El Papa de
Martini
por John Vennary
Traducido
por Roberto Hope del artículo publicado
en
la página de Catholic Family News en Internet :
http://www.cfnews.org/page88/files/065837621bedf51d45b91a5e75699ef5-174.html
“Italia Elogia al Liberal
Cardinal Martini, quien quería que la Iglesia Católica Cambiara”
Ese fue el encabezado del Boston
Globe del 4 de septiembre de 2012, a la muerte del Cardenal
Carlo María Martini. La prensa mundial se hizo una sola voz
elogiando al antiguo arzobispo de Milán, visto alguna vez como
posible contendiente al papado.
Como usualmente es el caso, la prensa
adoraba a Martini, no por su apego a la Fe Católica de todos los
tiempos, sino por el gusto que tenía por desafiarla.
Los medios encomiaban a Martini como
“un pensador con la mente abierta” que
“tocaba un acorde original en los asuntos de la iglesia.” [1]
¿Cuáles eran algunas de las
ideas radicales de Martini?
En su última entrevista, que Martini
solicitó que no fuera publicada hasta después de su muerte,
Martini dijo que la Iglesia Católica está “atrasada 200 años.”
Martini dijo, además, “Nuestra
cultura se ha hecho vieja, nuestras iglesias y nuestras casas
religiosas son grandes y están vacías, el aparato burocrático de
la Iglesia crece y nuestros ritos y nuestro atuendo son pomposos.”
Martini exhortaba a abrir la
recepción de la Eucaristía a los católicos divorciados y vueltos a
casar, aconsejando contra lo que él llamaba “discriminación”.
En su libro Conversación Nocturna
con el Cardenal Martini, publicado en 2010, Martini insiste,
“No se puede hacer a Dios un Dios Católico. Dios está más
allá de todas las barreras y fronteras que le intentemos crear.” [3]
En el mismo libro, hablando del
diálogo con los no-católicos, el Cardenal Martini dijo que, una vez
que hablas con franqueza con miembros de varias otras religiones,
“Hasta vas a estar contento de que la otra persona sea
protestante o musulmana.”[4]
Martini reconocía que el
disentimiento de Humanae Vitae que manifestaron los obispos alemanes
y austriacos, “apunta en una dirección que podríamos promover
hoy en día.” [5]
Martini proponía un enfoque más
colegiado y sinodal al gobierno de la Iglesia. [6]
En el 2007, “cuando la Misa
Tridentina del Siglo XVI fue introducida como una opción para las
iglesias católicas romanas, Martini dijo que se rehusaría a
celebrarla.” [7]
No obstante eso, en el primer
aniversario de la muerte del Cardenal, el Papa Francisco alabó a
Martini como “un padre para la Iglesia entera”
Francisco prosiguió, llamando a
Martini una figura “profética” y “un hombre de
discernimiento y paz” [8]
De modo semejante, en su abyecta
entrevista con el ateo editor de La Reppublica, Eugenio
Scalfari, Francisco se refirió al Cardenal Martini como “alguien
que me es muy querido y también lo es a Usted.”[9]
Los comentadores optimistas aducen
que “debemos leer a Francisco a través de Benedicto.” Eso puede
ser cierto en parte. Pero parecería ser más exacto, sin embargo,
“leer a Francisco a través de Martini,” ya que
Francisco parece estar siguiendo el programa progresista delineado
por el radical cardenal italiano.
La página web Chiesa, de
Sandro Magister, identifica a Francisco como el “Papa de
Martini”, y un sueño hecho realidad para el ala progresista de
la Iglesia post-Conciliar. [10]
En la misma línea, Hans Küng no
tiene más que elogios para el más reciente documento del Papa
Francisco, señalando, “En su Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium, el Papa Francisco habla claramente a favor de una
reforma de la Iglesia a todos los niveles'. Él específicamente
aboga por reformas estructurales –concretamente
una descentralización hacia las diócesis y comunidades
locales, una reforma de la función del papado, la elevación del
laicado contra un clericalismo excesivo; está a favor de una
presencia más efectiva de las mujeres en la iglesia, sobre todo en
los cuerpos que toman decisiones. Y claramente se pronuncia a favor
del ecumenismo y del diálogo inter-religioso, especialmente con el
judaísmo y con el Islam.” [11]
Todas estas causas radicales, y otras
más, fueron abanderadas por el Cardenal Carlo María Martini.
