vida divina; aquéllos que están fuera de la Iglesia no poseen al Espíritu Santo. Un Cristiano no debe temer nada tanto como el quedar separado del Cuerpo de Cristo. Si se separa del Cuerpo de Cristo, deja de ser uno de sus miembros y no se alimenta del Espíritu Santo.” Papa Pablo VI
    2. Si aquéllos que no desean estar de acuerdo con la Iglesia mueren fuera de la Iglesia, no pueden alcanzar los premios de la Iglesia.” Papa Pelagio II
    3. Nadie, aunque derrame su sangre en nombre de Cristo puede salvarse a menos de que permanezca dentro del seno y unidad de la Iglesia Católica.” Concilio de Floren­cia, Papa Eugenio IV
    4. Recta razón: El Espíritu Santo no puede reconocer miembros del Cuerpo al cual Él le da vida, que difieran en la fe, en los sacramentos o en el sometimiento a la autoridad espiritual, pues “'El no puede negarse a Si mismo” (II Tim. 2:13). El Espíritu Santo no puede santificar con la misma gracia a almas que estén dentro o fuera del Cuerpo de Jesús. Se afirma que algunos han derramado su sangre por Jesús, pero no puede decirse que esto haya venido de la fuerza del Espíritu Santo, pues lo que están defen­diendo es el “derecho” de promover el error. Si verdaderamente amaran a Jesús tanto para morir por él, habrían estado cumpliendo sus mandamientos (Jn. 14:23), uno de los cuales es el de ser miembro de Su Iglesia y recibirlo en la Santa Comunión.
  5. ... el Cuerpo episcopal, que sucede al Colegio de los Apóstoles en el magisterio y en el régimen pastoral, más aún, en el que perdura continuamente el Cuerpo apos­tólico, junto con su Cabeza, el Romano Pontífice, y nunca sin esta Cabeza, es tam­bién sujeto de la suprema y plena potestad sobre la Iglesia universal, si bien no puede ejercer dicha potestad sin el consentimiento del Romano Pontífice.” Lumen gentium
    1. la Iglesia Romana, por disposición del Señor, posee el principado de potestad ordina­ria sobre todas las otras, y que esta potestad de jurisdicción del Romano Pontífice, que es verdaderamente episcopal, es inmediata. A ella están obligados los pastores y los fieles, de cualquier rito y dignidad, tanto singular como colectivamente, por deber de subordinación jerárquica y verdadera obediencia ...de modo que, guardada la uni­dad con el Romano Pontífice, tanto de comunión como de profesión de la misma fe, la Iglesia de Cristo sea un solo rebaño bajo un único Supremo Pastor. Esta es la doctrina de la verdad católica, de la cual nadie puede apartarse sin menoscabo de su fe y su salvación.” Concilio Vaticano I Constitución Dogmática Pastor Aeternus
    2. Seria apartarse de la verdad y contradecir abiertamente a la constitucion divina de la iglesia, el pretender que cada uno de los obispos considerados aisladamente deban estar sometidos a la jurisdicción del romano pontífice pero que todos los obispos con­siderados en conjunto, no deban estarlo” León XIII Satis Cognitum
    3. Recta Razón: Jesucristo nombró a uno solo de sus apóstoles cabeza de su Iglesia; no a los doce. El que la cabeza consienta a cederle la suprema y plena potestad al cuer­po episcopal equivale a una abdicación de su responsabilidad, semejanto a la de Pila­tos cuando se lavó las manos dejando que fueran los judíos quienes crucificaran a Jesucristo.
