LA FE EN EUROPA
Conferencia dictada por el Dr. John
Dudley el 4 de abril de 2013 en el Fisher More College de Fort Worth, Texas.
Fuente:
http://angelqueen.org/2014/03/05/the-talk/
Traducido al español por
Roberto Hope
El tema de esta noche daría material
para un libro entero, pero en el tiempo que dispongo sólo puedo dar un
bosquejo de algunas de las características más sorprendentes del
estado actual de la fe en Europa. Me pareció mejor pintar primero un
cuadro general de la situación y luego tratar de hacer un análisis
de las causas de esta situación.
PARTE I
CREENCIA EN DIOS
Al hablar de la fe en Europa, la
primera pregunta que debemos hacernos es probablemente ¿cuántos europeos creen que hay un
Dios? La encuesta Eurobarometer del 2010, llevada a cabo por la Unión
Europea, mostró que el 51% de los europeos creen que hay un Dios.
Otro 26% creen que existe un espíritu o fuerza de vida, y el 20%
creen que no hay un Dios ni clase alguna de espíritu o fuerza de
vida. En la República Checa sólo el 16% de la población cree que
hay un Dios, en Estonia el 18%, en Inglaterra el 37%. Es de notar que
de los diez países donde más del 50% de la población cree en Dios, todos son países predominantemente católicos u ortodoxos. Por
consiguiente, puede decirse que todos los países que fueron
anteriormente protestantes son ahora países ateos. Los tres países
predominantemente Ortodoxos, a saber: Rumania, Chipre y Grecia,
tienen la tasa más alta en Europa de creyentes en Dios; la excepción
católica entre los de mayor creencia en Dios es Malta.
Según la encuesta Eurobarometer del
2006, el 46% de los europeos piensan que “el lugar que ocupa la
religión en nuestra sociedad es demasiado grande.”
En 2010 Eurobarometer descubrió que,
al pedir que se escogieran tres de una lista de doce “valores”,
sólo el 6% incluyó la religión entre sus tres valores principales.
Los valores más importantes señalados, en orden de importancia,
para los europeos son la paz, los derechos humanos, el respeto a la
vida humana, la democracia, el estado de derecho, la libertad
individual, la igualdad, la tolerancia, la solidaridad, la
auto-realización, el respeto a otras culturas y, en último lugar,
la religión
Ahora paso a la ASISTENCIA A MISA
Si queremos hablar de la fe en
Europa, otro de los indicadores más obvios debe ser la asistencia a
Misa los domingos. Aquí las cifras hablan por sí solas. Ha habido
una caída dramática en la asistencia a Misa los domingos en los
países europeos en los últimos cincuenta años. Por ejemplo, en
España, el número de aquéllos que se dicen católicos y van a misa
en domingo cayó del 44% en 1980 al 34% en 1990, al 30% en 1995 y al
19% en el 2005. En Alemania en 1980 el 35% de los católicos dijeron
que iban a misa los domingos, en 1990 el 30%, en 1995 el 27% y en
2005 el 22%. En Holanda en 1980 el 36% de los católicos dijeron que
iban a Misa los domingos, en 1990 el 30%, en 1995 el 19% y en 2005 el
7%. Además de eso el número de personas que declaran ser católicos
también ha caído de manera dramática.
No hay un solo país en Europa donde
la asistencia a misa los domingos haya aumentado.
Otro reflejo de la fe pudiera ser el
número de sacerdotes que ha dejado su ministerio.
SACERDOTES QUE HAN DEJADO SU
MINISTERIO
En 2006, 49,631 parroquias en el
mundo carecían de un sacerdote residente. A pesar de que el número
de católicos en el mundo casi se duplicó entre 1970 y 2008,
subiendo de 653 millones a 1,166 millones, el número total de
sacerdotes cayó de 419,728 a 409,166. Esto significa que la relación
de fieles a sacerdotes casi se ha duplicado en los últimos 40 años.