Cuando consideramos algunas de las
palabras y acciones del Papa Francisco, no podemos sino observar que
sigue la trayectoria del Cardenal Martini. No es poca cosa el que en
el Cónclave de 2005, que eligió a Ratzinger al papado, el Cardenal
Bergoglio no sólo era el contendiente principal, sino que “los
votos de los que apoyaban a Martini, junto con otros más,
convergieron en ese entonces precisamente en Bergoglio. Ocho años
después, en marzo de 2013, fueron nuevamente los “martinianos”
quienes apoyaron la elección de Bergoglio como papa. Esta vez con
éxito”.[12]
Bergoglio ha sido considerado por
mucho tiempo como el “candidato de Martini” que habría de
convertirse en el “Papa de Martini”. Así fue que el
editor del National Catholic Reporter, Thomas C. Fox, publicó
el encabezado elogioso: “El sueño del Cardenal Martini: La
Iglesia de Francisco”. [13]
Convergencia de Martini y
Bergoglio
Tres áreas iniciales en las que el
Papa Francisco parece hacer eco de Martini son su tratamiento de
la homosexualidad, su afirmación de que Dios no debe ser considerado
un “Dios Católico”, y la actual discusión de la posibilidad de
permitir que los católicos divorciados y vueltos a casar reciban la
Eucaristía.
Hay más temas de convergencia que
serán tratados el mes próximo junto con otra similitud entre
Bergoglio y Martini: ambos, de cuándo en cuándo, emiten
declaraciones con las cuales un católico tradicional no estaría en
desacuerdo.
Por ahora, sin embargo, nos
enfocaremos en los tres puntos antes mencionados.
Homosexualidad
En Conversaciones Nocturnas,
el Cardenal Martini dice, “Sé que hay parejas de homosexuales
que son gente tenida en alto y con espíritu público. Nunca se me
ha preguntado, y nunca se me ocurriría, juzgarlas.”[14]
De manera semejante, el Papa
Francisco dijo a reporteros en su vuelo de regreso de Río de
Janeiro, “Si alguien es 'gay' y busca al Señor y tiene buena
voluntad ¿quién soy yo para juzgarlo?” [15]
Cualquier moralista católico notará
inmediatamente que la pregunta está siendo respondida a la inversa.
“Mi” opinión personal sobre la disposición subjetiva de una
persona no debe venir primero en la discusón, sino más bien la
moralidad objetiva del acto. Tanto Bergoglio como Martini dan una
falsa impresión de la enseñanza moral católica al empezar con lo
subjetivo, en vez de con lo objetivo.
Ninguno de nuestros dos clérigos
comienza manifestando que los actos homosexuales son intrínsicamente
perversos; que no hay conjuntos de circunstancias que pudieran jamás
justificar los actos homosexuales; que el acto con personas del
mismo sexo es una grave falta contra la naturaleza, grave pecado
contra Dios, pecado mortal que lleva el alma al infierno por toda la
eternidad si no se arrepiente de él, y que es uno de los cuatro
pecados que claman venganza al Cielo.
Una vez que el orden objetivo ha sido
establecido, podemos pasar a lo subjetivo. ¿Qué hay del alma que
sufre estas tentaciones y trata de vencerlas? En tal caso,
cualquiera que esté combatiendo la tentación de un pecado grave
tiene derecho a nuestras oraciones y nuestro apoyo para ayudarle a
sobreponerse a una inclinación inmoral. La cuestión de la
homosexualidad puede ser explicada sin insertarse “uno
mismo” en ella: “Jamás se me ocurriría juzgarlos”;
“¿quién soy yo para juzgar?”
Más aún, estas declaraciones de
“¿quién soy yo para juzgar?” lo hacen caer en manos de
los enemigos de la Iglesia, que constantemente arguyen que el
catolicismo es demesuradamente “moralista” en contra de los
homosexuales.
Para Bergoglio, la observación más
caritativa que podemos hacer es que es un hombre de declaraciones
descuidadas, un hecho reconocido ahora por cualquier persona que
piense con claridad (aun los que no son católicos).