  6. Los Musulmanes, junto con nosotros adoran al único Dios Misericordioso.” Lumen Gentium
    1. La Iglesia Católica enseña que Dios no puede ser verdaderamente adorado salvo dentro de su seno” — Papa San Gregorio Magno
    2. Solamente la Iglesia Católica preserva la adoración verdadera” Papa Pío XI
    3. Un adorador verdadero es uno cuya mente no ha sido contaminada con alguna cre­encia falsa” Papa León Magno
    4. Recta razón: Nadie puede adorar “junto con nosotros” a un Dios en que él no cree (la Santísima Trinidad). Nosotros no podemos adorar “junto con ellos” una deidad en que no creemos (que permite, por ejemplo, tener cuatro esposas, como lo dice el Korán). Nadie puede adorar “junto con nosotros” si no comparte la única fe verdadera. El Islam enseña que Jesús no es Dios y que en Dios sólo hay una persona; entonces ellos no creen en el Dios que nosotros adoramos. Por lo tanto, de ninguna manera pueden ellos adorar “con nosotros” a nuestro Dios. Ningún hombre puede adorar de modo alguno a un Dios en el que no cree, pues la Ley de la Oración es la Ley de la Creencia y viceversa. Si ellos creen en una deidad de una sola persona, eso es lo que ellos adoran, y de ninguna manera pueden “con nosotros” adorar a la Santísima Trini­dad, o a la Segunda Persona, que es un ser humano como nosotros en todo menos en el pecado y en que a la vez es Dios.
  7. quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna” Lumen Gentium
    1. Confieso que el Señor dará por un muy justo castigo al fuego eterno e inextinguible a los malos que ya sea porque no sabían por Cristo o que, sabiéndolo, lo abandonaron por diversas transgresiones; para que ardan sin fin.” Papa Pelagio I
    2. La gracia salvadora de esta religión, la única religión verdadera, sólo a través de la cual está prometida realmente la verdadera salvación, nunca ha sido negada a nadie que fuera digno de ella, y quienquiera que careciera de ella era indigno de ella. Conse­cuentemente, aquéllos que no han oído el Evangelio y aquéllos que habiéndolo oído se han rehusado a venir a Cristo,o sea a creer en Él, todos éstos han perecido a su muerte; todos van en un solo montón a su condenación” San Agustín
    3. Es un error creer que existe una justicia natural por la cual, por las buenas obras y sin otra consideración, se prometa a los justos la vida eterna.” Papa San Pio V, bula Ex omnibus afflictionibus
    4. Actos que nazcan de la bondad natural tienen sólo la apariencia de virtud, no pueden por sí mismos durar ni pueden ameritar la salvación” Papa San Pío X
    5. Aquél que está separado del cuerpo de la Iglesia Católica, no obstante cuán digna de mérito pueda aparecer su conducta en otros aspectos, nunca gozará de vida eterna” Concilio de Cirta (regional)
    6. Pues ésta es la vida eterna: que puedan conocerte, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado” (Juan 17:3)
    7. Recta Razón: Este error presupone que un hombre de buena voluntad puede pasar limpio a la muerte sin encontrar la verdad. Esto ha sido contradicho por tantos Conci­lios y Papas y por la Sagrada Escritura, que no pueden catalogarse todos en este comentario, y va directo en contra de la Justicia y Misericordia divina (1 Tim. 2:4). Este error pone a la conciencia del hombre por encima de la voluntad de Dios y hace a Dios mis­mo incognoscible. Este error afirma que Dios dará su gracia para ayudar a un hom­bre a llevar una vida buena pero no la dará para ayudar a ese hombre a encontrar a Dios y a su única Iglesia verdadera.