En base a las estadísitcas que las
diócesis envían al Vaticano, de 1964 a 2004, 69,063 sacerdotes
dejaron su ministerio y 11,213 sacerdotes volvieron a su ministerio,
haciendo un neto de 57,850 sacerdotes que dejaron su ministerio y ya
no volvieron. Esto equivale a un promedio anual de 1701. El número
de sacerdotes que han dejado su ministerio sigue siendo de más de
mil por año. En promedio, los sacerdotes dejan su ministerio después
de 13 años y esperan, en promedio, otros diez años antes de
solicitar al Vaticano que los devuelva al estado laico. De aquéllos
que piden dispensa de sus deberes sacerdotales, el 50.2% ya han
contraído un matrimonio civil, el 14.5% están en situación de
cohabitación y el 35.2% vive solo.
Un considerable número de
ex-sacerdotes son aceptados por los obispos para desempeñar labores
eclesiales. Tambén hay asociaciones de sacerdotes casados que
ofrecen servicios sacerdotales a fieles que se hallan en una
situación irregular y no pueden usar los servicios de sacerdotes
legítimos. Un número de sacerdotes casados ofrecen también
servicios a grupos protestantes y a otras sectas.
Si comparamos con la situación
anterior al Concilio Vaticano II, podemos observar un gran cambio. De
1914 a 1962, un total de 810 sacerdotes solicitaron su laicización a
la Congregación para la Doctrina de la Fe. Eso da un promedio de 17
por año, y de esas solicitudes al 61% le fue negada. Pero de 1964 a
1988 un total de 44,890 sacerdotes solicitaron su retorno al estado
laico, o sea un promedio de 1870 por año, y solamente al 8% le fue
negado.
El número total de Católicos en
Europa es de cerca de 280 millones, comparado con sólo 77 millones
en Norte América. Pero en el período de quince años entre 1985 y
2001, el número de católicos en Norte América aumentó el 20%, en
tanto que en Europa subió sólo el 1%. El porcentaje de sacerdotes
en este período cayó el 16% en Norte América y el 11% en Europa.
Fuera del número de sacerdotes que
han dejado el sacerdocio, ha habido un número considerable de
sacerdotes, tanto en Europa como en otras partes, que han llevado una
vida escandalosa. Algunos han sido pedófilos, otros homosexuales,
otros han procreado hijos. Uno de los casos más famosos en Europa es
el del obispo Casey de la Diócesis de Galway en Irlanda, quien
procreó un hijo de una mujer divorciada en 1974. Eso fue dado a
conocer a la prensa en 1992 y señala el principio de la gran
decadencia de la Iglesia Católica en Irlanda. Otro caso famoso en
Bélgica es el de Roger Vangheluwe, obispo de Brujas, cuya renuncia
fue aceptada por Roma en 2010 cuando salió a la luz que era pedófilo
y que había abusado de dos de sus sobrinos a lo largo de un período
de 13 años. El 25 de febrero de este año el cardenal escocés Keith
O'Brien renunció y ya no asistió al cónclave en Roma luego de que
fue acusado de 'actos impropios' con sacerdotes. No es necesario
decir que es importante ver estos casos en perspectiva. La
inmoralidad entre sacerdotes no es algo nuevo en la Iglesia Católica.
Un ejemplo que viene a la mente es el del Cardenal Tomás Wolsey, el
famoso cardenal de la época de Enrique VIII, que tuvo dos hijos
ilegítimos. El ejemplo más famoso es el del Papa Alejandro VI,
quien reinó de 1492 a 1503 y engendró 12 hijos de varias amantes.
Así pues, aunque la inmoralidad no es algo nuevo, lo que ciertamente
es nuevo es la mayor escala de inmoralidad entre sacerdotes,
particularmente en comparación con el período desde el Concilio de
Trento hasta los años sesentas del siglo pasado.
Mi tesis en este ensayo es que la
caída de la fe en Europa, y de hecho también en el resto del mundo,
ha llevado a la caída de las normas morales, y esto se ve de lo más
claro cuando observamos la familia. Viceversa, desde luego, el
resquebrajamiento de las normas morales ha correspondido a una caída
en la fe.
Veamos por consiguiente a la familia.