Para Martini, sin embargo, su “jamás
se me ocurriría juzgarlos” es un sutil embate, que descarga
en su intento de minar la doctrina católica contra la
homosexualidad.
Esto resulta obvio cuando leemos los
comentarios de Martini sobre la homosexualidad, contenidos en
Conversaciones Nocturnas, que citaremos completos:
Después de decir “jamás se me
ocurriría juzgarlos,” Martini dice, además, “La Biblia
juzga la homosexualidad con palabras duras. El trasfondo de esta
práctica problemática en el mundo antiguo, cuando los hombres
utilizaban niños y amantes varones junto con sus familias.
Alejandro el Grande es un ejemplo famoso. La Biblia quiere
proteger a la familia, el espacio de la mujer y los hijos.”
Obsérvese lo que hizo Martini: Nada
dice de lo objetivamente pecaminoso del acto, sino que arguye que la
Biblia habla en contra de la homosexualidad sólo como un tipo de
injusticia contra la mujer y los hijos de un hombre que comete actos
homosexuales. Nuevamente, la moralidad es trasladada de un plano que
se centra en Dios a uno en el terreno de lo humano. Y ¿qué hay de
los homosexuales que no están casados? ¿es permisible para ellos la
homosexualidad, ya que no invade el “espacio” de nadie?
Martini prosigue: “En la Iglesia
Ortodoxa es considerada una abominación. En la Iglesia Protestante
se trata más liberalmente; hasta tiene parejas de homosexuales en su
clero, a las que se les permite ejercer su ministerio siempre y
cuando no promuevan la homosexualidad. Estamos al tanto de las
pruebas cruciales que sobre esta materia pasa la Iglesia Anglicana.
En el judaísmo, los ortodoxos prohíben severamente la
homosexualidad; en el judaísmo reformado también hay sinagogas
particulares para los homosexuales.”
Una vez más, Martini traslada el
énfasis, de la naturaleza objetiva del acto a un sondeo de cómo las
religiones no católicas encaran el tema, lo cual carece de valor
para esta discusión. Martini hace hincapié, más en un
planteamiento ecuménico y colegial que en uno que descanse en
la verdad objetiva y en la moralidad católica tradicional.
Martini continúa: “Estamos
buscando nuestro camino entre esta diversidad. Las inquietudes más
profundas de las Sagradas Escrituras, sin embargo, son la protección
de la familia y un espacio saludable para los hijos – algo que
ahora se ve en las parejas de homosexuales.”
¿Qué ha hecho Martini? Poner en el
lugar equivocado el énfasis primario, de la relación del alma del
homosexual con Dios a su relación con su mujer y su familia; algo
importante pero secundario. También cae en el discurso,
supuestamente positivo, de que las parejas de homosexuales
proveen un “espacio saludable para los niños”
Además insinúa, por la forma como
estructura su argumento, que la Iglesia Católica debe tomar en
cuenta las diversas actitudes de las religiones falsas para construir
su propia enseñanza sobre este asunto, para “buscar su
camino entre esta diversidad”, implicando que todos estos
“diversos” puntos de vista tienen algún valor.
Martini sigue: “Como resultado,
me estoy inclinando hacia una jerarquía de valores en estos asuntos
y básicamente no hacia una igualdad. Ya he dicho más de lo que
debía haber dicho. Procedamos juntos, respetuosamente, por caminos
diferentes, pero no debemos llegar a los golpes por causa de esos
caminos diferentes. Ya he mencionado los límites señalados por la
Biblia.” [16]
Sin embargo, según lo encuadra
Martini, los límites “bíblicos” parecen sólo proscribir
la homosexualidad a hombres que sean maridos y padres.
Esta parece ser la táctica normal de
Martini. No dice que una cierta enseñanza de la Iglesia esté
equivocada, pero tampoco dice que sea la correcta. Luego desangra a
muerte el tema con un montón de verborrea que encamina al lector
hacia una postura liberal.
El Cardenal Martini prosigue,
hablando de la compasión que el clérigo debe tener hacia
cualquiera que esté luchando con esta “orientación
sexual.” Hasta aquí va bien. Pero luego relata de un
joven que conoció cuya homosexualidad le era “una carga” al
joven, que le haciá “sentirse avergonzado.”