  8. Ni negará la Divina Providencia la asistencia necesaria para la salvación a aquéllos a quienes, sin culpa propia, todavía no han llegado a tener un conocimiento explíci­to de Dios, y que, no sin gracia; luchan por llevar una buena vida.Lumen Gen­tium
    1. No parece necesaria con necesidad de medio sino la fe en un solo Dios, pero no la fe explícita en el Remunerador.” Error condenado por el Papa San Inocente XI
    2. "Parecería que el hombre no está obligado a creer en nada explícitamente, pues nin­gún hombre está obligado a hacer lo que no está en sus facultades. Por el contrario, está escrito que 'Aquél que viene a Dios debe creer que Él existe, y que es un Remu­nerador para aquéllos que lo buscan' (Heb. 11:6). Por lo tanto, en lo que toca a los puntos primarios de los artículos de fe, el hombre está obligado a tener Fe. Tanto los hombres letrados como los hombres sencillos están obligados a una fe explícita en los misterios de Cristo, principalmente aquéllos proclamados y observados por toda la iglesia." Santo Tomás de Aquino
    3. La ruina de las almas es producida por esta sola causa: la ignorancia de estas verda­des tan sublimes, tan alejadas del entendimiento natural de las multitudes, las cuales no obstante deben ser conocidas por todos los hombres a fin de que puedan alcanzar la salvación eterna. Mantenemos positivamente que la voluntad del hombre no puede ser recta, ni su conducta buena, mientras su intelecto sea esclavo de crasa ignoran­cia. Esto afirmamos solemnemente: la mayoría de aquéllos que son condenados al castigo eterno caen en este perdurable infortunio por su ignorancia de los misterios de la Fe que deben necesariamente ser conocidas y creídas por todos los que pertene­cen a los Elegidos.” Papa San Pío X
    4. No obstante lo digna de elogio que en su propia opinión pueda ser su vida, quienquie­ra que esté separado de la Iglesia Católica, no habrá, por esta misma razón — que al mismo tiempo esté separado de la unidad de la Iglesia — ver la vida; más bien la ira de Dios caerá sobre él. En la Iglesia Católica hay tanto buenos como malos, pero aquéllos que están separados de ella no pueden ser buenos. Pues, aun cuando lo que dicen algunos de ellos parezca elogiable, empero su misma separación los hace malos de acuerdo con Nuestro Salvador 'Aquél que no está conmigo está contra mí' (Mt 12:30).” San Agustín
    5. Recta razón: Es ilógico sugerir que Dios en su Divina Providencia no le negará la ayu­da necesaria para salvarse a aquéllos que carecen del conocimiento explícito de la Fe única y verdadera si simultáneamente les niega la ayuda de este mismo conocimiento. El que el Vaticano II explícitamente lo sugiera es irrefutable. Pero el hecho es que, si este párrafo y el N° 7 huberan sido traducidos del latín con exactitud (y al menos yo no he visto que se haya hecho esto por editor o traductor alguno) podría haber sido acep­table: Aquí va: 'Aquéllos que sin falta de su parte, no conocen el Evangelio de Cristo, o de Su Iglesia, pero que sin embargo buscan a Dios con un corazón sincero y, movidos por la gracia, tratan en sus acciones hacer la voluntad de Él, de la manera como la conocen a través de los dictados de su conciencia — PUEDE QUE ellos también alcancen la salvación eterna. Ni la Divina Providencia habrá de negar la ayuda nece­saria para su salvación a aquéllos que, sin falta propia, AÚN NO han llegado a un conocimiento explícito de Dios y quienes no sin la ayuda de la gracia luchan por llevar una vida buena. Lo que sea de bueno o de verdad que se encuentre en ellos es consi­derado por la Iglesia como una preparación para el Evangelio, dada por Aquél que ilu­mina a todos los hombres para que A LA LARGA tengan vida'. El modo subjuntivo del latín está aquí explícito, denotando incertidumbre, duda, condi­ción futura, potenciali­dad, y es cuestionablemente dudoso. Las palabras de que Dios “no habrá de” negar­les la gracia a tales hombres (a aquéllos que “aún no” están en la Iglesia), como “pre­paración” para la Fe, para que al fin, “a la larga” PUEDE QUE tengan vida, etc. indican claramente una potencialidad futura. Si luego la frase “PUEDE QUE ellos obtengan la salvación (“ellos pueden obtener la salvación” en el “Credo” del Papa Pablo VI en el cual él está citando al Vaticano II) se toma en su obvio sentido futuro, ningún católico lo cuestionaría para nada. De manera interesante, Lumen Gentium N° 16 termina con la estipulación infalible: “Cuantos crean y sean bautizados serán salvados, y cuantos no crean serán condenados” (Abbot, p.35; Flannery p.368).

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