En lo que atañe a la familia, me parece que el Cristianismo tiene
normas más altas que cualquier otra religión, pues el Cristianismo
es la única religión que prohibe el divorcio. De hecho Cristo llegó
hasta a decir que un hombre que simplemente mire a una mujer de
manera lujuriosa ha cometido adulterio con ella en su corazón. Hasta
los Apóstoles se sorprendieron de la severidad de Jesús en relación
con el divorcio. Todas las demás religiones permiten el divorcio
bajo ciertas circunstancias y por consiguiente no proporcionan el
grado de protección a la familia que da el cristianismo. Permítanme,
por lo tanto, comenzar mi examen de la moral de la familia con un
examen del divorcio.
DIVORCIO
Hoy en día, los dos únicos países
en el mundo donde el divorcio sigue estando prohibido son las
Filipinas y el Estado Vaticano. Sin embargo, la aceptación del
divorcio es un acontecimiento muy reciente. El origen del divorcio
moderno se remonta a la época de la Reforma y comienza en las
regiones calvinistas de Suiza en 1547, y Escocia aceptó al adulterio
como justificación para el divorcio alrededor de 1560. El divorcio
fue reconocido legalmente en el estado norteamericano de Maryland en
1701. Sin embargo, la primera aceptación del divorcio en gran escala
en el mundo occidental fue llevado a efecto por la atea Revolución
Francesa en 1792. Fue posteriormente vuelto ilegal durante la
restauración de la monarquía en 1816. Fue introducido en Prusia en
1794. En Inglaterra, hasta 1857, el divorcio sólo se concedía
mediante acto del Parlamento y por lo tanto era asequible sólo a los
ricos, principalmente hombres. En la mayoría de los países
católicos el divorcio no fue legalizado hasta después del Segundo
Concilio Vaticano. Fue legalizado en Italia en 1870, en Portugal en
1975, en España en 1981, en Irlanda en 1996 y en Malta en 2011.
La asequibilidad del divorcio conduce
siempre a tasas mucho mayores de rotura del vínculo matrimonial y
lleva finalmente, como podemos verlo hoy en día, a una caída de la
institución del matrimonio. En 2001, por primera vez, el número de
divorcios en Bruselas excedió el número de matrimonios. Yo me crié
en Irlanda, y cuando era un niño la palabra divorcio jamás se
mencionaba, salvo en voz baja como un terrible mal que existía en
Inglaterra. Cuando el divorcio no es accesible, la gente obviamente
no piensa en él y se pone a resolver sus dificultades maritales de
otra manera. Debe ser difícil para un auditorio americano aun
imaginar un país civilizado donde no exista el divorcio, ya que la
gente se ha vuelto tan imbuida con la idea de que el divorcio es un
derecho humano. Pero en realidad lo opuesto es la verdad. Cada uno de
los cónyuges tiene el derecho al amor que le prometió el otro, y
los niños tienen el derecho al amor de uno al otro de sus padres.
Cualquiera que se case con la idea de que si no funciona puede
divorciarse, de hecho no está casándose para nada; así pues, un
número muy grande de matrimonios no son válidos por esa misma
razón.
Podemos decir entonces que el fracaso
de los matrimonios que ha seguido a la proliferación del divorcio
ha conducido a la pérdida de la fe en Europa y otras partes, ya que
en la Iglesia Católica uno no puede divorciarse y volverse a casar
(por lo menos sin anulación de por medio) y por consiguiente, todos
los que se vuelven a casar civilmente son excluidos de la Santa
Comunión y gradualmente en muchos casos, pierden la fe.
La existencia del divorcio es así el
primer factor que mina la fe. Históricamente las leyes del aborto
siempre han venido luego de haberse liberalizado el divorcio, y nunca
ha ocurrido lo opuesto. Siempre me sorprende por esta razón que en
los EUA, donde hay tan fuerte campaña para prohibir el aborto, no
haya campaña alguna, de que yo esté enterado, en pro de la abolición del
divorcio. Sin embargo, la accesibilidad del divorcio es la raíz de
la mentalidad liberal que conduce al aborto y a numerosos otros
males.
ADULTERIO
Quisiera ahora hablar del adulterio,
ya que desde tiempo inmemorial se ha entendido que el adulterio es la
causa principal del rompimiento del matrimonio. Se había entendido
desde los tiempos más antiguos que el matrimonio debe ser protegido
mediante leyes que prohíban el adulterio.