Curiosamente, Martini no habla de la
lucha del joven en términos de un pecado que debe ser vencido, sino
simplemente que debemos “ayudarle”. Y, como el psicólogo
en quien el joven finalmente confió, “debemos prestarle un oído
que escuche y le dé aliento.” [17] Martini nunca
deja en claro si este joven estaba tratando de librarse de la
práctica homosexual, o simplemente aprendiendo a aceptar su
orientación. Esto lo deja abierto. En ningún momento se refiere a
los actos homosexuales como pecaminosos.
Éste no es el único caso en el que
el antiguo Arzobispo de Milán propuso ideas perturbadoras
relacionadas con la homosexualidad.
En su libro de 2012, Credere e
Conoscere (Fe y Conocimiento), el Cardenal Martini demarca su
propio curso con relación a las uniones civiles de homosexuales.
“Estoy en desacuerdo con las posturas de aquéllos en la Iglesia
que objetan las uniones civiles,” dice Martini. “No está
mal que, en vez del sexo casual entre hombres, dos personas tengan
cierta estabilidad” y que “el estado pueda reconocerlas.”
Escribiendo en la época en que se
publicó el libro, John Henry Westen advirtió, “El Cardenal
Martini dice que hasta puede entender (pero no necesariamente
aprobar) los desfiles del “orgullo gay”. Él dice estar de
acuerdo con la promoción que la Iglesia hace del matrimonio
tradicional para la estabilidad de la especie humana; sin embargo,
agrega: 'no es correcto expresar discriminación alguna contra otros
tipos de uniones'. “ [18]
Cuando tales declaraciones, viniendo
de un hombre altamente reverenciado por los modernos jesuitas
como un erudito y heróico caudillo ¿es de asombrarse que los
jesuitas de hoy en día estén plagados de homosexualidad en el
sacerdocio? ¿que las preparatorias y universidades jesuitas [de
los Estados Unidos] sean amigables hacia los homosexuales? ¿que el
apodo que se les da ahora a los presidentes de preparatorias jesuitas
sea el de “Dueños de Galerías,” mismo apodo que se les da a los
homosexuales?[19] [en los Estados Unidos].
Y la mayor cuestión de todas ¿por
qué habría un Católico de pensamiento recto elogiar públicamente
al Cardenal Martini como una “figura profética” y un
“Padre para la Iglesia entera”?
Dios “no es Católico”
Otro punto perturbador de
intersección de Martini con Bergoglio es su declaración de que
“Dios no es Católico”.
Como se citó anteriormente, en
Conversaciones Nocturnas Martini asevera que “No puedes
hacer de Dios un Dios Católico. Dios está más allá de todas las
barreras y fronteras que nosotros queramos crearle.” [20]
En forma parecida, el Papa Francisco
dijo en su entrevista con La Reppublica “Yo creo en Dios;
no en un Dios Católico; Dios existe y yo creo en Jesucristo, su
encarnación. Jesús es mi maestro y mi pastor, pero Dios, el Padre,
Abba, es la luz y el Creador.” [21]
¿“No puedes hacer un Dios
Católico”?
En días más cuerdos de la Iglesia,
un niño de ocho años reprobaría el examen para su Primera
Comunión con sólo decir eso.
Es difícil descifrar lo que los
prelados quisieron dar a entender con tales declaraciones, pero
podemos intentar hacer un esclarecimiento educado, a la luz de la
orientación ecuménica del presente. Los prelados inclinados al
modernismo, tales como Martini y Bergoglio, argüirían que es
triunfalista el afirmar que la Iglesia Católica es la única y
verdadera Iglesia. ¿Quizás habrán ya evolucionado al punto en el
que consideran triunfalista el sostener que Dios es un Dios Católico
o, para expresarlo de mejor manera, que el único Dios verdadero es
el Dios del catolicismo?
La declaración de Martini/Bergoglio
destruye la unidad de la Revelación Divina. En última instancia,
la Revelación Divina es una verdad coherente, no un desarticulado
montón de fragmentos engarzados entre sí. Contrariamente a la
aseveración de Martini, no somos nosotros quienes le imponemos
“barreras y fronteras” a Dios, sino que es la Revelación
entera que Dios enseña de Sí Mismo.