Si una sociedad abole las leyes
contra el adulterio, se desprende que ya no le da valor al
matrimonio. Por esta razón, es muy sorprendente que el adulterio,
que había sido una ofensa criminal en todo país europeo, haya
dejado de ser un crimen en todos los países. Ni siquiera se toma en
consideración en los llamados 'divorcios sin cónyuge culpable', de
manera que la parte que ha sido ofendida no recibe tipo alguno de
compensación de la parte que causó la ofensa. Ya no se acepta que
haya nada malo en cometer adulterio ni romper un matrimonio.
Claramente en tal ambiente estamos muy lejos de la fe religiosa.
Así pues, el adulterio ha sido
descriminalizado en Europa, en tanto que a pricipios del 2013 el
adulterio era todavía una ofensa criminal en 23 estados de la unión
americana. Esta es una gran diferencia que hay entre Europa y los
Estados Unidos. Si vemos otros continentes, el adulterió sigue
considerándose un grave crimen en numerosos países africanos y
asiáticos, y en la ley sharia islámica es castigado con lapidación.
En India un hombre puede ser sentenciado a hasta cinco años de
prisión aunque, por extraño que parezca, una mujer no puede ser
condenada.
ANTI-CONCEPCIÓN
No puedo hablar del adulterio, la
causa primaria y más obvia del divorcio, sin hablar del crimen de la
anti-concepción. Probablemente nada haya hecho más por la destrucción
de la familia que la anti-concepción. En los tiempos anteriores a que
surgiera la anti-concepción, la mujer tenía que ser muy cuidadosa
de evitar contacto con hombres fuera del matrimonio, pues podía
quedar embarazada. De manera semejante, los hombres tenían que temer
las consecuencas de procrear un hijo ilegítimo. Más que cualquier
otra cosa, el temor de un embarazo indeseado mantenía la moralidad
de los hombres y de las mujeres. Al mismo tiempo, la iglesia ha
enseñado claramente, que el acto sexual fuera del matrimonio es un
pecado mortal.
La fácil accesibilidad de la
anti-concepción ha producido una sociedad promiscua y ha llevado al
adulterio a gran escala, destruyendo numerosos matrimonios de esa
manera. Se ha vuelto posible a los hombres utilizar a las mujeres
como meros objetos sexuales y a las mujeres utilizar a los hombres
para adquirir poder. La anti-concepción ha llevado a separar al sexo
del embarazo. Ha conducido a la idea de que la maternidad es algo de
importancia secundaria para una mujer, poniéndolo en segundo lugar
después de la carrera profesional. Ha sacado al amor del matrimonio,
poniendo una barrera entre el marido y la mujer y haciendo a la mujer
disponible todo el tiempo. El embarazo es visto como una amenaza y un
peligro. Finalmente, cuando la anti-concepción falla, como sucede
regularmente, conduce a la idea de que el aborto es un derecho, como
un recurso contra la anti-concepción que no funciona. El Papa Pablo
VI en su famosa encíclica Humanae Vitae de 1967, sostiene la
enseñanza tradicional de la Iglesia contra la anti-concepción en
términos de lo más inequívocos. La anti-concepción es un gran
peligro contra la fe.
ABORTO
Habiendo hablado de la
anticoncepción, pasemos al aborto.
El aborto sin restricción alguna
está accesible en numerosos países de Europa, incluyendo Albania,
Alemania, Bélgica, Bielorrusia, Bosnia, Croacia, Dinamarca,
Eslovenia, Estonia, Grecia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Latvia,
Lituania, Macedonia, Noruega y Suecia. También está accesible en
todos los demás países europeos, excepto Malta, con algunas
restricciones. En Irlanda es accesible solamente cuando la vida de la
madre está en peligro, pero un número considerable de mujeres
irlandesas procuran el aborto en Inglaterra.
Las cifran de terminación de
embarazos en Europa son más bajas en Malta, con el 1.3% e Irlanda
con el 5.6%. Las cifras son mucho más altas en aquellos países
donde el aborto es fácilmente accesible. Alrededor del 12% de todos
los embarazos en Bélgica terminan en aborto; alrededor del 14% en
Alemania, cerca del 16% en Portugal, del 19% en España; más del 20%
en Francia y en Inglaterra, más del 30% en Hungría, 32% en Rumanía
donde bajó del 76% que ocurría antes de 1990 o 1991, año en el
que cayó la Cortina de Hierro; cerca del 45% en Rusia, donde bajó
de más del 60% que prevalecía durante el período de 1960 a 2001.