Pues ¿qué es el Dios verdadero, si
no Aquél que es “omnipotente, eterno, inmenso, incomprensible,
infinito en intelecto y voluntad y en toda perfección”, Aquél
que es “sustancia espiritual singular, totalmente simple e
inmutable” junto con todos los demás atributos definidos por
Vaticano I? [22]
Y¿quién es este Dios, si no el Dios
Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo?
Y ¿quién es Jesús, si no la
Segunda Persona de la Santísima Trinidad que se encarnó, murió en
la Cruz para nuestra Redención y fundó una ecclesia para
enseñar, gobernar santificar y ofrecer adoración al Padre en nombre
de Él?
Y ¿qué es esta ecclesia, si
no la unidad social establecida por Cristo para la salvación, el
Cuerpo Místico de Cristo?
Y ¿cuál es el nombre de esta sola y
única unidad social establecida por Cristo, fuera de la cual no hay
salvación? La Iglesia Católica.
Entonces, el único Dios verdadero es
el Dios del Catolicismo; o, para usar su expresión, el “Dios
Católico”.
¿Por qué están tan ansiosos el
Cardenal Martini y el Papa Francisco de decir a los periodistas
que “No hay un Dios Católico”? Esto es preocupante, pues
sólo aquéllos con una mentalidad no católica consideran a
Dios algo distinto del Dios del Catolicismo: “Un Señor, una Fe,
un Bautismo” (Eph. 4). Sólo los no católicos le rezan a un
dios no católico. Y si Martini y Bergoglio no desean confundir o ser
mal intepretados ¿por qué insisten en hacer declaraciones
temerarias a la prensa mundial?
¿Es Dios un espíritu de forma libre
– una 'fuerza' nebulosa – a la cual podamos imponerle cualquier
forma que queramos? ¿No sería éste un encuadre Kantiano de Dios,
que no parte de la realidad objetiva de Quién y Qué es Dios, sino
más bien de la perspectiva subjetiva que tenemos de Él? ¿Tienen
los protestantes su propio Cristo, que no fundó una Iglesia? ¿Tienen
los judíos, los musulmanes y los Hindús su propio Dios, que no es
Trinidad y en el cual no hay lugar para Jesucristo? ¿Es este dios no
católico un tipo de deidad masónica que, supuestamente, está
por encima de todas las religiones?
No podemos separar a Cristo de su
Iglesia, como lo hacen los protestantes. No podemos separar a Cristo
de la Divinidad, como lo hacen los judíos, los musulmanes, los
hindús y las religiones paganas. No podemos separar a Cristo de la
unidad entera de la Revelación Divina, la cual sólo se
encuentra en Su única y verdadera ecclesia.
Entonces, afirmar que Dios no es un
“Dios Católico”, da la impresión de que Dios puede ser
cualquier otra cosa distinta del Dios de la Única Iglesia Verdadera,
es separar a Cristo de la plenitud de la Revelación Divina. Esto no
es un pequeño crimen, ya que San Juan nos amonesta: “Todo
espíritu que separa a Jesús no es de Dios sino del Anticristo.”
(1 Jn 4:3)
En efecto, la desorientación
diabólica que sufre la alta jerarquía, de la cual nos previno la
Hermana Lucía de Fátima, nunca pareció más diabólica que
ahora.
Comunión para los divorciados y
vueltos a casar
El Cardenal Martini favorecía un
nuevo trato que abriría la recepción de le Eucaristía a los
católicos divorciados y vueltos a casar.
Mientras repite que “la Iglesia
sostiene la indisolubilidad del matrimonio”, Martini presenta
luego una historia emocional para pedir una nueva política: “Una
mujer, por ejemplo, es abandonada por su marido y
encuentra a un nuevo compañero, quien se hace cargo de sus tres
hijos. Este nuevo amor tiene éxito. Si a esta familia se le
discrimina, no sólo es la madre apartada (de la Iglesia) sino
también sus hijos. Si los padres sienten como si estuvieran
fuera de la Iglesia y no experimentan su apoyo, la Iglesia
perderá a la generación futura.” [23]
En primer lugar, alguien debía
haberle recordado a Martini el principio moral fundamental de que no
podemos hacer el mal (administrarle sacrílegamente la comunión)
para alcanzar un bien.
Aunque nos conmiseremos de cualquiera
que se encuentre en circunstancias difíciles, una discusión de la
doctrina y la moral católica debe siempre partir de lo que es
objetivamente verdadero y no de los casos difíciles. Necesitamos
reafirmar los hechos de la indisolubilidad del matrimonio, la
imposibilidad de cualquier autoridad humana para romper lo que Dios
ha unido, y la verdad, como la manifestó Nuestro Señor Mismo, que
aquéllos a quienes Dios ha unido en un matrimonio sacramental válido
no pueden divorciarse y casarse nuevamente. [24]
Quienquiera que haga eso “comete adulterio”, (Lc 16:18) lo
cual es un pecado mortal que impide recibir la Eucaristía sin previa
confesión y enmienda de vida.
Es imposible para el Cardenal
Martini, o para otros clérigos, del rango que sea, cambiar la verdad
sobre estos puntos.
Sin embargo, bajo el Papa Francisco,
un declarado entusiasta de Martini, se habla de pronto de un todavía
no especificado “nuevo trato” que pueda permitir a los
divorciados y vueltos a casar a recibir la Eucaristía.
Los obispos de Alemania al presente
están considerando lineamientos para permitir esta nueva práctica.
Arguyen que el Papa Francisco abrió esta posibilidad en su
entrevista con periodistas en el avión en que regresaba de Río de
Janeiro en agosto. Los obispos también alegan que tienen la
autoridad para promulgar estos nuevos lineamientos según el
Evangelii Gaudium de Francisco, que, como ellos lo
interpretan, señala que esos asuntos pueden decidirse localmente por
las conferencias nacionales de obispos.[25]
Ya el Cardenal Kasper dijo al
periódico semanal Die Zeit, que a los católicos divorciados
y vueltos a casar, pronto se les permitirá recibir el Sacramento (la
Eucaristía)[26]
Igualmente, el Sínodo Extraordinario
de Obispos sondeará si los católicos divorciados y vueltos a
casar podrían recibir la Comunión. El Arzobispo Lorenzo Baldisseri,
recién nombrado Secretario General del Sínodo de Obispos, dijo que
el asunto se discutirá “sin tabús”. Baldisseri
también dio a entender que el Sínodo podría encontrar una solución
considerando la práctica de la Iglesia Ortodoxa, que permite
volverse a casar bajo ciertas circunstancias. [27]
El jaloneo ya ha comenzado, cuando el
Arzobispo Gerhard Múller, Prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, del Vaticano, reafirmó la enseñanza de la
Iglesia que prohíbe los sacramentos a esos católicos si no hay una
previa anulación de su matrimonio. Müller señaló en un artículo
del Osservatore Romano del 22 de octubre que “la plena
economía sacramental no puede hacerse a un lado con un 'llamado
a la misericordia' ”. A pesar de eso, el anuncio de la
discusión “sin tabús” del tema en el Sínodo de octubre,
apareció un mes después de la declaración de Müller.
[28]
El episodio entero trae a la mente el
recuerdo de la Comisión sobre el Control de la Natalidad designada
durante el Concilio Vaticano II, que hizo surgir las falsas
esperanzas de que algo inmutable, la prohibición de la
contraconcepción por la Iglesia, podría cambiarse de alguna manera.
Como resultado de las opiniones vertidas en esa Comisión, los
católicos comenzaron a actuar como si la enseñanza ya se
hubiera alterado, lo que los llevó a su ruina espiritual. Una
expectativa semejante se ha establecido aquí, que predeciblemente
tendrá resultados semejantes. [29]
Cómo habrá de desarrollarse el
asunto está por verse. Bajo el Papa Francisco –
y esto es algo que no está a su favor –
parece que todo puede suceder.
Pues ¿qué debemos pensar si el Papa
Francisco elogia al renegado Cardenal Martini como un “Padre
para la Iglesia Entera” y una “figura profética”?