Uno debe tener en cuenta que la
aparente estabilidad en el número de abortos en los años recientes
está falseada por el aumento en la accesibilidad de la píldora del
día siguiente y de varios otros así llamados medios
anti-conceptivos que en realidad producen el aborto.
El porcentaje de embarazos que
terninan en aborto está influido claramente por el grado de
facilidad con que puede conseguirse un aborto. Está muy claro que en
el año en que se introdujeron o liberalizaron las leyes del aborto
en cada país europeo, subió el número de abortos de manera muy
dramática. Por ejemplo, en Italia el aborto era ilegal hasta 1978.
Pero tan pronto como se permitió, la tasa de abortos creció de casi
cero al 20% en un año. Este es un aumento enorme aun tomando en
consideración cierto número de abortos clandestinos que ocurrían
antes de su legalización.
Durante los últimos cincuenta años
desde el Concilio Vaticano II, el aborto ha sido introducido en un
país europeo tras otro, y Malta e Irlanda son los dos países que
aún quedan donde el aborto no se permite, salvo cuando la vida de la
madre está en peligro.
En comparación, no se permite el
aborto en muchos de los países islámicos, tales como Irán, Egipto,
Indonesia, Iraq, Siria, Afghanistán; en un número de países
católicos pobres, como Filipinas, El Salvador, Colombia y Chile, y
en un número de países negros africanos.
Una de las características de la
vida americana que llaman la atencón al visitante europeo es la
fuerza del movimiento pro-vida. Ciertamente hay movimientos pro-vida
en varios países europeos, pero éstos no son nada comparables en
fuerza como los de EUA. No obstante, debo aclarar, que la tasa de
abortos en los Estados Unidos es, a pesar de ello, comparable a
aquélla de la mayor parte de los países de Europa Occidental. Por
consiguiente, yo sugeriría que la solución fundamental es que la
sociedad comience a llevar una forma de vida más moral.
Yo arguiría que la mentalidad
liberal aparece primero en su exigencia de la accesibilidad del
aborto y luego en la exigencia del aborto mismo.
ILEGITIMIDAD
Ahora paso al tema de la
ilegítimidad.
La liberalización del divorcio y el
aumento resultante en el resquebrajamiento del matrimonio han llevado
a otro fenómeno, la desaparición gradual del matrimonio mismo. Esto
se ve con claridad en el aumento extraordinario en el nacimiento de
hijos ilegítimos en todo el mundo. El número de niños nacidos
fuera de matrimonio ha aumentado dramáticamente en los años
recientes. En los países desarrollados, aquéllos con el menor
número de casos son Corea, Japón y Grecia, con menos del 10%. Entre
el 10% y el 20% de todos los niños que nacen en Suiza e Italia son
ilegítimos. La cifra es de entre el 20% y el 30% en Polonia, Canadá,
Malta y Lituania; entre el 30% y el 40% en Eslovaquia, Luxemburgo,
España, Alemania, Irlanda, Australia, Portugal, la República Checa,
los EUA, Austria y Hungría; entre el 40% y el 50% en Finlandia,
Holanda, Latvia, Bélgica, el Reno Unido, Dinamarca y Nueva Zelanda;
entre el 50% y el 60% en Bulgaria, Francia Eslovenia, Suecia,
Noruega, México y Estonia, y el líder mundial en hijos ilegítimos
es Islandia, con el 65% de todos los niños, nacidos fuera de
matrimonio.
El promedio de todos los países
desarrollados es del 38%. Debe hacerse notar que las parejas que
viven en las llamadas “uniones civiles” son consideradas cual si
fueran matrimonios para fines de estas estadísticas. Así pues, el
38% de todos los niños que nacen vienen de padres que no han hecho
compromiso oficial alguno entre uno y otro. Esto significa que un
considerable porcentaje de la población de los países desarrollados
ya no considera al matrimonio como algo necesario para traer niños
al mundo. Esta actitud es claramente incompatible con la fe, ya que
la fe exige un compromiso total entre los esposos.
MATRIMONIO DEL MISMO SEXO
El ataque más reciente a la familia
ha sido la introducción del llamado 'matrimonio del mismo sexo'. El
pecado contra natura fue primero hecho aceptable y popularizado en
las últimas décadas del Siglo XX. Ahora está volviéndose más y
más difícil decir nada en público contra eso. Por ejemplo, un
pastor protestante en Suecia fue condenado a una sentencia de cárcel
por un sermón en el que se refirió a pasajes de la Biblia en
los que la práctica es condenada como sodomía, el pecado que llevó
a Dios a destruir la ciudad de Sodoma.
Llegó el momento al inicio del nuevo
milenio para que los homosexuales alegaran que su relación era un
matrimonio, aun cuando es precisamente lo opuesto a un matrimonio,
pues falta la necesaria complementareidad del hombre y la mujer. Hoy
en día hasta en escuelas católicas de Europa se les enseña a los
niños que deben respetar la práctica de la homosexualidad. Sin
embargo, hace poco más de cien años, el famoso dramaturgo inglés
Oscar Wilde fue sentenciado en Inglaterra a dos años de trabajos
forzados por el delito de crasa indecencia. Hoy, el primer ministro
de Bélgica es un homosexual activo. No es que su moralidad sea
inferior a la del presidente de Francia, que vive abiertamente en el
Palacio del Eliseo con su concubina, o a la del primer ministro de
Italia, Silvio Berlusconi, que llevaba la vida de los más decadentes
de los emperadores romanos. Hasta donde estoy enterado, no ha habido hasta ahora un presidente de los EUA que haya sido homosexual o que
haya vivido públicamente con su concubina.
El 'matrimonio' homosexual ha sido
legalizado en 11 países hasta ahora, de los cuales 8 están en
Europa. El primer país que lo llevó a cabo fue Holanda en 2001.
También ha sido legalizado en partes de otros tres países. Otros 11
países están en proceso de aprobar legislación que permita el
matrimonio homosexual. Debe haber poca duda de que muchos otros países
seguirán el ejemplo. Sin embargo, un número de paises africanos de
raza negra, tales como Nigeria y Kenia, han reaccionado fuertemente
contra esto, ya que va enteramente contra su cultura, como de hecho
hasta años recientes había sido contra su cultura en los países
occidentales. En Uganda, la práctica homosexual se castiga con la
pena de muerte en el caso de transgresores reincidentes. De manera
semejante, si volteamos hacia los países islámicos, hallamos que
las prácticas homosexuales son castigadas con la pena de muerte en
Afghanistán y por sentencias de cárcel en Egipto, Pakistán,
Uzbekistán y Malasia, donde el antiguo primer ministro Anwar Ibrahim
fue puesto en prisión con base en esto.
Me parece irónico que la exigencia
de matrimonio por homosexuales siga creciendo, cuando al mismo tiempo
el porcentaje de parejas de novios heterosexuales que desean casarse
va cayendo continuamente. Las parejas del mismo sexo parecen desear
obtener la respetabilidad del matrimonio, cuando más y más parejas
heterosexuales prefieren evitar el nivel de compromiso que entraña
el matrimonio. Lo que tienen en común estos dos fenómenos es que el
matrimonio y la familia están siendo erosionados gradualmente.
Si se me pidiera, pues, caracterizar
el cambio en la moral que ha tenido lugar durante los últimos
cincuenta años, yo diría en primer lugar que ha sido la destrucción
de la familia como unidad básica de la sociedad.
EUTANASIA
Pero la familia no es el único campo
en la que la moral ha decaído en los últimos cincuenta años. Yo
argumentaría que las normas han caído en cada aspecto de moralidad.
Mencionaré sólo un un ejemplo, el de la eutanasia: Holanda y
Bélgica (desde el 2002) y Luxemburgo (desde el 2008) son hasta ahora
los únicos países que han legalizado la eutanasia, que significa la
deliberada muerte de un paciente a petición suya. En Suiza y en los
estados de Oregon, Washingon y Montana de los Estados Unidos, se
permite el suicidio asistido. Esto también es claramente
incompatible con la fe
En la siguiente parte se tratará de
analizar las causas que han dado origen a este trágico estado de cosas.
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