[30]
El próximo mes cubriremos otros
aspectos perturbadores del Cardenal Martini, incluyendo su
ecumenismo, sus desquiciantes declaraciones sobre la eutanasia y el
aborto, su llamado a los católicos a que asistan a servicios
religiosos no católicos, y otras observaciones de “mentalidad
abierta” que lo hacen una “figura profética” para
no otra cosa que una apostasía masiva
Notas:
[1] “The Man Who Never Got to be Pope Bows Out”
(El Hombre que Nunca Llegó a ser Papa se Retira), Irish Times
11 de septiembre de 2002
[2] “Translated Final Interview with Martini,”
(Entrevista Final con Martini traducida) National Catholic
Reporter (NCR), del 4 de sep de 2012 [énfasis añadido]. John
Allen de NCR explica que Martini concedio la entrevista el 8 de
agosto de 2012 a su correligionario jesuita el Padre George
Sporschill, con quien colaboró en Conversaciones Nocturnas, y
a una amiga italiana llamada Federica Radice Fossati Confalonieri.
Radice dijo a los medios italianos que Martini leyó y aprobó el
texto de la entrevista, con el propósito de que fuera un tipo de
“testamento espiritual” a ser publicado después de su muerte.
Fue publicado originalmente en el periódico italiano Corriere
della Sera.
[3] “Night
Conversations with Cardinal Martini, The Relevance of
the Church of Tomorrow” (Conversaciones
Nocturnas con el Cardenal Martini, La Relevancia de la Iglesia del
Mañana), Entrevista con el Padre George Sporschill [Mahwah;
Paulist Press, Traducción al inglés, 2012; el original en italiano
se publicó en 2010] p 15
[4] Ibid., p. 29.
[5] Ibid., p. 93.
[6] “Martini calls for a New Council" (Martini llama a un Nuevo Concilio.... Casi),
National Catholic Reporter, 11 de octubre de 1999. Ver también
“The Pope´s Debt to Martini” (La
Deuda del Papa con Martini), Marco Garzonio, traducción al
inglés en chiesaexpressonline.it, 15 de octubre de 2013; publicado
originalmente por Corriere della Sera, 11 de octubre de 2013.
[7] Cita de “Cardinal Carlo Mario Montini;
Obituarios, Arzobispo de Milán que abogaba por una reforma de la
Iglesia y en una época fue visto como papa potencial” Daily
Telegraph, 5 de septiembre de 2013.
[8] “Pope
Francis Hails Cardinal Martini as ‘a Father for the whole
Church’” (El Papa Francisco
Elogia al Cardenal Montini como 'un Padre para la Iglesia Entera'),
Catholic Herald, 2 de septiembre de 2013.
[9] “El Papa, Cómo Cambiará la Iglesia”, La
Reppublica, 1° de octubre de 2013.
[10] “El Papa de Martini: El sueño hecho Realidad”
Chiesa, 15 de octubre de 2013.
[11] “El texto del Papa Francisco es un llamado para
la reforma de la iglesia en todos los niveles” Hans Küng, The
Tablet, 29 de noviembre de 2013.
[12] “Cardinal
Martini’s Dream, the church of Francis” (El
sueño del Cardenal Martini, la iglesia de Francisco) Thomas C. Fox,
National Catholic Reporter, 23 de octubre de 2013
[13] Ibid.
[14] Conversaciones Nocturnas, p. 98
[15] “On Gay Priests, Pope Francis Asks, ‘Who Am
I to Judge?’” (Sobre los Sacerdotes Gay, el Papa Francisco
pregunta ¿Quién soy yo para juzgar?), New York Times, 29 de
julio de 2013.
[15] Conversaciones Nocturnas, p. 98
[17] Ibid pp 98-99
[18] “Cardinal Martini and the False Theology
Promoting Homosexuality” (El Cardenal Martini y la Falsa
Teología que Promueve la Homosexualidad). John Henry Westen,
Lifesite News, 27 de marzo de 2012
[19] El Padre jesuita Paul Shaugnessy afirma llanamente
que el problema de los recintos univeritarios amigables a los
homosexuales puede rastrearse al gobierno mismo de los jesuitas.
Observa que algunos de los más prestigiosos puestos en las
universidades jesuitas, tales como los de administrador y presidente,
son ocupados generalmente por sacerdotes jesuitas extraoficialmente
conocidos como “Dueños de Galerías”. Esos jesuitas, hábiles
para conseguir fondos, son descritos por el Padre Shaughnessy como
“sacerdotes 'gay', discretos, convincentes, bien vestidos, en sus
cincuentas o tempranos sesentas.” En su artículo ¿Son católicos
los jesuitas?, el Padre Shaughnessy pasa a explicar “En tanto los
jesuitas viejos son notorios por su acalorada pasión anti-papa, los
Propietarios de Galerías despliegan una total apatía hacia la
religión en todas sus formas. Convencionalmente liberales, son
favorables al uso del condón y a la ordenación de mujeres, menos
como una declaración de hecho que como un dicho de moda – como
puede ser el ponerse la gorra de beisbol con la visera hacia atrás...
Las enseñanzas de la Iglesia, siendo en gran medida una
irrelevancia, tienen una mínima importancia en la formación de la
opinión de los Propietarios de Galerías, que tienden a considerar
al catolicismo ortodoxo – como el boxeo y la heterosexualidad –
como una de las burdas diversiones de la clase trabajadora.” –
“ “Are Jesuits Catholic?” (¿Son católicos los
Jesuitas?) Paul Shaughnessy, The Weekly Standard, 3 de junio
de 2002 Citado en Status Envy: The Politics of Catholic Higher
Education (Envidia de Estatus: La política en la Educación
Superior Católica) por Ann Hendershott, {New Brunswick: Transaction
Publications, 2009], p 83
[20] Conversaciones Nocturnas, p. 15
{21] “El Papa, Cómo Cambiará la Iglesia”, La
Reppublica, 1 de octubre de 2013.
[22] Vaticano I, 1870, Constitución Dogmática Dei
Filius, Capítulo 1°.
[23] Entrevista Final con Martini Traducida (al Inglés)
National Catholic Reporter, 4 de septiembre de 2012.
[24] La teología moral católica permite la separación
de los casados por razones graves, pero no el divorcio y vuelta a
casar.
[25] “German bishops eye guidelines for divorced
Catholics to take Communion” (Los obispos Alemanes deliberan
lineamientos para que los católicos divorciados puedan recibir la
comunión) National Catholic Reporter, 27 de noviembre de 2013
[26] “Divorced People Soon to Receive Sacraments,
says Cardinal” (Los Divorciados Pronto Podrán Recibir los
Sacramentos, Dice un Cardenal) Agencia Giornalistica Italia, Dec. 12,
2013.
[27] “Church should take new approach towards
question of Communion for Remarried Catholics” (La Iglesia debe
tomar una nueva postura respecto a la cuestión de la Comunión para
los Católicos Vueltos a Casar) Vatican Insider, Nov. 28,
2013.
[28] Desafortunadamente, en la edición impresa del
número de enero de CFN surgió una anomalía que accidentalmente
suprimió parte del texto. La edición impresa dice, “.. apareció
un mes después de que el episodio de Múller vuelva a la mente...”
en tanto que debe ser como se reproduce aquí: “... apareció un
mes después de la declaración de Müller. El episodio entero
trae a la mente...” Pedimos disculpas por cualquier confusión que
este error haya causado.
[29] Observaré aquí, que yo creo que Francisco a final
de cuentas no cambiará esta práctica de negar la Eucaristía a
los divorciados y vueltos a casar. Sin embargo, una cantidad
tremenda de sacrilegio y confusión innecesaria será el resultado de
la necia noción que ahora está perpetrándose, de que esta
prohibición podría ser relajada. Tiendo a creer que, no importando
la dirección que el Papa Francisco quisiera seguir sobre este punto,
habrá un número suficiente de cardenales y obispos que aconsejen al
Papa, que habrán de convencerlo de que esto es algo que no puede ser
cambiado. Hasta el Arzobispo Müller, quien no puede ser tachado de
conservador, reconoce que, admitir a la Eucaristía a los divorciados
y vueltos a casar no puede ser permitido.
[30] Al escribir este artículo, tan brutalmente
honesto, sobre el triste estado de la Iglesia actual, me veo obligado
a recordar a mis lectores, que nada de esto constituye un velado
intento de presentar una postura sedevacantista, teoría que no
comparto.
Impreso en el Catholic
Family News de Enero de 2014.
Una Revista mensual,
Católica y Tradicional
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